martes, 24 de marzo de 2009

90 días de penitencia (50)

Desayuno:
. Café cortao
. Nopán con fiambre de pavo
. Otro café cortao
Hoy he cambiao. Para que luego digan que siempre desayuno lo mismo. En lugar de pavo, pollo. Otra cosa es que haya cambiado el sabor. En fin, luego en el Insti, me tomé otro cafelito en lo de Alberto.

Almuerzo:
· Picadillo
· Gurumelos al microondas
· Callos
· Vino tinto
· Nopán
· Yogur desnatado con trocitos de arándanos
Pues no. De eso nada, los callos no engordan nada, son pura gelatina y el truco está en no combinarlos con patatas o en no ponerse a mojar pan al mismo tiempo. Por eso me los he comido con nopán, que con eso no hay quien moje. En todo caso hubo pecado, pues me comí un trocito de chorizo. De estos callos no doy la receta porque son de los que se compran hechos. Es que los lunes salgo a las tres y no llego a casa hasta que están con la sección de deportes en el telediario.
Los sombrerillos de los gurumelos (Amanita ponderosa), que aquí en Huelva se llaman cazoletas, se ponen bocarriba en el microondas con un poquito de aceite y unos granitos de sal, nada más. Con un minuto a potencia máxima si gustan poco hechos o minuto y medio si gustan un poco más pasados.
El picadillo me sobró de ayer por la noche y todavía estaba comestible.

Merienda:
· Té
· galletitas
Tres, os lo juro por mi sombra. Sólo tres, eso sí, con cobertura de chocolate.

Cena:
· Tomates en ensalada
· Choco con papas
· Vino tinto
· Nopán
· Fresas con leche y azúcar

Los tomates son de esos kumato, sí hombre, esos que son negros y dulces. Pues bien, les he puesto sal, orégano y un hilito de sal.
En cuanto a los chocos con papas, se echarán al mismo tiempo en una cazuela con una lámina de aceite a buena temperatura, un pimiento y media cebolla. Al mismo tiempo se echa un choco no demasiado grande limpio y troceado. A continuación se van dando unas vueltas para que el choco cambie de color y entonces se añaden dos patatas troceadas. Vuelta a dar vueltas y se echa medio vaso de vino blanco del Condado. Se deja que hierva todo un momento y mientras tanto se abre una guindilla de esas rojas brillantes a la mitad, y se les quitan las simientes, para echar la guindilla, no las simientes, a la cazuela. Una hojita de laurel, sal, azafrán y pimienta terminan de redondear esta primera parte del guiso. Se cubre todo de agua y se pican unas ramas de perejil y dos dientes de ajo, para echarlos en el guiso y dejar que cuezan los chocos con papas con la cazuela a medio tapar. Es menester vigilar por si el guiso se queda seco echar algo más de agua. Deben quedar los chocos en su salsita y las patatas enteras pero bien guisadas. Es plato para mojar pan, pero yo no puedo. Si ustedes pueden, no lo duden. A mojar, que es lo poco que nos va quedando.
Ya os dije que hoy estriparía las fresas con el dorso del tenedor. Pues así ha sido, primero se ponen con azúcar troceadas groseramente y luego, a la hora de comerlas se trituran pero no demasiado, para notar esa acidez de los trocitos contraponiéndose al dulzor de la leche levemente combinada con el jugo que han soltado las fresas. Para entendedores only.

No hay comentarios: