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sábado, 5 de junio de 2021

Encurtidos

 

Ahora es el momento de hacer pimientos encurtíos. Las pimenteras que se sembraron en su tiempo están hasta las trancas de pimientos. Buenos además porque el tiempo, que no las lluvias, ha acompañado. Os voy a explicar paso a paso como se hacen para que no os lieis, pero es muy fácil. Además ahora están baratos, son de temporada y se pueden hacer para conservar.

Pimientos encurtíos

ingredientes:

  • pimientos
  • vinagre
  • orégano
  • cominos
  • pimentón
  • sal

elaboración:

Ponemos agua a hervir en una olla grande, con su poca de sal. Mientras hierve a borbotones vamos lavando y cortando a la mitad y a lo largo los pimientos (yo he hecho dos kilos). Cuando el agua esté a punto, hirviendo, echamos los pimientos y esperamos a que estén algo tiernos, no demasiado porque entonces se le quita la gracia, la cosa es que al final tengamos unos pimientos encurtíos crocantes, con una textura agradable y nada lamiosa. Bien, avanzamos correctamente.

Mientras cuecen, que calculo que será cosa de diez minutos o por ahí, metemos en el mortero (o en la batidora eléctrica mejor) dos dientes de ajo, cominos y orégano a voluntad de cada cual, sal y pimentón, añadimos un poco de agua y conseguimos una mezcla que ya el aroma os va a ir diciendo lo que vais a lograr.

Cuando los pimientos estén de textura a nuestro gusto, los colocamos en una fuente amplia y les vamos echando agua de la cocción, dos partes, y vinagre (una parte), el aliño que hemos majado antes y se acabó. Dejar reposar procurando que estén los pimientos cubiertos durante todo ese tiempo (se añade más agua y vinagre en todo caso, pero en las proporciones indicadas supra). 

Para conservar bastará con meterlos en un bote limpio y llenar con el líquido de la maceración. 

sábado, 15 de agosto de 2020

Una para veganos (creo que repe)

 


Un curry de verduras rápido y sabroso. Ponemos lentejas en remojo al menos un par de horas, con objeto de que luego se hagan en poco tiempo, ya que la historia de este plato es que la verdura quede crocante. Cortamos en bastoncitos zanahoria, calabacín, cebolleta y pimientos rojos y verdes, ponemos un wok o similar a calentar y cuando el hierro esté bien caliente, chorreón de aceite y a saltear las verduras hasta que estén brillantes, poco tiempo. Sal y pimienta, curry del que más os guste y dos vueltas rápidas. Cubrimos someramente de agua y a esperar que a fuego medio el agua se evapore. Deben quedar las lentejas en su punto y las verduras que crujan en el diente. Si no tenéis dientes, pues a la minipimer y os lo pimplais con una pajita.

domingo, 31 de mayo de 2020

Meter los chocos en tomate

Se pueden hacer de mil maneras, pero esta que os traigo hoy está a m i entender trufada de modernidad y de atrevimiento. El resultado es espectacular, probad a hacerla y veréis qué resultado. 
Chocos con pimientos rojos
ingredientes:
  • choco
  • pimiento rojo
  • tomates maduros
  • cebolla
  • ajos
  • albahaca
  • laurel
  • pimentón
  • pimienta de cayena (si queremos un poco de alegría picante)
  • azúcar moreno
  • vino dulce
  • perejil
  • pimienta
  • sal
elaboración:
Es conveniente trocear el choco y darle una breve cocción antes de empezar a hacer el guiso, con un poco de sal y una hojita de laurel.
Ponemos en la cazuela y todo junto: una cebolla mediana troceada; un par de dientes de ajo, tres tomates maduros sin piel ni pepitas, también troceado; esperamos a que la cebolla empiece a pochar y añadimos el pimiento rojo cortado en tiras, el choco con una breve cocción previa, la albahaca, el pimentón, un poco de azúcar moreno, perejil, pimienta y sal. damos dos o tres vueltas, esperamos medio minuto y añadimos vino dulce y pimienta de cayena si queremos que resulte algo picante, sin pasarse, claro. Vamos viendo si necesita agua o con lo que suelta la verdura ya le vale. En caso de que necesite, pues nada, se le añade algo de agua. Esperar a que queden en una salsita espesa de tomate y a servir.

lunes, 23 de marzo de 2020

Gastromerón (6)

Lunes y octavo o noveno día de reclusión, según cada cual, para mí es el décimo porque empecé voluntariamente el viernes cuando salí del instituto y ya comunicaron que se cerraba hasta nuevo aviso. Tarde y mal se publicó el decreto, pero ya de esto hablaremos más adelante. Soy optimista por naturaleza, de ahí y de no ser ni un experto ni un científico con una mínima reputación, mis conclusiones don simple y meramente empíricas. El caso es que la curva del covid-19, como virus que es al fin y al cabo, se asemeja a la de la gripe común, y ésta resulta que está ya desaparecida en Andalucía (y en Extramadura), es como si ambas fueran paralelas pero una detrás de la otra. Si a esto sumamos que el martes, es decir, mañana, suben las temperaturas y la media diaria se situará por encima de los 13'5ºC, en la cual no se encuentra cómodo ningún virus ni bacteria alguna, es de esperar que la actividad de este coronavirus que nos tiene enclaustrados, tienda a desaparecer. A lo largo de esta semana no lo podremos ver, pero sí entre los cinco a doce días siguientes, el tiempo que tarda en incubar el hijo puta virus. De modo que esta semana puede ser de aúpa pero a partir del sábado o el domingo podríamos ver como se aplana la curva de contagiados en el conjunto del territorio español, aunque creo sinceramente que en Andalucía iremos mejor que en el resto de comunidades autónomas. El gobierno andaluz debería poner, en consecuencia, hospitales y médicos al servicio de la calamidad que va a asolar a otros territorios, como es el caso de Madrid o La Rioja, también el País Vasco aunque los joiotontos de sus gobernantes no quieran al ejército español, y a Cataluña, que además de la desgracia del coronavirus tiene allí otros virus peores y no hace falta decir cuales. En fin, dado el repaso, espero que optimista, de hoy, vamos con una ensalada cartayera, la cotufa, que es como la pimentada normal y corriente, pero con ajo y, en este caso, con un punto de orégano. Veamos.
Cotufa
infredientes:
  • pimientos verdes y rojos de asar
  • tomates
  • cebolla morada
  • culantro
  • ajo
  • filetes de caballa de la Unión Salazonera Isleña
  • vinagre
  • aceite 
  • sal
elaboración:
Es fundamental asar primero los pimientos, sólo los pimientos, en una plancha con fondo de hierro o si pudiera ser en barbacoa. Una vez los pimientos tengan algo quemada la piel, se pondrán en una bandeja de horno junto a los tomates, por ejemplo tres pimientos y dos tomates. Cuando los pimientos están avisan, por el olor y porque nos podemos asomar al horno a ver cómo van. Se dejarán tapados con papel de aluminio pero ya fuera del horno, para pelarlos después mejor.
Bien, pues ya los tenemos pelados, los pimientos y los tomates. Ahora los troceamos y los aliñamos con vinagre, aceite y sal, más un diente de ajo muy picadito (esto es lo que diferencia a la cotufa cartayera de las demás pimentadas). Luego os fijáis en la imagen y ya está. Cebolla, culantro, un poquito de orégano y unos filetes de caballa de Tejero o unas sardinas en lata también le van de miedo. Ea, a juir.

viernes, 3 de enero de 2020

tiempo de migas


Parecía que no iba a haber invierno, pero ya llegó. Hoy amaneció nublao, día miguero se decía en otros tiempos. Pues a celebrarlo como es debido
Migas al minuto
ingredientes:
pan asentao
aceite
ajos
pimiento
agua
sal
elaboración:
Fácil con cojones. Para que sean al minuto, o poco más, se pondrá el pan picado groseramente en la picadora y un, dos, tres, sale ya preparado para las migas. Se pondrá en un bol el pan ya migado gracias al artilugio eléctrico, humedeciéndolo con agua y un poco de sal, poca. Tapar con un paño y ahí se queda. Mientras ponemos acetie en una perola, seis o siete dientes de ajo cortados a la mitad y unas tiras de pimiento. Cuando el pimiento esté hecho se saca, se reserva y se echan las migas en la perola. A dar vueltas hasta que el pan tome un bonito color dorado que indica como es natural que ya está refrito. Deben quedar sueltas las migas. Colocamos encima las tiras de pimiento, et voilá.

viernes, 27 de diciembre de 2019

Sabores eternos: chilindrón

El pollo en la cazuela, casi hecho ya.

El pavo de este año era tremendo, pasaba de los cuatro kilos, con lo cual una vez metido en harina, me di cuenta de que iba a tener relleno para dos pavos, pero como solo tenía la piel de uno, pues me fui al Maradona y compré un pollo más bien grande con objeto de quitarle la piel, con la cual efectivamente pude hacer un segundo bloque de pavo trufado. Por cierto, ya se pueden comprar trufas decentes en el mercado, la señora que tiene el puesto en la calle que da a la avenida Italia, cerca de los chocos.
En fin, que con el pollo, que lo tenía congelado y sin piel, pobrecito mío el frío que habrá pasado, he hecho un pollo al chilindrón, un clásico o según terminología dieguina, cocina viejuna, pero vaya placer que es comer cosas de estas. Veamos
Pollo al chilindrón
ingredientes
pollo
pimientos verdes y rojos de los de asar
tomates maduros
cebolla
ajo
laurel
vino blanco
pimienta
sal
elaboración:
Más fácil, imposible. Refrito de cebolla y ajo, troceamos los pimientos de asar, según la cantidad de pollo, medio de cada o uno entero de cada uno, verde y rojo. Incorporamos al refrito, junto a una hoja de laurel, pimienta y sal. Damos tres vueltas y media y añadimos un par de tomates maduros, sin piel ni simientes. Mientras se hace el chilindrón, es decir este refrito tan sencillito, salteamos el pollo en una sartén o plancha bien caliente. Reservamos, añadimos vino blanco al chilindrón, dos vueltas otra vez y se acabó. Echamos el pollo y a esperar a que se haga. A fuego medio bajo. Paciencia, cojones.


martes, 10 de abril de 2018

En Cartaya, cotufa

Hay muchas maneras de hacer una pimentada, practicamente en cada pueblo de España se hace de una manera, aunque parezca mentira. En Cartaya se hace con perejil y un poquito de ajo y le llaman cotufa. Esta que os traigo hoy está inspirada en la cartayera, pero no sé si la hago exactamente como en cada casa del hermoso y acogedor pueblo en el que tantos y tan buenos momentos he pasado. Con un abrazo y muchos besos a mis amigos y colegas cartayeros, os dejo esta particular pimentada cartayera.
Cotufa (pimentada)
ingredientes:
  • cuatro pimientos entreverados de los de asar
  • dos dientes de ajo
  • perejil
  • vinagre
  • aceite
  • sal
elaboración:
Lavados los pimientos, se colocan sobre la plancha o sobre la parrilla en una barbacoa. A fuego medio alto, se espera a que se vayan quemando por un lado y por otro, dándoles vueltas como es natural, y cuando estén quemados por los cuatro lados se introducen en el horno, precalentado a 190º. Solo cinco minutos después, se apaga el horno y se dejan ahí los pimientos hasta que estén templados. Los sacamos y veréis que bien se les quita la piel.
Ea, pues ese es el secreto. Ya está. Asarlos hasta que la piel exterior se queme, no carbonizarlo, sino esperar a que esté algo quemada e ir dando vueltas para conseguir lo mismo por todos lados.
Se aliñan con sal, vinagre y aceite, picándole un par de ajos y perejil. Acompañados con unas anchoas están mejor que buenos, buenísimos.

jueves, 13 de julio de 2017

Para los días de calor

La tenía perdida en la memoria, pero Diego el de la Bohemia me la recordó en su carta hace unas semanas, esta ensalada la hacía mi padre los días de mucho calor. Hoy, creo que medio siglo después la he recuperado y disfrutado como no lo hacía entonces, apenas un niño que huía de las ensaladas como es natural, y más de una tan chocante de comer como esta que no sabía bien qué era. Ahora sí, es una ensalada cubierta con agua helada, un refrescante placer.
Esta ensalada está emparentada con el gazpacho más de lo que vosotros podráis creer. En síntesis es un gazpacho de los de antes de que se le añadiera el tomate, cosa que no ocurre hasta un tiempo relativamente reciente -hasta el siglo XVIII y ya bien entrado, no aparece el tomate en la cocina española ni por asomo-. Hace poco el Comidista daba cuenta en su sección de El País, que hasta ya muy entrado el siglo XIX no se recomienda añadir tomate al gazpacho, afirmando que donde primero se registra es en la zona de Extremadura, a la que tan vinculada cultural y económicamente está esta provincia de Huelva que administrativamente pertenece a la Comunidad Autónoma de Andalucía, no a Extremadura y ni mucho menos al Algarve, pero no me pregunten porqué, porque a mi los límites administrativos me la refanfiflan.
Ensalada de agua
ingredientes:
  • lechuga
  • pimiento verde
  • pepino
  • cebolla
  • culantro
  • sal
  • vinagre
  • aceite
  • agua
  • hielo
elaboración:
Se tendrá preparado un bol con hielo y agua. En un plato hondo se colocarán cebolla, pepino, pimiento, culantro y lechuga, todo cortado fino. En el momento de consumir se aliña con sal, vinagre y aceite, pero sin remover. A continuación se añade agua helada, se dan unas vueltas y a comer y refrescarse se ha dicho.
Nota importante: me cuenta Felipe, calañés de pro, que en el pueblo se pican muy menudas las verduras, y creo que será más agradable sobre todo a la hora de comer, pues no será tan chocante. Daros cuenta de que más que una ensalada es una sopa fría, muy fría en realidad. También me decía que la ha probado con papas cocidas, cosa que yo desconocía, y me ha puesto sobre la pista de una ensalada cerreña que cuando la descubra os la comentaré.



jueves, 25 de agosto de 2016

La pimentada de Carlos



Hemos olvidado que los pimientos se asaban en casa y que el olor se extendía de la cocina a todos los rincones por mucho cuidado que tuvieras en cerrar las puertas de las habitaciones, cuartos de baño o salita de estar. Lo hemos olvidado porque ahora los compramos ya convenientemente asados y envasados, con sus conservantes y toda la historia. En fin.
Carlos Senra los sigue haciendo como Dios manda y cada vez que comemos en su casa todo el mundo los elogia, pero a nadie se le ocurre hacerlos luego como los hace Carlos. Por si alguno no lo sabe, o lo ha olvidado, yo os lo voy a recordar.
Se toman cuatro pimientos de los de asar que ya no se asan pero que se llaman de asar porque son par asarlos, tres rojos y uno verde. Se colocan en una plancha de hierro sobre el fuego, con el fuego no muy alto, sino más bien bajo, y les vamos dando la vuelta conforme se van quemando por uno y otro lado. Bien, ya está el paso primero, ahora el segundo: se colocan en una bandeja de horno, sobre papel de aluminio (si observáis he hecho como una cajita para poder recoger los jugos luego. Y tercer paso, dejarlos tapados una vez estén hechos, para que suden y se puedan pelar con facilidad.
Pelamos, cortamos más o menos en tiras y aliñamos con sal, vinagre y aceite. Ya está. Adornamos con cebolleta, con puerro como he hecho yo, o con lo que os de la real gana. Ea, a comer una pimentada estupenda y no esperéis a que Carlitos os invite a comer, so conveníos, que sois unos conveníos.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Otra manera de hacer la pimentada

Si estás harto de hacer siempre la misma pimentada, aquí tienes una manera distinta, muy distinta, de presentarla y elaborarla. Por supuesto más compleja, crujiente y divertida.
Pimentada con anchoas y calabacín
En primer lugar preparamos la pimentada aliñando los pimientos asados y agregándole un picadillo de tomate, cebolla y pimiento verde, todo crudo, no asado.
En segundo lugar cortamos un calabacín en ruedas finas con ayuda de la mandolina o con el cuchillo pero habrá que tener tino en este caso. Se coloca en el plato solapando las ruedas unas con otras, se salpimentan, se alumbran con unas gotas de aceite y a montar el plato.
En tercer lugar colocamos la pimentada en el centro del plato, cubrimos con unas anchoas y por último nos lo trincamos tan ricamente.
Post scriptum: El contraste de texturas y sabores es extraordinario. Después de probar y disfrutar esta ensalada se me ha ocurrido que unas aceitunas negras y un poco de culantro (hojas de cilantro) no le vendría pero que nada mal. La próxima vez no le faltarán, seguro.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Verduras con picardía



Una cremita de puerros pero con pimentitos del pico por encima
Crema de puerros con pimientos del piquillo
Mira, pela un par de ajos, los laminas y los pones en una sartén con una mijita de aceite a fuego medio, mientras va cogiendo calor la sartén con los ajos ya dentro, coges unos pimientos del piquillo y los cortas a tiras, los añades y les pones por encima un poco de sal. Los salteas unos minutos, bajando el fuego ahora un poco y procurando que no se quemen los ajos. Esto ya está, lo dejas a un lado y vayanos ahora con la crema de puerros.
Coge una fuente de horno y pon encima lo blanco de un puerro, cortado a la mitad, y un par de patatas peladas y troceadas. Echa por encima un par de dientes de ajo partidos a la mitad, sal, pimienta y aceite de oliva. Al horno media horita como a 200º. Cuando haya pasado este tiempo lo metes todo en una cazuela y lo cubres de agua, a hervir como un cuarto de hora, hasta que veas que las patatas están en su punto. Pues ya está, a triturar con la batidora eléctrica.
Servir la crema de puerro caliente en una taza de consomé y alegrarla por encima con los pimientos del piquillo que teníamos reservados. Una línea fina de miel sobre los pimientos y ya si le pones un poquito de perejil por encima, recién picado, pues estupendo, ahora bien, si tienes culantro (cilantro) fresco, ya ni te cuento. Abur.

sábado, 2 de mayo de 2015

Choco come gamba


Un choquito aliñao, eso es lo que es. Veamos, se tomarán chocos medianos y se cocerán en el mismo agua de haber cocido antes un kilo de gambas y media docena de cuerpos de cangrejo, o en el agua que cada cual quiera, pero si es de haber cocido antes marisco, ni os cuento. Se añaden dos hojitas de laurel al agua de la cocción. Bien, cuando el choco esté ya bien cocido y tierno se pasa a un plato en el que tendremos unas tiras de pimientos asaos, se aliña con aceite de oliva virgen extra y vinagre de vino del Condado de Huelva (el que no tenga de este, que utilice otro, lo siento). Se espolvorea con una mezcla de especias: tomillo, semillas de culantro, pimienta... yo qué sé, cada cual las que quiera, y se pone una gamba a la altura de la boca del choquito, que no hay problema porque ya os digo yo que no se la come y os la podéis comer vosotros.
Está pa rabiar, y está en la línea del chaval ese que se presentó a un concurso de cocina de la televisión con unos notas en el jurado que son más desagradables y más tontos del culo que toas las cosas. Ea, pues pal chaval ese, que no sé ni cómo se llama porque yo no pierdo el tiempo viendo programas ñoños en el aparato televisor, va este sincero homenaje, porque me pasaron por internet su león come gambas y no me extraña nada que no le saliera bien el invento con los ciezos que tiene en el jurado, que son unos enteraos. Ah, y vosotros probad este choquito come gamba, que os va a encantar. Saludos, troncos.

martes, 2 de diciembre de 2014

Cerdo, pimientos rojos, manzanas y pasas

Aquí está la receta del
Cerdo al curry con manzanas, pimientos rojos y pasas
Se trocea menudo un kilo de magro de cerdo y se ralla una cebolla. En una olla con aceite que tape el fondo se pone todo a calentar y se mueve de vez en cuando. Cuando el cerdo cambia de color se añade sal y se cubre con caldo del puchero o agua en su defecto. A los diez minutos de cocción se añaden los pimientos rojos, uno grande, troceado. Se deja cocer hasta que el cerdo esté tierno.
Añadir entonces manzanas troceadas, sin piel ni pepitas, y pasas sin semillas. Poner curry al gusto de cada cual. rectificar de sal y dar una cocción no muy larga para que las manzanas no desaparezcan y queden con una textura agradable. Se acompaña con arroz blanco adornado con una mezcla de perejil y culantro picado por encima.

domingo, 21 de septiembre de 2014

El chino de Asunción


El primer chino que conocí en mi vida, tanto en persona humana como en restaurante, fue el de la calle Asunción. Creo que era el único que en los setenta había en Sevilla. De vez en cuando íbamos allí a comer, poco porque no había muchas pelas entonces y lo normal era comer bocadillos en el Sindicato del Hambre, platos combinados en Los Feos o lentejas en el Olegario, en Triana. Por supuesto comíamos en casa las más de las veces o en el SEU, que te salía el bono de diez comidas a diecisiete pesetas, creo recordar, a menos de dos pesetas el almuerzo y podías repetir el primero todas las veces que te diera la gana. El segundo, no. El segundo era un filete empanado que no se sabía bien si era pescado o carne. Lo que fuera empanado, eso seguro. El postre también se podía repetir, había cajas de manzanas o de peras a disposición de la distinguida clientela. El agua, igual. Había un grifo en una columna con una pileta abajo y te daban no sólo plato, sino cuchara, tenedor, cuchillo y vaso. Servilleta no recuerdo bien, pero supongo que también. Pero vamos a lo nuestro, al chino y a los chopsueys que nos hincábamos en el chino de Asunción cada vez que podíamos, que ya les digo que podíamos poco. El dinero se empleaba en otras cosas menos prosaicas que en eso de comer. Éramos jóvenes, endiabladamente jóvenes.
El chop suey que nos ponían allí estaba compuesto de verduras casi crudas, carne cortada en tiras y un fondo salado y oscuro absolutamente delicioso. Entonces, yo al menos, no conocía la salsa de soja. Y ahora, ya lo ven, han pasado sólo cuarenta años y tenéis hasta leche de soja en la tienda de la esquina. En fin, tiempos.
Luego supimos que el chop suey es simplemente mezclar cosas, trozos y aderezarlos con lo que sea pero que lo que sea, sea soja. De modo y manera que ayer tenía unos restos de puchero: garbanzos con sus trocitos de zanahoria y patata, alguna brizna de carne y jamón desprendido del hueso tras la larga cocción... Y pensé en hacer ropa vieja. Pero luego cambié de opinión. Estaba solo, con la única compañía de un televisor en el que se sucedían sin solución de continuidad un partido de fútbol detrás de otro. Ya no sabía ni cual estaba viendo. Le quité el caldo a la fiambrera con los restos del puchero y me quedé solo con la parte sólida. Troceé cebolla y pimientos de forma grosera, los salteé en una sartén cuando estaba bien caliente, apenas unos instantes, le añadí los restos del puchero y le di a todo un par de vueltas rápidas, eché salsa de soja -poca, una cucharada sopera apenas- y seguí meneando aquello para que no se pegara. Ya está, Chop suey de verduras y puchero. Genial.
Los partidos aburridos, ya ni me acuerdo de los que vi. Hoy me he duchado, me he afeitado y parece que va a llover. Sigo enfadado, con el mundo y con todo en general. Debe ser generacional. Qué le voy a hacer.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Ma ratatuille

Además de una divertida película infantil, la Ratatuille es un pisto nizardo, un plato francés que viene a ser lo mismo que nuestro pisto manchego pero con berenjenas. Como Pilar me ha regalado unos estupendos tomates de Beas y un calabacín blanco precioso, pues me he puesto a hacer pisto, pero ya puestos, he cogido una berenjena y la he pelado y cortado en rodajas, luego le he puesto su sal y (sin dejar que pierda su amargor, como suele hacer todo el mundo menos yo) la he metido en el horno. Cuando la berenjena ya estaba prácticamente hecha, he apagado el horno y sin moverla de la rejilla donde se han horneado las rodajas, les he puesto un hilo de aceite de oliva, orégano, albahaca y romero. De nuevo al horno, ya apagado como os decía, para que repose y tome el sabor de las especias.
Por otro lado hice el Pisto al modo tradicional: cebolla y ajos primero, luego pimientos verdes y rojos pero de los de freír, no los de asar, calabacín y tomates maduros sin piel ni pepitas. Sal, pimienta, un poco de azúcar por lo de la acidez del tomate, y a huir.
Con este pisto y las rodajas de berenjena que tenía ya listas, he montado el plato más o menos como veis en la fotografía (que esta vez no me ha salido mal, vaya usted a saber por qué): berenjena abajo, pisto encima, berenjena otra vez y pisto de nuevo. Ramita de perejil que mola un montón y albahaca seca espolvoreada por el plato para que su aroma nos acompañe. Dabuten, troncos. Hasta pronto.

domingo, 26 de agosto de 2012

Acercarse a los orígenes

Se elabora todo tal como si fuera un gazpacho normal y corriente. Salvo el hecho de que se sustituye una cucurbitacea, el pepino, por otra cucurbitacea, el melón, y además en más cantidad que si pusiéramos pepino. En todo caso al gusto de cada cual. De pan, como ya os he dicho en más de una ocasión, nada de nada, ¿o es que tenéis que ir al campo a segar desde que sale el sol hasta que se pone? No, pues entonces, de pan nada. Lo demás, todo igual. Incluso se ponen unas uvas en el centro para ir comiéndolas al mismo tiempo que esta extraordinaria sopa fría. Toda una dulce sensación para alegrar las calurosas comidas de verano, de un verano que al fin parece querer tocar a su fin. De momento, aquí en Huelva, el calor va en franca retirada. Y las perspectivas, son más que buenas. Así que aquí os dejo este Gazpacho de melón con uvas.

jueves, 9 de agosto de 2012

De vuelta

De vuelta de vacaciones encuentro la nevera como tiene que ser, con su medio limón más seco que el ojo de Maíllo, un bote de pimientos del piquillo con tres todavía allí nadando tan ricamente, y a saber por qué razón  un huevo y unos filetitos de pollo. Había más cosas, que los niños han ido reponiendo lo que les ha parecido, pero esta nueva relación de pizzas congeladas, vasos de plástico tapados con papel de aluminio y una salsa agridulce en su interior de evidente procedencia, además de phoskitos y huevos kinder os la evito por tener poco que resaltar. Pero algo hay que jamar después de novecientos y pico kilómetros en el papú, así que nada: Flamenquines de pollo y pimientos del piquillo y si a alguien con estos ingredientes, se le ocurre otra cosa, que me lo envíe por seur, digo por sms.
Se toma un filetito de pollo, se mete dentro un trozo de pimiento del piquillo, se envuelve todo bien envuelto y se le pone su poco de sal y su poco de pimienta (es evidente que con un poco de orégano o nuez moscada, por ejemplo, habríamos logrado sabores más complejos, pero no estaba uno para nada, de verdad). Se pasan por huevo batido, por el huevo batido, quiero decir, y luego por un trozo de pan más duro que un cuerno que rallé convenientemente. Se pone el aceite a freír y cuando esté suficientemente caliente, se sumergen los flamenquines de tres en tres, no más que si no el aceite baja de temperatura y se nos abren los joiosporculo. Ah, y los niños en la playa con la abuela, que como viene papá, ya no tiene sentido estar en casa con los amigotes viendo olimpiadas, pidiendo chino, haciéndose pizzas ultraongeladas y bebiendo cocacolas sin parar. C'est la vie, nosotros éramos iguales, o peor. O peor, ya os digo, que se nos olvida lo que queremos que se nos olvide. Hasta luego.

lunes, 9 de julio de 2012

Sopas frías para el verano

Sí, ya lo sé que el otro día arremetía contra los gazpachos estos tan modernos, pero es que está haciendo una jartá de caló y tenía media sandía en la nevera que amenazaba con estropearse, de modo que hice un Gazpacho de Sandía con esta cucurbitácea supliendo al pepino, así de fácil. Por lo demás, todo igual: tomates, pimiento, ajito, sal, vinagre, aceite y sandía en lugar de pepino, que lo utilicé para adornar. En cuanto al agua, nada porque la sandía ya la lleva. Y de pan, nada de nada, hasta ahí podríamos llegar. Disfrutadlo porque está buenísimo.

viernes, 8 de junio de 2012

Sentido común

De zanahoria, de melón, de remolacha, de fresas o de lo que usted quiera. Con coquinas, con kikos o con coco. Añada lo que le venga en gana y sea usted capaz de combinar en sus más íntimos pensamientos. Los gazpachos se visten y adornan de la verdura o de la fruta que más le apetezca en cada momento, pero no me digan que, aunque sea de vez en cuando, no apetece un gazpacho corriente y normal. Medio pepino, cinco tomates maduros, un pimiento, un diente de ajo y se acabó. Los tomates me los pelan bien y les quitan todas las simientes. De pan, nada monada. Agua fría, vinagre pero no demasiado, aceite generoso y sal. Eso es todo amigos. A disfrutar. Ah, y si hacen lo del tomate, de no ponerle simientes, y lo del pan, no poner nada de nada, verán cómo eso de que se repite, es un cuento. Lo que si hay que ponerle al gazpacho es sentido común. Por último un truco que ya les he comentado alguna vez: corten menudas las hortalizas y dejen que reposen, tapadas con film transparente, en la nevera un par de horas al menos. La ósmosis le ayudará a que los sabores se mezclen como si el gazpacho estuviera majado pacientemente. Si hacen esto, lo podrán mezclar en la batidora eléctrica pero les saldrá como los gazpachos antiguos. Bon profit.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Pimientos de Isla y bonito de Santoña

Están cultivados casi al borde mismo del mar, del Cantábrico. Son los pimientos de Isla, localidad costera cercana a Ajo y Noja, lugar de veraneo que modifica su perfil demográfico en verano de forma considerable. Pues allí, en una zona de huertas, se cultivan esos pimientos que veis en la foto, unos pimientos rotundos, carnosos, de un finísimo y dulce sabor. Una vez asados sorprenden por la cantidad de jugo que sueltan y por el tomo o grosor, realmente inusuales.
Junto a ellos y al fondo, un bote de bonito de Santoña, unas cebollas frescas y hermosas que ya son de por aquí, unas hojitas de culantro y para rematar la faena, vino blanco del Condado, en esta ocasión dos botellas de Mioro, la que aparece más adelantada, es el que denominan Gran Selección y que ya os he recomendado en alguna ocasión, afrutado como todos los blancos jóvenes del Condado, gracias a la zalema, pero con ciertos toques florales y herbáceos que le aporta el apenas diez por ciento de moscatel de Alenjandría que tiene este vino que se recomienda tomar fresquito. Y como estamos echando el verano fuera, pues habrá que apurar con estas ensaladas tan apetecibles en esta época del año, ideales además para acompañar unas frituras de pescado. Paso a daros la receta fácil y rápida de esta
Pimentada con culantro (cilantro fresco).- Asar los pimientos a 190º, con el fuego arriba y abajo, de manera que cuando la piel se empiece a quemar por arriba, también lo estará haciendo por abajo, con lo cual bastará con girarlos sólo cuarenta y cinco grados para que se terminen de hacer por todos lados y por igual.
Los pimientos ya asados y luego de haber perfumado toda la casa, se cubrirán con un paño húmedo con objeto de que suden y se les pueda quitar la piel, ya enfriados, fácilmente. Una vez
pelados y cortados, con las manos mismo, a tiras relativamente gruesas, se aliñan con buen vinagre del Condado, que los hay realmente excelentes (otro tesoro casi desconocido de la despensa onubense, sal y aceite, que aquí tenemos para elegir: Beas, Trigueros, Gibraleón... Pues bien, se adornan con un poco de cebolleta fresca cortada en juliana y a continuación con un poco de culantro, a gusto de cada cual. Al ladito se le ponen unos troncos de bonito de Santoña, de esos espectaculares que venden en botes de cristal y se acabó.