viernes, 28 de agosto de 2015

Los trenes baratos

Me encuentro con un colega y me siento en un banco del Huerto Paco a charlar un rato con él. Vengo del Día y hablamos de calidades y precios. Me advierte de los precios del pescado en el Maradona de al lado de mi casa, resulta que a eso de las ocho de la tarde bajan los precios de algunos de ellos, se supone que porque al día siguiente les llegan más y tienen que soltarlos. Hago la prueba ese mismo día y a las ocho y media me encajo en la pescadería y, en efecto, el salmón al corte a seis euros el kilo. Compro algo más de medio kilo por tres euros y poco. Cena resuelta. Como ahora hay naranjas todo el año, que si no las hay aquí las traen del quinto pino, pues me compro una. Suficiente para la receta que os presento a continuación.
Salmón en salsa de naranja.- Sobre el salmón un poco de sal y otro poco de eneldo. Sofrío media cebolla troceada fina y justo antes de que empiece a tomar color le añado el salmón y un chorrito de nata líquida. Meneo el cacharro le doy la vuelta con cuidado a los lomos de salmón que he cortado en tiras, y añado el zumo de una naranja y el de medio limón. Ya está, porque el salmón se hace enseguida. Cena para tres por menos de cuatro euros.

sábado, 22 de agosto de 2015

Un puñaíto de chirlas

Sencilla, rápida y muy sabrosa receta de espaguetis con chirlas. Spaguetti a le vongole que diría un purista. Mientras cocemos la pasta, que pueden ser espaguetis o macarrones o la que queráis, pondremos un cacito con vino blanco y una hoja de laurel a cocer. Cuando el vino empiece a hervir se echan las chirlas y se tapa. En un momento estarán ya abiertas. Reservamos y esperamos a que se enfríen. En una cazuela amplia pondremos a sofreír un par de dientes de ajo o tres si son pequeños, laminados y con un par de pimientas de Cayena abiertas por la mitad y sin pepitas. Cuando empiecen a tomar color las láminas de ajo añadimos un tomate de buen tamaño o dos si son pequeños, troceados y sin piel, ni pepitas tampoco y que me perdonen las Mariajosés. Al final se añaden las chirlas que habíamos abierto pero sin cáscaras, y con el caldo del vino y la hoja de laurel, todo pasado por un colador fino. Un poco de perejil y a echar encima los espaguetis y darle vueltas. Se acabó.
nota al pie: Le puse el perejil en el refrito al principio pero desaparece. Es mejor ponerlo al final, que también da sabor y más fresco, alegrando la vista del plato además. Ea, condiós.

viernes, 21 de agosto de 2015

All i oli por la calle de en medio

Quienes han leído La Vida Fácil recordarán que Malandares hacía el alioli tal como se lo habían enseñado en su casa, levantiscos afincados en la Punta Umbría desde un siglo atrás o más. Allí, en el levante almeriense vi yo hacer por vez primera el alioli o ajoaceite con eso, con ajo y aceite nada más. En un mortero echaron cuatro o cinco dientes de ajo, un poco de sal y un señor mayor, con los dedos de la mano que parecían un manojo de pijotes, empezó a darle caña a aquello hasta que logró hacer una pasta con los ajos, la sal y la sola ayuda del dedo gordo. A continuación sobre esa pasta echó un chorro de limón y a continuación, otra vez ayudándose únicamente con el mismo dedo gordo, fue echando aceite de oliva poco a poco y emulsionando aquello hasta que ligó un alioli realmente asombroso. Yo no voy a deciros que lo hagáis así porque yo mismo lo he intentado en alguna que otra ocasión y no lo he logrado. Sí que lo he hecho de esa manera pero con la minipimer. Pero este alioli, genial para acompañar arroces a la banda, por ejemplo, no es el que os propongo para acompañar a la ensalada de la imagen, copiada de una amiga mía a la que debo mucho más de lo que ella se pueda imaginar, sino que os voy a proponer un atajo para hacer una salsa realmente aparente para esta ensalada.
Alioli por la calle de en medio.- Se toma mayonesa de bote, pero de la que sea firme, no de esas que venden ahora que ya vienen con el agua incluida, porque el agua se la vamos a poner nosotros. Vamos a ver, en el vaso de la minipimer se pondrá un fondo mínimo de agua, un chorrito de limón y un diente de ajo. Batimos y con lo que resulta mojamos el contenido de un bote mediano de mahonesa. Batimos con unas varillas o con un tenedor y enseguida tenemos un alioli fenomenal, de un hermoso color blanco y con todo el sabor del auténtico all i oli pero obviamente mucho más suave. Ea, pues ya está, ahí tenéis una ensalada atrevida y rápida rapidita.

Post scriptum: la ensalada con cogollos de lechuga, maíz, palmito, espárragos verdes y blancos de bote, una aceituna negra y endibias, que llevo toda la mañana tarareando la canción de Machín: Endibias, tengo endibias de tus cosas, tengo endibias de tu sombra, de tu casa y de tus rosas porque están cerca de ti. Y mira si es grande mi amor que cuando pronuncio tu nombre tengo endibias de mi voz.

lunes, 10 de agosto de 2015

Sushi para principiantes

En locales especializados llamados panaderías, se pueden adquirir sushis ya elaborados. Se presentan en barras que habrá que trocear con tino. Luego se eliminará una parte de la cosa blanda del centro y sustituirla por jamón, que no está crudo, pero bueno, para iniciarse en la cocina japonesa, no está mal esta solución. Igual ocurre con la tempura, que podemos empezar por los rebozados y ya con el tiempo conseguiremos hacer tempura. En realidad los japoneses hicieron lo mismo que aquí os proponemos, empezaron imitando los rebozados que hacían los jesuitas españoles y portugueses en Japón cuando llegaba el tiempo de la cuaresma (tempora cuaresmae, de ahí el nombre) y acabaron haciendo la tempura que tanto nos vuelve locos. A lo del sushi no sé cómo habrán llegao, porque la verdad es que es bastante complicao llegar desde un arroz de bogavante a un California Roll, pero en fin, piano, piano, on va lontano. Felices vacaciones a todos.

viernes, 7 de agosto de 2015

Jibiones de anzuelo (calamares)

A cinco millas de la costa cantábrica, con sedal y un engaño que por aquí le llaman pez jibionera, se consiguen estos calamares de extraordinaria calidad. Si el pescador es un artista como mi tio sobrino primo el Valen, claro está.
En el mercado también se pueden conseguir, de modo que aquí lleváis una receta de jibiones o
Calamares en su tinta.- Un par de cebollas y un par de dientes de ajo o tres. La cebolla muy picadita y el ajo también. Se pochan a fuego lento, le añadimos un par de hojas de laurel y, mientras se pochan ajos y cebolla, vamos limpiando ocho o diez calamares de buen tamaño. La tinta (1) de todos ellos se va reservando en un pequeño bol y cuando la tengamos toda la rompemos y le añadimos agua caliente. La dejamos a un lado y continuamos, pues el guiso es bien fácil y ya casi está.
Limpios los calamares o jibiones y la cebolla bien pochadita, subimos el fuego, cortamos los calamares y los añadimos. Dos vueltas y sal, pimienta, pimentón y otras dos vueltas. Esperamos a que el guiso haga chup chup, pero en lugar de avecrem le ponemos tomate natural triturado y una cucharadita de azúcar. Anda que no. Ahora medio litro de vino tinto del bueno, agua hasta cubrir el guiso y a esperar que se quede en una salsita espesa y apetecible. Siempre a fuego medio, no tengáis prisa, cojones..
Disfrutamos con los olores que desprende el guiso, nos ponemos un vaso de vino (del que quedó en la botella) y damos gracias al cielo por lo guapos y tremendos que somos, por saber apreciar lo que es un calamar de primera división de los de tercera regional que, con todos los respetos, tienen las grandes superficies de traernos del Ïndico o de dónde coño los traigan, también por tener la suerte de haber nacido en un país tan maravilloso como este y, ya con las lágrimas en los ojos y a punto de entonar el Asturias patria querida, Paquito el chocolatero o el vino que tiene Asunción, nos terminamos la botella para poder ir abriendo otra.
Se sirven con arroz blanco que habremos puesto a hervir con sal y una hojita de laurel. Adornamos con una tira de pimiento del pico y un poquito de perejil recién cortado.

(1) La tinta del calamar no es como la del choco, de modo que toda, y aún así no conseguiremos el negro brillante que logramos con la de los chocos, sino otro color no menos hermoso, como el que se puede apreciar en la imagen superior.