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viernes, 7 de abril de 2023

Fresca, deliciosa y rápida

 

Ensalada de calabacín

ingredientes: calabacín, queso fresco del tipo que más os guste, nueces, culantro o perejil, arándanos, limón y sal

elaboración: Lo más fácil del mundo. Cortáis en láminas el calabacín, lavado y quitadas las puntas. Es más rápido y limpio con una mandolina, pero tened cuidado y no os animéis. Poquito a poco. Tranquilos, porque no es menester aprovechar todo el calabacín, de hecho cuando llegáis a las pepitas, paráis y le dais la vuelta. Por el otro lado, igual. 

Añadimos queso, arándanos, nueces y exprimimos medio limón por encima. Un poco de sal, el culantro o el perejil, y un hilo de aceite. Se acabó.

miércoles, 21 de julio de 2021

Continuamos con recetas muy facilonas pero sabrosas

Fácil, rica y resultona. Los veganos pueden sustituir el queso fresco de cabra por una de esas cosas que comen que se parecen a las de verdad

Ensalada de calabacín

ingredientes:

  • calabacín
  • queso fresco de cabra
  • frutos secos (mejor mixturados)
  • pasas
  • limón

elaboración:

Más fácil imposible. Con el pelador de verduras sacamos tiras del calabacín, las enrollamos un poco y las vamos poniendo en la fuente. Por encima queso fresco de cabra desmenuzado, que queda más mono. Terminamos con frutos secos, los que queráis, yo he utilizado una mezcla que incluye kikos. Unas cuantas pasas y el zumo de limón exprimido por encima. Se acabó.
 

sábado, 15 de agosto de 2020

Una para veganos (creo que repe)

 


Un curry de verduras rápido y sabroso. Ponemos lentejas en remojo al menos un par de horas, con objeto de que luego se hagan en poco tiempo, ya que la historia de este plato es que la verdura quede crocante. Cortamos en bastoncitos zanahoria, calabacín, cebolleta y pimientos rojos y verdes, ponemos un wok o similar a calentar y cuando el hierro esté bien caliente, chorreón de aceite y a saltear las verduras hasta que estén brillantes, poco tiempo. Sal y pimienta, curry del que más os guste y dos vueltas rápidas. Cubrimos someramente de agua y a esperar que a fuego medio el agua se evapore. Deben quedar las lentejas en su punto y las verduras que crujan en el diente. Si no tenéis dientes, pues a la minipimer y os lo pimplais con una pajita.

domingo, 26 de julio de 2020

De la no tan lejana Armenia

Viajar sin sentido, el exceso de movilidad, ha sido y continuará siendo una da las causas de la propagación de enfermedades contagiosas, como es natural. Los virus no viajan por su cuenta. En este sentido podríamos considerar a la última pandemia, como una consecuencia lógica de nuestros pecados, en este caso del pecado de querer satisfacer la curiosidad, la necesidad de saber y conocer, por la vía más rápida y absurda. Todos quienes tenéis dos dedos de frente habéis observado la manera en que el personal, los turistas llamados de tachar (que tienen la necesidad de ir visitando países por nada en concreto, sólo por el hecho de poder haber estado ahí) tienen de visitar, por ejemplo, un museo. Van a toda velocidad y de sala en sala, sólo se paran ante la Mona Lisa de los cojones para hacerse un selfi, otro en la capilla sixtina, donde tan sólo se oye el ruido de los flashes combinado con el monótono "no photos" de los vigilantes, y por fin otro delante de Las Meninas interponiéndose entre un grupo nipón y el lienzo. Paso de viajar, odio viajar. Las nuevas tecnologías ofrecen la oportunidad de visitar los mejores museos del mundo con una resolución y limpieza de imagen que evita el tener que eso, que viajar. Tampoco es menester ir a Armenia, la cuna del cristianismo, por poner un ejemplo tonto, para disfrutar de esta ensalada que ellos llaman Belén porque la toman por Navidad. Os daréis cuenta de que es como una escalivada, pero con orégano y miel, algunas ciruelas o uvas pasas y algo de frutos secos. Es una ensalada muy mediterránea con un toque oriental, como precisamente ese cristianismo que es religión oriental trasladada a occidente en tiempos de Roma, y de qué manera. 


Ensalada Belén (Armenia)
ingredientes:

  • berenjena
  • calabacín
  • pimiento rojo de los de asar
  • cebolla
  • chiles frescos /de lata, valen)
  • orégano
  • miel
  • vinagre
  • ciruelas o uvas pasas
  • frutos secos: pistachos, almendras o lo que queráis
  • pimienta
  • sal

elaboración:
A lavar y a cortar en tiras como si fueran patatas para freír, el calabacín, el pimiento rojo y la berenjena. Cortar y quitar simientes a un chile jalapeño de los de lata (si vienen cortados, pues calculáis). En una fuente o bandeja de horno, capaz, pones berenjena y calabacín, con el chile, todo rebujado, pero cuidando de poner un poco de aceite a la bandeja, porque como irá al horno, se nos pueden pegar algunas verduras, y no es esa la cuestión. Bueno, pues sal y pimienta a gusto de cada cual. Ahora viene lo bueno, añadimos orégano, una mijita de vinagre y miel, a gusto de cada cual también. Ea, pues al horno, como a 180º una media hora, procurando que las verduras no queden muy hechas, aunque esto también va a gusto de cada quisque. A mí me gusta que queden crocantes las verduras, me parece más agradable esa textura, pero si os gustan más pochadas, pues nada, a vuestro bolo. Al cuarto de hora, sacad la bandeja y con una cuchara de palo dad unas vueltas a las verduras, para que se hagan todas por igual y de paso para que no se nos peguen.
Mientras se hornean las verduras podréis poner uvas pasas o ciruelas pasas en remojo, aunque últimamente vienen ya listas para usarlas, no como antes, que venían más secas que el ojo Maíllo. En fin, tened preparados unos pistachos o el fruto seco que queráis para luego, cuando las verduras estén ya frías y listas, pasarlas a una ensaladera mona, napar toda la ensalada con los maravillosos jugos que han ido quedando en el proceso de cocción en el horno, y adornar con las pasas y los frutos secos. Un lujo.

miércoles, 15 de abril de 2020

Las mil y una especias

El kousa mahshi no es otra cosa que un calabacín relleno de carne y arroz. Os voy a recomendar que hagáis esta receta porque es muy fácil y con algún truco la bordaréis.
Calabacín relleno (Egipto)
ingredientes:
  • calabacín
  • cebolla
  • carne
  • arroz
  • mezcla de especias (las de pinchito por ejemplo)
  • ajo
  • pimiento
  • cominos
  • pimentón
  • cayena
  • hierbabuena
  • pimienta 
  • sal
elaboración:
Lavamos y cortamos en trozos de cuatro o cinco centímetros de alto los calabacines. Los vaciamos y reservamos todo lo que saquemos del interior para a la noche hacer una tortilla de calabacines con queso, por ejemplo. Bien, en un bol mezclamos carne picada, cebolla también picada muy fina, arroz, especias de las que venden para hacer pinchitos, o ras al hanut si tenéis, que es lo mismo pero más propio. Sal, pimienta, su poquito de hierbabuena y a mezclar bien. Rellenamos con esta mezcla los calabacines y los tapamos con un trocito de hoja de parra, pero como no tenéis parra en el salón comedor, pues lechuga y ya está. Solucionado. Hacemos un refrito en una olla capaz para que quepan todos (yo calculo cuántos entran y esos son los que hago, para que estén pegaditos durante la cocción y no se caigan y se desgracien. Cebolla, ajo y pimientos, más un poco de cayena molida, pimentón, pimienta, cominos majados con un poco de sal y otro poquito de sal porque en el majado va a ir poca o no demasiado. Cuando la cebolla empiece a pochar, se añaden un par de cucharadas soperas de tomate triturado, se dan dos vueltas y media, esperamos un momento y colocamos los calabacines, unos junto a otros para que no se caigan. Añadimos algo de agua que casi los cubran. Fuego lento y a tapar. Nos vamos a hacer otras labores del hogar y cuando nos acordemos que teníamos en el fuego los calabacines, al fuego mínimo, nos vamos corriendo a la cocina. Bien, no se han quemado ni nada parecido. Seguimos. Ya estarán tiernos, luego los sacamos y ahora viene el truco. En lo que ha quedado en la olla o cacerola, metemos la minipimer y una vez obtenida una crema homogénea, pero más bien líquida, añadimos más tomate triturado, como cuatro o cinco cucharadas soperas, damos dos vueltas y a subir el fuego, hasta obtener una salsa de tomate que tiene que estar para mojar pan. De nuevo los calabacines rellenos a la cacerola, fuego mínimo y a tapar. Ponemos la mesa y a comer.

domingo, 28 de julio de 2019

de un plato egipcio, esta versión choquera


Calabacín relleno
de arroz y carne con especias
Es más fácil de lo que parece. Se trata de cortar los calabacines en porcinoes de unos cuatro centímetros de altas, vaciarlas procurando que queden como si fueran un vaso, aptas para rellenarlas con carne picada, arroz, cebolla también muy picadita, y especias, por ejemplo la mezcla que se usa para los pinchitos. Haremos una salsa de tomate con un refrito de cebolla, ajo, pimiento y dos o tres que estén maduros, sin piel ni pepitas. Se añaden cominos majados con sal, pimienta, pimentón picante o cayena molida, a gusto de cada cual, y un poco de hierbabuena. Cuando la salsa esté hecha, se añade agua, se menea un poco y se colocan los calabacines, tapados con un trocito de lechuga, por ejemplo. A fuego bajo y a medio tapar la olla hasta que el calabacín esté tierno y el arroz esté ya en su punto.

sábado, 25 de agosto de 2018

Aprender con Barrio Sésamo

Que aquí, y dicho sea de paso, el barrio Sésamo sería más bien ía la barriada del Ajonjolí, pero en fin, con Barrio Sésamo se aprendieron muchas cosas en este país, y algunas no demasiado bien. Por ejemplo, cada vez que hago caponata siempre hay alguien que dice, ¿anda, pero esto no es con gallina? Pues no. Es como nuestro pisto, o como la ratatouille de los franceses, pero más historiado el plato. Vamos a ver cómo hacemos esta
Caponata
ingredeientes:
  • berenjena
  • calabacín
  • patata
  • tomate
  • cebolla
  • apio
  • pimiento rojo
  • pimiento verde
  • aceitunas negras
  • alcaparras
  • vinagre
  • albahaca
  • pimienta
  • sal
elaboración:
Aquí cada cosa por su lado. Como cuando hacemos pisto, efectivamente. De modo que menos el apio, que lo echaremos en agua hirviendo y lo tendremos allí tres o cuatro minutos nada más, el resto a freir, pero no demasiado, que quede la verdura crocante y enterita, si no después es un desastre.
Primero la berenjena, luego el calabacín, y una patata, el pimiento rojo, el verde... Todo en cubos no demasiado grandes ni demasiado pequeños, menos la cebolla, que esta mejor se ralla o corta muy fina, pues nos va a servir de base.
Pues eso, la cebolla rallada o cortada muy fina se refríe en una olla o cacharro capaz, porque aquí es donde vamos a hacer el guiso. Cuando está ya bien pochada la cebolla se le añade un puñadito de aceitunas negras y unas alcaparras, más el apio que teníamos escalfado y albahaca fresca recién cortada. A dar vueltas y añadimos un poco de salsa de tomate que haremos con un par de tomates, sin piel ni pepitas, troceados y salteados en aceite de oliva, con su sal, su pimienta y una pizca de azúcar por la cosa de la acidez. Pues esta salsa de tomate, lo que es tomate frito y ya está, se añade al sofrito de cebollas. Ale, otra vez dos vueltas y media y a volcar en la olla donde lo estemos haciendo todas las verduras, añadimos un chorrito mínimo de vinagre y a dejar que se haga a fuego más bajo que medio. Se acabó. Haced bastante proque igual se come caliente a compañando a una carne o a un pescado, que se come fría. Da igual, de todos modos está buena. Ah, y también es comida para veganos como mi José Félix de mi alma. Condieu




miércoles, 1 de noviembre de 2017

Un lujo con un modesto de 2ª B

Ojú, hijo, qué de cosas que he hecho casi sin darme cuenta. Entre otras esta salsa de champiñones para acompañar unas chuletitas de pavo que son como la Balona o el Recre, modestos de segunda B, y unos tallarines de calabacín. También un nuevo libro que se presentará en San Juan del Puerto a finales de este bendito mes, que empieza con tos los santos y termina con don Andrés, Silván y Bueno.
También habrá una presentación en Huelva, de modo que a la primera no vayáis que el local es más bien pequeño, sólo cien personas. Cualquiera que esté leyendo esto y no nos conozca dirá que este tío de qué va, pero claro, no saben que, como dice Rafael Pérez el editor en la introducción, soy un escritor de culto en Huelva y alrededores y oculto para el resto de la humanidad. Cosas de la vida. En fin, ahí van estos
Pavo con tallarines de calabacín y salsa de setas
Vamos a ver, el pavo a la plancha o a la brasa y ya está, con su sal y su poquito de pimienta. Pero se hace al final como es natural, para que esté caliente.
Los tallarines se cortan con un cortador de verduras y como no tengáis cortador ni os cuento cómo os van a salir. Se escaldan un momentito solo en agua hirviendo y ya está. También al final para la presentación del plato. Y ahora la salsa, que también es muy fácil, pero en fin, ahí va.
Un par de dientes de ajo laminados y a la sartén con una lámina de aceite de oliva virgen extra, como yo. Antes de que se doren se añaden cuatro o cinco champiñones medianos laminados. A rehogar todo junto. Mientras se rehogan champiñones y ajos, se añadirá una hoja de laurel, otra de romero fresco sin el tallo central que está más duro que un cuerno y luego nos lo vamos a encontrar. Ea, pues ya está. Ah, no, que no he dicho que hay que ponerle sal y pimienta, y si os place un poco de orégano, pero ya va bien de sabor con el romero y el laurel, más los champiñones, que es lo que le da carácter a la salsa como es natural. Bien, cuando estén bien pochados añadimos medio vaso de los de vino de vino oloroso seco, sin miedo. Subimos el fuego y a esperar que esté casi reducido. Metemos la minipimer y añadimos culantro (hojas de cilantro para los que no sois de Huelva) o perejil recién cortado, más medio bote pequeño de nata líquida, es decir 100ml. Se da un calentón a la salsa y se presenta como queráis o como aparece en la foto. Condieu.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Una preciosidad con verduras (again)

Este pastel de la Provenza es muy bonito y muy lindo, pero le comentaba yo a mis compañeros de mantel que no estaría mal meterle unos langostinos de trasmallo por entre medio de las verduras. Vamos, sin que se note. La próxima vez creo que los langostinos van a caer, pero vamos con este pastel que es la mar de fácil de elaborar. Rápido y muy mono además.
Tian provenzal .- Berenjenas (procurad que sean pequeñas), calabacín (procurad que sean de buen calibre), tomates (no demasiado grandes) y cebollas rojas de esas dulces o las que tengáis. Quesos para fundir, aceite, vino blanco, pimienta, albahaca y sal. Ya está. Viendo el pastel os podéis imaginar cómo se hace, por lo que no hace falta que os cuente que se cortan las verduras en ruedas y se van poniendo unas con otras formando un circulo alrededor del molde y otro en el centro, que se espolvorea con pimienta, albahaca y sal, que se le echa un poquito de vino y un hilo de aceite, cubriendo todo con queso para fundir. Al horno una hora a 170º. A mí me gusta que la verdura no quede muy hecha, pero en fin, eso cada cual que haga lo que le parezca. La hoja de albahaca en el centro es para decorar, y la próxima vez, le pongo langostinos. Ea, condieu.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Otra manera de hacer la pimentada

Si estás harto de hacer siempre la misma pimentada, aquí tienes una manera distinta, muy distinta, de presentarla y elaborarla. Por supuesto más compleja, crujiente y divertida.
Pimentada con anchoas y calabacín
En primer lugar preparamos la pimentada aliñando los pimientos asados y agregándole un picadillo de tomate, cebolla y pimiento verde, todo crudo, no asado.
En segundo lugar cortamos un calabacín en ruedas finas con ayuda de la mandolina o con el cuchillo pero habrá que tener tino en este caso. Se coloca en el plato solapando las ruedas unas con otras, se salpimentan, se alumbran con unas gotas de aceite y a montar el plato.
En tercer lugar colocamos la pimentada en el centro del plato, cubrimos con unas anchoas y por último nos lo trincamos tan ricamente.
Post scriptum: El contraste de texturas y sabores es extraordinario. Después de probar y disfrutar esta ensalada se me ha ocurrido que unas aceitunas negras y un poco de culantro (hojas de cilantro) no le vendría pero que nada mal. La próxima vez no le faltarán, seguro.

jueves, 12 de marzo de 2015

Pastel de verduras sin lácteos

Para lactófobos o simplemente para quienes quieran probar un pastel de verduras diferente. En este he utilizado masa para brisa o quebrada, pero también debe quedar bien con hojaldre o incluso con pasta filo. En todo caso es un pastel muy sabroso que se consume frío y acompañado de mahonesa, salsa de tomate, rosa...
Pastel de verduras (sin lácteos pero con huevos)
En una lámina de aceite pochamos cebolla, pimiento rojo y calabacín, todo convenientemente troceado. Dos minutos después añadimos berenjenas, damos unas vueltas y añadimos más aceite porque las berenjenas son como son y no hay más que hablar. Cuando veamos que todo empieza a estar pochado se añaden bastantes espinacas troceadas y se van integrando (comprobaréis que disminuyen el volumen en un segundo y como por encanto). Sal, pimienta y un punto de albahaca le van de maravilla a este pastel. Se dan más vueltas y si os apetece le ponéis un chorreoncito de salsa de soja que le da un punto distinto al pastel. Otra vez dos vueltas y una cucharada y media de harina, a mover para que se integre bien y a apartar del fuego. En cuando dejemos de ver la harina dejamos reposar las verduras y cuando se enfríen le añadimos dos o tres huevos batidos previamente.
Pues ya casi está, se forran los moldes con la masa quebrada procurando que nos sobre masa por los bordes para cerrar luego. Se rellenan los moldes ya forrados con las verduras mezcladas con los huevos, y se cierran con los vuelos que dejamos. Al horno, 190ºC como veinte o treinta minutos, hasta que veáis que toma un color tostado el molde.

domingo, 8 de marzo de 2015

Ma ratatouille particulier


Además de una peli divertida y encantadora, es uno de los muchos platos nacionales de la Provenza. Cada cual lo podrá hacer como quiera, pues es más o menos como nuestro pisto y otras elaboraciones que se hacen fundamentalmente con verduras. Hoy la he elaborado tal como os voy a contar, y las presento en una plancha de hojaldre. Sólo le he puesto orégano, sal y pimienta, además de que en el fondo y sobre la plancha de hojaldre le he puesto un poco de tomate triturado y ajo laminado muy finito. Pero en fin, voici ma ratatouille particulier.
Ratatouille en hojaldre: Tomamos una plancha de hojaldre más o menos rectángular, de una cuarta de largo aproximadamente. Subimos los bordes como medio centímetro para que quede como una cajita. Pintamos de tomate triturado el fondo y le laminamos muy fino un diente de ajo que repartiremos por el fondo. A continuación se disponen las verduras, tal como se muestra en la foto, pero al gusto de cada cual, como es natural.
En esta que veis arriba (antes de meterla en el horno) van calabacines y berenjenas cortados más bien finos, pimiento rojo, unas rodajitas también muy finas de zanahoria, tomates sherry, cebolleta fresca (lo verde cortado a lo largo es lo que está en el centro). Le he puesto un poco de sal, pimienta y orégano. Antes de meterla en el horno le pondré un hilo de aceite de oliva, y al servir otro hilo de salsa de soja, pero esto ya es opcional o, en este caso, un gusto muy personal.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Alboronía con huevo frito

al final le he puesto una pizca de cominos, que se me apetecía y es como se suele hacer la alboronía o boronía en Huelva. También he puesto calabacín. Pero la receta tal como está ahí abajo. El jueves en el curso de cocina intensivo, pollo al romero, con romero que me ha dado el Tino para que no se lo tenga que mangar a la vecina.

jueves, 1 de mayo de 2014

Choquitos metíos en su pisto

Es como un pisto, pero sin berenjenas por una razón poderosísima, no tengo y está todo cerrado, además estoy en pijama y paso de vestirme para ir a por berenjenas. En fin, os cuento cómo van estos choquitos metíos en su pisto o si os quedáis más tranquilos, Chocos con calabacines.- Se pica media cebolla y un par de dientes de ajo y se ponen en una cazuela donde les espera una lámina de aceite. Se pochan una mijita sólo y se añaden los chocos. Ea, a fuego lento y tapado el cacharro (en la foto está destapada la olla para que veáis cómo se hace, cojones). Aparte picamos un par de tomates maduros, sin piel ni pepitas, que añadiremos a eso de los cinco minutos más o menos a la olla, aprovechando para poner una pizca de tomillo, otra de pimienta recién molida, pimentón y su poquita de sal (cada cual a su bolo con las cantidades). En una sartén y aparte, y cuando digo aparte es aparte y para eso he puesto esta foto, para que lo hagáis aparte, se fríen un pimiento de los de freír, anda mira tú por donde me ha salido un pareado, un pimiento de freír para freír, ojú. Bueno, pues eso que troceamos un pimiento de freír y lo freimos y reservamos cuando esté frito. Tomamos entonces un calabacín de buen porte pero no para realizar tipo alguno de actividad ajena a los menesteres coquinarios, sino para trocearlo en plan feminista, en cuadraditos pequeños. Se fríe también el calabacín, aunque no sea de freír, y se reserva. Ea, po ya está. Cuando los chocos estén tiernos se incorporan el calabacín y el pimiento que teníamos reservado y se le da a todo un calentón. Se suele servir, o por lo menos en casa se hacía así, sobre un fondo de patatas cortadas en cuadraditos y fritas. Taluego.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Ma ratatuille

Además de una divertida película infantil, la Ratatuille es un pisto nizardo, un plato francés que viene a ser lo mismo que nuestro pisto manchego pero con berenjenas. Como Pilar me ha regalado unos estupendos tomates de Beas y un calabacín blanco precioso, pues me he puesto a hacer pisto, pero ya puestos, he cogido una berenjena y la he pelado y cortado en rodajas, luego le he puesto su sal y (sin dejar que pierda su amargor, como suele hacer todo el mundo menos yo) la he metido en el horno. Cuando la berenjena ya estaba prácticamente hecha, he apagado el horno y sin moverla de la rejilla donde se han horneado las rodajas, les he puesto un hilo de aceite de oliva, orégano, albahaca y romero. De nuevo al horno, ya apagado como os decía, para que repose y tome el sabor de las especias.
Por otro lado hice el Pisto al modo tradicional: cebolla y ajos primero, luego pimientos verdes y rojos pero de los de freír, no los de asar, calabacín y tomates maduros sin piel ni pepitas. Sal, pimienta, un poco de azúcar por lo de la acidez del tomate, y a huir.
Con este pisto y las rodajas de berenjena que tenía ya listas, he montado el plato más o menos como veis en la fotografía (que esta vez no me ha salido mal, vaya usted a saber por qué): berenjena abajo, pisto encima, berenjena otra vez y pisto de nuevo. Ramita de perejil que mola un montón y albahaca seca espolvoreada por el plato para que su aroma nos acompañe. Dabuten, troncos. Hasta pronto.

viernes, 31 de agosto de 2012

Sobre el pez araña

También llamado pez escorpión, el Trachinus draco es lo que en estas costas onubenses llamamos pez araña. No suele consumirse en muchos lugares, probablemente por la espina venenosa dirigida hacia atrás que tiene en las agallas y en la primera espina dorsal. Si accidentalmente tienes la desgracia de pincharte, ya puedes ir yendo al ambulatorio más cercano y en todo caso meter la mano o el lugar donde te haya picado el pez araña, en agua muy caliente. Si la picadura es por derecho y el picador ha sido un pez de buen tamaño - pueden superar los treinta centímetros de eslora - te causará bastante dolor, hinchazón. fiebre y hasta síntomas de asfixia. Una picadura accidental no tiene porque pasar necesariamente en la cocina, pues este curioso pez se pasa el día semienterrado en la arena, por lo que si tienes la mala suerte de pisar uno, pues el pececito se defenderá picando lo que haya que picar, en este caso el pie. En el formidable acuario de Santander lo tienen en varias peceras, pues es habitante de estas costas atlánticas orientales, y también del Mediterráneo, por lo que en las peceras que recrean esos ambientes marinos, tenemos a estos pececitos viviendo a cuerpo de rey. En Santander, que yo sepa, no se consumen y nunca lo he visto en el mercado de esa bonita ciudad - formidable y recomendable una visita -. Los marineros, sí. Hace poco pude observar como en el proceso de limpieza de las redes de un barco atracado en el puerto de Santoña, aparecían enredadas entre las mallas bastantes arañas acompañando al también atrapado roamen o morralla (la morralla es pescado pequeño y variado, excepcional para preparar frituras o un fondo para un arroz; el roamen o ruame, es el pescado diminuto que lo único que hace es dar por culo cuando estás pescando, comiéndose la carná, carnada o cebo, y si son gusanitos, albiñocas o arbiñocas, pues mejor. Mejor para ellos, claro). Pregunté que si no lo consumían ni ellos siquiera y me dijeron que algunos sí, señalándome a uno que reía para sí y que tenía una canasta ya preparada para llevárselo a su casa. Las arañas son un pescado de muy buen sabor, firme textura y con un excelente comportamiento - prestaciones se diría ahora - en la cocina, pues se utiliza para todo: rebozados, escalopes, pizzas, croquetas, adobos... o como os lo propongo hoy y os muestro en una, como siempre, pésima fotografía.
Rollitos de araña y calabacín con curry de leche de coco.- Con un cuchillo plano y mucho cuidadito, como se ha advertido previamente, se sacan los lomos de las arañas (si la hueva se viene con el lomo, no pasa nada, pero si veis que está manchada de un amarillo levemente fluorescente, la separáis del lomo y la tiráis por coño a la basura). Se coloca un lomo con la piel hacia arriba y encima de ella una loncha de calabacín que habremos escaldado previamente (con el agua hirviendo, un minuto más o menos) para que se doble sin romperse. Se enrolla el lomo quedando el calabacín dentro y podemos hacer dos cosas, pincharlas con una pequeña brocheta (deben estar bien afiladas) o atar el rollito con cebollino que también habremos escaldado para hacerlo más resistente. En la foto veréis como he hecho un rollo, y lo he pinchado en una brocheta de esas que luego se tiran, a continuación le he puesto medio tomatito (creo que Tomatito ha sacado un disco nuevo), luego otro rollito y por último otro medio tomatito. He manchado la fuente del horno con aceite de oliva, he salpimentado los rollitos y los he puesto en el horno, a 190ºC. Cuando me acordé salí corriendo y afortunadamente no se habían desgraciado, sino que estaban en su punto. Ya os dije antes que la araña es un pescado con buenas prestaciones en la cocina.
Serví dos brochetas entrecruzadas y napadas con una salsa de curry que hice sofriendo cebolla y zanahoria, para añadir manzana cuando estaba la cebolla pochada. Yo le meto la minipimer por el morro y a continuación vuelvo a poner al fuego estas verduras ya trituradas, les pongo su poquita de sal, una cucharadita de curry de Madrás y les doy un par de vueltas. A continuación un bote de leche de coco (los venden en el Hipercor: tienen la leche o jugo de coco en esos estantes donde ponen cosas exóticas de chinos, japos y mejicanos) y a dejar calentar todo a fuego no demasiado fuerte, dando vueltas sin parar, como cuando vamos a las Colombinas, que nos ponemos a dar vueltas y no paramos. Por cierto, la última vez que estuve en las Colombinas, hace un par de años, paré en la caseta que pone el Festival de Cine de Huelva. A la entrada estaba la plana mayor del socialismo onubense y me paré a saludar a uno que es buena gente. Entonces me presentó al resto de la concurrencia, entre ellos a un tipo mal encarado y mal educado que me lió una bronca del copón cuando se enteró de que yo trabajaba en El Mundo. A la vuelta de este breve periodo de tiempo las cosas han cambiado para mí, que he podido escabullirme sin que nadie se diera cuenta y dejar la profesión, pero no para el nota que me lió la bronca, que sigue metido en los mismos líos o peores: lo he vuelto a ver pero ahora a través del aparato televisor: aparecía entrando en el juzgado para declarar por los ERE esos que se han inventado para meter el cazo más de la cuenta. Si es que son como críos, les das la tarta y como no los vigiles, se la comen entera y luego pasa lo que pasa, aunque qué quieren que les diga, debería pasar más a menudo. Cada vez que se trinca a un cabrón de estos con la mano en el cajón, pues al maco con él. Si es donde deberían estar todos, coño.
Bueno, os dejo, que lo único que quería era deciros que las arañas están muy ricas y casi escribo un libro. Ea, condiós miarmas.

domingo, 12 de agosto de 2012

Perder el tiempo

Es como un pasatiempo. La cocina bien entendida sirve para distraer la mente y animar el espíritu. Esto debería tenerlo muy en cuenta el colegio profesional de psicólogos, psiquiatras y loqueros, separado en su día del colectivo más general de payasos, artistas y toreros debido muy probablemente al complicado examen que se exigía para entrar en esta rama sindical en tiempos de la Oprobiosa.
Ayer me llamaban la atención sobre el hecho del tiempo que debería yo perder en la cocina elaborando estos platos. Yo dejaba decir y pensaba en el tiempo que realmente invertí en hacer estos langostinos. En realidad no tengo noción del tiempo que pasé haciéndolos. Cuando empecé a elaborarlos estaba ya empezado el primer tiempo del partido de balonmano de las chavalas españolas que lograron el bronce, y como me cae un televisor al lado de la cocina, pues no perdí puntal del partido y mucho antes del descanso ya estaba tumbado en el sofá viéndolas venir.
El caso es que como el otro día hice una salsa de curry con la leche de coco que me regalaron, pues lo que sobró lo guardé en la nevera y ayer se me ocurrió hacer estos rollitos de calabacín con langostinos al curry. La salsa la tenéis en la entrada anterior, y lo del rollito de calabacín es tremendamente fácil. Se escaldan dos o tres minutos láminas de calabacín en agua hirviendo. Se sacan y con ellas se envuelve un langostino convenientemente pelado. En un palo de brocheta se intercalan tres de estos rollitos con dos trocitos de tomate o medio tomate sherry. Total, cinco minutos. Luego, a la hora de comerlos, se doran en la plancha las brochetitas como es natural y se colocan en el plato de manera artística, napándolo todo con la salsa de curry que habremos calentado mientras hacemos en la plancha las brochetitas. Total, otros cinco minutos como mucho, y eso que éramos nueve a la mesa.

sábado, 11 de agosto de 2012

Restos recientes reciclados

Hay que ver lo que dan de sí unos filetitos de pollo. El otro día me regalaron un bote de leche de coco, de modo que tenía salsa de curry a la vista. Como me quedaban unos filetitos de pollo, pues me dije que cena lista: Pollo relleno de calabacín al curry. Lo del calabacín es para mejorar la textura del puñetero pollo, que me imagino que los niños lo habrían comprado en el Mercadona o en un sitio de esos baratos.
He cogido un calabacín, he cortado unos palitos no demasiado finos y he procedido a envolverlos con un filetito de pollo. Los he pinchado con un palillo para que guardaran la forma, les he puesto sal y pimienta y los he dorado en una sartén a fuego vivo. Aparte hice una salsa de curry refriendo en una lámina mínima de aceite cebolla y zanahoria, todo bien cortadito y añadiendo una manzana también en cuadraditos cuando la cebolla estaba ya pochada. Se añade entonces un poco de sal y el curry, dando dos vueltas y media, y la leche de coco (o nata si no la tienen, pero la venden en el lídel o como se escriba y en sitios por el estilo). Se da un hervor y se pasa por el chino para obtener una salsa fina y que conserve el color, pero si lo prefieren pues le meten la batidora y a otra cosa mariposa. Ya está. Se les quita el palillo a los trocitos de pollo dorados con el trocillo de calabacín dentro y se colocan en una cacerola al fuego, se va echando por encima la salsa que queramos y se sirve acompañado de arroz blanco y todo espolvoreado con una mijina (*) de pimentón, que queda muy chulo. Ea, condiós.

(*) Mijina.- (Dim. de migajina, que lo es a su vez de migaja, que es dim. de miga). Loc. verb. coloq. Porción menor que un poco, pero mayor que mijinina, que es cantidad ya apenas significativa.
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lunes, 29 de marzo de 2010

Todo con gurumelos



Me preguntan sobre lo que se puede hacer con gurumelos (Amanita ponderosa) que no sea lo habitual. Pues de todo, hija mía, de todo. El gurumelo, como cualquier otra seta, es un comodín en la cocina. En este caso el triunfo que has estado esperando toda la noche, envuelto en humo y gin tonic. Je. Aquí tienes, por ejemplo, un pastelito de verduras. Con gurumelos, of course.
Pastel de verduras con gurumelos.- Coge un puñao de guisantes, o dos. Pica dos zanahorias, o tres si son pequeñas. Trocea un calabacín, con su piel y todo, o dos si son pequeños. En todo caso, a tu gusto. Pones un fondito de agua a hervir y cuando hierve, le echas las verduras, primero los guisantes y las zanahorias, y a los tres minutos el calabacín. Les pones un poquito de sal y pimienta, y esperas para sacarlas unos diez minutos en total, o menos, pues el caso es que queden cocidas pero enteritas, con buen color. Las escurres en un colador amplio y cortas la cocción poniéndolas bajo el agua del grifo.
En una sartén amplia echas una lámina mínima de aceite de oliva virgen extra, salteas dos - o tres sin son pequeños - gurumelos (los que no sois de Huelva, probad con otra seta, Amanita caesarea, Boletus edulis, Catharellus cibarius... que aquí las llamamos tanas, tentullos, chantarelas o rebozuelos...). Al minuto le añadimos las verduras, que ya estarán bien escurridas. Salteamos otro minuto más, o incluso menos, y apagamos el fuego. Sacamos las verduras y los gurumelos de la sartén para que no continúen con su cocción. En un bol mezclamos doscientos cl de nata líquida y cuatro huevos, le ponemos sal y pimienta - con cuidadito, que ya le pusimos a las verduras, y a batir que son dos días. Luego mezclamos tan ricamente las verduras con el batido y todo a un molde de esos alargados (o individuales si queremos quedar más bien que todas las cosas), engrasado de mantequilla y espolvoreado de pan rallado. Al horno como tres cuartos de hora más o menos y a unos 180ºC, no hace falta más temperatura; en todo caso más tiempo y ya está. Aquí todo es más o menos, porque la cosa es ir viendo como va el asunto. Como todo en la vida.
Cuando metemos una aguja de hacer punto en el pastel y vemos que sale limpia. Sacamos el pastel del horno y a esperar pacientemente a que esté frío para sacarlo del molde sin que se parta. Va bien con una crema de calabaza o de calabacín, que se hará muy simplemente, poniendo a cocer unos trozos de calabaza - sin piel -, en leche con sal y pimienta. Cuando esté tierna, se pasa por la batidora eléctrica y ya está.
La de calabacines es como sigue:
Crema de calabacín.- Lava y trocea, con su piel, un par de calabacines medianos. Ponlos a saltear en una cazuela con una lámina de aceite de oliva, a fuego medio. A los dos minutos, le añades sal y pimienta, más un poco de nuez moscada recién rallada. Echa en el mismo recipiente medio vaso de leche y termina de cubrir con agua. Deja que se hagan los calabacines a fuego medio y cuando estén tiernos, los pasas por la trituradora eléctrica o por la turmix añadiendo un poco de perejil recién picado. La textura, la que te guste. Bueno, adiós, que me voy a ver una peli.

miércoles, 22 de julio de 2009

Verduras y caña (a la espera del Mont Ventoux)





A las doce y cuarto estoy ya sentado delante del televisor. Hoy se supone que debería haber sido la etapa reina, y la verdad es que no ha estado mal. Haber ha habido caña, pero de aquí al samedi, habrá más, eso está claro.
Ahora, eso sí, todo quedará meridianamente claro en la contrarreloj de mañana y, sobre todo, el sábado en la ascensión al Mont Ventoux. Para que se hagan una idea, en los últimos veintisiete o veintiocho kilómetros pasan de estar a 300 metros de altitud, a casi dos mil. Una barbaridad.
Bueno, pues para ver la etapa tan ricamente, hoy se come frio. Además estamos solos Manolete et moi, avec ce que il n'y a pas problème. Gazpachito que quedó de ayer, y cómo no le pongo pan, pues no se oxida y está igual de bueno. En un momento de transición, tras el descenso del Roselend, que aprovechó el noruego Thor Hushovd para iniciar una larga escapada, y cuando el líder de la regularidad ascendía en solitario el Saisies, aproveché yo para hacer la
receta de Huevos rotos con patatas y chorizo.- (para dos personas humanas) Se saltean dos ajetes picaditos en aceite de oliva virgen extra, una lámina sólo, y a continuación se añaden unas patatitas cortadas en cuadraditos y previamente fritas. Añadimos toute de suite un rodaja de chorizo, de un centímetro de grosor y hecha taquitos a continuación. Se cascan dos huevos encima, se le pone a todo un poquito de sal fina, y se espera a que cuajen les oeufs. A la hora de ponerlos en el plato, se rompen con el canto de la espumadera. Son sólo tres minutos, cuando volví, el noruego continuaba su escapada - no lo pillarían hasta después de tomarme un cafelito para no quedarme dormío y cuando me estaba fumando tan ricamente un don Julián del número 5 -.
El tercer y último plato, que de postre tomamos fruta, fue uno que tenía elaborado desde por la mañana, quiere decir que se puede comer frío o a temperatura ambiente, que fue como nos jincamos Manolete y servidor unos estupendos

Milhojas de berenjenas, calabacín y pimientos (del piquillo por no ponerme a asar pimientos).-En el horno se colocan rodajas de berenjenas no demasiado finas, pero tampoco gordas, vosotros me entendéis, pero si no me entendéis lo hacéis como os dé la gana. Cuando están hechas se colocan en el fondo del plato donde se vayan a presentar, dentro de un cuadrado o de un círculo no mercantil, sino de metal, que no es lo mismo. Se pasan por aceite rodajas de calabacín cortadas finas, que tomarán algo de aceite pero no importa, no sólo porque llevo torta (Fofito dixit), sino porque se colocan encima de las berenjenas, que están más secas que un tollo y esto les vendrá bien. Sobre las berenjenas y los calabacines, se colocan pimientos asados o del piquillo si no tenemos ganas de ponernos a asar pimientos, dejarlos sudar después tapados con un trapo y cuando estén fríos, pelarlos y cortarlos en tiras o como quiera cada cual. Así que del piquillo. Y encima de todo una salsita de tomate que habremos hecho sofriendo primero cebolla y apio, echando tomate triturado, sal, albahaca, perejil, pimienta y una mijita de azúcar para quitar acidez a los tomates. Pues esta salsa, cuando esté bien cuajada y para nada líquida, es la que se pone por encima. Se adorna, como se ve en la foto, que la he hecho yo, con un punta de espárrago y perejil recién picado y espolvoreado por encima.

Y ya está, veremos mañana en la carrera contra el cronómetro, donde los hermanos Schleck en principio no tienen por qué dar problemas. Allí Contador se los lleva de calle, y en la ascensión al Mont Ventoux seguro que también estará a la téte de la course. Queden ustedes con Dios.