sábado, 28 de febrero de 2009

90 días de penitencia (26)

Desayuno:
· café cortado (leche semidesnatada)
· Nopán con pavo

Ya está cerca el fin de mes, y por lo tanto el jamón. Además creo que estoy adelgazando más de lo previsto. El jueves tengo consulta con la médico y ya veremos cómo va la cosa. En cuanto al pavo, es uno que venden aromatizado con finas hierbas, aunque le sale eneldo por los cuatro costados, aunque teniendo en cuenta las calorías del jodido pavo, en lugar de cuatro costados, debe tener, como mucho, uno.

Almuerzo:
· Ensalada de berros
· Calabacines rellenos de pisto
· 1 vaso de vino tinto. Crianza
· Nopán
· Fresas con zumo de naranja

Me ha hecho la ensalada mi niño el grande. No me digan que no es conmovedor. Ha puesto un montón de berros en una fuente honda y encima le ha picado lo que le ha parecido. El aliño, el normal, aceite, vinagre y sal. Pero las proporciones fantásticas. Es un crack. Cuando quiere, claro está.
Fui a la tienda de Juan y le dije que me diera tres o cuatro calabacines, amén de otras delicias bérzicas que tiene el jaraqueño en su frutería que es la del barrio. Me dio dos normalitos y uno extremadamente largo que fue el cachondeo del respetable que esperaba turno en el dicho colmao. Uno le sigue la corriente y las señoras se divierten de lo lindo con las cosas de Juan y con el calabacín, enhiesto pero con esa curvatura fálica tan característica. En cuantito llegué a casa lo troceé en porciones de unos cinco centímetros, los ahuequé y los puse a cocer en agua caliente unos minutos, hasta que estuvieron blandos. Mientras piqué moderadamente groseras una cebolla y dos trozos de pimiento de los de asar, uno rojo y otro verde, además de un tomate maduro y grandote, sin piel ni pepitas. Hice un pisto añadiendo algo de sal, pimienta y un poquito de azúcar por lo de la acidez del tomate, pero poca en todo caso. Con el pisto rellené los calabacines ya cocidos y tiernos pero firmes. Con el resto del pisto que me sobró decoré el plato. Estupendos.
Le estoy cogiendo afición a las fresas. Partidas a la mitad y de esas candongas de las que ya os he hablado, les exprimí el zumo de una naranja y las dejé reposar media horita en la nevera. Ya está.

Merienda:
· Café con Moi
En el blog tenéis la conexión con su página web. Es un fotógrafo excepcional. Me trae un catálogo que ha hecho en forma de libro de su última exposición “Retratos de primera mano”, y un ejemplar de “Huelva en su salsa. 1000 recetas de cocina” que compró doña Bella, su madre y que tiene muy buena pinta, quiero decir que es un libro de los que no están en un estante, sino en la cocina, a pie de obra. Se lo firmo y nos vamos a tomar un café a un bar del barrio. Con la charla de Moi no es necesario tomar nada más que un café calentito. Momentos agradables que tiene la vida.

Cena:
· Lomo con verduras.
· Nopán
· Vino tinto
· Yogur desnatado con sabor a… chantatachán, Melocotón, creo

De pronto he caído en la cuenta que como menos carne que un jilguero. Así que hoy para cenar, he pillado dos lomitos (aunque no coma carne, la compro para los demás, que a dieta sólo estoy yo) y los he pasado por la plancha. A su vera he puesto unas verduras a la plancha, sin sal ni nada, pero con un hilo de salsa de soja, que no sé por qué me gusta un montón.

viernes, 27 de febrero de 2009

90 días de penitencia (25)

Desayuno:
· Café cortao
· Tres tostaditas de nopán con embutido de pavo

A saber qué comerán los pavos. El caso es que hacen un embutido con las mismas calorías del nopán, eso que es como pan pero sin calorías. Total, que le pongo un chorrito de aceite de oliva, virgen extra por supuesto, en mi vida no existe otro, para no morir desnutridito.

Almuerzo:
· Crema de verduras
· Lomitos de cerdo marinados con setas
· 1 vaso de vino tinto
· Nopán
· Tarta de manzana


Ya os expliqué el modo y manera en que hago las cremas de verduras para el plan, las cuales dependen de lo que haya en el cajón de las verduras, naturalmente. Esta es la que hice ayer y que ya se ha acabado, pues a todo el mundo le gusta. Le he puesto por encima un poquito de albahaca cortada con las manos.
A ver si me acuerdo, tomé el lomo de cerdo y lo corté en filetes de unos 4 milímetros de ancho, quiero decir que no sean demasiado finos. Luego puse una tanda en un cacharro, cubriendo todo el fondo, y les piqué ajito, unas hojitas de laurel, romero, vino blanco y la cáscara de una naranja dulce. Encima puse otra capa de filetes hasta cubrir los anteriores. Añadí más vino para terminar de cubrir los filetes de lomo y los dejé en la nevera hasta este mediodía, que lo único que he tenido que hacer es refreír un diente de ajo y añadirle un par de champiñones cortados en láminas, tres o cuatro setas de cardo cortadas en tiras, y unos cuantos trozos de tentullos (Boletus edulis, B. reticulatus, B. aestivalis…) que tenía secos y que acabo de hidratar poniéndolos en agua, sin más, cinco minutos. Cuando las setas están salteadas, les añado el líquido de la marinada de la carne, el de haber hidratado las setas y un poco de sal. Subo el fuego y espero a que se reduzca la salsa. Se sirven los lomitos a medio cubrir de setas y con un poquito de su salsa. Decorar a gusto, con una ramita de perejil por ejemplo.
La tarta de manzana es fácil de hacer y cualquier día de estos os lo explico. Esta pertenece a una tarta que le han traído a mi padre y no me he podido contener. Pero estoy tranquilo, creo que estoy perdiendo peso.


Merienda:
· Té solo y sólo
Para andar aquí entretenío con el ordenador, me basta con el té calentito.

Cena:
· Espárragos con salsa tártara
· Tortilla japonesa con berros
· Un tinto
· Yogur natural desnatado

Los espárragos y la tortilla son repetición de las jugadas más importantes. Quiero decir que las hice hace unos días. Las buscáis y ya está.

jueves, 26 de febrero de 2009

90 días de penitencia (24)

Desayuno:
· Nada
He pasado la noche cuidando de mi padre. La persona que se queda con él por la noche tuvo un contratiempo y no pudo venir. Así que no tengo ganas ni de desayunar. Después de lo de ayer, hasta me viene bien.

Almuerzo:
· Ensalada con almejas y longuerones
· Potaje de vigilia
· 2 tintos
· Nopán (pan integral tostado)
· Una pera y dos mandarinas

A mediodía está la casa llena de gente. Mi hermana y mi cuñao, que me están echando una mano que no veas, mi novia y mi niño el pequeño, que el grande está en Cádiz. Además de mi padre, claro está. Como quedaba potaje del otro día, pues lo pongo en una olla a fuego lento mientras hago una ensalada y resuelta la comida para todo el personal. A mi padre le hago una comida aparte, que él tiene otro plan.
En el centro del plato pongo un montoncito de lechugas de esas que venden envasadas y preparadas para comer. Sobre ellas pongo unos daditos de tomate, pelado y sin simientes; más pepinillo también picado, queso fresco –tipo Burgos- en daditos, un resto de mojama que quedaba cortado en láminas, pepino… y todo lo que se os ocurra, pero procurando que el plato quede mono y con buen ritmo cromático. Un poco de espuma de sal – que me la trae Juan Hernández de Portugal – y unas almejas que acabo de abrir, más unos longuerones que también me sobraron del arroz de ayer y que una vez abierto, despojo de su concha y corto en cuatro trozos cada uno. Por encima, zumo de limón y aceite de oliva, más perejil picado muy fino y cubriendo la ensalada y el resto del plato. Rica y resultona.
Del nopán ya os he hablado, es ese pan que venden envasado en cajas de cartón, con pocas calorías y que al peso resulta absolutamente etéreo. El nombre se lo he puesto yo, pero creo que ya os lo había contado.

Merienda:
· Té solo

Cena:
· Crema de verduras
· Alcachofas rellenas
· Yogur natural desnatado

Poco a poco voy volviendo a la normalidad de la dieta. Estos días atrás han sido un tanto descontrolados, así que procuro mantener más que la calma, el sentido común. Para despedir el día, crema de verduras de la que hice ayer o antes de ayer, que no me acuerdo bien, y luego unas alcachofas que acabo de hacer tal como las que hice en los primeros días de dieta, pero añadiéndole al refrito medio pimiento y una zanahoria pequeña, así como un buen puñado de guisantes y azafrán para que tome un color bonito. También tengo que decir que para ligar la salsa, mezclé un poco de ella con media cucharadita de harina de las de café. Es poca cosa y la salsa resulta más trabada y apetecible.

miércoles, 25 de febrero de 2009

90 días de penitencia (23)

Desayuno:
· Café cortao
. Nopán con una mijita de aceite
Hoy es mi día libre. En realidad esta semana no debería tener día libre porque ha estado muy ajetreada, pero en fin, supongo que unas semanas se perderá menos peso y otras más. El caso es que el objetivo no esté lejos, y el objetivo es perder unos cinco kilos mensuales a lo largo de tres meses. Sólo eso, no quedarme como la Twiggy. De todos modos, hay que ser moderados en el comercio y en el bebercio. Veremos a ver cómo va el día. De momento, café cortao y tostadas de esas de pan integral que viene ya tostado. Las llamo nopán. Pesan menos que un sello de dos pesetas. Les pongo un poco de aceite por encima.

A media mañana:
· Zumo de naranja
Me apetece un zumito de naranja, así que me lo tomo.

Aperitivo:
· Dos manzanillas
· Boquerones y choquitos fritos

Me voy con mi cuñao Luís a la plaza de abastos. Vamos a comprar un poquito de marisco y un choco para hacer un arroz caldoso como los que hacía mi madre, que a mi cuñao le encantan. Compramos almejas de muy buen tamaño y mejor pinta, y longuerones para el arroz, también como es natural cigalas y gambas (ya os decía el otro día que el marisco, como el jamón, han bajado de precio. Es una cuestión psicológica de las masas proletarias, pero creo que Carlos Marx no estudió esta cuestión a fondo, entre otras cosas porque él no tenía problemas para llegar a fin de mes amb nosaltres). Compramos fresas como las del otro día, las candonga esas que están tan buenas. También nos acompaña mi sobrino Luisete, que compra caballas y longuerones para una barbacoa que tiene mañana. Compartimos los tres dos medias, una de boquerones blancos de la costa, estupendos y bien fritos, y la otra media de chocos.

Almuerzo:
· Mojama de atún de Isla Cristina
· Espárragos con salsa tártara
· Gambas
· Arroz caldoso de Huelva
· Vino tinto (no puedo especificar cuánto)
· Tres o cuatro rebanadas de nopán (pan integral tostado)
· Carpaccio de mango con tartar de fresas


La mojama la corte en finas láminas y les puse en el centro un adornito de perejil y una aceituna negra. Llevan un hilo de aceite espiral, desde la aceituna negra hasta el mismo borde del plato. Tomé dos o tres láminas de mojama. Los espárragos los cubrí hacia el centro con una salsa tártara que hice con poca mahonesa (ligera o lai), alcaparras, pepinillos, aceitunas negras, pimiento morrón y cebolleta fresca más culantro (cilantro fresco) y un toque de zumo de limón. Comí tres o cuatro, no eran de un calibre muy grueso. Las gambas las cocimos como el sentido común manda. Puse la olla más grande que tengo en el fuego, y cuando rompió a hervir, pues eché un puñao de sal. Esperé a que de nuevo volviera a estar en ebullición el agua y entonces eché como trescientos gramos de gambas, no más. A los dos minutos y medio (eso del minuto es puro mito) las gambas se asomaron a la superficie para avisar, las criaturitas mías, de que ya estaban en su punto. Así que con la espumadera las fui sacando y mientras el agua volvía a encontrar su punto de ebullición, enfríe las gambas cocidas al chorro del agua fría, para que luego se pelen bien y la carne quede tersa y estupenda. Repetí la operación tres veces para cocer el kilo de gambas enterito. Las cigalas decidimos dejarlas para la noche. Y el agua de la cocción lo reservé para el arrocito.
Para el arroz, hice un refrito con media cebollita, tres dientes de ajo, una zanahoria mediana, un pimiento mediano, dos hojas de laurel y un puñao de guisantes (El puñao, para quienes están obsesionados con las cantidades, les diré que debe ser un puñao exacto). Les fui dando vueltas para que se hicieran tos por iguá valientes, y luego le puse un poco de azafrán y pimienta, poca. De sal nada, porque voy a utilizar el agua de la cocción de las gambas. Cuando la verdura empieza a estar pochada, en un momento, se añade el choco bien troceado, dando vueltas hasta que cambia de color. Entonces se echa el arroz (el tipo bomba es el mejor) y se dan vueltas pacientemente para que se impregne bien de las grasas del refrito. Y ahora se añade el agua de la cocción de las gambas (en una proporción 1/2’5) y se dan unas vueltas, dejando que el choco cueza y que el agua empiece a reducir un poco, además de que el arroz se vaya haciendo. Esto se hace así para que el choco se ponga tierno, ya que tarda. Luego, cuando al arroz calculamos que le quedarán como diez minutos (el bomba tarda más que otros arroces, pero la cosa está en ir probándolo a ver cómo está de tierno para sacarlo en su justo momento) se añaden unos longuerones y tres minutos después, unas almejas y unos langostinos pelados. Ya está. Se adorna con perejil picado muy fino y a disfrutar de la vida.
He cogido un mango y lo he pelado, para después ir sacándole láminas poco a poco y disponiéndolas de una bonita manera en una fuente redonda y grandota (premio). Con una docena de fresas del tipo candonga (o con las que tengáis, tuviera qué ver) hacemos un tartar picándolas y añadiéndoles azúcar. Se remueve bien, se deja macerar mientras comemos y cuando hemos terminado se pone el montón de fresas justo en la mitad del mango laminado. Coronándolo todo, una punta de brote nuevo de hierbabuena. Fantástico de color y excelente el contraste de sabores.

Merienda:
· Café
· Dos dulces

Hombre, después del pescaíto frito en el bar de Miguel, del arrocito y otros complementos del almuerzo, debería no haber tomado nada, pero se presentó Lola con unos dulces después de la siesta y a ver quién es el guapo que dice que no. Dos cayeron, qué le voy a hacer. Hoy, desde luego, es mi día libre, pero libre de verdad. Hoy he puesto media arroba, fijo.

Cena:
· Cigalas
· Berdigones
· Escalopes de merluza
· Ensaladilla rusa ligera
Dos tintos

Las cigalas las cuezo con la misma filosofía que las gambas. Espero que el agua esté bien salada y en ebullición y entonces introduzco tres de ellas. Espero a que me avisen las criaturitas mías, y las saco para enfriarlas enseguida. Con las otras tres hice lo mismo. Tocamos a una por cabeza. Los berdigones es ponerlos en una cazuela tapada y esperar a que se abran, ni limón ni ná. Bueno, ya sé que se escribe con uve, ya lo sé, pero en Huelva es con be, como berberecho, su nombre guiri, qué quieren que les diga, así está puesto en las pizarras de todas las tabernas y en la calle que lleva tal nombre: Berdigón, donde tiene la consulta José Luís Salvador, el traumatólogo.
Para los escalopes sigo la tradición onubense. Macero la merluza ya troceada con limón, sal, ajito y perejil muy picadito. Lo pongo todo en un tapergüer o tupperware, tapado y lo dejo reposar por lo menos un par de horas. Luego, paso el pescado por huevo (donde van dejando el ajito y el perejil que ya han cumplido su misión) y por pan rallado. El truco está en freírlos en aceite abundante y bien caliente y en tandas de pocas presas, para que no se nos baje la temperatura.
La ensaladilla rusa ya os dije el otro día cómo la hago, con mahonesa de esa lai, y no lo voy a repetir ahora, simplemente recordaros que para que sea rusa debe llevar remolacha, que es lo que le da el color rojo característico de esta insalate rose.

martes, 24 de febrero de 2009

90 días de penitencia (22)

Desayuno:
· café cortado (leche semidesnatada)
· Tostada de pan integral con aceite

Esto del pan integral que venden ya tostado es genial para las dietas. Yo, poco a poco, lo estoy usando cada vez de manera más habitual. Verán, el paquete, que trae como treinta o cuarenta tostadas de estas, tiene unas 300 calorías, quiere decir esto que cada tostada tiene 10 calorías, lo cual es más o menos lo que gastamos en calorías masticando las tostadas. Es decir, que tienen cero calorías, je, je, je. Son las cuentas de la vieja, pero es para que tengan una idea de lo que supone el aporte calórico de estas tostadas de pan integral. Es más, si te metes dos tostadas al mismo tiempo en la boca y las masticas, lo que te terminas tragando es del tamaño de medio guisante como mucho, quiero decir que debe ser todo agujeritos, porque pesan menos que una pluma. En fin, buenísimas para las dietas.

Almuerzo:
· Tortilla japonesa
· Langostinos con salsa de yogur
· ½ vaso de vino tinto. Crianza
· Pan integral tostado.
· Crema de vainilla

Hoy el verde irá acompañando al plato principal, los langostinos, mientras que para empezar batiremos tres huevos y le añadiremos una cucharadita de azúcar, un chorreón de leche y una cucharadita pequeña de harina de maíz, de maicena por ejemplo. Con todo esto bien batido y bien ligado, haremos nuestra tortilla rellena de jamón york, así que preparamos unas tiritas finas de jamón york y las tenemos reservadas mientras calentamos una sartén apenas engrasado su fondo con aceite o mantequilla. Cuando está caliente la sartén, echamos un tercio del batido de huevos con el resto de ingredientes. Esperamos a que cuaje, como si estuviéramos haciendo crepes, y le echamos unas tiritas de jamón york. A continuación la envolvemos sobre sí misma y la dejamos a un lado de la sartén. Al otro lado echamos otro tercio del batido de huevos, y levantamos (Ah, se me olvidaba, yo la hago con palillos, me resulta más cómodo, pero la podéis hacer como os de la gana, evidentemente) la tortilla que ya tenemos envuelta para que el nuevo cuajado se meta por debajo. Esperamos a que espese esta nueva capa y volvemos a echar jamón de york y a liar otra vez la tortilla en la que ya teníamos hecha, que queda por lo tanto en el interior de la nueva. Y otra vez el mismo proceso, dejamos la tortilla a un lado de la sartén y echamos el resto del batido de huevos en el otro lado. Levantamos la tortilla para que se introduzca la mezcla el nuevo cuajado bajo ella y otra vez relleno de jamón york y a envolver. Y ahora el toque final, tomamos una esterilla de cañitas, de esas con las que hacemos los rollitos de sushi, y ponemos film transparente sobre ella. Allí depositamos la tortilla ya terminada y la envolvemos con cuidado y ejerciendo cierta presión para que la tortilla adopte una forma redondeada. Se termina de enrollar en la estera la tortilla y la atamos para que no pierda la forma. Se sirve con un poquito de arroz blanco (se enjuaga antes de hervirlo el arroz para quitarle el almidón y se le pone un poquito de sal) y cortada en ruedecitas la mar de lindas.
En un cuenco pongo ajetes troceados con una pizca de sal, aceite y zumo de limón. Voy pelando los langostinos y poniéndolos en el cuenco, que remuevo al final y tapo con film transparente. Las cabezas las pongo en una sartén con una lámina mínima de agua y las refrío durante un par de minutos. Las paso al colador chino y las estrujo, recogiendo el líquido que sueltan y mezclándolo con un yogur desnatado, sal y pimienta. Ya está. Los langostinos deberán macerar en los ajetes al menos media horita, después los paso por la plancha atravesándolos con un palillo y una hoja de hierbabuena. Se toman acompañados con la salsa de yogur que acabamos de preparar.
Hoy he hecho crema de vainilla para todo el mundo, así que yo me saltaré un poco la dieta para tomarme también mi tazón. Cogí una vaina de vainilla y la abrí a la mitad, para ponerla a cocer suavemente en medio litro de nata líquida. Mientras cocía (y vigilando que no rompa a hervir), batí cinco yemas de huevo con cuatro cucharadas soperas de azúcar y cucharada y media de harina de maíz, batiendo bien y añadiendo todo esto a la nata que está cociendo con la vainilla. Cuando espesa la mezcla, se apaga el fuego, se retira la vainilla (que se puede volver a utilizar) y se vierte en recipientes adecuados para raciones individuales, tazones de desayuno por ejemplo, dejando las cremas que se enfríen. Se puede poner azúcar por encima y tostarla con un hierro o con un soplete de esos que se han puesto de moda para hacer esto simplemente. Yo, la verdad, no lo tengo, así que me las arreglo de una manera mucho más chapucera, vamos calentando una vieja pala de pescado en el fuego del butano y arrimándola al azúcar. Tardo más, así que cualquier día me compro el cacharro ese moderno.

Merienda:
· Menta poleo y dos galletitas
Una menta poleo que me hago mientras le preparo el café a mi padre, que hoy el asistente libra. Le arrimo al viejo la caja galleta y le vuelvo a quitar un par de ellas. Pequeñitas eh, no me vayáis a decir luego que esto no es seguir la dieta.

Cena:
· Ensaladilla rusa
· ½ vaso de vino blanco joven.
· Tostadas de pan integral
· Dos peras


Ya tengo mahonesa lai o ligera en casa de forma habitual, y eso que sólo llevo veintidós días de dieta. De modo que me voy a marcar una ensaladilla rusa por el morro, pero una ensaladilla simple y baja en calorías. Vamos, digo yo. Cuezo dos patatas medianas, tres zanahorias y dos huevos al mismo tiempo. Cuando están listos, pelo y pico las patatas, las zanahorias y los huevos. A esta mezcla le añado cinco o seis pepinillos en vinagre y media remolacha (para que dé el color; si no, no es rusa, que viene de rose, de rojo. Lo de rusa es una confusión lingüística, es insalate rose, en italiano y ensalada roja, que debería ser, en español. Pero tanto en Italia como en España se quedó lo de rusa, que es más exótico y luego se extendió así por todo el mundo). A la mezcla obtenida, a la que también se le pueden añadir unas alcaparras, lechuga cortada en juliana si se va a consumir enseguida, y pimientos morrones, sobre todo para adornar, se le añade un poquito de vinagre y sal, más como es obvio, mahonesa de esta tipo ligera o lai, y ya está.

lunes, 23 de febrero de 2009

90 días de penitencia (21)

Desayuno:
· café cortado (leche semidesnatada)
· Tostada de pan integral con aceite y jamón york

El jamón york, del lai. Que conste.

Almuerzo:
· Crema de verduras
· Merluza con mahonesa al horno
· ½ vaso de vino tinto. Crianza
· Pan integral tostado.
· Naranjas con menta y canela

Bueno, la crema es la misma que vengo haciendo estos días. El caso es que me sale estupenda y a todo el mundo le gusta, así que tengo que hacerla cada dos por tres porque me quedo sin nada enseguida. Voy a tener que ir pensando en poner un frigorífico con un candado al que no pueda acceder nadie. En fin, que les pongo brócoli, calabacín, apio, puerro, pimiento verde… y zanahoria, por lo general, aunque también nabo, calabaza o lo que tenga a mano. Luego un poco de aceite de oliva, sal y a cocer. La minipimer (qué gran invento) hace el resto.
En una bandeja pequeña apta para el horno, he puesto un poquito de aceite de oliva en el fondo y encima dos ruedas de merluza. He puesto un poco de mahonesa de esa ligera que compré el otro día, y encima un poco de pan rallado espolvoreado, para formar luego como una costrita. El horno es conveniente que esté precalentado a unos 190 o 200º, para que el golpe de calor haga el pescado en quince minutos o así, y quede jugoso por dentro. En todo caso tened cuidado con vuestros hornos, que puede que tengan más poder calorífico que el mío, que es viejo, bueno prehistórico en realidad, y le sale el calor por la puerta que se las pela. En fin, que a ver si me suben el sueldo y me compro uno nuevo.
Para este postre utilizo un vino de naranja que hacen en la Cooperativa Vinícola del Condado. Es genial, aunque no una novedad, ya que en Moguer se hace y desde hace un siglo por lo menos, según atestigua un lienzo que se puede admirar en el Museo Provincial de Bellas Artes de Huelva. Tomo tres naranjas (navel late, de las que antes llamábamos guachis), las pelo y corto en láminas de 3 ml. En un cuenco mezclo el zumo de otra naranja con una copa de ese vino de naranja que os cuento, aunque se puede utilizar cualquier licor que a cada cual le venga en gana. Le pongo a esta mezcla una cucharada sopera de azúcar y a batir. Ya está, se echa la mezcla por encima de las láminas de naranja y a continuación se espolvorean de hierbabuena picada muy fina y canela molida. Deberán estar en la nevera como media hora, para que tomen todos los aromas.

Merienda:
· Té solo
Lo tengo aquí al lado, junto al teclado del ordenador. Me acompaña por las tardes. Todo un placer.

Cena:
· Ensalada de lentejas y langostinos
· Verduras salteadas en el wok
· ½ vaso de vino blanco joven.
· Un trozo pequeño de pan integral.
· Dos peras


Estuve esta tarde en el médico, en la consulta de José Luís Salvador, antiguo conocido mío. Tengo una hernia discal. De ahí todos los problemas. No coger peso, andar, nadar… y adelgazar. Bien, en eso estamos. Esta mañana dejé unas lentejas en remojo. Ahora las he cocido al dente, que no estén pasadas, sino enteritas. En el plato pongo lechuguita cortada fina, unos daditos de tomate y unos pepinillos en vinagre laminados. Sobre ellas un poquito de sal y pimienta y ahora vuelco un puñadito de lentejas encima. Después los langostinos y vinagre. Un hilo de aceite de oliva para alumbrar el invento y a huir.
He cogido las verduras que tengo en el frigorífico y he hecho una selección a mi gusto. Vosotros la podéis hacer al vuestro, como es natural. Un trozo de col, cortada en juliana no demasiado fina, una cebolleta fresca y una zanahoria pelada, ambas cortadas en palitos, un trozo de pimiento rojo y otro verde, también en palitos, más un poco de brócoli que tenía por ahí. Pongo el wok en el fuego y cuando está caliente le añado un buen chorreón de un aceite ligero, como el de girasol por ejemplo. Al momento, ya el wok caliente y el aceite también, vuelco todas las verduras y las salteo contundentemente durante un minuto o dos como mucho. Añado salsa de soja y zumo de naranja. Les doy unas vueltas y enseguida está el plato listo. Es menester que las verduras queden enteritas, que estén crocantes y no muy hechas, porque pierde calidad y la textura que debe tener el plato.

domingo, 22 de febrero de 2009

90 días de penitencia (20)

Desayuno:
· café cortado (leche semidesnatada)
· Tostada de pan integral con aceite de oliva


A ver si llega fin de mes, cobro y me puedo comprar un jamón, que están de precio estupendamente. La crisis, que puede con los mejores.

Desayuno (2):
· Menta poleo

Estoy por el centro y me encuentro a Jesús “Chico” Fernández Jurado, que iba con Pilar Rufete y Carmen García Sanz, arqueólogas como él. Bueno, ellas arqueólogas y él arqueólogo, que me lío más que la ministra esta que se inventa los currículos y es virgen laboral, la que dice lo de las miembras y disparates así por el estilo. Sí, hombre. Esa que el padre es amigo de Felipe González y la han colocado de ministra, nada menos. Desde luego hay gente con suerte. Pues bien, uno no desperdicia la oportunidad de charlar con gente inteligente, así que me arrimo a los tres y mientras ellos toman café, yo muy propio me tomo una menta poleo. Para que veáis que también sé portarme bien.

Almuerzo:
· Ensaladita normal con filete de caballa
· Potaje de vigilia
· ½ vaso de vino tinto. Crianza
· Un trozo pequeño de pan integral.
· Natillas ligeras


A estribor un tomatito de esos canarios pequeños cortado en rodajas formando una media luna, completando el plato un bouquet de brotes tiernos y desde los tomates como escalando el bouquet, dos filetitos de caballa. Un poquito de cebolleta fresca cortada fina por encima, sal y vinagre de la bodega de Telesforo, de Trigueros. Un poquito del aceite de la lata, que es de oliva, también. Me encanta el filete de caballa desde que lo descubrí en el ambigú del Instituto Rábida, donde hice COU. Bueno, exactamente donde me matriculé de COU. El curso lo saqué al año siguiente en el “Alonso Sánchez”, una mala tarde la tiene cualquiera y nueve meses de malas tardes, pues también. Pero me lo pasé muy bien, que conste.
Puse anoche garbanzos en remojo y al lado otro cacharro con agua y el bacalao, del desmigado, que es más barato y total para desmigarlo yo, que se desmigue él. Tengo espinacas congeladas enteras y descongelo un taco. Esta mañana me levanté a las siete menos cuarto para hacer el potaje antes de irme al Instituto a trabalhar. Puse los garbanzos en la olla con el agua de su remojo, y el bacalao desmigado enjuagado tras sacarlo del agua en el que estaba desalando y que cambié dos o tres veces. En realidad este bacalao desmigado, lo cambias un par de veces de agua y en diez horas está más soso que el pan de régimen. Bueno, pues le pongo una cabeza de ajos, enterita, dos hojas de laurel y le cierro la olla pero sin apretar ni poner válvula ni nada de eso. En una sartén pongo una lámina de aceite a calentar y echo media cebolla bien picada, medio tomate sin piel ni pepitas y troceado groseramente, que ya saben que es insultándolo un poco (por ejemplo, a la olla, mamón), así como medio pimiento verde también troceadito. Refrío todo bien y le añado las acelgas, que ya están descongeladas como es natural. Remuevo bien y le añado un poco de comino majado con sal. Dos vueltas más y todo a la olla donde están ya empezando a cocer los garbanzos. Ahora sí que cierro la olla y pongo la válvula. Subo a lavarme los morros, peinarme y hacerme una faena de aliño. Bajo, desayuno lo mentado supra y apago el fuego. Luego, cuando vine de trabajar, mientras hacía la ensalada y tal, pues puse otra vez la olla al fuego, ya sin tapar, trituré unos garbanzos con un poco del agua del potaje, y los volvía a integrar en la olla para que espesaran un poco la salsa. De lujo.
Acabo de descubrir en la nevera unas natillas que no sé si son de ayer o de antier, pero están estupendas. Me las como, como es natural.

Merienda:
· Té con sabor a vainilla
· Una galletita cubierta de chocolate


Es el que compré al principio de la dieta. Lo acompaño con una galleta con cobertura de chocolate que le mango a mi padre que está merendando muy bien. Se recupera.

Cena:
· Tortilla de espárragos trigueros con champiñones
· ½ vaso de vino blanco joven.
· Un trozo pequeño de pan integral.
· Una manzana


Una tortillita de dos huevos para el niño. Pongo un cazo con agua a hervir y cuando hierve echo cuatro espárragos trigueros de los cultivados, de esos gordos que venden ahora. Troceados, claro está. Los dejo en el agua, hirviendo o blanqueándose, como prefieran, dos minutos, los saco y escurro en un colador de metal, bueno, en el colador de metal, en el único que tengo. En una sartén pequeña salteo en poco aceite de oliva tres champiñones de buen porte que acabo de cortar en láminas. Bato dos huevos y les añado los espárragos, los champiñones salteados, perejil y un poco de sal. Todo a la misma sartén en la que refreí los champiñones, por dos razones: para no usar más cacharros y porque ya está engrasada. El truco de una tortilla, como sabéis, es que la sartén esté bien caliente, así no se nos pega. Eso de que las antiadherentes van mejor o que las sartenes viejas ya no sirven, es un camelo. Yo tengo en casa sartenes con más edad que el andar para atrás y ahí están, en perfecto estado de revista y con una solera en el culo que se mide ya por centímetros de roña negra y requemada.

sábado, 21 de febrero de 2009

90 días de penitencia (19)

Desayuno:
· Zumo de naranja
Me está gustando a mí esto de los zumos, además las naranjas del árbol están ya muy dulces, así que nada, zumito de naranja para el body y a currar.

Otro desayuno:
· Café cortao
· Tostada con aceite de oliva

Ya no es desayuno porque desayuné en casa, así que debería nombrarse esto como piscolabis a media mañana, pero la verdad es que en el Instituto me entró hambre y no me pude contener. Cafelito cortado y tostada (pequeña) con aceite de oliva del de Gibraleón. Extraordinario.

Almuerzo:
· Tomate rajao con sal
· Pollo con verduras, soja y naranja
· 1 vaso de vino tinto
· Un trozo de pan integral.
· Crema de mandarinas y té


Tengo demasiados tomates y se están poniendo demasiado maduros, así que tomates rajaos con sal para todo el mundo, el de la dieta, que soy yo, y el resto del personal.
He cogido un par de pechugas de pollo y las he cortado en tiritas, porque este pollo con verduras, soja y zumo de naranja ya lo hacía antes de la dieta y al personal romeriano le gusta bastante. Pues bien, corto en bastoncitos, medio pimiento rojo de los de asar, un puerro, un pimiento verde, una zanahoria, un calabacín, col y brócoli, estos últimos elementos, se cortan como se pueden, la col, más o menos en tiras, y el brócoli de manera que no vayan los ramilletes demasiado grandes se pueden cortar a la mitad más o menos. Se pone el wok a todo fuego y cuando está caliente pongo un poco de aceite de girasol. Al momento, echo todas las verduras y las voy moviendo con un cucharón de madera, que se salteen de modo que aviven su color y no se pasen. Esto puede ser cuestión de un par de minutos, no más. Se añade entonces el pollo que teníamos cortado y levemente salado, pues la soja ya lleva lo suyo, le damos dos o tres vueltas hasta que coja algo de color, y terminamos con medio vaso de zumo de naranja y la soja a gusto de cada cual, más o menos, pero sin exagerar, que el plato quede sueltecito y agradable de comer después. En diez minutos estará listo.
Para el postre exprimí media docena de naranjas mandarinas (nadorcott) que me trajo mi novia Lola. Rallé la piel de tres de ellas y la puse, junto con el zumo en un cazo, al que fui añadiendo: un huevo y la yema de otro batido con tres cucharadas de azúcar, dos cucharadas soperas de mantequilla, medio vaso, de los de agua, de nata líquida y una taza de té verde. Y ahora a cocer, lentamente y sin dejar de menear con unas varillas, de modo que quede todo bien integrado y que espese bien. Cuando vemos que está espesito, se pasa a un par de moldes individuales, o a cuatro sin son pequeños, que vaya usted a saber cómo son los moldes que tiene en su casa, y los ponemos a cocer al baño maría, en el horno y por lo menos tres cuartos de hora. Luego es menester dejar reposar la crema un cuartito de hora al menos. Aunque os parezca que esto lleva muchas calorías, tampoco es para tanto. Questa cosa si combina con la mia dieta. Lo que no combina es jartarme de manzanilla por ahí, que es lo que debo evitar. De todos modos, me miro en el espejo y me veo más delgaíto. Cuando pase un mes, os cuento.


Merienda:
· Té con una nube de leche (semidesnatada, además)
Así lo tomaban en Asterix en Bretaña. Et de lait… un nuage. Como esta noche voy a salir, pues me calmo un poco. El té con una nube de leche y se acabó.

Cena:
· Gambas y cigalas
· Jamón y queso tierno de Aracena
· Presa paleta
· Dos manzanillas, cuatro tintos (un rioja estupendo)

Mi hermano se va mañana, así que salimos con unos amigos, José Luís y Macu, y nos tomamos más o menos lo que arriba queda referido para vergüenza de este dietista que ya se lo imaginaba, luego tuvo cuidado de evitar calorías a lo largo del día (sin haberlo preparado me ha salido un pareado). El queso era soberbio y el jamón a juego, de las gambas y las cigalas ya os hablé el otro día. Bueno, pues estas igual o mejores. El marisco está más bien bajo de precio y en Huelva abundan las cigalas y las gambas, es puerto de entrada de ambos reyes de la gastronomía. De presa de paleta o presa del cura, ibérico cien por cien, no tomé demasiado. Me abstuve de comer pan y, eso sí, bebí más de lo que debería haber bebido, muchas calorías y muchos azúcares. Qué le voy a hacer. De la cena, al catre.

viernes, 20 de febrero de 2009

90 días de penitencia (18)

Desayuno:
· Zumo de manzana
. Una rebanadita de pan integral tostado con jamón york
Ayer me salí del guión, así que hoy orden y concierto. Media manzana y un chorreón de agua y a la licuadora con ella. El pan integral, de ese que venden ya tostado y que debe tener menos calorías que todas las cosas. El jamón york, lai. Ojú, qué cosas tiene la vida.

Almuerzo:
· Ensalada de apio y pepinos con yogur
· Choco con salsa de ajo
· 1 vaso de vino tinto
· Un trozo de pan integral.
· Una pera

El martes por la tarde recibí un correo de Juan López, un joven cocinero onubense que anda por esos mundos de Dios oficiando y conociendo mundo. Además de ánimos para superar la prueba, quiere decirse ponerme en 90 kilos, me manda una receta de una ensalada genial que acabo de probar y está buenísima. Se trata de cortar los tallos de las ramas del apio, sólo la parte verde amarillenta, y mezclarlos con pepino cortado en trocitos, además de abrir una guindilla roja, quitarle las simientes y cortarla menudita. Ya sólo basta tomar un yogur natural desnatado, añadirle un chorreón de aceite, sal y zumo de limón, batir ligeramente y añadir a la mezcla de pepino y apio con su poquito de guindilla. Fantástica, atrevida y refrescante para estos días de solito que anuncian ya la primavera.
Un choco mediano, de unos 350 gramos, después de limpio, se queda en unos 250 gramos. Una ración, vamos. Le hago unos cortes reticulares para que no se encoja y también para que tenga una forma más atractiva, y lo paso por la plancha, cinco o seis minutos por cada lado, que es más que suficiente. Aprovecho que la plancha está puesta, para cortar un calabacín en ruedas de medio centímetro de anchas. Las pongo a la vera del choco en la plancha y también les doy la vuelta cuando estén. Mientras se hace, me preparo un poco de salsa de ajo poniendo en la minipimer tres dientes de ajo, sal, pimienta, la miga de medio bollo de pan asentao (del día anterior), un chorreón de vinagre y otro mayor de aceite de oliva. Con esto tengo salsa de ajos para diez días, pero no voy a hacer sólo la que voy a utilizar en adobar el choco cuando ya está hecho, porque sería ridículo andar con cantidades infinitesimales. Así que el choco en la mitad del plato, las ruedas de calabacín a un lado y un poquito de salsa de ajo cubriendo levemente el animalito.
De postre, como todavía estoy con la cosa de las manzanillas de ayer, pues una pera y a huir.

Merienda:
· Té con hierbabuena
· Dos galletitas de esas pequeñas que vienen en las cajas surtidas.

Bueno, le he puesto a mi padre un colacao con galletas y he aprovechado para quitarle un par de ellas. Así el té está mejor.

Cena:
· Espárragos con verdigones
· ½ vaso de vino blanco
· Un trozo pequeño de pan integral.
· Crema de frutas

La otra receta que me ha mandado Juan López (están en su original en el comentario que me hace el martes 17 de febrero. Es un diurético genial además: se toman espárragos blancos y se cortan a la mitad, reservando las puntas. El resto con el agua que trae la lata (si es demasiada se prescinde de un poco de ella) se trituran en la minipimer. A continuación le añadimos el zumo de limón verde o de una lima, sal y dos cucharadas de mahonesa (de la que venden lai o ligera, pues mejor). Esto lo pasamos por el chino y lo reservamos. Pero atención, que ahora viene lo mejor. Abrimos unos verdigones (se escribe con be, pero en Huelva es con uve, no sé por qué, pero es con uve) al vapor y extraemos los meollos de los mismos una vez abiertos. En el plato ponemos las puntas de los espárragos que teníamos reservadas, ponemos por encima los verdigones y se pone la salsita que acabamos de pasar por el chino por encima. Genial. Este Juan López es un auténtico crack.
Con una manzana, cuatro kiwis y una naranja, me he hecho una crema sensacional. Se toma la manzana, pelada y troceada como es natural, los cuatro kiwis también pelados y troceados, y se meten en la minipimer. Se les da un arreón y cuando están casi líquidos, se les añade el zumo de una naranja. Todo bien mezclado en un bol, bueno en dos, porque es para dos personas humanas, y a la nevera con ellos. Si le ponéis una hojita de hierbabuena en el medio a la hora de servir, entonces ya es de lujo.

jueves, 19 de febrero de 2009

90 días de penitencia (17)

Desayuno:
· Café bebío
Esta tarde, a eso de las nueve, viene el médico a ver a mi padre. Es amigo de la familia, así que luego mi hermano seguro que nos lleva por ahí a dar un voltio y tomar algo. Como medida cautelar, me bebo un café y se acabó, no vaya a ser que después se líe la cosa.

Almuerzo:
· Cotufa
· Lentejas al curry
· ½ vaso de vino tinto
· Un trozo pequeño de pan integral.
· Dos naranjas


La cotufa es el modo en que llaman en Cartaya a la pimentada. Como quiera que en Cartaya probé una pimentada extraordinaria que llevaba unos dientecitos de ajo muy picaditos, pues adopté el nombre para esta en concreto, que lleva además perejil en lugar de culantro, aunque la pueden hacer como quieran. Se asan en el horno pimientos verdes y rojos o se compran de esos que vienen ya asados y hasta pelados. Se les pican unos ajitos por encima y se aliñan con sal, vinagre y sobre ellos se pone un poco de atún en aceite de oliva con su aceite, claro está. Se mezcla bien y luego se decora con cebolleta picada fina y perejil en todo lo alto también picadito.
Estas lentejas, además de sabrosas y divertidas, son un recurso ideal para que los niños las tomen y nos la dejen. Es preferible hacerlas en un wok, pero si no tenemos, pues cualquier cacharro amplio y de fondo grueso, que reparta bien el calor, servirá. Se pone el cacharro a calentar y cuando el hierro está bien caliente, se echan unas verduras cortadas en tiras. Es bonito mezclar, por ejemplo, pimientos de colores, tiras de brócoli, cebolleta y zanahoria, pues al final resulta el plato muy colorido. Estas tiras no deberán ser demasiado finas, es decir, no tenemos que hacer una juliana, sino tiras algo más anchas para que aguanten los veinte minutos más o menos que de cocción tiene el plato. Pues bien, cuando el hierro está caliente, que les estaba contando, se echa un chorrito mínimo de aceite y se echan las verduras, salteándolas unos diez o doce segundos, no más. Enseguida se echan las lentejas, se dan dos vueltecitas rápidas y se añade una cucharada de curry de Madrás o del que cada cual tenga en casa. Se cubre todo de agua. Se pone la sal, se dejan cocer unos dieciocho o veinte minutos, justo hasta que las lentejas estén tiernas pero enteritas, y ya está.

Merienda:
· Té con hierbabuena
Un poquito de currelo en el ordenador y un té con hierbabuena muy caliente al lado. Lo de ir a cenar con mi hermano lo dejamos para mañana, pero tengo que ir a la Peña Flamenca de Huelva a ver y disfrutar de la actuación del cuadro de cante de la propia Peña.

Cena:
· Pescaíto frito
· Media botella de manzanilla
· Otras dos copas más
· Un vasito de leche para antes de acostarme


En la Peña Flamenca me siento a la vera de don Eduardo Garrocho, uno de los cantaores más importantes de esta ciudad y uno de los que más y mejor conocen los infinitos modos y maneras de cantar por fandangos. En la Peña no creo que me vayan a poner un pescaíto blanco para cenar, y si pido un vasito de agua, el barman probablemente me mirará mal. Así que me pido media botellita de manzanilla, chocos, pijotas y acedías. Todo frito, como es natural y costumbre por estos lares. De la calidad del pescado, mejor no hablo. La próxima vez que vaya, pediré un poquito de jamón, a ver si el jamón es de Jabugo, de York o de la madre que los parió. La media de manzanilla, lo que es caer, cayó pronto, pero el pescaíto, en su mayor parte quedó abandonado a su suerte en los platos. Los cantaores, bien. Me gustaron la doble malagueña de Felipe el Mellizo que cantó Juan Francisco Rodríguez, y la seguiriya de Mario Garrido, entre otras cosas de una buena noche flamenca. Cuando finiquité la media de manzanilla, los vecinos de mesa me llenaron el vaso no sé exactamente si dos o tres veces más. No lo sé exactamente, pero a casa me fui la mar de contento. Por lo del buen flamenco que pudimos disfrutar, claro está. La dieta, esta noche, a la porra. Tendré que recuperar tanta caloría de Andalucía embotellada. En fin.

miércoles, 18 de febrero de 2009

90 días de penitencia (16)

Desayuno:
· Zumo de naranja
Con naranjas de mi árbol, que lo tengo en el patio cargaíto todavía.

Aperitivo:
· Dos copitas de manzanilla (de Sanlúcar, por supuesto)
Media de gambas y dos cigalas

Ha venido mi hermano de Santander para ver a mi padre, y servidor le acompaña a tomar una caña. Mayormente por cumplir, que uno es cumplido como un portugués. Las gambas, excelentes, blancas y frescas, con todo su bigote. De las cigalas mejor no contarles nada para no ponerles a ustedes, que son gente respetable en su mayoría, los dientes largos. En cuanto a las dos cañas de manzanilla, que el Señor y la dieta me lo perdonen.


Almuerzo:
· Crema de verduras
· Lenguado a la plancha
· 1 vaso de vino blanco del Condado
· Un trozo de pan integral.
· Fresas
De la crema de verduras que hice ayer por la noche, un plato hondo. Calentito. Luego un lenguado mediano, quitadas las tripas y puesto sobre la plancha cuando estaba suficientemente caliente. Un poquito de sal gorda por encima, unas gotas de limón y ya está. Este pescado es delicioso y no hace falta nada más. He comprado acedías del palangre para la noche, un poco más adelante les cuento. De postre, no he tenido tiempo de hacer nada, así que fresas, las últimas de las que compré el otro día. Solas, están estupendas estas candongas.

Merienda:
Hombre, como al mediodía fue lo de las gambas y las cigalas, más las dos copitas de manzanilla, alguna oliva y un rosco, pues mejor me salto la merienda, así que nada.

Cena:
· Pescaíto (acedías) en blanco
· ½ vaso de vino blanco
· Un trozo pequeño de pan integral.
· Natillas


Este es el pescaíto en blanco que me hacía mi madre cuando estaba malito. Se pone agua con un chorreón de aceite y otro de vino a calentar, añadiendo sal, pimienta blanca, una hoja de laurel, medio pimiento cortado a lo largo, medio tomate cortado a la mitad y un trozo de cebolla. Se deja en el fuego unos veinte minutos, que hierva tranquilamente, con la cazuela tapada. Destapamos la olla y ponemos un par de acedías del palangre (o el pescado que a ustedes les venga bien) y las dejamos cocer unos cinco minutos. Se sirven en plato las acedías con el pimiento, el tomate y la cebolla más el caldo que a cada cual le apetezca tomar.
Para las natillas hiervo un vaso de leche con un cuarto de palito de vainilla abierto a la mitad. Mientras cuece la leche con el palo de vainilla, bato un huevo con una cucharada sopera de azúcar. En el cuenco donde tengo el huevo batido con el azúcar, vierto la leche utilizando un colador para recuperar el palo de vainilla (que guardo en la nevera envuelto en papel transparente para otro día), meneo bien todo con las varillas hasta conseguir que la mezcla sea absolutamente homogénea. En una platera de metal, echo las natillas y las pongo al horno, a 160º un cuartito de hora. Las saco, las dejo enfriar y les pongo canela molida por encima. Se ponen en la nevera, al menos veinte minutos, que estén fresquitas y tomen el cuerpo que tienen que tomar.

martes, 17 de febrero de 2009

90 días de penitencia (15)

Desayuno:
· Café cortao
. Tostada con aceite

Desayuno en el Instituto. Es lo que hay, nada de integral, pero bueno, un día es un día.

Almuerzo:
· Tomates con queso fresco
· Pollo al ajillo
· 1 vaso de vino tinto
· Un trozo de pan integral.
· Fresas al cava


Corto en rodajas un tomate y los alterno con ruedas de queso fresco. En el centro una aceituna negra y por encima aceite, sal y orégano. Así de simple y de rico.
Tomo una pechuga de pollo y la troceo en cuatro o cinco partes. En una sartén caliente, pongo una lámina de aceite de oliva y refrío el pollo en ella. Bajo el fuego, añado tres dientes de ajo cortados en tres o cuatro pedacitos cada uno y tapo la sartén. Poco a poco, si tenemos el fuego al mínimo, se irá haciendo una salsita y el pollo se terminará de hacer. No hace mucho tiempo, con veinte minutos es suficiente, pero cuidad de que no se pegue el pollo y si hiciera falta, añadid algo de agua o de zumo de limón, a gusto de cada cual. Se sirve el pollo en el centro del plato y se añade la salsa por encima, terminándose de decorar con perejil muy picadito por todo el plato.
Tomamos buenos fresones de Huelva, les quitamos los pedúnculos y los partimos a lo largo y a la mitad. Se dejan en un recipiente, rociados con algo de vinagre, no demasiado, se mezclan bien y se cierra con papel transparente el recipiente, dejándolo en la nevera al menos una hora antes de servirlos, regados con cava de Almendralejo, de Utiel - Requena o catalán, previamente enfriado. El resto del cava se sirve al resto de los invitados. Nosotros, con prudencia.

Merienda:
Nada. Hoy se me ha ido el santo al cielo y cuando me he querido dar cuenta eran las ocho de la tarde, así que ya espero a la cena. Bebo agua, que también es muy bueno para la dieta.

Cena:
· Crema de verduras
· ½ vaso de vino tinto
· Un trozo pequeño de pan integral.
· Dos peras de agua


Corté en pedacitos algunas verduras: nabo, calabaza, zanahoria, calabacín, apio, acelgas… las que tenía en casa. Las puse en la olla con media pastilla de caldo concentrado y lo puse todo a hervir cubriéndolo suficientemente con agua. Cuando estuvieron bien cocidas, sólo tuve que quitar las ramas de apio, el tallo lo dejé, y lo pasé todo por la minimpimer añadiendo un chorreón de aceite de oliva y sal. Tengo para esta noche y para dos o tres días más. Pero los niños darán cuenta de esta cremita porque está la mar de buena.

lunes, 16 de febrero de 2009

90 días de penitencia (14)

Desayuno:
· Zumo de naranja
Tostada de pan integral con jamón york
Me he levantado tarde. Zumito y pan integral tostado con una lámina finísima de jamón york.

Almuerzo:
· Tomatito canario relleno de caballa
· Atún con tomate y patatas
· Vino tinto (con moderación)
· Pan integral y roscos
· Manzana


Llegan ahora unos tomatitos canarios pequeños y la mar de curiosos. Tienen sabor, así que me compró unos cuantos para rellenarlos del siguiente modo: Les corto la parte superior alrededor del tallo, los vacío y los dejo bocabajo para que escurran bien. Parto queso blanco en daditos pequeños, lo mezclo con un arroz cocido sin nada, más un poco de filete de caballa en aceite de oliva. Con esto bien mezclado relleno los tomatitos. Ahora batimos en un bol aceite, vinagre, sal, una cucharadita de mostaza y un poco de miel. Echamos un poco de esta mezcla por encima del tomate, del relleno como es natural, y espolvoreamos con orégano. Yo me tomo tan sólo uno, porque estoy a régimen, pero están para comerse dos o tres.
Además de la ventresca, compré un taco de atún la mar de bonito, pero atún, atún, rojo de almadraba, de Isla Cristina. Hoy comemos atún. Cortamos el taco en rodajas de unos cien gramos o algo más, según tipo y peso del comensal en cuestión. Para mí, de 120 gramos. Ponemos la plancha a calentar y cuando está bien caliente pasamos los filetes, vuelta y vuelta, de forma que se forme una costra por ambos lados pero que quede crudo en su interior. Los dejamos en un plato, tapados y apartaditos. En una cazuela amplia ponemos media cebolla cortada en juliana y cuatro tomates bien maduros sin piel ni pepitas. Lo haremos con poco aceite. A refreír hasta que estén el tomate y la cebolla bien pochados, unos diez minutos más o menos. Ahora añadimos dos patatitas medianas peladas y troceadas, damos unas vueltas y echamos un vaso de vino blanco del Condado, más el agua que sea necesaria para cubrir las patatas. Dejamos que hierva unos veinte minutos y le ponemos sal y pimienta a gusto. Ahora sólo faltará echar las ruedas de atún que teníamos reservadas y esperar a que tomen el sabor del guiso, unos diez minutos será suficiente.
Para terminar vuelvo a los postres, porque ayer tuve el día libre y hoy he cocinado el atún que tenía de ayer, y este plato debe andar por arriba de las cuatrocientas calorías. Demasiadas para mi body.

Merienda:
· Te con hierbabuena
Y un poquito de Mozart en el picú.

Cena:
· Revuelto de espárragos trigueros y setas
· Vino blanco del Condado (Mioro Gran Selección)
· Pan integral
· Yogur desnatado con sabor a no sé qué fruta


Paso por la sartén primero los espárragos trigueros, cortados a trozos hasta que la parte de abajo se resiste. A continuación echo un diente de ajo laminado en la sartén y espero un minuto que tome calor y color, entonces añado un champiñón o dos, según tamaño, y una seta de cardo, o dos, también según tamaño. Bato dos huevos como para tortilla, con su poca de sal y pimienta, y echo este batido sobre los champiñones y los trigueros, que los he incorporado de nuevo al lío. Doy algunas vueltas y antes de que se empiecen a cuajar por debajo, aparto del fuego la sartén y sigo batiendo con una cuchara de madera. Cuando la sartén pierde calor, la acerco de nuevo al fuego, y así otra vez más. Ya para entonces los huevos estarán bien revueltos con las setas y el plato para presentarlo adornado con un poco de cebollino picado fino por encima.
El yogur es de unos que he comprado con un letrero que dice 0% materia grasa. Son de sabores, pero cuando abres la caja, sólo vienen los sujetos sin más, así que a no ser por el color, y casi todos tienen la misma tonalidad, no sabes de qué son. Se toma uno y de regalo, llevas la sorpresa de saber de qué coño es el yogur.

domingo, 15 de febrero de 2009

90 días de penitencia (13)

Desayuno:
· Café cortao
Hoy, sin tostás ni ná. A ver si llega fin de mes y me compro un jamón.

Almuerzo:
· Ensalada de alubias con gambas
· Cordero al horno
· Vino tinto (con moderación, pero sin cortarme, que es mi día libre)
· Pan integral y roscos
· Pastelitos


Hoy es mi día libre, así que un moldecito de alubias de bote, ya cocidas, y encima unos trocitos de aguacate y unas gambas (ha comprao un kilo de gambas blancas en la plaza a 20 euros, increíbles de precio y de calidad no os podéis ni imaginar. La crisis es lo que tiene). Culmino con unos brotecitos tiernos y unos pepinillos en vinagre cortaditos en palitos. Sal, vinagre y aceite. El plato correctamente vestido de perejil picado muy fino.
Como tengo invitados, pongo un par de patas en el horno, a 200º, con unas incisiones hechas para que se haga bien en su interior (tos por iguá, valientes). Las rocié con un poco de aceite de oliva, eché entre ellas y alrededores unas hojas de laurel y unos dientes de ajo cortados a la mitad, con la piel y todo. Sal, pimienta y a esperar. Cuando estuvieron ya cogiendo un hermoso color dorado, les añadí vino blanco del Condado y se acabó. Las saqué al momento de servirlas y sobre la mesa las fui cortando. Al lado de la carne ponía un montoncito de brotes tiernos, diferentes de los de la ensalada anterior, para variar. La carne la cubría con la salsita que dejaron en el fondo de la fuente. Soberbio el cordero (aplausos del respetable y salida al tercio para saludar).
Los pastelitos los trajo Lolita, mi novia. Cayeron dos o tres… o cuatro, que no me acuerdo bien.

Merienda:
· Leche templada con canela y azúcar
· Dos pastelitos

Los pastelitos son pequeños, no asustaros.

Cena:
· Sashimi por tataki de ventresca de atún
· Vino blanco del Condado (Mioro Gran Selección)
· Rosquitos de Almonte.
· Manzana al horno


Esta mañana encontré un atún de categoría en la plaza de abastos. Entre los lomos de atún cortado en tacos, había algunas otras piezas que no suelen aparecer normalmente por Huelva, aunque sí por Isla Cristina, donde tiene la suerte de vivir Felipe Luzón, autor de “La cocina del atún” (también dónde está el restaurante de Rufino, uno de mis favoritos de todo el mundo mundial: si no lo conocéis, ya sabéis lo que tenéis que hacer, está en la carretera de la playa, y además de genial y sorprendente en sus elaboraciones, tiene una materia prima absolutamente de primera categoría). Del libro “La Cocina del Atún”, de Felipe Luzón, he tomado esta versión nacional del sashimi japonés. Tomamos una ventresca de atún y la ponemos a marinar con zumo de naranja, salsa de soja y azúcar, realizando la mezcla a gusto de cada cual. Tengo que advertir que Felipe en su libro añade caldo concentrado de carne, pero yo he preferido versionar su receta y la verdad es que me ha salido bien. Seguro que a mi admirado gastrónomo isleño le sale mejor, obviamente, pero uno siempre hace las cosas a su gusto, que es como tiene que ser. Bueno, para que la mezcla cubra bien la ventresca, he tenido que añadir algo de agua, pero no importa. Lo hice por la tarde y me comí la ventresca esta misma noche. Pero lo que iba a ser un sashimi se convirtió en un tataki. Esto es como cuando cantas unos tientos tangos, o una bulería por soleás. Pues igual. El caso es que puse una sartén a calentar y pasé el atún por ella cuando estaba el hierro bien caliente. La cosa está en hacer la parte de fuera de la ventresca, pero que el interior quede crudo. Esto es un tataki, el sashimi es simplemente crudo, es decir un paso menos. Vosotros mismos.
Sobre lo de los rosquitos de Almonte, habrá que aclarar dos cosas, una que en Huelva se les llama roscos a los colines o picos en general. Y dos, que son unos que hacen en una panadería de Almonte y que se encuentran en Carrefour o en Hipercor, que son absolutamente extraordinarios. Ahora, otra cosa es que se encuentren fuera de Huelva, que no lo sé.
Las manzanas al horno son las que incluyo en mi “Huelva en su salsa. 1000 recetas de cocina”, pero por si no habéis comprado aún el libro (por Internet: hergue.com), que deberíais haberlo hecho ya, si no a ver de qué vive servidor y cómo se compra un jamón el mes que viene, pues os doy la receta: Se descorazonan las manzanas, que mira que hay que ser desalmado para hacer eso con la pobre fruta. El interior se rellena con un palito de canela, azúcar y brandy del Condado. Se meten en el horno a 180º y cuando la manzana está blandita, pero no pochada, se sacan y se comen aún calientes.

sábado, 14 de febrero de 2009

90 días de penitencia (12)

Desayuno:
· Té con limón
. Unas pastas integrales
El jamón va a esperar a primeros de mes, así que los desayunos los hago más ligeros y luego me puedo permitir algún lujo.

Almuerzo:

· Ensalada templada de calabacines y gambas
· Bacalao con pimientos
· 1 vaso de vino tinto
· Un trozo de pan integral.
· Crepes de manzana y naranja

En “Recetas de la abuela para el siglo XXI”, don Antonio Zapata, uno de los más eminentes gastrónomos de España, pero sobre todo uno de los mayores entendidos en flamenco que haya servidor conocido en su vida (junto a don Manuel Martín Martín, Eduardo Garrocho, Onofre López… y otros onubenses ilustres), aparece una ensalada templada de calabacines y gambas que es absolutamente soberbia. Como se ajusta a nuestro objetivo, ahí va el modo de proceder: Cortamos los calabacines en láminas de dos o tres milímetros de espesor y las echamos en agua hirviendo tres o cuatro segundos. Esto se llama blanquear, pero no importa. Seguimos. Se pone aceite en una sartén a calentar, y mientras se pone caliente, pero bien caliente, se escurren los calabacines y se dejan secar. Echamos las gambas peladas (las cabezas para hacer un poquito de caldo, no vayáis a tirarlas) y las salteamos en ese aceite bien caliente. A continuación añadimos los calabacines y damos dos vueltas, una para un lado y otra para otro, o las dos para el mismo, como queráis. Añadimos una cucharada de pasta de aceitunas (acorde con la cantidad que estamos haciendo, para uno solo, pues una cucharadita de las de café) que si no la tenemos de bote, que la venden y muy buenas, pues simplemente metemos en la trituradora eléctrica unas aceitunas negras, obviamente sin el hueso, y un poquito de aceite, lo trituramos y ya está. Además añadiremos unas cuantas hojas de albahaca fresca, cortadas a la mitad con las manos para que desprendan mejor su aroma, y un chorrito de zumo de limón. Ya sólo queda ponerle un tomatito cortado en daditos, sin las semillas si puede ser, que son indigestas aunque ustedes no lo crean. En diez o doce segundos, o bueno, en veinte segundos, estará ya lista nuestra ensalada tibia de calabacines y gambas. Le ponemos sal a gusto y a la mesa con ella.
Y después, un bacalao sencillo, sencillísimo, pero rico, riquísimo. Asamos dos o tres pimientos rojos en el horno, en media hora a 190º estarán listos. Se sacan, se tapan y se espera a que suden para poder limpiarlos bien. Los cortamos en tiras. El bacalao, obviamente ya desalado, se cortará en tacos y se ponen en una cacerola al fuego con una lámina de aceite de oliva en al que tenemos refriendo dos dientes de ajo cortados en láminas. Se le dan dos o tres vueltas y ya está. Es sólo darles un calentón y que se ponga el bacalao más mono con el brillo del aceite. Bien, ahora incorporamos los pimientos en tiras, colocándolos por encima del bacalao, espolvoreamos un poco de perejil picado y pimienta. Probamos y si hiciera falta le pondríamos un poco de sal, pero en teoría no debería hacer falta. Es otra receta templada, a juego con la anterior.
Y como hoy todo va fenomenal, y como ya he debido perder unos kilitos, por que me lo noto al andar, que me miran más las niñas monas, pues un postre que salga al fin de la naranjita y la manzanita de las narices así sin más. Hoy, crepes. Je, je, je. Primero vamos a hacer el relleno, para lo cual picamos menudita una manzana y exprimimos el zumo de una naranja, guardando la cáscara. Vaya, otra vez naranja y manzana, pero esto es distinto. En un cazo ponemos un chorrito generoso de brandy (de aquí del Condado si puede ser, que es el mejor del mundo) y un par de cucharaditas pequeñas de las de café, de azúcar. A fuego no demasiado fuerte, sino más bien bajo, ponemos todo a calentar, añadiendo la parte naranja de la cáscara de la naranja rallada con el rallador, no va a ser con la motosierra. Cuando la manzana esté blandita, en poco tiempo, lo metemos todo en la minipimer y ale hop, ¡anda! Ya está hecho el relleno. Y ahora, los crepes o las crepes, que no sé como se dice. Ponemos un poquito de harina, como cincuenta gramos más que menos, y medio vaso de leche, batimos bien hasta conseguir una mezcla que esté líquida. Entonces batimos dos huevos y los añadimos. Cuando esté todo bien homogéneo, se echan cucharadas de esta crema hasta llenar el fondo de la sartén, utilizando una sartén como es natural antiadherente, y engrasado con mantequilla el fondo. En poco tiempo se hace la crepe o el crepe lo suficiente como para que le podamos dar la vuelta. Esperamos unas décimas de segundo y ahí están. Cada vez que sacamos una de la sartén, le ponemos un par de cucharadas o tres de relleno y se enrollan, pasándolas a la fuente en las que se van a servir. Así una detrás de otra. Este postre, por supuesto, se puede compartir con el personal, aunque si os digo la verdad, la inmensa mayoría de los platos que estoy haciendo aquí, se los están manducando en casa todo el mundo.

Merienda:
· Té con hierbabuena
· Pastitas bajas en calorías

Hoy ha venido Pilar Barroso, la pintora, a ver a mi padre. De paso ha traído unas frutas confitadas que hemos guardado en la despensa. Ella también está a régimen, así que nos tomamos un té y unas pastitas bajas en calorías.

Cena:
· Pollo al curry
· ½ vaso de vino tinto
· Un trozo pequeño de pan integral.
· Un crepe que sobró del mediodía (un día es un día)


Hoy no me dirán que no está la cosita buena. Para cenar, pollo al curry. He tomado una pechuga de pollo y la troceado, rehogándola a continuación y como siempre, en una sartén con poco, poquísimo aceite. Saco el pollo y añado un poco más de aceite si hiciese falta, para introducir media cebolla que acabo de rallar. Se pone doradita enseguida, momento en el cual añado nata líquida, pero una que venden que es baja en grasa (ya he comentado que esto de las dietas es un mundo por descubrir), pongo curry, una cucharada rasa es mi medida ideal, y doy un par de vueltas, para añadir enseguida el pollo que tenía a medio refreír. En poco tiempo el pollo está hecho y la salsa está espesita. Se puede mojar con el pan integral, qué se le va a hacer.

viernes, 13 de febrero de 2009

90 días de penitencia (11)

Desayuno:
· café cortado (leche semidesnatada)
Tostada de pan integral con aceite
El jamón ya se ha terminado, la criaturita. Así que aceite en la tostá y ya está.

Almuerzo:
· Gazpacho
· Garbanzos con acelgas
· 1 vaso de vino tinto
· Un trozo de pan integral.
· Yogur natural desnatado con trozos de pera


Sin pan, como es natural. Y no es por la dieta, es porque es una auténtica barbaridad añadir pan al gazpacho, vamos a no ser que vuesas mercedes tengan que ir a segar al campo de sol a sol. Entonces sí, les recomiendo que se echen un medio kilo de pan para aguantar el tirón. Pero si lo que quieren es comer para disfrutar, pues gazpacho fecho del siguiente modo: Tres tomates maduros, sin piel ni pepitas; un trozo de pepino, a elegir el tamaño, pero téngase en cuenta que es para el gazpacho, no para asuntos inconfesables; medio pimiento, un diente de ajo, sal, vinagre, poco, y aceite, el suficiente para que aporte textura y sabor. A la minipimer con todo ello y a ver quién dijo miedo. Fantástico. Gazpachito. Otros días haré otro tipo de gazpachos, con frutas y cosas así.
He cocido unos garbanzos que me ha traído mi hermana de Badajoz, de esos pequeñitos que tan buen sabor toman de lo que se les quiera poner. Los puse en remojo primero, como es natural, y luego los he cocido en la olla a presión, poniéndoles tan sólo una hoja de laurel. Veinte minutos solamente. A continuación he refrito unas espinacas de las que recordareis que compré hace un par de días para hacer una tortilla francesa, las que venden en bolsas ya limpias y cortadas, pues de esas. Puse un poco, ya sabéis, muy poco, de aceite en la sartén y cuando cogió algo de temperatura eché un par de dientes de ajo laminados. Dos vueltas para acá y otras dos para allá, y ya está, las acelgas a la sartén. Las salteé bien y les añadí cuatro cucharadas, o cinco, no me acuerdo, de tomate triturado. Dejé que se hiciera el tomate y luego les puse un poco de pimentón, pero ya fuera del fuego. Di unas vueltas y reservé este refrito.
La olla donde guisaban los garbanzos, sin nada más que una hoja de laurel, recordad, la quité del fuego. Esperé a que el pitorro (yo tengo una cocina muy antigua y unos cacharros de la misma era glacial) dejara de silbar. Les quité algo del agua de la cocción, añadí el refrito y ale, otra vez al fuego la olla, pero ya destapada para vigilar que se terminen de hacer bien los garbanzos. Cada cual rectificará a su gusto el potaje, poniéndole sal, y pimienta si procediera. Yo majé unos cominos con la sal, qué queréis que os diga. Estaban buenísimos, de verdad de la buena.

Merienda:
· Té con limón
Hoy es día de visitas. Por la mañana estuvieron Manolín y Simón en casa viendo a mi padre. Lo pelaron, lo afeitaron y se hartaron de reír con él. Está muy débil, pero parece que de esta se va a escapar. El mes pasado cumplió 93, así que es normal que haya tenido un arrechucho que casi le lleva al otro barrio en el Damas que no coge por los pueblos, en el que va directo. Luego por la tarde han estado mis primas viendo a su tío, que se han encajado con dos cajas de dulces con una pinta excelente. Los he mirado largamente, y luego he recordado como saben esos piononos, esos romanitos y esos pastelitos de gloria. Con eso y el té con limón, he tenido bastante.

Cena:
· Cogollos de lechuga de la vega de Granada con atún
· Tortilla de calabacines
· ½ vaso de vino blanco joven.
· Un trozo pequeño de pan integral.
· Manzana


Lavo bajo el grifo de agua fría un cogollo de la vega de Granada (o de Tudela, como usted prefiera, pero aquellos los tengo más cerca). Lo abro a la mitad en sentido longitudinal, que anda que no me ha quedado bien eso ni ná. Como me ha salío la mar de bien, los vuelvo a cortar en sentido longitudinal, luego tengo cuatro cuartos más bien alargaditos. Ahora los pongo en un plato bien hermoso y grandote, aparente, y procedo a hacer una mezcla con sal, pimienta, vinagre, mostaza y aceite de oliva. Se bate bien y con ella se hacen brillar los cogollos cuarteados. Termino de iluminar el invento con un taco de bonito del norte en conserva, que me los hace mi hermano y me los trae cada vez que viene, y como para él, el ir y venir a Santander es un entretenimiento, pues nunca faltan en casa. Y por último, unas tiritas de pimiento morrón, de toda la vida de Dios. Anda que no.
Los calabacines los corto en ruedas no demasiado finas y los mezclo con un diente de ajo picado y un poquito de perejil. Pongo una sartén al fuego con una lámina de aceite y echo allí la mezcla cuando esté bien caliente la sartén. Doy un par de vueltas, bajo el fuego y dejo que se hagan, meneando de vez en cuando, hasta que los calabacines estén hechos. Cinco minutos sobran. Ahora pongo todo en un bol, con sal y pimienta, y le añado un par de huevos. Dejo reposar todo después de batir ligeramente. Mientras vuelvo a poner la sartén en el fuego, con el aceite sobrante de refreír los calabacines será suficiente. Cuando está a buena temperatura, echo la mezcla y espero que se cuaje por un lado para dar la vuelta, o la doblo a la mitad, según me venga mejor y según sea el tamaño de la sartén que estoy utilizando.

jueves, 12 de febrero de 2009

90 días de penitencia (10)

Desayuno:
· café cortado (leche semidesnatada)
· Tostada de pan integral con aceite


El desayuno habitual, que igual lo tomo en casa que en el ambigú del Instituto, lo que ocurre es que en el Instituto no suele haber pan integral y me como entonces una tostada de pan normal, pero pequeña.

Almuerzo:
· Ensalada de alubias con cuerpo de cangrejos
· Atún con tomate
· ½ vaso de vino tinto. Crianza
· Un trozo pequeño de pan integral.
· Macedonia con hierbabuena


He picado en juliana un par de hojas de lechuga y las he puesto así en el centro del plato, extendidas. Sobre ellas he echado un puñadito de alubias de bote, ya cocidas y bien enjuagadas bajo el grifo. A continuación le he picado un poco de pimiento, medio tomate y unos pepinillos. Aliño todo con sal, vinagre y aceite, para poner encima lo que he sacado de un par de patas de cangrejo, de medio cuerpo, para entendernos (los que no tengáis cangrejos de esos negros que se pescan más abajo del cabo Bojador, pues palitos de cangrejo. No es lo mismo, hay un mundo de distancia, pero es lo que hay). Decoro con unas tiritas muy finas de pimiento morrón envueltas entre ellas y una aceituna negra en todo lo alto.
Tomamos un trozo de atún y lo partimos en tacos. En la sartén simplemente rehogamos un poco de cebolla en aceite y cuando la cebolla está tierna le añadimos medio vaso de vino blanco. Esperamos a que el vino se evapore y añadimos tres o cuatro cucharadas, o lo que necesitemos para el atún que vamos a hacer, de tomate triturado. Le ponemos su sal y su pimienta, más una pizca de cominos majados y se espera a que el tomate esté hecho, es decir frito y espesito, para añadir los tacos de atún. En cinco o seis minutos está hecho.
En lugar de hacer una macedonia habitual, poniéndole azúcar quiero decir, vamos a cortar una naranja en gajos, una pera en trozos, un plátano en ruedas algo anchas y tres fresones en trozos regulares. Ponemos la fruta así cortada y lavada en un bol y le espolvoreamos por encima unas hojitas de hierbabuena muy picaditas, a gusto de cada cual. Cerramos con un film transparente el bol y lo dejamos en la nevera para que la fruta vaya tomando los aromas de la menta.

Merienda:
· Té con hierbabuena
· Dos dátiles


Tenía unos dátiles de un postre que hice antes de empezar esta dieta, y hoy han caído dos con una tacita de té con hierbabuena. Anda que no.

Cena:
· Crema de verduras (con mucho tomate)
· Brocheta de verduras
· ½ vaso de vino blanco joven.
· Un trozo pequeño de pan integral.
· Zumo de naranja


He cogido tres tomates maduros y hermosos, una patata pequeña, una zanahoria mediana, una rama de apio, un diente de ajo y media cebolla, y lo he metido todo en una olla con agua. He cubierto todo con agua, la he cerrado y le he puesto la válvula a la olla. Al cuarto de hora de andar pitando, le he quitado el pitorro y en cuanto he podido la he abierto y le he metido la minipimer directamente, triturando todas las verduras in situ. Je, je. Ahora he metido en el microondas un vaso tapado con un chorrito de coñac y un poco de agua, para calentarlo un poco, pero no demasiado, que no hace falta. En este coñac aguado y tibio he puesto media cucharadita, de las de café, de harina (o sea, casi nada), y lo he añadido después de removerlo todo a la crema que tengo ya triturada en la misma olla donde he hecho las verduras. Así que nada, un calentón y a arreglar la crema de sal y pimienta, a gusto de cada cual. También le he picado por encima un quesito de estos frescos tipo Burgos cortado en dados y una pizca de orégano para aromatizar.
En lugar de hacerme unas verduras a la plancha, las he pinchado en unas brochetitas de madera. Me he hecho dos. Les he puesto pimiento rojo, verde y amarillo, calabacín, cebolla y champiñones. Con un poco de sal y zumo de limón nada más salir de la sartén, estaban buenísimas.

miércoles, 11 de febrero de 2009

90 días de penitencia (9)

Desayuno:
· café cortado (leche semidesnatada)
· Tostada de pan integral con aceite y jamón


El jamón está ya en las cliclas. Va a haber que ir pensando en cortar ya los huesos y guardarlos para los pucheros y los cocidos, y comprar otro. Pero para hoy, me vale. He sacado unas lonchitas finas, con casi nada de tocino, para cubrir las tostadas, pequeñas y con un hilo de aceite, de pan integral.

Almuerzo:
· Ensalada de naranjas
· Merluza con setas y aceitunas
· 1 vaso de vino blanco joven del Condado
· Un trozo pequeño de pan integral.
· Fresas solas (variedad candonga)


Ayer descongelé unos filetes de merluza y hoy los he puesto a macerar con limón un ratito (Por cierto, que me ha caído un limón del limonero, que estaba yo en la terraza y lo oí caer, que lo pesé y tenía tres cuartos de kilo la criatura, y además de esos de piel fina que tienen un montón de zumo. Pues ahí lo tengo, cuando haga algo con él os lo cuento). A continuación he cocido un par de huevos duros y he cortado en ruedecitas un puñaíto de aceitunas rellenas de pimiento, y en cascos grandes una cebolla pequeña. La merluza la he puesto después a cocer diez minutos en agua y vino, mitad y mitad. Pues bueno, ahora pongo a dorar la cebolla en una cazuela y cuando está tomando color le añado las aceitunas rebanaítas, un tomate cortado en cuartos, un diente de ajo muy picaíto, unos champiñones y unas setas de cardo, troceados, que con tres o cuatro ejemplares basta. Todo a la cazuela. En realidad lo que estamos haciendo es una salsa para el pescado. Así que sólo queda ponerle unas especias, a mi me gusta ponerle un poco de tomillo y una raspadura de clavo, no un clavo entero que es muy chocante porque da mucho sabor. También una hojita de laurel le va fenomenal. Pues bueno, sal y pimienta para terminar y como es natural, un poco de caldo. El de haber cocido el pescado, claro. Pues ya está, le añadimos la yema de un huevo duro o de los dos, según veamos, previamente espachurradas con el tenedor, y se acabó. Esto en media horita, está.
Se colocan los filetes en una fuente y encima se les pone un poquito de la salsa. Adornar con perejil y a disfrutar de un pescadito de lujo.
La ensalada es simple como un cubo. Se trata de cortar hojas de lechuga romana y ponerlas en agua con unas gotas de limón un rato, para que se hidraten y se pongan tersas. Luego se escurren bien y se mezclan con naranjas peladas y cortadas en gajos, o en rodajas, como prefieran. Se les pone un poquito de sal, zumo de limón y aceite de oliva virgen extra. Como siempre. Fantástica y refrescante.
En la carretera de Cartaya, pasado el cruce de Gibraleón y Aljaraque, te encuentras a mano izquierda una finca experimental de la empresa Planasa. Allí se ha seleccionado una nueva variedad que en poco tiempo ha ocupado una cuarta parte del total de plantones que se cultivan en la provincia de Huelva, unos cuatrocientos millones de plantitas, nada menos. Se llama candonga y en el mercado te lo anuncian, pues es sinónimo de calidad, buena presencia y además de sabor, que es lo más buscado por los investigadores y, por supuesto, por los consumidores. Pues nada, en el puesto que tiene en la plaza de abastos un antiguo contrincante en los partidos de botones, compré el otro día kilo y medio. No es que me haya comido ahora en el postre el kilo y medio, porque el resto del personal, aunque no esté a dieta, o por eso mismo, también come postre. Magníficas. Sólo hay que lavarlas bajo el chorro de agua fría y ya está, sin azúcar ni nada. Solitas y deliciosas. Apunten el nombre.

Merienda:
· Menta poleo

No es que tenga el estómago malo porque me haya jartao de comer, es por variar mayormente. Una menta poleo y nada más, que el pescadito del mediodía debería rondar las 300 calorías y por esos andurriales debemos andar, pero no pasarnos.

Cena:
· Ensalada con melón con jamón
· Tortilla de espinacas
· ½ vaso de vino blanco joven.
· Un trozo pequeño de pan integral.
· Yogur desnatado con trocitos de fresa


Hoy, capicúa. Empezamos con jamón y terminamos de la misma forma. He cogido dos tajadas de melón, de estos pequeños de vivero que hay ahora, las he partido en tacos y les he puesto por encima unas virutas de jamón, lo que puedo ir sacando del hueso que cada vez es más visible, el pobre. Lo he metido en el frigorífico y cuando he terminado de hacer la cena a los demás, he sacado la ensalada y le he añadido unas ruedas de palmito de ese de lata, además de un poco de sal. Adorno con aceite y ya está.
Suelen encontrarse con suma facilidad bolsas de espinacas ya preparadas y limpias, cortaditas también. Son estupendas. Tomamos un puñadito de estas espinacas y las salteamos con un poco de aceite de oliva en el que hemos puesto un diente de ajo laminado. Las arreglamos de sal (y pimienta si se quiere) y batimos un par de huevos o dos. Añadimos una parte de las espinacas y hacemos como una tortilla francesa. En el plato ponemos la tortilla y al lado el resto de las espinacas salteadas, alegradas con unos piñones y, ya para rematar, dos o tres uvas pasas. Genial.

martes, 10 de febrero de 2009

90 días de penitencia (8)

Desayuno:
· Té con hierbabuena
· Dos pastitas


Hoy, la merienda en el desayuno. Hay que ir variando para continuar sin peligros por los caminos de las pocas calorías y la casi ausencia de grasas. Las pastas, además, integrales.

Almuerzo:
· Entrecot de ternera
· ½ vasito de vino tinto de crianza
· Pan integral en tostadas o biscotes
· Manzana


A los niños les he hecho una salsa de quesos para la carne, pero la mía va aparte. Ya me estoy integrando en esto de ser un excluido social. Con la parrilla al fuego y bien caliente, pongo mi entrecot con su poquito de sal por encima. Como está muy caliente la parrilla, la carne enseguida cierra sus poros y el interior se queda jugosito. Le pongo por encima un poco de pimienta y romero, dejándola que se haga un poco más por el lado en el que está puesta. Le doy la vuelta cuando estimo oportuno y le vuelvo a poner un poco de sal, pero ya está, con la pimienta y el romero que dejaron su aroma en el otro lado, y que ahora están debajo de la carne, como es natural, largando fiesta, pues tengo bastante. Y en efecto, la carne sale a las mil maravillas, bien doradita y aún sangrante por su interior, tal como a mí me gusta.
Al lado del entrecot, que es plato único, he puesto un poco de col rallada, con otro poquito de ralladura de zanahoria, pero más que nada para adornar. He añadido unas pasas y unos piñones, poquitos en todo caso, y he aliñado la ensalada de col con limón, aceite, sal y pimienta.

Merienda:
· Otro té, pero esta vez sólo
Me abstendré de tomar pastas o tostadas. Con la infusión, tengo bastante para echar el rato y partir la tarde.

Cena:
· Habichuelillas verdes con tomate
· ½ vasito de vino tinto.
· Pan integral.
· Yogur natural 0% materia grasa


Refrío un cuarto de cebolla con un diente de ajo y medio pimiento verde, pero en muy poco aceite. Cuando la cebolla está pochada, añado las habichuelillas verdes (judías verdes) y les doy unas vueltecitas. (Mirad, judías hay de muchos tipos: las hay rubias, morenas, más guapas, más feas… Pues con las judías verdes pasa igual, hay algunas que son más duras, y esas las tendréis que cocer un poco antes, y hay otras como las que compré esta mañana, que se pueden comer incluso sin cocinar, de los tiernecitas que están. Son esas a las que sólo hay que quitarles las puntas, redonditas y jugosas. Pues según las que tengáis hacéis una cosa u otra). Pongo sal, pimienta y también un poco de orégano. Añado tomate triturado y dejo que se haga a fuego medio con la olla o el cacharro que vosotros utilicéis a medio tapar, más que nada para que no salpique el tomate al freír y te ponga la cocina perdida. Cuando están hechas las habichuelillas verdes y el tomate, les pico un poco de perejil por encima, lo cual se puede hacer incluso en el propio plato.
Ya está, por hoy está bien que todavía me queda algo del arrepentimiento del otro día. Y además al mediodía me hinqué un entrecot que no se lo salta un galgo. Así que por hoy, ya está más que bueno. Entre mis descubrimientos de este mundo nuevo de las dietas, está el de los yogures con 0% de materia grasa. Que digo yo, que si no tienen materia grasa alguna, como están tan espesitos y apetecibles. Anda que no les tienen que meter fuchinas ni nada. Si es lo que yo digo, no hay nada más insano que una comida sana. Pero en fin, yo no me quejo, que la cosa va bien.

lunes, 9 de febrero de 2009

90 días de penitencia (7)

Desayuno:
· café cortado (leche semidesnatada)
· Tostada con aceite y jamón


Ayer compré un montón de pan porque tenía invitados. Pero entre que los niños se fueron, uno a Islantilla con los amigos a pasar el fin de semana y el otro que anda con campeonatos de tenis, mi novia que se quedó en Matalascañas porque tiene mucho trabajo, y que además mi padre está en el Hospital desde hace unos días ingresado, pues fuimos pocos a la mesa. De modo y manera que esta mañana me he hecho unas tostadas, pequeñas, eso sí, con pan normal. Les he puesto aceite y jamón, que me ha dicho mi cuñao que a ver si dejo de sacar jamón del hueso que luego no me va a servir ni para echarlo al puchero. Así que tendré que comprarme un jamón. Pediré un crédito.

Almuerzo:
· Mi escalivada
· Pollo a lo que caiga
· ½ vasito de vino tinto de crianza
· Pan integral en tostadas o biscotes
· Yogur natural desnatado


Mirad, yo la hago con lo que tengo, y vosotros igual, con las verduras que tengáis, pero que deben ser más o menos estas: cebolla, tomate, pimientos de los de asar y luego calabacines, berenjenas, ajo… Lo mejor es coger una fuente de horno, cortar en ruedas de algo más de medio centímetros el calabacín, la berenjena (con la piel si queréis, o no), la cebolla y el tomate. Los pimientos de asar, rojos y verdes, en trozos aparentes para con el resto. Se les pone por encima un par de dientes de ajo muy picaditos, o dos o tres, los que os parezca. Se echa un poquito de sal y de aceite de oliva y al horno con la escalibada. Cuando la verdura esté hecha, pero que siga estando crocante, no dejadla que se haga demasiado (a mí me gusta casi cruda), pues la ponéis en el plato y le podéis poner por encima un hilo de salsa Perrin’s o salsa de soja, como es sólo un hilo, pues no pasa nada. Seguimos a dieta, no olvidadlo. Las vacaciones fueron ayer.
El pollo a lo que caiga se hace de la siguiente manera: fileteamos unas pechugas y les ponemos sal, zumo de limón, media cebolla rallada, aceite de oliva, jengibre rallado, pimienta de cayena (si nos gusta el picante, si no, pues no), pimentón, pimienta, orégano, tomillo, ajo muy picadito, perejil y, si tenemos, culantro (hojas de cilantro fresco). Revolvemos con las manos los filetes para que se aliñen con todo lo anterior y con media horita o un cuarto de hora que estén macerando sobrará. Se ponen a la plancha vuelta y vuelta. Estupendos. Se sirven con un poco de ensalada verde al ladito, que queda más mono y refrescante. Ah, lo de a lo que caiga es porque estábamos mi cuñao y yo preparándolos y se cayeron del estante de las especias el bote de cayena molida, el de tomillo y el de orégano, así que de los tres les pusimos un poco al pollo. Lo que os digo, excelente, rico, rico, rico, como diría el majarón del vasco este que no me acuerdo como se llama y que lo conocí en el Festival de Cine de Huelva, donde le presenté una película que había producido y luego nos fuimos a comer y luego de fiesta, y así unos cuantos días, que es un tío la mar de majo. El Arguiñano, coño, el Carlos Arguiñano, un auténtico crack.

Merienda:
· Té sólo
Hoy té solamente, que ayer estuvo la cosa buena.

Cena:
· Ensalada de chocos
· ½ vasito de vino blanco joven.
· Pan integral.
· Dos peras y una manzana


Ayer me sobraron chocos (sepias), porque hice menos arroz del que esperaba haber tenido que hacer. Así que tomé uno más pequeño y lo puse en la plancha. Cuando estuvo bien asadito por un lado y por otro, lo corté en tiras procurando quemarme los dedos lo menos posible, le puse aceite, vinagre de vino y sal gorda. A continuación lo cubrí con cebolleta fresca picada en juliana y con perejil picado finamente. Glorioso. Luego dos peras y una manzana. Por hoy está bien. Mañana será otro día y poco a poco, creo que debo estar adelgazando, aunque no me atrevo a acercarme al peso hasta que no pase un mes, no vaya a ser que me lleve un chasco y mande todo esto del plan a tomar por culo. Hasta mañana, troncos.

domingo, 8 de febrero de 2009

90 días de penitencia (6)

Desayuno:
· café cortado (leche semidesnatada)
· Tostada con aceite, tomate y jamón


Hoy es mi día libre. La médico me dijo que un día a la semana podría comer lo que quisiera, así que tengo ya preparada un par de botellas de un vino muy interesante para el mediodía, que tengo invitados y les voy a hacer un arroz caldoso de Huelva. De momento, mi cafelito cortao y dos rebanadas de pan de Villanueva de los Castillejos, con su poquito de aceite de oliva, tomate refregado y jamón a tutiplé, que se me está acabando y voy a tener que comprar otro, ya que es compatible con la dieta que estamos llevando, que en realidad no es una dieta, sino una forma más sana de comer, evitando el exceso calórico, pero disfrutando de la buena mesa. Esto del pan con aceite, tomate y jamón, es un traspaso cultural de los almerienses que arribaron a Cataluña a currar y se llevaron la costumbre de untar el pan con aceite y refregarle medio tomate después. Los catalanes lo popularizaron rápidamente con el apodo de “pa amb tomàquet”, que no sé si está bien escrito porque ya no voy a Cataluña y no lo practico – si te obligan, pues jode, pero de jovencito me complacía leer libros en catalán y en poder hablar con los amiguetes catalanes en su lengua, que a pesar de todo me sigue pareciendo hermosa. El problema es la gilipollez esa de la inmersión lingüística que siguió al reencuentro “de la identidad autónoma en la fiebre del patriotismo regional que sacudió España tras la muerte de Franco”, en palabras de Teófilo Ruiz, catedrático en Princeton (Historia social de España. 1400-1600) (Ed. Crítica. Barcelona, 2002). Luego al pan con tomate se le añadió el jamón y pasó a ser el “pa amb tomàquet i pernil”, que alcanzó su culmen en tierras de buen jamón, como es el caso de Huelva. De la pronunciación catalana surgió el castellanizado pan tumaca, que es cómo se puede leer en no pocas tabernas y restoranes de postín en esta perdida provincia tan difícil de descubrir.

Almuerzo:
· Ensalada César
· Arroz caldoso de Huelva
· 1 botella de vino tinto de crianza, de Toro
· Un bollo de pan (integral, para no pasarme)
· Muffins de chocolates con nueces y piñones


Lo de la ensalada César sale mucho últimamente en las películas americanas. Debe haber por allí una cierta devoción por esta ensalada que además de simple es riquísima, la verdad sea dicha. Yo uso lechugas romanas, las hojas del interior, más crocantes y de un verde más suave que alcanza cerca del tallo el blanco. Pues bien, sobre ellas pongo trocitos de pan frito, pero ahora, por la cosa de la dieta esta o lo que sea, pongo trocitos de pan integral de ese que venden ya tostado. También van por encima de las hojas de lechuga, unas anchoas cortadas a la mitad o en tres trozos, más o menos, un huevo duro bien picadito y queso azul desmenuzado. Todo esto a gusto de cada cual. En el almirez pongo un diente de ajo con un poco de sal y lo espachurro hasta hacer una pasta, ayudándome con un poquito de zumo de limón. A esto le voy añadiendo aceite de oliva y procuro emulsionarlo levemente. Con esto riego la ensalada y ya está. Magnífica.
Lo del arroz es otra historia, pues yo los hago como los hacía mi madre, que se pasaba interminables horas en la cocina para que comiéramos sano, rico y equilibrado, quiero decir que repetías muy de tarde en tarde un plato. Pues bien, lo primero que hacía era abrir un cuarto y mitad de coquinas y desprender el meollo de las cáscaras, reservando el caldito que sueltan al abrir tras colarlo por un colador fino y evitar que te puedas encontrar tierra luego. Si no tenéis coquinas porque no sois de por aquí, pues nada, unas almejas y ya está. De medio kilo de gambas, cogemos las cabezas y las ponemos a hervir cinco minutos en agua. Colamos y reservamos también este caldito (dejamos un poco para la noche que vamos a hacer una salsa marinera y nos va a hacer falta algo de este caldo. A continuación se hace un sofrito con media cebolla, tres dientes de ajo, medio pimiento verde de los de freír, una zanahoria, dos hojas de laurel, un puñadito de guisantes y un tomate rallado o un par de cucharadas de tomate triturado de ese de lata. Bien, en este refrito echamos un choco (sepia) cortado en tiras, le damos unas vueltas y cuando cambia el color, añadimos un vaso de vino blanco. Se sube el fuego y se espera a que se evapore el vino. En lo que resulta se echa el arroz, un puñao por comensal más uno más para poder repetir luego. Se da vueltas al arroz para que se impregne bien del aceite del refrito y se añade el caldito de haber cocido las cabezas de las gambas, el que resultó de las coquinas y terminamos con agua hasta completar la proporción de dos tazas y media de caldo o de agua por cada taza de arroz. Le ponemos su sal y su pimienta más un poquito de azafrán que le de sabor y ese color deliciosamente dorado que le da a las comidas. Cuando está casi terminado añadimos los cuerpecillos de las gambas, que habremos terminado de pelar y los meollos de las coquinas o de las almejas. Probamos, rectificamos de sal si hiciera falta y esperamos a que el arroz esté en su punto para espolvorear la paella o cacharro similar en el que estemos haciendo el arroz con perejil picado muy fino y ponemos unas tiritas de pimiento morrón, más que nada para adornar. Se tapa con papel de aluminio y se espera un par de minutos o tres, más tiempo no va a aguantar el personal cuando huelan el arroz con gambas, chocos y coquinas. Sensacional.
Y de postre, unos muffins de chocolate con nueces y piñones. Casi nada. Un día es un día y hay que aprovecharlo, que me quedan todavía un montón para perder los dieciséis kilos que tengo que perder en estos tres meses. Yo los hago de la siguiente manera: Bato doscientos gramos de azúcar con la mitad más o menos de mantequilla, la cual he puesto en el microondas a pocos grados para ablandarla, como es natural. Cuando consigamos una cremita homogénea, añadimos un par de huevos, doscientos ml de nata líquida, un cuarto kilo de harina de repostería y un paquetito de levadura. Derretimos en un cacito 100 gramos de chocolate fondant negro y lo añadimos, damos unas vueltas a todo y le añadimos otros 100 gramos de chocolate, pero blanco y en trocitos pequeños, así como cinco nueces y un puñadito de piñones. En moldecitos de papel de esos que venden para hacer magdalenas, introducimos la mezcla, sin llegar al borde porque después subirán. Se meten en el horno, previamente calentado a 180º, durante un cuarto de hora. Y ahora como siempre, con una aguja de hacer punto, con un pincho de brocheta o con lo que usted tenga a mano, pincha un muffin para ver si sale limpia la aguja, señal de que ya están hechos. Así que magnífico, se dejan enfriar y se sirven con una copita de vino dulce del Condado, de Pedro Ximénez, por ejemplo. Ahhhh, qué bonita es la vida si se sabe vivir, coño.


Merienda:
· Té verde con hierbabuena
· Piononos de Rufino de Aracena


Un té digestivo para acompañar unos piononos de los que hacen en casa Rufino en Aracena y que los venden en una confitería que hay al lado de donde estaba el colegio Francés. De cocina, descansamos un poco.

Cena:
· Queso de cabra con mermelada de tomate
· Lomos de robalo (lubina o róbalo) con salsa marinera
· 1 botella de vino blanco joven.
· Pan integral.
· Un par de peras


La cosa es tener arte para poner una plancha o una sartén de esas acanaladas con el suficiente calor como para que podamos poner ruedas de queso de cabra de unos dos centímetros de ancho sobre ella para que se tueste pero que no se dore. Si sois capaces de hacerlo, sólo tenéis que poner una ensaladita de berros a un lado, dos porciones de queso por barba en el centro del plato y al otro mermelada de tomate, que yo la tengo comprada de un tío que la hace por ahí por la parte de Aracena y ya os dije, creo, que la hace con tomates rosados, una barbaridad de buena que está la mermelada.
Al pescado le quitamos los lomos pero dejándoles la piel. Con un lomo por persona bastará si son robalos de tipo medio. Con las espinas del robalo y las cabezas, y si tenemos unas cabezas de gambas de este mediodía, pues también, hacemos un caldito de pescado. En principio lo ponemos todo en una ollita, las espinas, las cabezas de los robalos y las cabezas de las gambas, para rehogarlas en aceite con media cebolla, un trozo del blanco de un puerro, media zanahoria raspada y cortada en ruedas. Se cubre de agua y vino blanco, mitad, mitad, por la cara, se deja media hora reduciendo a fuego vivo con un poco de tomillo, laurel y sal. Se cuela en el colador chino, exprimiendo bien las cabezas del pescado para sacar un caldo concentrado. Este caldo lo ponemos a calentar y le añadimos una cucharadita de harina fina de maíz. Se espesa y se prueba a ver si está bien de sal. Reservamos al calor mientras hacemos los lomos de las lubinas o robalos, como les decimos por aquí por Huelva.
Le he dicho a niño el chico que me vaya al jardín y que me coja unas ramitas de romero de los parterres. Pongo aceite a calentar y cuando está caliente lo saco del fuego. Introduzco en este aceite caliente pero que está fuera del fuego, las ramitas de romero, un momento sólo. En el plato pongo unos brotecitos tiernos de lechugas y cosas así, en el centro los lomos de lubina, asados en la sartén de fondo grueso bien caliente, con su golpe de sal gorda, el tiempo de que se haga primero por el lado de la piel, vuelta y un momento más pequeño aún por el otro. Le ponemos un poquito de la salsa por encima y a un lado, de forma artística, y terminamos de decorar con las ramitas de romero frito, que está buenísimo, os lo juro. Esto sí que es un lujo y además sin demasiadas calorías, es la verdad.
Después de un día de excesos, creo que con un par de peras, la cosa está pero que muy bien. Seguimos con la dieta o con lo que sea esto, no lo olvidéis.