viernes, 30 de agosto de 2013

Sara Paixão "Maldiçao" (Fado Bacalhau) - RTPì

Fado Bacalhau y Bacalao al fado



Son dos cosas distintas. Una es el bacalao al fado y otra el fado Bacalhau, que es una manera de componer el fado que, fundamentalmente, utiliza sextetas en lugar de cuartetas en la composición de las estrofas. Es un fado más ligero y los puristas hasta mediados del pasado siglo le llamaron fado - canción o fado - balada pero no fado propiamente dicho. El autor que inició esta manera de componer y de cantar fue José Antonio Augusto da Silva, conocido por el mote familiar de Bacalhau. Esta tarde me largo al Centro de Arte Harina de Otro Costal donde actúa esta noche la extraordinaria fadista Sara Paixão (os dejo una foto de Sara Paixão y otra del bacalao al fado que me vendimié con mi niño el grande el mismo día del concierto).
Ah, os dejo también la receta del 
Bacalao al Fado.- Cocemos unas habichuelillas verdes o judías verdes, o vagem (vainas) que es como le llaman ahí al lado en Portugal. Al mismo tiempo cocemos unas patatas peladas y cortadas en rodajas no demasiado delgadas, como de medio centímetro o un poco más de grosor. En una sartén freímos cebolla cortada en aros, hasta dejarla pochada, o a gusto de cada cual, pues se utililzará para coronar el plato. Retiramos la cebolla y en el mismo aceite echamos dos o tres dientes de ajo cortados por la mitad y a lo largo; freímos el bacalao en ese mismo aceite y con los ajos por ahí dando vueltas, primero con la piel para arriba y luego con la parte de la piel para abajo. Dejamos que se dore el bacalao y añadimos las patatas y las judías verdes que teníamos cocidas y reservadas al calor, damos unas vueltas con cuidadito y a repartir en los platos el bacalao con las patatas, las judías y los medios ajos que caigan. Por encima ponemos unas aceitunas negras cortadas a la mitad, y unas tiras de pimiento rojo asado. Se ilumina el conjunto con un hilo de aceite de oliva y se acabó. Ah, no, coño, que no he acabao, bacalao, en todo lo alto se ponen aros de cebolla, que si no, para qué las teníamos reservadas. En fin, ahí os dejo con Sara Paixão y su hermosísimo fado Bacalao titulao Maldição. Besos; o mejor dicho, beijos.

domingo, 18 de agosto de 2013

Chocos, canela y miel, ¿te atreves?


Este tayine que a alguno le puede parecer excesivo, es además de rico, divertido. El sabor del choco y el marisco permanece, pero realzado de una manera que, admito, no es muy frecuente ni normal.
Tayine de choquitos y gambones.- En una cazuela normal, si no disponemos de tayine (cazuela de barro con tapadera del mismo material y un pequeño orificio para que escape el vapor) se pondrán a fuego lento y sobre una lámina de aceite unos choquitos enteros pero limpios, como es natural, cebolla y ajos, un poco de jengibre y tomillo, más pimienta y sal. Pelamos los gambones y las cabezas las ponemos a cocer con agua que apenas las cubra, estripándolas con la cuchara de madera. Cuando hierva, se pasa el líquido resultante por el colador y se reserva. Cuando la cebolla empieza a desaparecer se añaden unas pasas que habremos tenido en remojo para que se hidraten y una cucharadita de canela. Se dan unas vueltas y se exprime medio limón. Se cubre todo con el agua de cocer las cabezas de los gambones y se añaden los cuerpos de los gambones, dejando que hierva todo un par de minutos más, tapado y a fuego moderado todavía, para añadir finalmente una cucharada de miel. Se dan unas vueltas y se sacan los choquitos, poniéndolos en los platos junto a un poquito de cuscus que habremos hidratado solamente (si es que son esos que venden de marcas comerciales semicocidos. En otro caso, se siguen las instrucciones del fabricante y ya está, pero si es de esos que están en todos los supermercados, con hidratarlos es suficiente). Se sube el fuego y mientras reduce la salsa (cuidado que os podéis quedar sin ella) colocamos los choquitos, un par de gambones y cubrimos con la salsa. Se adorna todo con piñones y ajonjolí o sésamo, como queráis llamarlo y se acabó.

sábado, 10 de agosto de 2013

Canela y limón

Con canela y limón le vamos a dar un toque especial a este guiso de 
Solomillo dulce a las especias.
Se trata de un guiso sencillo y relativamente rápido. Y barato además si se hace con solomillo de cerdo blanco, con el que se puede hacer perfectamente. En primer lugar picamos una cebolla y la ponemos a pochar en una cacerola de fondo grueso y a fuego mediano. Mientras cortamos el solomillo en trozos no demasiado grandes y sobre la tabla de trabaja lo extendemos para ponerles sal y pimienta, luego jengibre seco rallado y un poco de canela, unas hebras de azafrán o colorante alimentario, como la cúrcuma, si no son pudientes, como yo (hay que fijarse en la coma, que si no hubiera coma significaría que no son pudientes como yo, que sí que lo soy. Pero al haber una coma, viene a significar que ustedes, tal como yo, no son pudientes... bueno, en fin, seguimos). Con tanta tontería la cebolla se habrá puesto tierna, luego ya podemos añadir la carne troceada y especiada. Le damos unas vueltas y añadimos tomate triturado, tres o cuatro cucharadas si estamos haciendo un solomillo de medio kilo aproximadamente; más agua que cubra todo el conjunto. Bajamos el fuego y tapamos para que se vaya haciendo la carne lentamente y se ponga blandita. Al final de la cocción le añadimos el zumo de medio limón y una cucharada sopera de miel. Damos unas vueltas y esperamos a que se espese la salsa, lo cual ocurrirá casi enseguida. Adornar con piñones y ajonjolí o sésamo, más un poquito de carne de membrillo o dulce de membrillo, según como le guste a cada cual, pero la va muy bien el dulce al ladito.