martes, 31 de diciembre de 2019

Por fin un postre que no engorda

Lo encontré mientras perdía el tiempo (no del todo) navegando por estos internetes nuestros de cada día. aparecía un joven moderno con una chaqueta de cocinero de esas que se llevan ahora, con mucho dibujo y mucha tontería. En el caso que nos ocupa la camiseta estaba repleta de calaveras de colorines. En fin, cada cual se viste como le sale de los mismísimos. El chaval no paraba de sonreír durante la grabación y tenía pinta de buena gente. lo he intentado recuperar pero no lo encuentro por ningún lado, pero como este postre lo he vuelto a hacer varias veces, pues os podeís fíar de los ingredientes que os propongo.
Crema de chocloate con plátano, aguacate y dátiles
ingredientes:
un plátano
un aguacate
un vaso de leche (entera y del día mejor)
una docena de dátiles (deshidratados como es normal, y deshuesado)
unos cincuenta gramos de cacao en polvo
elaboración:
Hiperfácil.  No hace falta subirse a una palmera ni liarse a pedradas con los dátiles del colegio del Santo Ángel, que sale el guarda y nos tira las piedras a nosotros. No, es mejor comprarlos ya deshidratados, de los normales y corrientes. Pues bien, si vienen sin hueso, a la batidora, y si vienen con huesos, pues entonces les quitamos el hueso y a la batidora también.
El plátano tal cual. Sin piel, pedazos de brutos.El vaso de leche y un aguacate normal, en su punto justo, ni muy maduro ni muy verde. Tampoco valen los que me traen Perico y Chusca, pues si es de esos, con una sexta parte ya vamos aviados, son enormes. Añadimos cacao en polvo (yo uso Valor porque en Cádiz vivía justo al lado de una chocolatería franquiciada de Valor y pasba más tiempo allí que en la barra del Faro o en el Periquito, un bar del barrio La Viña al que me llevaba don Antonio Vera, hombre de gran saber y carnavalero como no podía ser de otra manera) y se acabó. A batir con la batidora y a meterlos en vaso de cristal, tapándolos con un film transparente para meterlos en el frigorífico. Ni os imáginais lo buenos que están. Se pueden servir de este modo o colocarle por encima algún fruto seco, entero o partido, un trocito de naranja confitada tampoco le iría mal... en fin, como os dé la real gana. Feliz años, me voy a la cocina, que estoy preparando ya lo de este fin de año. Agur, troncos.

viernes, 27 de diciembre de 2019

Sabores eternos: chilindrón

El pollo en la cazuela, casi hecho ya.

El pavo de este año era tremendo, pasaba de los cuatro kilos, con lo cual una vez metido en harina, me di cuenta de que iba a tener relleno para dos pavos, pero como solo tenía la piel de uno, pues me fui al Maradona y compré un pollo más bien grande con objeto de quitarle la piel, con la cual efectivamente pude hacer un segundo bloque de pavo trufado. Por cierto, ya se pueden comprar trufas decentes en el mercado, la señora que tiene el puesto en la calle que da a la avenida Italia, cerca de los chocos.
En fin, que con el pollo, que lo tenía congelado y sin piel, pobrecito mío el frío que habrá pasado, he hecho un pollo al chilindrón, un clásico o según terminología dieguina, cocina viejuna, pero vaya placer que es comer cosas de estas. Veamos
Pollo al chilindrón
ingredientes
pollo
pimientos verdes y rojos de los de asar
tomates maduros
cebolla
ajo
laurel
vino blanco
pimienta
sal
elaboración:
Más fácil, imposible. Refrito de cebolla y ajo, troceamos los pimientos de asar, según la cantidad de pollo, medio de cada o uno entero de cada uno, verde y rojo. Incorporamos al refrito, junto a una hoja de laurel, pimienta y sal. Damos tres vueltas y media y añadimos un par de tomates maduros, sin piel ni simientes. Mientras se hace el chilindrón, es decir este refrito tan sencillito, salteamos el pollo en una sartén o plancha bien caliente. Reservamos, añadimos vino blanco al chilindrón, dos vueltas otra vez y se acabó. Echamos el pollo y a esperar a que se haga. A fuego medio bajo. Paciencia, cojones.