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jueves, 16 de agosto de 2018

Un postrecito


Cierto es que nunca hago postres, suelo comer fruta y de vez en cuando algún capricho, pero este flan con fresas (o cerezas) y nata, les encanta a los niños. Os lo paso. Id preparando, sin necesidad de esterilizar porque son para consumo rápido, pero sí limpiar, cinco o seis botes de esos que se suelen guardar para lo que sea y que ahora nos van a servir. Si no tenéis botes podréis usar vasos y luego los tapáis con papel film, que es otra opción. Ya sabéis que en la cocina no hay reglas, sino sentido común y buenas prácticas.
Flan con fresas y nata
ingredientes:
(para el flan)
  • medio litro de leche
  • cuatro huevos
  • cien gramos de azúcar
  • vainilla
(para la confitura de fresas)
  • fresas
  • azúcar
  • agua
(para la nata)
  • nata para montar o nata montada directamente

elaboración:

Empezamos con el flan. Con media vainilla es suficiente. Abrimos a lo largo la mitad de la vaina y le quitamos las simientes. En un cazo ponemos la leche a calentar con la vaina y las simientes, todo para dentro. En cuantito veamos que empieza a hervir, retiramos el cacharro del fuego y lo dejamos templar.
Mientras se enfría un poco batimos el azúcar con los cuatro huevos, y cuando la mezcla sea homogenea añadimos la leche, pero colada claro, porque tiene la vaina y las simientes por ahí danzando todavía.
Y ahora viene el momento del microondas, que además de para calentar la leche, sirve para hacer flan. Llena los botes aproximadamente hasta un tercio de su profundidad. Los metes en el microondas unos cinco minutos a tres cuartos de la potencia máxima que tenga, no a tope. Los sacas y esperas un par de minutos. Los vuelves a meter en el microondas y a la misma potencia los dejas ya solo un par de minutos. Si no están cuajados puedes repetir la operación otra vez, pero dos minutos solo. Los sacas y esperas a hacer la confitura de fresas o de cerezas, de lo que quieras. Esto más que confitura deberíamos llamarlo sopeao, porque aunque es como si fuérais a hacer mermelada, se hace en menos tiempo. 



Mientras se enfrían y cogen cuerpo los flanes en sus respectivos botes, procedemos a poner en una sartén dos o tres cucharadas de agua y cuatro cucharadas soperas de azúcar, y como es natural unos trescientos gramos de fresas bien despachaos, lavadas y cortadas a la mitad (si son fresones de esos enormes, entonces en cuartos, pero ahora en verano la fresa que hay es de menor tamaño). Ponemos la sartén al fuego y le vamos dando vueltas para que no se peguen. En poco tiempo el líquido que van soltando las fresas, más el agua que pusimos aunque era poca, irán formando una sopa espesita de fresas. Pues bien, cuando vosotros decidáis como os va a gustar la cobertura del flan, las retiráis del fuego para dejarlas templar. Tened en cuenta que esta confitura de fresas tomarán más consistencia al enfríarse, porque obviamente van a ir perdiendo agua en forma de vapor, aunque no lo veais. Vale, pues ya está. Cuando el flan esté cuajado se le echa por encima un poco de la confitura de fresas, cerramos los botes, y al frigorífico con el invento.
A la hora de servir se abre y se echa la cantidad de nata montada que cada cual quiera. Ea, ya está.




domingo, 4 de diciembre de 2011

Flan Sin Nata




Los artistas, cuando lo son, cantan con absoluta normalidad. Sinatra era la sencillez que sólo alcanzan los grandes maestros: Rafael de Paula, que toreaba como los ángeles cuando le visitaban las musas; Silvio que cantaba rocanrol como nadie lo ha cantado nunca en español; o Lionel Messi, que conduce el balón como si estuviera jugando en el patio del colegio. Estos y muchos más son absolutos monstruos. Cada uno en lo suyo. Frank Sinatra, La Voz, cantaba así, como si estuviera hablando con alguien acodado a su lado en la barra de un bar, o como si estuviera convenciendo a una chavala de que nunca antes había conocida a una mujer igual. Con absoluta sencillez, que es como se hacen las cosas grandes.
Flan.- Medio litro de leche, dos yemas y cuatro huevos más, diez cucharadas rasas de azúcar y una pizca de sal. Se baten los huevos y las yemas de otros dos con la pizca de sal y las diez cucharadas rasas de azúcar. Se añade medio litro de leche y se vuelve a batir hasta obtener una mezcla homogénea. Al horno y al baño María. Yo pongo los moldes individuales en una bandeja de horno con dos dedos de agua. A 200ºC y los tengo allí como una hora o un poco más, pero claro, mi horno está ya el pobre para el arrastre, así que procuren ir vigilando de vez en cuando y cuando vean que tienen la textura que debe tener un flan, pues se sacan y se acabó. Siento no haber podido esperarme y haberle metido el diente al flan de la fotografía antes de eso, de convertirlo en fotografía.