lunes, 27 de abril de 2009

Teoría y práctica de la tempura

Cuando las velas portuguesas y españolas surcaban los cuatro mares con absoluto poderío, religiosos jesuitas se largaron nada menos que al Japón a cristianizar a todo aquél personal. Cuentan y habrá que creérselo un poquito, que durante la Cuaresma se acordaban de las friturillas de pescaíto, y como esos días se nombran "ad tempora qadragesimae" o "tempora ad cuaresmae", pues se quedó por allí decirle tempora y luego tempura a esa manera de envolver las cosas de comer en una mezcla de harina, agua fría y yema de huevo. Tal que aquí.
Al margen de que esta tesis sea cierta y esté contrastada, o no, el hecho es que allí han construído todo un mundo con los rebozados, en el mismísimo imperio del Sol Naciente, como el nuestro, que también era por aquél siglo XVI de soles nacientes, aunque pronto iba a ser del sol poniente y así seguiría siendo en siglos sucesivos, que entre los Austrias y los Borbones, vaya tela la manía de gastar dinero en tonterías, coño, que se dejaron un Potosí en Flandes y en la madre que los parió a todos. Pero basta ya de lamentaciones. Seguimos. El caso es que nosotros seguimos con nuestros rebozaditos prácticamente tal cual, mientras que los japos han evolucionado y han convertido en una auténtica obra maestra semejante manera de freír, simple pero eficaz, eso sí. Por cierto que en Japón por aquellos tiempos, el aceite era un auténtico lujo, por lo que no creemos que los jesuitas, conociéndolos como los conocemos, fueran amantes del derroche y el descorche, menos aún en aquellos remotos parajes. Más normal habría sido que ellos se hubieran acostumbrado al salteado y a otra manera de cocinar pescados y verduras, que imponer allí el lujo de freir en aceite, fuera el aceite que por allí utilizaban el que fuere. Esto me recuerda al lepero que después de haber estado treinta y cinco años trabajando en Alemania, volvió a su pueblo ya jubilao de la Siemens. Estando en el casino, un compadre suyo le pregunta que si era verdad que el alemán era una lengua muy complicada, a lo que el lepero muy serio, le contesta que no tiene ni idea de si es complicada o fácil. El otro, le mira espantado y se admira de que en treinta y cinco años no haya aprendido alemán para comunicarse con los demás. Y el lepero, sin inmutarse le contesta que como el vivía en un pueblo muy chico, que enseñó a todo el mundo a hablar español. Pues eso, que lo de los jesuitas friendo boquerones rebozaitos en su talvina de harina y agua, con su yemita de huevo, es parecido.
En fin, seamos serios y vamos a lo que vamos, que no es otra cosa que intentar rebozar verduras, mariscos o pescados, lo que a cada cual le plazca, con el arte y la delicadeza con que lo hacen los japoneses. Veamos como podemos hacer una auténtica
Tempura de langostinos, setas y verduras.- En primer lugar tendremos en cuenta si las verduras las podremos introducir en la talvina o es mejor escaldarlas un poco, lo que yo recomendaría en el caso de espárragos trigueros, pimientos rojos o gurumelos y otras setas. Pero supongamos que ya hemos elegido las verduras, los mariscos o lo que fuere necesario freir de este elegante modo.
Sabido es que te venden un preparado en los supermercados de las superficies comerciales, que avisa en la etiqueta que es harina para tempura, con lo cual nos damos cuenta de la popularidad que esta manera de preparar verduras y mariscos es realmente espectacular. Pero nosotros vamos a intentar hacerlo por nuestra cuenta y riesgo. Así que haremos una mezcla muy suave de harina con agua fría (los japos recomiendan agua muy fría, pero en casa siempre se hizo con agua del grifo), a la que añadiremos una yema de huevo previamente batida para que luego se integre bien. No se le pondrá sal, ni azúcar, ni agua con gas, que es truco del que he oído hablar y eso que cada día que pasa estoy más sordo. Si conseguimos una masa o talvina con una textura parecida a la que hacemos para las tortillitas de camarones, es decir, bastante líquida, tendremos un resultado excepcional. el caso es ir probando y alcanzar a freir en aceite bien caliente (nosotros, para mejorar el sabor, de oliva virgen extra, pero los japoneses en aceite de sésamo mezclado con aceite de no me acuerdo ahora de qué) los rebozados, de manera que la cobertura sea transparente y deje ver lo que hay en el interior, ya sea marisco o verdura. Después se tratará de servirlo con un mínimo de arte, y no en plan ración de chiringuito playero. Al ladito, yo le puse una salsa que hice con tomate natural triturado, pimentón picante (poco) y salsa de soja. Pero también le va como es natural la de soja con su poquito de wasabi, o una mahonesa aligerada y alegrada con alguna especia, por ejemplo orégano o tomillo, o ambas cosas a la vez. En fin, maestros, ustedes mismos. La cosa, repito, es conseguir una masa con harina de trigo, agua del grifo y yema de huevo, suficientemente líquida como para que envuelva lo que sea y que no se desprenda. El aceite habrá que limpiarlo con la espumadera de vez en cuando y, eso sí, debe estar muy caliente. Otro día hablaremos de los rebozados normales y corrientes, muy parecidos, pero de los pavías o las pavías, no, pues ya creo que hay una entrada dedicada a ellos en este blog. No sé, no me acuerdo, ahora cuando cuelgue esto lo veré. Ah, y con la tempura, por supuesto manzanilla de Sanlúcar o palo cortao de Bollullos del Condado. Faltaría plus.

miércoles, 22 de abril de 2009

Las papas aliñás y otras glorias marianas

Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios, que una de las dos Españas ha de helarte el corazón, o bien la que defiende que las papas se aliñan cuando todavía están calientes, o los que prefieren dejar que se enfríen tranquilamente y luego las menean bien para que se integre el aceite, el vinagre y, por supuesto, sal gorda.
El otro día, les comentaba lo de las papas aliñás que hace la mujer de Vito (en la Bodeguita Ramírez de la plaza del Piojito, también llamada la Piterilla), y ahora, ya libre de dietas, les quiero hablar y recetar este plato típicamente andaluz, de la Baja Andalucía más concretamente. Unas papas aliñás que pasan por trascender su humildad convirtiéndose en uno de los platos más grandiosos que se consumen por estos sures, y que justifican, dicho sea de paso, la aventura colombina de cabo a rabo. Traer las papas del otro lado del mar tenebroso mereció la pena. Incluso mereció la pena el sacrificio de la marinería que quedó a mal recaudo en el fuerte de la Navidad levantado con los restos de la nao capitana, la Santa María también llamada María Galante, los cuales marineros terminaron cocinados se supone, por los nativos y aliñados de forma extraña a nuestras costumbres, pues no hay certificación de que en la América precolombina existieran vinagres de la pureza y el exquisito aroma de los de Jerez o del Condado de Huelva, por poner dos ejemplos gloriosos. Así que se los comerían de cualquier manera. Qué horror, no conocer el vinagre.
Y de glorias de esta tierra de María Santísima, como la nao que capitaneó Colón (que era otro marinero) venimos a hablar cuando les relatamos a ustedes como se pueden hacer unas inconmensurables
Papas aliñás.- Se deberán en primer lugar seleccionar patatas nuevas, nunca grandes, sino medianas o pequeñas, y cocerlas en la olla a presión sólo si se le tiene tomado el tiempo. Lo más aconsejable es cocerlas en una olla normal y corriente, lo cual nos permitirá ir viendo como van las papas. El truco, si es que hay algún truco, es pinchar con un tenedor y sin profundizar las patatas alrededor, para que no se rompan, se revienten y se jodan. Luego, será menester simplemente aguantar una primera cocción a fuego vivo y en cuanto llevan las patatas tres o cuatro minutillos en el agua hirviendo, bajar el fuego y dejarlas que se hagan a fuego bajo, no demasiado, a fuego mínimo, sino bajo, que es distinto. Las iremos viendo y pinchando si fuera menester, para verificar que están blandas por dentro. Entonces y sólo entonces, las pondremos debajo del agua fría para enfríarlas y pelarlas con más comodidad. E agora... viene el dilema.
Las podemos aliñar o las podemos dejar tranquilas para aliñarlas luego, a la hora de comer. Aquí vamos a defender la opción de dejarlas en paz mientras se enfrían, pero no en la nevera, sino a temperatura ambiente.
Una vez relativamente frías, se aliñan con buen aceite de oliva virgen extra, y vinagres de vino de aquí del sur, los del Condado de Huelva son desde luego excelentes. Se les pone sal gorda, nunca sal fina, y se menean para que se integre todo. Entonces las pondremos en la nevera a que se enfríen un poquito. Y luego, a la hora de comer, bastarán con picarles por encima unas cebollas frescas, y encima de las cebollas frescas les picamos al fin perejil recién cortado no demasiado fino. Pero hay más.
Las papas aliñás admiten huevos duros, que se podran cocer al mismo tiempo que las patatas, pero se sacarán antes si se prefiere pues no necesitan tanta cocción. También admiten un pimiento verde picado y mezclado con las patatas, con tomates enteritos, e incluso aceitunas rellenas de pimiento morrón y cortadas a la mitad, o atún, o filete de caballa o melva, que es lo que hace Vito en la Bodeguita Ramírez, culminar esas gloriosas patatas que su señora esposa borda con primor, con una melva canutera de excepcional calidad. E item más, se pueden acompañar las patatas aliñadas con pescaíto frito que nos quedó del día anterior y que está más frío que un helao chambri; también con gambas cocidas y peladas podemos obtener un resultado final espectacular, o por supuesto para acompañar en este veranito que se nos viene encima unas sardinas asadas, una caballa a la brasa o ese pescaíto frito que bajo ningún concepto deberíamos permitir que se nos quedara frío. Aunque bueno, bueno, sí que está y se podrá acompañar o bien con estas papas aliñás o con un poquito de gazpacho, como ya les contaré un otre jour.
Bueno, me voy que me tengo que meter en clase. Condiós, que ustedes lo pasen bien.
Aviso para navegantes: iba a poner esta receta en el índice y me encuentro con que ya estaba la receta colgada en el blog. En fin, ahí se queda, me imagino que la que colgué en septiembre del año pasado no diferirá mucho de esta. Ojú, como están las cabecitas.
Otro aviso para navegantes.- La receta que publiqué en septiembre del año pasado, que la acabo de ver, es distinta, es una manera de aliñarlas muy jarambinga, que por aquél entonces estaba yo pillado con la cocina norteafricana. Pero también se pueden hacer aquellas, aunque las auténticas papas aliñas de por aquí por Huelva, son estas que os comento supra. Abur.

martes, 21 de abril de 2009

La cálida salsa del Piamonte

La palabra cálida, en su acepción de cosa agradable, es la que preferimos para traducir al castellano la bagna càuda, que en piamontés viene a significar - según nos cuentan, salsa cálida -. Es una salsa caliente, pero sobre todo es símbolo de hospitalidad, de reunión familiar, de gente que viene de la dura labor de la vendimia o de la siega y se reúnen alrededor de un cacharro de barro en el que se mantiene caliente y apetitosa esta salsa de ajo y anchoas que nosotros hemos versionado para acompañar unos champiñones y escalfar en ellos un par de huevos.
Si un alimento energético y completo era esto de mojar verduras y pan en bagna càuda para los campesinos piamonteses del siglo XIX, pues ya se podrán imaginar lo que es para nosotros si la completamos con huevos y champiñones. Una barbaridad, luego para los que aún no estando a dieta, tenemos que moderarnos, se tratará de un plato único estos
Champiñones con huevos en bagna càuda (4 personas).- En un cacito ponemos cinco dientes de ajo laminados a cocer en leche que los cubra suficientemente, como medio vaso. Esto se hará a fuego lento, de manera que los ajos se vayan poniendo blanditos y extendiendo su aroma a la leche. A los cinco minutos, se añadirán cinco o seis anchoas con un chorreón del aceite de la lata. Se moverá suavemente con una cuchara de madera y sin subir el fuego, que deberá permanecer a fuego lento. Cuando las anchoas desparezcan, se añade nata líquida para terminar de ligar una crema que tendrá un colorcito algo marrón y muy agradable. Esta especie de bagna cáuda, que no lo es exactamente (podéis buscar la receta auténtica tanto en su versión argentina, a donde emigraron muchos piamonteses, y que hacen con leche, más parecida a lo que yo os ofrezco aquí; o directamente la de esa región italiana, que parece ser que usaba originalmente aceite de nuez).
Pues bien, tenemos nuestra particular bagna cáuda reservada y procedemos a poner en una sartén amplia (deberán caber luego cuatro huevos) algo de aceite, poco, y unos champiñones bien limpios y laminados (si tenemos gurumelos, ya ni os cuento como sale este invento). Cuando los champiñones empiezan a cambiar de calor, pero antes de que se hagan demasiado, echamos cuatro huevos y tapamos la sartén. Al minuto y medio destapamos la sartén y regamos los huevos y champiñones con la bagna càuda que teníamos reservada. Volvemos a tapar la sartén y esperamos un instante a que los huevos estén todo lo cuajado que queramos, aunque yo recomendaría que se dejara yema para mojar, es decir que no la cuajéis demasiado, pues os perdéis lo mejor. Picarle un poquito de perejil por encima, serviría para refrescar el plato, tanto en lo que se refiere a textura como al delicioso aroma del perejil recién picado. Pero en fin, vosotros lo hacéis como os plazca, con perejil o sin perejil.

lunes, 20 de abril de 2009

Firma de ejemplares en la Feria del Libro



Imagen que acompaña la reseña del diario "Odiel Información" en la que aparezco en la Feria del Libro, en la mesita firmando ejemplares de la segunda edición. En la feria anuncié de paso la próxima aparición de "El gurumelo. Usos y costumbres", un libro que recogerá más de cien recetas en las que esta poderosa amanita es la estrella indiscutible. Se trata de reconocer al gurumelo (Amanita ponderosa) como lo que es, un auténtico comodín que realza y enriquece cualquier plato. De antiguo conocíamos al gurumelo como aditivo de guisos o como rey absoluto de elaboraciones en las que su presencia es realmente estelar. Por lo tanto era menester dar cuenta de todos esos platos y ponerlos al día, con jugosos comentarios al margen que muestran de lo que es capaz esta deliciosa seta. Este nuevo libro aparecerá después del verano. Por lo demás, "Huelva en su salsa. 1000 recetas de cocina" está superando las espectativas que la editorial puso en él, y mantiene un buen ritmo de ventas en su segunda edición. Querríamos agradecer a los tres diarios locales, el reseñado "Odiel Información", "Huelva Información" y "El Mundo - Huelva Noticias", el cariño que me han mostrado tanto ahora con esta firma de ejemplares de la segunda edición de "Huelva en su salsa. 1000 recetas de cocina", como cuando apareció, ya que su colaboración indudablemente ha sido esencial, al igual que emisoras de radio y televisión, para que una edición de una empresa onubense como Hergué Editores que arriesgó en la edición de un libro de contenido estrictamente local, haya tenido un resultado satisfactorio en su empresa, lo cual nos ha animado a volver a las estanterías con este nuevo libro que os anuncio sobre el gurumelo, una seta que en Huelva es más que un alimento, una pasión.

90 días de penitencia (77)

Desayuno

  • Café cortao
  • Bizcocho de chocolate

Café para mí solo, que me levanto antes que nadie. Restos de un bizcocho que no probé ayer, pero que ahora que nadie me ve, me lo vendimio tan ricamente.

Aperitivo

  • Papas aliñás
  • Manzanilla

Me voy a la Feria del Libro para firmar ejemplares de la segunda edición de “Huelva en su salsa”. Se sigue vendiendo, ergo el editor me requiere para otro trabajo. Le cuento que estoy con un libro sobre los usos y costumbres en torno al gurumelo (Amanita cesarea), y me comprometo a tenerlo listo antes de que finalice el verano para tenerlo en librerías como muy tarde para las fiestas de Navidad, el día internacional del regalo, como gusta nombrar a estas celebraciones maese Bada (don Ricardo). El gurumelo es un hongo que fructifica a finales del invierno y principios de primavera (ya se han acabado), luego no es menester tenerlo listo para el otoño, que en principio es el tiempo de las setas urbi et orbi (et interneti: vuelvo a reproducir al gran Bada). En fin, ya veremos como va la cosa. De la feria del libro a lo de Vito, a la bodeguita Ramírez, donde ponen las papas aliñás mejores del mundo y me juego lo que quieran ustedes a que è così. Excelente manzanilla que se hace traer don Vito de las bodegas de Hidalgo, en Sanlúcar, y una fuente de papas aliñás para mi hermano y para mí. Son sublimes, impecables en el aliño y en el punto de cocción. Luego Vito las corona con una melva de extraordinaria calidad y las sitúa en el podium de la gastronomía onubense como el que no quiere la cosa. De la bodeguita Ramírez uno se puede ir al cielo, pero nosotros nos vamos a casa a cortar un poquito de jamón y a terminar con las gambas del Dioni. Lo del cielo será otro día, eso seguro.

Almuerzo

  • Habas enzapatás
  • Gambas
  • Jamón
  • Manzanilla
  • Naranjas

Sigo con la manzanilla, pero el pan, por si no lo han observado, ni probarlo. Cortamos jamón y comemos jamón. Las gambas ya estaban cocidas, pero no comidas. Ahora rematamos la faena. Algunas habas enzapatás también caen y poco a poco se me va quitando el disgusto del Recre. Disgusto momentáneo, porque salvarnos, lo que se dice salvarnos, nos vamos a salvar. No somos los únicos candidatos a bajar a segunda. Ese Recreeee, ooooé

Merienda

  • Nada

Me voy al campo a dormir la siesta y de paso ver cómo están los naranjitos. Les hace falta abono e insecticida, según mi novia que es ingeniero agrónomo. A juzgar por el ecosistema tan perfecto que tienen montao los pulgones y las hormigas que se comen los pulgones, están muy bien así. No sé a quién hacerle caso.

Cena

  • Huevos con verduras
  • Cerveza light
  • Yogur 0% de grasas (me ha tocao de manzana, ojú que arte)

Esto lo hice el otro día y me salió fetén. He tomado esta vez dos pimientos rojos de esos grandotes de asar, dos cebollas frescas pero hermosas de tamaño, y he troceado todo bien troceado después de limpiar las verduras. He puesto un poco de aceite a calentar y le he echado las verduras troceadas, mientras empiezan a ponerse blanditas, les pico dos guindillas de esas rojas brillantes que traen en avión desde Tailandia, que ya es viajar. Tapo la cazuela y las dejo hacer a fuego lento. Cuando la verdura está hecha, pero tampoco demasiado hechas, les echo un huevo por cada quisque, una mijita de sal y vuelvo a tapar la olla. Cuando el huevo está cuajado, pero la yema aún apta para mojar pan, se aparta un huevo por comensal, o due, y las verduras que se quieran. Yo sigo sin pan, así que me lo como todo enterito y se acabó.

sábado, 18 de abril de 2009

90 días de penitencia (75)

Nota al margen: Para quince días que me quedan… a lo mejor aguanto. De todos modos, si esto es un régimen, que venga Dios y lo vea. Por cierto, estoy leyendo “La tournée de Dios”, la novela más disparatada de Jardiel Poncela. En sus páginas reproduce una hoja de calendario correspondiente a un viernes 10 de abril, festividad de los santos Ezequiel, Miguel de los Santos, Apolunio y Pompeyo. Al dorso de la hoja, aparece bajo el epígrafe “conocimientos de cocina”, la receta de las alcachofas fritas. Más o menos aconseja partirlas en cuartos (no dice después de quitarles las puntas y las hojas más duras, y ponerlas en agua fría. Mi querido Juanjosé Matas añadiría que es menester poner en el mismo agua el zumo de medio limón para que no se oscurezcan, pero sigo: Luego de tenerlas bañadas en ese agua fría, se pasan por huevo batido y se fríen en abundante y buen aceite de oliva virgen extra hasta que tomen buen color. Doradito debe querer decir. A continuación se ofrece la solución a la charada del día anterior, que no viene al caso, pero para los más curiosos les diré que la dicha solución es: Adefesio. Todo muy propio del autor de “Eloisa está debajo de un almendro”, sobre todo lo de las alcachofas fritas.

Desayuno

  • Café cortao
  • Tostada con aceite

Lo de todos los días, para qué voy a cambiar.

Aperitivo

  • Cerveza con mucha espuma
  • Chochos

Lo de la cerveza con mucha espuma es para quitarle algo del gas. En Huelva tienen la costumbre de tumbar el vaso para que no salga espuma, costumbre estimo que inadecuada para un cervecero. Lo de los chochos no se asusten, es propio de tabernas y algunos bares en Huelva ofrecer altramuces, que por aquí se suelen nombrar chochos, con el vino o la cerveza. En el bar de la lonja del pescao, donde estoy con el Dioni y el Matas, es lo que nos ponen. Estupendo.

Almuerzo

  • Huevos fritos con jamón
  • Gambas blancas de la costa de Huelva
  • Vino y cervecita fresquita

Abro el jamón que me regaló Matías el otro día. Vaya, me salió un pareado. Le frío unos huevos para acompañar y se acabó. Bueno, se acabó no del todo, pues he cocido algunas gambas de las que le he comprado al Dioni. Verán, si les digo que tienen todo su bigote y que pesaba cada una sus veinte gramos, los que entienden ya sabrán de que material estamos hablando. Creo que no es menester seguir poniéndole los dientes largos al personal, así que simplemente no comentaré el precio, porque en lugar de los dientes largos, se les pondrán los pelos de punta.

Merienda

  • Yogur con música

Otra de las nuevas voces del fado. Mafalda Arnauth canta “Coisa assim” inserta en el trabajo “Esta voz que me atravessa”. Excelente voz y delicioso ritmo que me lleva a las fiestas de barrio en Lisboa.

Cena

  • Ensalada de don Juan López
  • Crema de verduras
  • Gambas a la plancha
  • Fresas
La ensalada de un joven profesional que estudió en la Escuela de Islantilla, donde debe haber buenos profesores a juzgar por el resultado que, al menos con mi admirado Juan López, han tenido. Ya saben cual es, rodaja de tomate maduro, encima otra de naranja, y por encima aceitunas que esta vez son verdes, y perejil en lugar de culantro como le puse el otro día. Sal en escamas de Isla Cristina, vinagre de Telesforo y aceite del molino de Trigueros. Hoy está la ensalada hasta mejor incluso que la de antier. Es fantástica y os la recomiendo de veras.
Creo sinceramente que el truco para que me salga tan estupenda la crema de verduras, es porque le pongo lo que tengo y no me preocupo de nada más. Esta vez eché en la olla hasta un tomate que andaba dando vueltas por el frigorífico. A su lado, puerro, por supuesto apio, zanahorias, calabaza, nabo, patata, calabacín y creo que ya está. Sal y un buen chorro de aceite de oliva virgen extra.
Las gambas que le compré al Dioni son superlativas, así que a la plancha no se pueden imaginar como están (tambíén).
Fresas, que siguen estando a un precio tirado y están más buenas que el pan. Y como no puedo comer pan, pues como fresas.

viernes, 17 de abril de 2009

90 días de penitencia (74)

Nota al margen: decíamos ayer que esto de la dieta se va a acabar. Y en efecto, no quiero llegar a los noventa días con los deberes sin hacer. Dimito y a partir de este fin de semana vuesas mercedes volverán a tener relación de los platos que elaboro con el único fin de disfrutar. Ahora, eso sí, procuraré no comer demasiado, evitar en lo posible el pan, tener las grasas todo lo a un lado que se pueda y en resumidas cuentas procuraré que la llegada de calorías a mi cuerpo no sea excesivo. Amén.

Desayuno
  • Café cortao
  • Tostada con aceite
Vuelvo a levantarme con el tiempo justo de fregotearme un poco, ir al Instituto y desayunar a tercera hora, después de dos clases. Así es la vida.

Almuerzo
  • Ensalada
  • Entrecot con patatas fritas
  • Pan
  • Vino tinto
  • Tarta de chocolate y canela con crema de kumqats
Una ensalada de lo más normalita, un entrecot de ternera soberbio y unas patatitas fritas al lado, que no os podéis ni imaginar el tiempo que hacía que no disfrutaba de ella. El abandono de la dieta se va notando. Como pan, tomo vino, aunque ambas cosas con moderación y de postre, tarta de chocolate y canela, la que hago habitualmente y que hice la semana pasada para los compañeros del Instituto. La crema de kumqats es la misma también: ya que me puse a hacerla, no iba a hacer un poquito sólo.

Merienda
  • Té con música
Madeleine Peyroux cuenta como llueve en California. De ser así, con ese swing y esa dulzura, es evidente que la lluvia en Californilla es una maravilla. “California rain”, de su álbum “Half the perfect World”, como diría un locutor radiofónico. Luego Billie Holiday con su tema “My man”, que fueron muchos… y tormentosos, por cierto.

Cena
  • Ensalada de rúcula y queso azul con anchoas
  • Macarrones con berenjena
  • Fresas
Laminamos un par de dientes de ajo y los refreímos en aceite de oliva virgen extra, pero no una lámina como habitualmente, sino algo más, porque la berenjena se lo chupará en un instante. Cuando vemos que los ajos están pochados, añadimos la ansiosa berenjena pelada y troceada en daditos, acompañada de pimiento morrón, troceado en cuadros y cuatro o cinco cucharadas soperas colmadas de tomate triturado. Tenemos a fuego medio todo esto unos tres minutos y añadimos orégano, albahaca a ser posible fresca, pimienta, aceitunas negras, alcaparras y sal. En dos o tres minutos estará la salsa lista, y en caso contrario esperamos un minuto más, que tampoco nos vamos a morir por eso. Los macarrones, que los tendremos cocidos al dente, los añadimos a la salsa que acabamos de finalizar y le damos un solo hervor. Servir enseguida, bien caliente todo y con queso rallado por encima, para que se funda en el camino de la cocina al comedor.

jueves, 16 de abril de 2009

90 días de penitencia (73)

Nota al margen: Me va pareciendo a mí que esto de la dieta se va a ir a la gran puñeta. No es por nada. Bueno, ya podéis comprobar que he cambiado la foto. Esta me la hizo Moi, un fotógrafo excepcional. Tengo un enlace a su web en la sección "Amigos", por ahí por la derecha.

Desayuno

  • Café cortao
  • Tostada con aceite

En el ambigú del Instituto. Café, tostada y conversación. Celes, mi asesor para ciáticas y lumbalgias, que de tanta ayuda me sirvió cuando estaba bien jodido, me paga el desayuno. Luego si me quejo, será por vicio. Ah, y Marga me regala una sonrisa. Miel sobre hojuelas.



Almuerzo

  • Ensalada de tomate y naranja de don Juan López
  • Chocos (sepias) con guisantes
  • Pan de masa dura
  • Vino tinto

A veces como sin pan y entonces o lo pongo o no pongo nada, que no sé si os habéis fijado en ese detalle. Hoy como un poco de una rosca de pan de masa dura que ha comprao mi hermano… hum… qué rico está el pan. Pero está prohibido. El vino también debería estar prohibido, pero una cosa es comer sin pan y otra muy distinta comer sin vino, que no creo que sea de personas decentes. La ensalada es la misma de ayer por la noche, que mi hermano no comió en casa y la quería probar por que le dijeron que estaba muy buena. Los chocos con guisantes no sé si os habré contao cómo se hacen. En principio es plato tradicional onubense, mucho más popular que los chocos con habas, que son una modernez que se ha impuesto hasta el punto de que el personal mayormente piensa que es plato de Huelva de toda la vida, pero en los recetarios antiguos que he podido estudiar y analizar, no aparecen los chocos con habas. Después de la guerra, y sobre todo a raíz de la aparición de los chocos con habas en el primer viaje andaluz de Camilo José Cela, se empiezan a considerar un plato de Huelva, pero es plato levantisco, es decir, que lo trajeron los inmigrantes del litoral levantino: Murcia, Valencia, Cataluña y Almería sobre todo, que se instalan en el litoral de Huelva (Isla Cristina, Punta del Moral, El Rompido y Punta Umbría) en sucesivas oleadas. Los chocos con guisantes, sí que estaban en los primeros recetarios elaborados por cocineras y familias onubenses desde mucho antes de la aparición de los magníficos chocos con habas, que no tengo nada en contra de ellos. En todo caso, os cuento cómo se pueden hacer: Refrito de ajos, cebolla y pimiento, para cuando está la cebolla pochada añadir los chocos. Se les da un hervor, se les pone sal, pimienta y azafrán, y cuando cambian de color se añaden los guisantes, un poco de perejil picado y agua hasta cubrir el conjunto. Esperar pacientemente, a fuego medio y con la olla destapada, a que los guisantes estén arrugaditos, los chocos tiernos y el agua se haya convertido en una deliciosa y breve salsita.



Merienda

  • Té con música

"A sailboat in the moonlight”, en la voz ya deliciosamente rota de Billie Holiday. Aunque en los últimos años de su vida Lady Day fue vetada en los clubes de Nueva York, temas como este redimieron a la ciudad que no la amó. La víctima perdonó a sus verdugos. Alguien debería recordar hoy que la gran dama del swing cantó, en otros tiempos más difíciles, temas como aquél que decía que colgaban extraños frutos en los árboles sureños. Una vida breve pero intensa, trufada de narcóticos y alcohol que le permitieron vivir alejada de las miserias que provoca la mediocridad. Una heroína todavía viva en el alma misma del Bronx, su barrio, su vida, su color (ya muy cambiadito, como es natural).

Cena

  • Ensalada mexicana
  • Lomo de ibérico con chimichurri
  • Vino tinto
  • Pan de masa dura
  • Yogur 0% grasas con trocitos de fruta
Brotes tiernos, aceitunas, tomate, aguacate, pimiento, ketchup, tabasco, limón, aceite de oliva y sal. Todo esto con cierto arte dispuesto en el plato: una ensalada con sabor a México lindo y querido. Luego unos lomitos de ibérico. Cuando termino de hacerlos en la sartén, ligo la grasa que han soltado con un poquito de agua y un poco de salsa chimichurri. Una salsita liviana para napar los filetes brevemente.
Un poquito de pan de masa dura y un vasito de vino solamente.
De postre uno de esos yogures con nada de grasa y trocitos de piña. En esta ocasión me ha tocado… tachán tachán… ¡piña!

miércoles, 15 de abril de 2009

90 días de penitencia (72)

nota al margen: He cambiado la foto. Esta ma la hizo Lola en La Caleta, en Cái. ¿A que estoy más delgaíto?

Desayuno

  • Café cortao
  • Torrijas

Hoy he dormido. Estupendo. Al viejo a lo mejor le dan el alta. Más estupendo aún. Café, dos torrijas y al curro.

Almuerzo

  • Gambas en gabardina
  • Pulpo a feira
  • Huevos de choco
  • Bacalao confitado
  • Tinto de la riberita del Douro. Dois garrafas.
  • Regañá
  • Orujo

Efectivamente. Al viejo le dan el alta. A eso de las tres y media nos podemos ir a casa. Allí lo dejamos con mi hermana. My brother y mi niño el grande nos vamos a lo de Jeromo, en la plaza de la Merced. Para los que no conocen Huelva, les diré que es un restorán pequeño pero con una calidad extrema en lo que sirven. Las gambas con su gabardina son en realidad gambones, estupenda fritura. El pulpo a feira muy bien resuelto, aquí en Huelva se nota que la colonia gallega supone un cinco por ciento de la población total, quiero decir que esos son los gallegos o descendientes de gallegos en primera o segunda línea que pueblan el solar huelvano. Ya saben, aquí somos por lo general andaluces, pero también un poco portugueses, un poco extremeños, un poco gallegos, un poco vascos y un poco de todo lo demás, incluidos. Resultado: onubenses. Cómo para ser nacionalistas, je, je, je… Aquí estaremos, económicamente hablando, algo atrasados, pero socialmente muy avanzados.
Los huevos de choco (huevas de sepia, para los que son de fuera), son punto y aparte. Frescos fresquísimos. Extraordinariamente tratados en la plancha. Este Jeromo es un crack.
Bacalao confitado que mi niño el grande pide también. Este está aprendiendo demasiado pronto. También prueba el vino, goloso, rico y dulzón, poco complejo pero muy agradable en boca, como todos los riberitas. Le gusta al niño. Mala cosa, más me valdría que se aficionara al don Simón.

Merienda

  • Té con música

“People are strange”, de los Doors. Me acabo de enterar de que se llamaban los Puertas por el libro de Aldoux Huxley “Las puertas de la percepción”. Hombre, ese libro para los de my generation fue todo un hito, pero no sabía que al Morrison le impresionara tanto. Bueno, en realidad, la experimentación se llevó al Morrison. En cambio a Huxley le sirvió la dicha experimentación para escribir frases como esta que dedico a mis collègues del Instituto: “Gastamos actualmente en bebidas y tabaco más de lo que gastamos en educación. Esto, desde luego, no es sorprendente. El afán de escapar de sí mismo y del ambiente se halla en la mayoría de nosotros casi todo el tiempo”. En fin, los Doors en estado puro. Geniales y además de mi generación. Un placer siempre escucharlos.

Cena

  • Ensalada de Juan López
  • Espaguetis con ajo y aceite
  • Fresas sin nata
Es la ensalada cuya receta me enviaba hace un par de días Juan López, un soberbio cocinero onubense que oficia por la parte de Isla Cristina. Se toman rodajas de buen tomate maduro, sobre ellas se colocan rodajas del mismo tamaño, bueno, más o menos del mismo tamaño, de naranja. Se aliña por encima con el mejor aceite que tengamos a mano, buen vinagre del Condado y sal en escamas de Isla Cristina. Se termina de decorar con aceitunas cortadas en ruedecitas y culantro recién picado que se extenderá sobre los tomates con su naranjita encima, y sobre todo el plato para que quede mono. Cette nuit hemos decidido decorar el plato con aceitunas negras, pero Juan nos recomienda aceitunas verdes. Otra vez lo haremos así, pero el negro le iba muy bien y además tenía una latita abierta en la nevera. El resultado, como no podía ser de otra manera, insuperable. Deliciosa combinación de sabores. En lugar de culantro, u hojas verdes de cilantro, para que me entiendan los que son de fuera de la provincia, se le puede poner perejil. Si optamos por el culantro, más poderoso de sabor, hay que ser forzosamente moderados, pero que se note, evidentemente.
Los espaguetis son los más populares de Roma. En primer lugar y como es natural, se cuecen los espaguetis en agua con sal. Luego se laminan dos o tres dientes de ajo y se refríen en buen aceite de oliva virgen extra. Cuando se ponen blanditos o cuando cambian de color, se retira la cazuela del fuego y se les añade pimentón picante. Se vuelve a poner la cazuela al fuego y se dan vueltas hasta que los espaguetis estén bien engrasados y el pimentón se haya perdido por entre los vericuetos de la pasta. Se sirven en platos planos pero grandes, adornadas previamente dos esquinas con una filita de pimentón normal, que parezca que el plato está cruzado por una fina línea roja. Se ponen los espaguetis en el centro y se les pone queso rallado por encima. Como siempre quedan algunas láminas de ajo en la cazuela, pues se utilizan para coronar los platos. Sensacional. Cuando eran pequeños mis niños, me pedían espaguetis sin nada. Vamos, sólo queso rallado por encima y se acabó. Ahora, cuando me entero que en Roma están de moda estos espaguetis con aceite y ajo, más el pimentón, eso sí, alucino por un tubo. Mi niño el chico está cenando con nosotros y le han encantado los espaguetis y la ensalada de Juan López. De postre, fresas. Estas sí que me gustan sin nada, sobre todo cuando son estas de la variedad Candonga que tan dulces y ricas son. De postre fresas sin nata y de música, Frank Sinatra cantándonos lo que sucedió en Monterrey: “It happened in Monterey”. Luego, para después del postre, Nat King Cole nos regala una “Smile”. Demasiado para el cuerpo. Qué jodidamente bello es vivir.

martes, 14 de abril de 2009

90 días de penitencia (71)

Desayuno

  • Café cortao
  • Tostada con aceite

De pan de pueblo y el pueblo es Gibraleón. El aceite también. Desayuno en el Instituto. Pasé la noche en vela, en el Hospital, y de allí me vine a currar. Es lo que hay.

Cumple

  • Tarta de chocolate con guindilla y canela
  • Crema de kunqats

La tarta de chocolate es la que tengo en este mismo blog. Se busca la tarta en el listado de postres, la fecha en la que aparece y se va uno al archivo del año pasado para buscarla. Ya está. La crema de kunqats la hice también ayer antes de que me tuviera que ir con mi padre al Hospital. Se cuecen unos 300 gramos de estas naranjas enanas en agua y luego de cocerlas durante siete minutos desde que empieza el agua a hervir, se cuelan y se pasan por la batidora eléctrica, que ya sabéis que yo no tengo robots de cocina ni nada parecido. En un cazo cocemos el zumo de tres naranjas guachís (navel late) con doscientos gramos de azúcar aproximadamente (que yo esto lo pongo por poner algo, porque el peso lo tengo encima del frigorífico viejo y no lo utilizo nunca por pura vagancia). A continuación y mientras reduce el zumo de naranja con el azúcar, mezclo un poco de harina de maíz con agua y la añado a la cocción. Cuando veo que la cosa se está poniendo buena, añado los kunqats o como se llamen que pasé por la minipimer. Un poco de cocción y si vemos que está demasiado espesa la crema, pues se echa un poco de agua y allá paz y aquí gloria. El caso es que debe quedar una crema clarita, pues luego, al enfriarse, tomará más cuerpo.
La tarta con la crema de naranjas enanas estaba estupenda al decir de mis compañeros de Instituto, a los que se me olvidó decirles que lo de la tarta era por mi cumpleaños y no por la vuelta al trabajo después de Semana Santa. En fin, me como mi trocito de tarta, doy tres clases y me largo al Hospital a darle de comer al viejo.


Almuerzo

  • Tayín de garbanzos y verduras
  • Pollo a la naranja con guindillas
  • Fresas

Llego a casa a eso de las cuatro de la tarde. Caliento un poco del tayín de garbanzos y verduras, que está estupendo, es la verdad; y mientras estoy con el tayín, caliento en el horno el pollo de ayer y un trozo de pan de Aracena. Después unas fresas y al catre.

Merienda

  • Té con música

Cuarenta minutos de siesta. No puedo dormir más. Un té con música para intentar volver a la normalidad. Será difícil. De momento un tema del grupo que formaron Robert Fripp y Michael Giles antes de embarcarse en lo de King Crimson: Erudite Eyes del disco The Cheerful Insanity of Giles, Giles and Fripp. Entre la psicodelia y el cabaret.

Cena

  • Gambas
  • Cigalas
  • Jamón
  • Presa de paleta
  • Queso de Aracena

Estamos de hospitales, así que a la vuelta nos acercamos a La Ría y nos comemos un marisquito, luego una carne en la brasería, un jamón extraordinario y un queso de Aracena excelente. Caen dos botellas de un excelente riberita del Duero. Pero yo no fui el único culpable, que estaba mi brother, mi querida sister y un par de amigos más, la Macu y el José Luís. En fin, cena de pobres por los cojones. Del restorán al catre.

lunes, 13 de abril de 2009

90 días de penitencia (70)

Desayuno
  • Café cortao
  • Nopán con queso fresco y jamón york
Lo habitual estos últimos días. Sienta bien y pocas calorías para el body.


Aperitivo
  • Tortillas de gambas
  • Vino tinto
De las tortillitas de gambas de ayer quedó un poco. Ahora caen con un tinto. Sólo uno ¿eh?


Almuerzo
  • Tabulé
  • Tajine de garbanzos y verduras
  • Pollo a la naranja con guindillas
  • Macedonia de frutas
El tabulé, tal como quedó explicado hace unos días. Para el tayín, el tajine o como le quieran llamar, puse en remojo unos garbanzos y a las doce horas los cocí durante diez minutos en la olla a presión. Luego puse en una cacerola una lámina de aceite, le añadí pimentón, canela, jengibre seco rallado, cominos majados con un poquito de sal, azafrán y pimienta. Cuando empezaron las especias a desprender sus aromas, les eché media cebolla y cuatro cucharadas de tomate triturado, les di unas vueltas y añadí luego los garbanzos, unos espárragos trigueros troceados y un calabacín cortado en medias ruedas. Añadí medio vasito de agua y lo dejé cocinar a fuego lento, durante unos diez minutos y con la olla tapada.
Este tayín puede comerse por sí solo o acompañando al pollo que hacemos a continuación.
Para el pollo, mezclé dos guindillas rojas, sin pepitas y cortadas muy finas, con dos dientes de ajo, cominos majados con una pizca de sal y la ralladura de una naranja (como la mitad de la piel más o menos). A todo esto le uní tres cucharadas de mahonesa y procedí a introducir esta mezcla entre la piel del pollo (que se desprende fácilmente) y la carne. Al pollo previamente, que se me olvidaba, le metí dentro la naranja que había utilizado para rallar parte de su piel. En una fuente de horno introduje el animal y le puse al lado trozos de naranja y lo regué con aceite para ponerle por fin sal y pimienta. Y allí estuvo el animal, sin protestar ni nada. Y eso que estaba a 200º de temperatura. Cuando observé que tenía un bonito color dorado, lo saqué del horno y le di la vuelta con cuidado, metiéndolo de nuevo en el horno hasta que estuvo bien doradito por todos lados y la carne se veía que se podría desprender fácilmente de los huesos. El pollo se sirve con el tayín de garbanzos y verduras o con una ensalada de brotes tiernos.
La macedonia de frutas, como la he referido otras veces, fruta troceada y azúcar más un chorrito de vino oloroso del Condado. Se tapa con film transparente y se deja que tome la fruta el aroma del vino durante media hora.



Merienda
  • Café
  • Torrijas y música

Dos torrijas de las pequeñitas y los prodigios vocales de Dee Dee Bridgewater en una canción llamada Cotton Tail, del disco que dedicó a la Fitgerald en el 97, Dear Ella.

Cena

  • Huevas con mahonesa
  • Habas enzapatás
  • Cerveza

Hemos vuelto a ingresar a mi padre en el Hospital. Cuando tenemos un hueco para cenar algo es demasiado tarde, así que en el bar que encontramos abierto, una cerveza, habas enzapatás y huevas con mahonesa. Es lo que hay. El ambiente de lo más cutre: dos borrachos discutiendo del antiguo Egipto con unas tesis absolutamente surrealistas; una yonqui que entra para pedir un vaso de plástico y que lía la bronca porque no hay; un tío solitario con unas gafas a las que le falta un cristal dando su predicción del tiempo a nadie en particular y a la parroquia en general... En fin, mañana será otro día.

domingo, 12 de abril de 2009

90 días de penitencia (69)

Desayuno
  • Café cortao
  • Tostada con jamón york
En principio parece que voy a seguir moderándome. Ya veremos que pasa a lo largo del día.


Almuerzo
  • Habas enzapatás
  • Crema de verduras
  • Bacalao con tomate
  • Pan integral (un trocito pequeño)
  • Vino tinto (un vaso)
  • Yemas de Rufino
Continúo con la moderación. Unas cuantas habas enzapatás que están en el centro de la mesa, crema de verduras (las dos recetas están en entradas anteriores), y bacalao con tomate. Para el bacalao, que he tenido desalando desde el día anterior, hago un refrito de cebolla, ajos y pimiento. Cuando está pochado todo le añado tomate triturado - de lata -, sal y pimienta. Tres minutos para que el tomate se haga un poco y ya está. Ahora echamos el bacalao, cortado en trozos según interese o guste a cada cual, y evitando las partes de espinas, que el comensal lo agradecerá. Se deja hacer todo junto unos diez minutos, no más. Fácil y exquisito. El bacalao está bueno de todas maneras.
Un poco de vino y un poco de pan (integral) que me hacen albergar esperanzas de que vuelvo a estar en el ejercicio dietético. Para celebrar semejante proeza, un par de yemas de Rufino. Sublimes.


Merienda
  • Té con música

Diana Krall canta al este del Sol y al oeste de la Luna. Una hermosa canción de amor grabada en directo en París hace unos años.

Cena

  • Tortillitas de gambas
  • Queso fresco
  • Tabulé
  • Pan integral
  • Una cerveza
  • Fresas

Hago una talvina con agua tibia, harina y un poco de levadura (como medio sobrecito de levadura Royal), le pongo sal, ajos muy picados, azafrán o colorante y perejil, todo ello en las proporciones que cada cual tenga a bien. Añado por fin gambas peladas y dejo reposar mientras el Recre recibe un gol en el primer minuto y se dedica a jugar a la pelota contra el árbitro, los que retransmiten el partido y el Barcelona, contra todos juntos. Durante el descanso del partido pongo aceite abundante a calentar y voy echando en él cucharadas de la mezcla, friendo hasta que se doran. Las voy poniendo en papel absorbente mientras al Recre le escamotean un par de penalties, le anulan un gol a todas luces legal y se mete un gol en propia puerta para colmo de males. Un desastre, pero no bajaremos a Segunda División.

Del tabulé ya os dí la receta el otro día. Una cervecita para todo el partido es una auténtica heroicidad. Fresas de premio

sábado, 11 de abril de 2009

90 días de penitencia (68)

Desayuno

  • Café cortao
  • Nopán con jamón york

Hoy reanudo la dieta. Aunque a buenas horas, mangas verdes. Después del desayuno, hago torrijas.

Almuerzo

  • Espárragos
  • Ensalada de zanahoria y naranja
  • Alcachofas con guisantes
  • Agua
  • Nada de pan
  • Nada de vino
  • Torrijas

Las alcachofas andaban en un tupperware desde hace unos días. Los espárragos y la ensalada de zanahoria desde antier (luego ambas recetas andan por ahí atrás, o ahí debajo, que aquí lo más viejo sale debajo, no supra como en los libros). De postre dos torrijas.

Merienda

  • Té con música y soneto

Don’t eat the yellow snow. Frank Zappa en estado puro. From the beginning de los ELP y luego Invisible touch de Genesis. Música progresiva se le llamaba entonces. De los setenta se le llama ahora. Buena música al fin y al cabo.

Mientras suenta la música, compongo un soneto, el que tenía en mente dedicar a las bizcotelas de Rufino.

Leve dulzor dos veces laminado,
vestido de blanco, flor de canela
cruza su tafetán la bizcotela,
baño de azúcar solidificado.

En Rufino, tu corazón es crema;
tu bizcocho es imposible temblor
que al morderlo, ¡oh Dios!, llega el sabor:
Infinita pasión que el alma llena.

Breve, ligero, frágil, haces soñar
imposibles recuerdos, otros sabores,
delicias tan altas como el amar.

Ahora que tu sabor trae emociones
a mi ser, en tus sábanas encontrar
quisiera el fin de mis desamores.


Cena

  • Habas enzapatás
  • Lomito al romero
  • Pan
  • Agua
  • Nada de vino
  • Fresas
  • Un dulcecito de Dioni (el último)

Unas habitas enzapatás, pero tres o cuatro solo, no crean. Luego un lomito que tuve en adobo, con romero y orégano, más un poco de ajito y perejil, sal, pimienta y limón. Después a la plancha un momento y se acabó. Como no voy a cenar casi nada, pues lo acompaño con un poco de pan de Aracena, hecho en horno de leña, del que me trajo antier Matías y que he tostado levemente. Estupendo. Termino con unas fresas y un dulce de Dioni, pequeñito pero delicioso.

viernes, 10 de abril de 2009

90 días de penitencia (67)

Desayuno
  • Café cortao
  • Nopán con queso fresco y jamón york
  • Buenas intenciones
Es lo mejor en el menú de hoy. Las buenas intenciones. Tengo un compromiso a la hora del almuerzo, pero creo que debo ir enmendando esta historia y adecuarme a menús con menos alcohol. Sobre todo eso, menos vino.

Almuerzo
  • Cañaíllas
  • Calamares del campo
  • Tomates rajaos con sal
  • Frito variado
  • Sólo tres cervezas
  • Tarta de tres chocolates
Quedamos con la pandilla de Lola en el restaurante del Club Náutico del Río Piedras, en El Rompido. Como siempre magníficas cañaíllas para empezar. Después calamares del campo, que es como se le llama por aquí a una fritura de cebolla y pimiento, cortados convenientemente en anillas que parecen de calamar. Luego unos tomatitos que apenas pruebo y pescaíto frito. Frito variado, como el del Pincho Moruno que anda retirado por los parajes que recorriera para nosotros Virgilio.
Tarta de tres chocolates y empalmo con la merienda.

Merienda
  • Güisqui
Me encuentro a los postres con Jorge y Mari Carmen, viejos amigos. Me retraso en consecuencia y me tomo un par de güisquis, pequeñitos, con Jorge. Los buenos propósitos empiezan a ser ciertos. Aunque todavía, no mucho. Tampoco es cuestión de correr, que correr, como dijo un futbolista sabio del Betis, Rogelio, es de cobardes.

Cena
  • Habas enzapatás
  • Revuelto de gurumelos
  • Un sólo tinto
  • Yemas de Rufino
Habitas enzapatás, un revuelto de gurumelos con unos cuantos que me trajo ayer el Pasolini. Salteo unos dientes de ajo laminados y le echo encima los gurumelos troceados cuando está el ajo poniéndose blandito. A continuación le casco tres huevos y le doy unas cuantas vueltas, para sacarlo de inmediato del fuego y seguir dándole vueltas lejos del calor. Y luego, yemas de Rufino, que no debería de haber probado siquiera, pero es que son toda una tentación. Cayeron tres. Qué se le va a hacer.

jueves, 9 de abril de 2009

90 días de penitencia (66)

Desayuno
  • Café cortao
  • Tostadas con jamón
Manolete y yo nos levantamos los primeros. Sin contar a mi padre, claro está, que está despierto toda la noche y eso no vale. Le damos el desayuno y cuando termina dice que se va al bar a desayunar. Lo dejamos, así se entretiene. Nosotros nos hacemos unas tostaditas y le ponemos aceite de oliva virgen extra (no existe otro) y jamón, los restos que quedan en un tupperware, pues el jamón lo liquidé ayer y lo convertí en cinco huesos y unos restos cárnicos que desprendí con sumo cuidado, son estos con los que hoy nos hemos hecho los pequeños bocatitas de jamón. Descanse en paz. A estas alturas pensaba uno que ya no vería un jamón hasta finales de mes, pero la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.

Preparativos
  • Cervezas
  • Falafel con mahonesa de curry
Hoy tengo invitados. Como con mis amigos prehistóricos, de un tiempo que se me va perdiendo entre nubes amarillas que ascienden por mi habitación (Jefferson Airplane). Para recuperar aquél tiempo y ser consciente de que no fue un sueño, los llamo para que vengan a casa a comer. Primero llega Matías, al que recordarán de la canción aquella de los Pata Negra que decía: "teníiiiamo uno mánayeee keran de Huervaa. / Uno medio caarvooo y el lotro con coletaaa... " pues éste, el de la coleta. Me trae un pan de Aracena, hecho en horno de leña; pasteles de Rufino, indescriptibles y a cuyas bizcotelas me dispongo a componerles un soneto. Y además un jamón. Esto es un formidable regalo en todo momento, pero si te lo trae Matías es más que un formidable regalo. Son jamones de cerdos que él tenía en "La Silladilla" y que luego salaba en Jabugo: ergo son jamones cuidados desde su inicio, de cerdos que sólo han comido bellotas, tréboles y caracoles, más toda suerte de cosas que su hocico detecto y su diente mordío por esas dehesas serranas. El curado es perfecto, luego son los mejores jamones que se pueden comer en el mundo. Ya Matías no tiene cerdos, eran una trabajera y cada jamón le salía por un ojo de la cara; luego ahora, cuando se le acaben los últimos que le quedan, los comprará como todo hijo de vecino, pero jamones como estos que todavía tiene, muy difícil será que los vaya a encontrar, él o cualquiera que como él sepa de jamones y tenga sensibilidad y conocimientos suficientes como para saber distinguir entre jamón y jamón. Guardo el jamón y freímos unos falafeles, que ya os di la receta el otro día. Charlamos, nos comemos los falàfel mojándolos levemente en mahonesa de curry y charlamos más. Cervecitas heladas, también. Llega José Manuel Pásaro (a) el Pasolini. Este era otro de los mánaye, pero no lo mencionaba Kiko Veneno (que fue el compositor, realmente; no Raimundo Amador) en la canción porque su alias no rimaría en ningún verso, así que cuando Carlitos Senra les pide a los tres que se hicieran una foto juntos ahora que están en la Tercera Edad (Carlitos es así de mamón), el Pasolini se quita de enmedio y recuerda entre risas que él no era de los Manager. Así que no hay foto. Matías se va a buscar a Perico (ya saben, "eeel Peeerico con su mooooto, / y el Matíiiiias con su coletaaaa...". Me quedo con José Manuel Pásaro, que me trae kunkwas o como se llamen. De naranja y de limón, que yo no sabía que había limones enanos. Me cuenta que también tenía un mandarino de este tipo, pero que se le secó. El Pasolini vive en el campo y sin Internet. Tiene teléfono móvil, pero no tiene cobertura, así que lo comío por lo servío. Empezamos a hacer el arroz y empiezan a llegar los invitados. La Curra y Cristina, que están guapísimas, cada día más guapas y no son ganas de adular. Carlitos Senra y Francis, el Tico, que está un momento con nosotros, se ríe, se toma una birra, está un ratito más y se va porque dice que tiene que hacer no sé qué. También llega Lola, que estaba trabajando. Las mujeres de otros no vienen porque están trabajando. El mundo laboral, decididamente está cambiando de perfil.

Almuerzo

  • Ensaladas de ahumados y queso al eneldo
  • Tabulé
  • Ensalada de zanahorias y mandarinas
  • Arroz con garbanzos, espárragos y bacalao
  • Mojama
  • Espárragos con salsa tártara
  • Vinos varios
  • Sin pan
  • Dulces de Rufino y del Dioni
Las ensaladas las hago con brotes tiernos y les pongo limón y muy poca sal. Los ahumados y el queso fresco al eneldo ya tienen su sal e incluso su aceite, así que basta con un poco de limón y una pizca de sal sobre los brotes tiernos. El tabulé no recuerdo si os he dado ya la receta o no, así que la doy otra vez o por primera vez. Se toma couscous de este que venden ahora precocido y tan sólo hay que ponerlo en remojo diez minutos. Con las manos se procura que el couscous quede sueltecito y se mezcla con tomate, sin simientes, cortado en cubitos pequeños; pepino y pimiento, ambos también cortados finos, así como la cebolleta. Se pican perejil y hierbabuena, añadiéndolas al couscous con las verduras, y por último se les pone un poco de zumo de limón, aceite, sal, pimienta y pasas que he tenido remojando un momento antes. Se mezcla todo bien y se adorna luego con aceitunas negras cortadas a la mitad.
La ensalada de zanahoria y mandarinas es más fácil aún. Se pelan y rallan zanahorias y se mezclan con gajos de mandarinas. Se les añade zumo de limón y sal. Nada más, ni aceite ni nada, sólo unas pasas que le dan un contraste muy bonito, así como una ramita de perejil en el centro con intención puramente decorativa.
El arroz es como el que hice el otro día en la comida con los del Instituto, sólo que en lugar de chocos llevaba bacalao. Sólo hubo un problema, que nunca supimos cuándo habíamos echado el arroz, así que después de discutirlo brevemente, decidimos que se hiciera el arroz cuando él lo creyera conveniente, que ya era muy mayorcito el arroz para hacerse él solito. En el Neolítico ya se cultivaba, y antes, en el Paleolítico Superior, se tiene constancia de que los Homo sapiens lo recolectaban y cuidaban de aquellos lugares donde surgía espontáneamente, quitando la mala hierba que pudiera competir con el arroz, por ejemplo, de manera que lo ayudaban a crecer: esto es, al menos, una protoagricultura que llevaría muchos miles de años atrás el nacimiento de la Agricultura, poniendo boca abajo todo lo que hasta ahora se acepta, pero en fin, dejemos a los científicos que nos vayan dando aviso de lo que investigan y descubren poco a poco. Un respeto por el mundo de la ciencia y sigamos con el arroz.
Dejado el arroz de la mano de Dios, realmente, nosotros seguíamos a lo nuestro confiados en que el arroz avisaría, como así fue. Llegó un momento en que empezó a oler a quemado, lo que los valencianos llaman socarrat. Luego en lugar de arroz caldoso, nos dispusimos a comer arroz en paella, qué más dará. El arroz estaba buenísimo y no le puse sal ninguna. Con el bacalao, que aunque estaba desalado, aportaba lo suyo; y el caldo de cocer las cabezas de las gambas y los langostinos, fue suficiente. En todo caso, alguien fue a la cocina y se trajo el tarro de la sal para que el que quisiera se pusiera un poco, pero casi nadie se puso sal, señal de que el arroz, aunque no fuera caldoso, estaba sabroso (¡Anda!, un verso: tengo que hacer el soneto a las bizcotelas de Rufino).
Vino hubo variado, cada cual trajo las botellas que Dios les dio a entender. Pan no hubo, a pesar de que Matías trajo un pan extraordinario de la Sierra y que yo había comprado un montón de pan esa mañana, a nadie se le ocurrió poner pan en la mesa, así que comimos sin pan y no pasó nada. Ojú, cómo están las cabecitas a estas edades.

Merienda
  • Güisqui de la perdiz
  • Pasteles
  • Torrijas
A la comida siguió el café, pero como ya era tarde, pues se convirtió en merienda. El Pasolini trajo además de los kunkwats una botella de su güisqui preferido, el de la perdiz, así que nos la hincamos tan ricamente. Lo de los dulces de Rufino, es indescriptible. Si no los conocen aún, preparen las maletas y viajen hasta Aracena para probarlos. Luego si quieren y de camino, se compran un jamón, pero los dulces de Rufino son por sí solos un monumento que debería estar protegido por la Unesco, pero ya lo ven, no es ni Bien de Interés Cultural. Pero qué sabrá la Junta de Andalucía de monumentos ni de nada, si nada más que hay políticos de tercera regional buscándose la vida en ese pesebre que se apresta ahora a cambiar, por fin, después de 3 décadas. Y esto lo digo porque el recambio de Griñán por el cabezón no puede tener otro sentido. Un tipo como Griñan puede protagonizar un cambio civilizado y en los próximos años podrá despolitizar de alguna manera esa cosa que se llama Junta de Andalucía, hasta ahora un apéndice del Psoe. Así que Arenas va a tener suerte, pero de momento lo que no tiene que hacer es pedir elecciones anticipadas, que ya serán cuando tengan que ser y cada día que pasa juega a su favor, pero no. Este chaval es un impaciente.
Cuando empieza a refrescar nos metemos dentro. Más güisqui, más fiesta y torrijas, de las que hice antier con mi hermana.

Cena
  • Ensaladas
  • Espárragos
  • Dulces
Los niños están por ahí, viendo pasos de Semana Santa se supone, o haciendo lo que la edad y las ganas les dicten. Así que Lolita y servidor, después de un día movidito, comemos un poquito de ensaladas, de las que quedaron de la comida, y nos vamos al catre antes de las once. Mañana será otro día, o une otre jour, como diría un francés dijo olalá y un inglés dijo yeyé. Condiós.

miércoles, 8 de abril de 2009

90 días de penitencia (65)

Desayuno

  • Café descafeinado con leche semidesnatada
  • Dos torrijas

Ya os dije ayer, cuando relaté la receta, que las torrijas son de esas pequeñitas, de apenas cinco centímetros de lado. El café, descafeinado y la leche semidesnatada. Al menos voluntad, hay.

Almuerzo

  • Escalivada
  • Crema de verduras
  • Alcachofas con guisantes
  • Nopán
  • Agua
  • Macedonia

La escalivada la hago a mi manera, como Frank Sinatra. En una fuente de horno he puesto primero una cebolla cortada grosera, luego un pimiento rojo y otro verde, a continuaçao, berenjena, calabacín y tomates. Todo picado y no menudo, precisamente. Por último tres dientes de ajo picaditos, éstos sí, por encima, sal y aceite, no demasiado. Al servir me gusta ponerles un hilito de salsa de soja.
La crema la hice, como es habitual, con lo que tenía en el frigorífico. Calabacín, calabaza, zanahorias, nabo, patata, pimiento, apio, puerro y hasta unas judías verdes que andaban por ahí. Todo junto, un chorreón generoso de aceite de oliva virgen extra, sal, pimienta y agua. A la olla a presión y luego a darle con la minipimer. Se acabó.
Las alcachofas son las que sobraron de ayer por la noche. La macedonia, también de la que sobró ayer y que todavía se podía comer.

Merienda

  • Té con música

Amor mais perfeito, de Joana Amendoeira, que sigue imparable con esa deliciosa voz, haciéndose un lugar en el mundo del fado. Está madurando y eso se nota. Fantástica. Y cuando termina la Amendoeira, llega la voz de uno de los monstruos sagrados del fado, Carlos Carmo cantando a su tierra. Todo un clásico: Canoas do Tejo.

Cena

  • Gambas blancas de la costa
  • Frito variado
  • Pulpo a la gallega
  • Cuatro cervezas
  • Torrijas
  • Orujo

Cena en Matalascañas, con Lolita y Jordi, un amigo nuestro. Las gambas estupendas, muy bien cocidas, mais non frescas, sino congeladas, pero estupendas, ya os digo. El pulpo en su punto de textura y bien condimentado; el pescaíto frito, muy bien, sobre todo unas acedías de enorme calidad y, estas sí, frescas. Las torrijas, excesivamente enmeladas y almibaradas, empercochadas, que es palabra antigua que ya no se usa. Desde luego, lejos de las que yo hago. Después de la comida, una copita de orujo de ese de color fluorescente que hacen bodegas con buenos canales de distribución y comercialización para sus productos. Este creo que era de Osborne. Prescindible.

martes, 7 de abril de 2009

90 días de penitencia (64)

Desayuno

  • Café cortao
  • Tostada con aceite
  • Zumo de naranja

Desayuno en el bar de la esquina con mi padre. Le compro el periódico y me largo para casa. Me hago un zumito de naranja y otro para él.

Aperitivo

  • Dos cervezas
  • Huevos de choco
  • Habas enzapatás
  • Cuatro manzanillas
  • Ahumados y mejillones

Quedo ccon Abelardo en el Agmanir. Inevitable la cervecita con los huevos de choco. Circulan por allí unas habitas enzapatás y también caen. Luego a lo de Vito, la Bodeguita Ramírez. Y allí, manzanilla de Sanlúcar, unos ahumados (unas sardinas estupendas) y esos mejillones enormes y tan vistosos que no sabes si comértelos o ... Eso me dice un eminente urólogo cuyo nombre como comprenderán no voy a revelar. Pero desde luego los mejillones, bien miraos, no sabe uno si comérselos o ...

Almuerzo

  • Ensalada de tomate y queso fresco
  • Salchichas al vino
  • Nopán
  • Agua
  • Macedonia de frutas

Una faena de aliño, que ya viene uno hartito. La ensalada apenas la pruebo y de las salchichas, que las hice esta mañana por los niños mayormente, me aparto un par de ellas. Con tres patatitas fritas. Lo juro, sólo tres. Las salchichas las hago fácil: echo en la cazuela siete u ocho dientes de ajo partidos a la mitad, con su piel y todo, más un par de hojas de laurel. Cuando los ajos empiezan a ponerse blanditos, echo las salchichas, de esas que venden en la plaza que son tan ricas. Un par de vueltas, sal, pimienta y un poquito de colorante. Un par de vasos de vino y otros dos de agua, que estén cubiertas. Se dejan a fuego medio con la cazuela destapada, pues se hacen enseguida y la cosa es que ligue la salsa. Si se hacen por la mañana, como yo las hice, para comer al mediodía, pues la salsa se liga solita ella sola mientras reposa.Un poquito de fruta diversa (several fruits), meneada con oloroso del Condado (meneing with County olorous ), y al catre.

Merienda

  • Té con música

Me levanto tarde. A eso de las seis y media. Un tema movidito: This will be (An everlasting love), de la niña de Nat King Cole, Natalie. Estupenda voz y bendito ritmo que me hace situarme en el Universo. Y eso que es grande el hijo de la gran puta. El Universo, digo

Cena
  • Ensalada verde
  • Alcachofas con guisantes
  • Más agua
  • Torrijas
Claro que todas las ensaladas son verdes, pero esta más. Brotes tiernos, pepinillos, aceitunas negras, pepino, y pimiento. Sal, vinagre del Condado y aceite de Trigueros. Una muy sugestiva gama cromática en la que el negro y el blanco del interior del pepino, por ejemplo, establecen el contraste necesario para que el verde se de un paseo extraordinario por el plato. Ensalada verde, como les titulo para que vean que comer no es sólo sabor, olor y tacto, también el oír caer el vino en el vaso, o el restallar de un crocante de zanahoria al eneldo en la boca, y por supuesto esto, la vista de un plato bien dispuesto, con una correcta gama cromática y un ritmo bien establecido en los colores elegidos. Esta es por lo tanto una ensalada sabrosa y hermosa con un ritmo repetitivo que no es monótono por la intrusión de esas perlas del Guadalquivir y ese blanco moteado de pepitas del pepino, además de los distintos tonos de los brotes tiernos, que van del lila al verde césped, como la copla que estoy escuchando de Silje Neergaard, que canta en este momento "You send me flowers". A esta le mandaba yo un camión de gladiolos si hiciera falta. Qué chavala y que voz, Dios mío de mi alma.Para las alcachofas un refrito de cebolla, ajo, pimiento y zanahoria. Las alcachofas cortadas convenientemente y un puñao de guisantes palermos, que he vuelto a comprar dos kilos (el resto lo he congelado en dos bolsitas transparentes e individuales). Un vaso de vino blanco del Condado y agua hasta cubrirlo todo. La cazuela destapada hasta que se reduzca todo y las alcachofas y los guisantes estén tiernos. Si hiciera falta, se echa más agua y ya está.Han cenado en casa mi hermana y mi cuñao, además de Manolete, que viene de ver los pasos de Semana Santa, dice que hay un montón de gente en la calle. Es cierto, ayer me dí un voltio con Lolita por el centro para ver a la gente, que es muy entretenío. Todo el mundo arregladito como de domingo. Fantástico, los barrios asaltan el pacato y presumido centro engominado de la ciudad. Los niños comiendo espuma de azúcar de colores, una chavala comiéndose una manzana caramelizada, el tío de los globos y detrás un quisco de hamburguesas que rotula con luminosos en el frontis la leyenda Paqui; y gente muy arreglada, gente diversa (several people) y un moro muy serio viendo todo aquel mogollón ¿Qué coño pensará el moro de todo esto?Mi hermana me ha ayudado a hacer torrijas esta tarde. Hemos hecho una barbaridad, cuatro barras de las pequeñas, que dan más trabajo pero están más buenas. Primero las paso por leche con vino dulce, luego por huevo y las frio. A continuaçao las paso por miel que he rebajado con agua calentándola a fuego medio, sin que llegue a hervir. Me he comido tres, y eso porque me he contenido, que si no me como una bandeja. Se van tomando de abajo, de manera que siempre estén bien de miel. Ahora está sonando Back to the ground, de Jamie Cullum, un chaval de Essex que canta un montón de bien. Hoy llevo todo el día oyendo jazz. Cuando estaba en la cocina con mi hermana haciendo las torrijas, también, puse la música alta y ya está, así que tengo unas cuantas llamadas perdidas en el móvil. Bueno, mañana las contestaré, hoy me voy al catre, que estoy leyendo un libro muy entretenío, la "Historia social de España 1400 - 1600", de Teófilo F. Ruíz, un prestigioso historiador norteamericano, catedrático en UCLA y que escribe estupendamente. El contenido es denso, pero Ruíz facilita la lectura con un verbo extraordinario y una manera de narrar muy cercana. Excelente libro. Hace unos días terminé un opúsculo titulado "Neardentales, bandidos y granjeros", de Colin Tudge, que forma parte de la colección "Darwinismo hoy", impulsada por la London School of Economics. En España la colección la publicó Editorial Crítica, que creo es la misma que la del libro anterior, que lo tengo arriba, pero este no, que lo tengo aquí al lado, en el estudio. Este lleva un subtítulo la mar de revelador "Cómo surgió realmente la agricultura" (o How agriculture really began, que queda más mono. Mira, mono, como lo de Darwin, je, je, je). Bueno, en serio, os recomiento los dos y si no los encontráis, pues os pasáis por casa y os los lleváis. Os podéis llevar todo lo que queráis, pero mi colección del Príncipe Valiente de Burulán a ver si me la devolvéis, partía de mamones. Y todos los del Corto Maltés, y los de los Fabulous Furry Freak Brothers también, coño, que a ver dónde los encuentro yo ahora. Bueno, me voy al catre, ya no lo digo más. Abur.

lunes, 6 de abril de 2009

90 días de penitencia (63)

Desayuno
. Café cortao
. Tostadas con jamón
El jamón se estira como no me podía ni imaginar. Tostadas con jamón para el niño, el padre y para Lola. Los tres.

Almuerzo
. Pastel de sardinas
. Habas enzapatás
. Arroz con garbanzos, espárragos y marisco
. Vino blanco
. Macedonia

Cuezo diez minutos un kilo de sardinas después de haberles quitado cabeza y espinas. En el vaso de la batidora pongo una taza de nata líquida, cinco huevos, un trozo de miga de pan humedecida, un chorrito de oloroso seco, sal y pimienta. Una vez frías las sardinas, se limpian de escamas, piel y espinas, y se añaden los lomitos a la batidora. Se mezcla bien a buena velocidad y se pasa la mitad a otro vaso de batidora (que seguro que tenéis otro de la batidora antigua, sí hombre, de esa que se os estropeo y no tiraste el vaso. Pues esa). A uno de los vasos le añadís una cucharada de mostaza y al otro un poco de tomate frito (si no tenéis tomate frito, se coge tomate natural triturado, se le echa un poquito de aceite y se mete en el microondas en un cuenco pequeño y tapado. Se hace en dos minutos). A batir primero el vaso de la mostaza. Se engrasa un molde alargado y se le pone pan rallado. Se llena hasta la mitad o poco menos con esta primera mezcla, y al horno a 190º. Aprovechamos para limpiar la batidora y batir luego la otra mitad de la mezcla, la que teníamos con el tomate. Se espera a que la primera mitad esté consistente, y se echa encima la nueva mezcla obtenida. Se vuelve a poner en el horno el pastel y a esperar a que esté terminado, lo cual lo podremos comprobar visualmente, pues se forma una especie de costra por encima de un bonito color dorado, pero en todo caso se pinchará con una aguja y comprobaremos que sale limpia totalmente. En todo caso el tiempo no bajará de tres cuartos de hora. Se sirve frío el pastel, cubierto con una mahonesa ligera, y adornado alrededor con lechugas y tomatitos. Encima unos pepinillos, alcaparras o aceitunas, lo que se nos ocurra.
Hago arroz solo para ocho, en una paella pequeña. Pero el que lo haga en una paella no implica que lo vaya a hacer seco, sino como nos gustan por aquí, por Cádiz y Huelva, caldosos, que tampoco son como esos portugueses que parecen sopas de arroz, sino cremosos y sueltos.
En primer lugar pelo como cuarto y mitad de gambas blancas y las cabezas las pongo a cocer con una hoja de laurel. En la paella pongo una cebolla pequeña bien troceada, tres dientes de ajo laminados, un pimiento pequeño y una zanahoria, todo bien cortadito. Cuando la cebolla empieza a clarear, le añado seis espárragos trigueros troceados y dos puñados de garbanzos que tuve en remojo y que he cocido en la olla a presión diez minutos. Ahora le echo un calamar troceado y le pongo su sal y su pimienta, más un poco de azafrán y colorante para que tenga un color más agradable a las mayorías. En cuanto el calamar cambia de color, le echo el arroz y procedo a darle vueltas con el cucharón para que se impregne bien. Luego le echo el caldo de haber cocido las cabezas de las gambas, bien colado; y por último agua hasta completar más o menos una proporción de dos y medio por cada unidad de arroz. Seis o siete minutos del tiempo previsto para que se haga el arroz, se echan las gambas y un puñado de almejas. Se sirve con perejil recién cortado por encima y una aceituna negra en el medio. Si se quiere, también con pimiento morrón en tiras.
En la macedonia, todas las frutas que me parecieron bien: plátano, naranja, fresas, peras, kiwis y por supuesto oloroso del Condado y un poquito de azúcar.

Merienda
. Café cortao
. Dos galletas

In de still of the night. Canta Stacey Kent, una voz deliciosa y una manera de cantar jazz que me recuerda a Nat King Cole. Con el cafelito, un par de galletas. Prefiero té, pero Lolita hizo café. Espero poder dormir esta noche.

Cena
. Falafel del Almóndiga de choco
. Resto del pastel de sardinas
. Agua
. Nopán
. Yogur desnatado

Almóndigadechoco, que tiene un blog cocinero y choquero que así se llama, me recuerda el falafel turco y, en general de todo el Oriente Próximo. A lo mejor le gusta la versión que yo hago, pues difiere algo de un lugar a otro. En Egipto, por ejemplo, le ponen habas, pero ya he tomado demasiadas habas enzapatás hoy como para añadir más a esta dieta surrealista. Por cierto, mañana me peso y ya les contaré, pero me imagino que este mes he puesto un kilo o dos, por lo menos. Pero bueno, vamos a por los falafeles. He tenido garbanzos en remojo (algunos los utilicé en el arroz y todavía tengo algunos que no sé que haré con ellos y los he puesto después, de un día enterito en remojo, en el vaso de la batidora (servidor no tiene robot ni nada de eso, con la minipimer me apaño). Son como cuarto y mitad más o menos. Añado una cucharada de curry de Madrás – también se pueden hacer con cominos solo -, cuatro dientes de ajo, un tallo de apio, perejil, sal, pimienta y medio sobrecito de levadura Royal. Con paciencia se va batiendo en la minipimer y veréis como es posible hacerlo. Una vez conseguida como una pasta espesa, se hacen bolitas, como albóndigas pequeñas, que luego se aplastan y se pasan por semillas de sésamo o ajonjolí. De esta manera se fríen y quedan estupendos los falafeles. Se suelen presentar con ensalada y salsas como la que yo hice, que no es más que un poco de mahonesa de esa ligera con un poquito de curry. Se bate bien con el tenedor y ya está.

domingo, 5 de abril de 2009

90 días de penitencia (62)

Desayuno
  • Café cortao
  • Pan integral tostado con jamón
Está mi niño el chico en casa. Nos hacemos un montadito de pan con jamón, él normal y yo integral. Para que vean ustedes que somos pudientes. El jamón parece que tiene función autoconsumo, se está quedando en las cliclas. Habrá que buscar un tipo de jamón interminable, que tenga la rosca sin fin. Mientras tanto, habrá que plantearse comprar otro, pero ahora no, que estamos en Cuaresma y don Carnal y la cuenta corriente han perdido la batalla de todas, todas.

Aperitivo
  • Dos cervezas
  • Tres manzanillas
  • Habas enzapatás
  • Boquerones y choquitos fritos
En la plaza de abastos, esas cuatro paredes tan cutres que albergan a verduleros, pescaderos, carniceros, etc, en tan pésimas condiciones, me encuentro con Felipe Marianas. Compro sardinas, caballas, almejas y gambas; y nos vamos al bar de Miguel. Voy con mi cuñao Luís, que paga las viandas y luego las cervecitas, menos las que paga Felipe. Total, que me voy de rositas. En el bar de Miguel, habas enzapatás, que las debe preparar como yo o muy parecidas, porque tienen el mismo aspecto y el mismo sabor. Después os explico como las hago yo, que es decir como las hacía mi madre. Luego de las habitas, más cerveza y boquerones fritos. Nos vamos al aparcamiento del nuevo mercado, que ya les vale a todos, Ayuntamiento incluído, cambiar de tercio e irse a un lugar más decente, joder. Entre el viejo mercado del Carmen y el parking del nuevo, está lo del Gallego, así que parada, manzanilla y choquitos fritos. Luego a casa, a preparar la comida.

Almuerzo
  • Picadillo
  • Habas enzapatás
  • Rape con guisantes
  • Caballas asadas
  • Vino tinto
  • Fresas
Ponemos la barbacoa y mientras el carbón alcanza la temperatura adecuada para asar caballas, hacemos un picadillo tradicional. Pimientos, cebolla, tomate, pepino y luego sal, vinagre y aceite de oliva. Ya está. Servirá sobre todo para acompañar al pescado.
El rape con guisantes ya lo tenía hecho. El otro día compré unos guisantes de esos palermos, espectaculares, en la frutería de Juan, el de la Huerta de Aljaraque y ayer por la noche hice el guiso. Se trata de hacer un refrito con cebolla, ajo, pimiento y zanahoria, se le pone una hoja de laurel, azafrán, sal y pimienta. Cuando la cebolla está pochada, se le añaden los guisantes, se dan unas vueltas y un chorreón generoso de vino generoso (oloroso del Condado le va de perlas). Ya sólo queda esperar un momento a que el vino se evapore, añadir agua que cubra los guisantes, más los huesos del rape, y cuando empiecen a arrugarse los guisantes, al cuarto de hora más o menos, se sacan los huesos y se añade el rape troceado. Esperar seis o siete minutos a fuego medio y se acabó.
Las habas enzapatás las hago muy simples. Se pone poleo y yerbabuena en el fondo, dos manojos, y sobre ellas dos kilos y medio de habas (grandes, de las que en otros lugares se utilizan para alimentar el ganado. Ellos que se lo pierden) que se habrán desgranado pacientemente. Ahora sólo queda cubrirlas suficientemente de agua y ponerle sal, bastante. Cuando pensemos que ya tienen suficiente sal, le añadimos otro puñadito más y entonces tienen su punto justo. Se retiran del fuego cuando las habas, como los guisantes, avisan. Quiero decir que se arrugan. Se toman frías o calientes, pero a medida que pasa el tiempo van tomando la sal y están peor.
De las caballas no os cuento nada, porque no las hice yo. Salieron demasiado asadas, por ser prudentes a la hora de criticar lo que hacen los demás. En realidad, no las hizo nadie, estábamos tan ricamente sentados comiendo y charlando, que se nos pasó, y cuando el niño fue a sacarlas, pues ya era demasiado tarde. En todo caso, yo me comí la mía.

Merienda
  • Nada
Estaba durmiendo la siesta y cuando desperté me fui a la pelota. El Recreativo perdió de penalty con el Sevilla y los muy mamones de los biribiris nos berrearon eso de ¡A segunda, a segunda! Aquí en Portugal somos más educados que esos habitantes de la capital de la vecina comunidad autónoma andaluza. Que les den por el culo.

Cena
  • Insalate di fruti di mare
  • Spaguetti alle vongole
  • Fragole
Mi novia quiere una cena italiana. Lo que tiene que hacer es llevarme a Nápoles, por ejemplo, pero como soy más bueno que el pan (integral), le hago una ensalada de frutos del mar. Brotes tiernos, tomatitos sherry, pepino, pepinillos, gambas cocidas y peladas, calamares cortados en aritos y cocidos con sal y laurel, más unas almejas abiertas que se ponen al final. Antes de las almejas se pone la sal, y luego de las almejas, zumo de limón y aceite de oliva del de Trigueros que es sensacional.
Los espaguetis con almejas están buenísimos, y los hago como en Nápoles, que ya les decía que es mejor que Lola me lleve a Nápoles y acabamos antes. En el agua de la cocción de los calamares primero, y las gambas después, cuezo los espaguetis. Mientras cuecen pongo en una perola grande aceite de oliva virgen extra, de ese de Trigueros que les mentaba supra, echo tres dientes de ajo laminados y espero a que se hagan un poco, pero antes de que se doren les pongo seis cucharadas soperas de tomate triturado. Espero a que el tomate esté empezando a freirse y le echo entonces las almejas y un poco de pimentón (al que le guste picante, pues pimentón picante). Tapo la perola y espero a que se abran las almejas. En ese mismo instante, echo los espaguetis, que ya estarán al dente, y un poco de sal y pimienta. Se sirve en la misma perola donde se han hecho espolvoreados con perejil picado por encima. Cada cual se sirve lo que quiera pero teniendo en cuenta que no son las únicas criaturas humanas que hay en el Universo.
De postre, otra vez, fresas. Pero como la comida es italiana, pues fragole.

sábado, 4 de abril de 2009

90 días de penitencia (61)

Desayuno
  • Café cortao
  • Tostada con aceite de oliva
Hoy tengo que ir al Instituto, a la entrega de notas. Me levanto y me largo después de una agüita refrescante en la ducha. Desayuno en lo de Alberto. Café y tostada de pan normal con aceite de Gibraleón, el de los premios.

Almuerzo
  • Queso manchego
  • Revuelto de gurumelos
  • Garbanzos con bacalao
  • Dos cervezas
  • Tres manzanillas
  • Un tinto
  • Fresas con leche
Esto se está pareciendo más a la dieta de un alcohólico que a la de un gordo que quiere bajar kilos. Todavía no me he pesado, por cierto. No me atrevo en realidad. Puede que hasta haya engordado. Ya veremos. En La Colmenilla, en Gibraleón, me tomo un poquito de queso manchego y un revuelto de gurumelos que comparto con Pepe Martín, que me regala además exquisita conversación, cervezas y manzanilla de Sanlúcar. No es que sea camarero, sino que me invita. Es colega en el Instituto, de matemáticas él, y además concejal socialista en el ayuntamiento de su pueblo, que es Gibraleón. Un tipo extraordinario.
Después me largo a Huelva y termino de comer con mi niño el grande y mi padre. Garbanzos con bacalao que hice el otro día y que quedaba un resto. Creo que ya os di la receta, si no, pues otro día os la doy. Unas fresas batidas con leche y azúcar sirven para completar el menú del día.

Merienda
  • Té con José Luís
Es el médico de mi padre, ha venido a ver cómo sigue. Nos tomamos un té y charlamos de lo divino y lo humano. Se va y vuelvo al ordenador.

Cena
  • Ensalada de tomate y queso fresco
  • Brochetas de pollo, tomatitos y cebolla
  • Fresas solas
Una película de Fritz Lang y tomates troceados, queso fresco igualmente partido en porciones similares a las del tomate. Y por encima sal, orégano y aceite de oliva virgen extra.
El final de la película adobado con unas brochetitas de pollo intercalado con tomate y cebolla. El pollo previamente aliñado a mi manera, que es algo así entre lo jarambingo y lo tradicional andaluz. Cebolla rallada, ajo, perejil, culantro, jengibre seco y rallado, orégano, pimienta de cayena molida, sal y pimienta, que yo recuerde, claro. Casi todas estas especias están en las relaciones que se conservan de comidas y banquetes en la Andalucía bajomedieval y altomoderna. Este era el país de las especias, la tradición árabe quedó tras la marcha de generaciones de musulmanes que no se quisieron convertir al cristianismo. No tantos como pudiera parecer en principio. Las especias que no se cultivaban en Andalucía, se traían por las rutas del Mediterráneo. Luego ya vendrían de América.
De postre fresas solas, simplemente lavadas y ya está. Son de esas camarosa de las que ya os he hablado en otra ocasión. Buenísimas.