sábado, 4 de abril de 2009

90 días de penitencia (61)

Desayuno
  • Café cortao
  • Tostada con aceite de oliva
Hoy tengo que ir al Instituto, a la entrega de notas. Me levanto y me largo después de una agüita refrescante en la ducha. Desayuno en lo de Alberto. Café y tostada de pan normal con aceite de Gibraleón, el de los premios.

Almuerzo
  • Queso manchego
  • Revuelto de gurumelos
  • Garbanzos con bacalao
  • Dos cervezas
  • Tres manzanillas
  • Un tinto
  • Fresas con leche
Esto se está pareciendo más a la dieta de un alcohólico que a la de un gordo que quiere bajar kilos. Todavía no me he pesado, por cierto. No me atrevo en realidad. Puede que hasta haya engordado. Ya veremos. En La Colmenilla, en Gibraleón, me tomo un poquito de queso manchego y un revuelto de gurumelos que comparto con Pepe Martín, que me regala además exquisita conversación, cervezas y manzanilla de Sanlúcar. No es que sea camarero, sino que me invita. Es colega en el Instituto, de matemáticas él, y además concejal socialista en el ayuntamiento de su pueblo, que es Gibraleón. Un tipo extraordinario.
Después me largo a Huelva y termino de comer con mi niño el grande y mi padre. Garbanzos con bacalao que hice el otro día y que quedaba un resto. Creo que ya os di la receta, si no, pues otro día os la doy. Unas fresas batidas con leche y azúcar sirven para completar el menú del día.

Merienda
  • Té con José Luís
Es el médico de mi padre, ha venido a ver cómo sigue. Nos tomamos un té y charlamos de lo divino y lo humano. Se va y vuelvo al ordenador.

Cena
  • Ensalada de tomate y queso fresco
  • Brochetas de pollo, tomatitos y cebolla
  • Fresas solas
Una película de Fritz Lang y tomates troceados, queso fresco igualmente partido en porciones similares a las del tomate. Y por encima sal, orégano y aceite de oliva virgen extra.
El final de la película adobado con unas brochetitas de pollo intercalado con tomate y cebolla. El pollo previamente aliñado a mi manera, que es algo así entre lo jarambingo y lo tradicional andaluz. Cebolla rallada, ajo, perejil, culantro, jengibre seco y rallado, orégano, pimienta de cayena molida, sal y pimienta, que yo recuerde, claro. Casi todas estas especias están en las relaciones que se conservan de comidas y banquetes en la Andalucía bajomedieval y altomoderna. Este era el país de las especias, la tradición árabe quedó tras la marcha de generaciones de musulmanes que no se quisieron convertir al cristianismo. No tantos como pudiera parecer en principio. Las especias que no se cultivaban en Andalucía, se traían por las rutas del Mediterráneo. Luego ya vendrían de América.
De postre fresas solas, simplemente lavadas y ya está. Son de esas camarosa de las que ya os he hablado en otra ocasión. Buenísimas.

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