lunes, 9 de marzo de 2009

90 días de penitencia (35)

Desayuno:
· Zumo de naranja
Entre una cosa y otra, con el zumo de naranja que me hice nada más despertar, se me pasa la mañana. A las doce y veinte me largo para Almonte, a un corralón donde han preparado un fiestorro cuyas características culinarias describo a continuación.

Almuerzo:
· Tortillas varias
· Carne de mostrenca de Doñana mechada
· Carne de mostrenca de Doñana asada
· Asadurillas almonteñas
· Arroz de pato real
· Manzanilla (tres cañitas)
· Vino tinto, varios y variados
· Roscos

El corralón está a las afueras de Almonte. Son esas casas mínimas, cuatro paredes, que incluyen una chimenea en un único salón, diáfano, en el que conviven los aperos de labranza con una mesita ataviada de gala, queremos decir con buenas viandas y bebidas. Un lujo.
De lo que nos ofrecieron para comer, tan sólo doy cuenta de lo que servidor, a su vez, dio cuenta. La carne de vaca mostrenca de Doñana, tiene unas cualidades sorprendentes. Es poco conocida y hay muy poca, ya que las normas del Parque Nacional sólo permiten que entren en la reserva un número limitado de ejemplares, cediendo a la tradición inmemorial de criar ganado en lo que fuera Coto de Doñana. Etiquetarla como alimento ecológico, obviamente se queda corto. Pero ya daremos cuenta de esta exquisitez en mejor ocasión.
El otro lujo que pudimos saborear fue un arroz caldoso de pato real, echo a la manera en que se hacen los arroces en Huelva. Pero no se asusten que no tuvimos que meternos de furtivos en el Parque Nacional para cazar unos patos, ya que hay un tiempo en que se abre la veda y se pueden cazar, no los que están en el espacio protegido, pero sí en los alrededores y no todas las especies, como es natural, que hay algunas en peligro de extinción, pero el pato real, abundante, sí que se puede cazar en breves periodos del año. Algunos de ellos estaban en la cazuela este mediodía dando sabor al arroz. Fantástico.

Merienda:
· Nada
Terminé de comer a las tantonas y ahora lo que toca es preparar la cena.

Cena:
· Arroz milanesa
· Escalopes de pollo
· Vino blanco, un vasito
· Pan integral
· Yogur desnatado

Cocemos el arroz unos quince minutos, que quede enterito. Una vez que lo apartamos del fuego, lo ponemos en un colador bajo el chorro de agua fría, para evitar que se pase de cocción. Freímos media cebolla picada y uno o dos tomates, troceado y sin piel ni pepitas, o si se prefiere un par de cucharadas de tomate triturado. Cuando la cebolla está poniéndose transparente, echamos un puñado de guisantes, damos unas vueltas y añadimos el arroz, más sal y pimienta a gusto de cada cual. Damos vueltas y añadimos el jamón, cortado fino y en tiras. Se pasa a los platos donde los vayamos a servir y les ponemos por encima queso rallado (el parmesano, obviamente le va muy bien) y un toque de perejil para hacer bonito.
Y de perdidos al río. Me pongo un par de filetitos de pollo empanados que hice este mediodía para los niños. Aprovecho que hoy es mi día libre, aunque con la semanita que llevo, no debería tener día libre. En fin, ya veremos como marcha esto. La balanza no perdona.

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