jueves, 5 de marzo de 2009

90 días de penitencia (31)

Desayuno:
  • Café cortao
  • Tostada con aceite
Me levanto tarde y salgo a escape para el Instituto. A tercera hora tengo libre, así que cafelito en lo de Alberto con tostada de pan de pueblo. Qué le voy a hacer, me salto el régimen y pruebo el pan normal por primera vez en un mes. Estupendo, y con aceite de Gibraleón además.

Almuerzo:
  • Chocos aliñaos
  • Revuelto de gurumelos
  • Pan integral
  • Dos tintos
  • Una naranja guachi
Debería haberme pesado ayer, pero no lo hice. A ver si mañana me animo y voy a la botica. Compro un choco y le pido al pescadero que no me lo limpie. El pescadero ni se lo cree. Me lo pesa y lo introduce rápidamente en la bolsa, antes de que me arrepienta, pensará el hombre. El choco lo quiero sin limpiar porque yo le dejo el hígado y parte de la tinta, según la que tenga. El caso es que lo aso así, sin piel y sin porquerías, pero con su hígado y parte de la tinta. Objetivo: cortarlo luego de asado y que se pringue con su propio higado y tinta. Queda espectacularmente feo, pero lo aliño y lo cubro con cebolleta fresca recién cortada y perejil también muy picadito. Si tenemos culantro entonces es para nota. Queda, ahora sí, espectacular también de aspecto.
El revuelto de gurumelos lo hago al modo tradicional. Quiero decir que echo los huevos, les doy un meneo y luego aparto la sartén del fuego para menearlos más todavía. Vuelta la sartén al fuego y a terminar de cuajar. El revuelto lo hago con gurumelos y algo de champiñones. Me gusta mezclar las setas, quedan mucho mejor. Un poco de sal y ya está.

Merienda:
Té con hierbabuena
Té, ordenador y cabreo con el servidor. Esto cada día que pasa funciona peor, no os podéis imaginar que drama para colgar esta puñetera entrada. La hierbabuena tiene un efecto sedante que me calma algo.

Cena:
  • Ensalada de lechugas y naranjas
  • Presa de paleta
  • Un tinto
  • Yogur desnatado de esos de sabores
Quién dijo miedo. Una presa de paleta puesta en la plancha, bien caliente, el tiempo necesario para que se haga en su punto exacto, que el ibérico puede quedar algo crudito por dentro y no pasa nada. Sólo sal, esta carne tan sabrosa, con las grasas bien infiltradas en este soberbio músculo ubicado solbre la paleta del cerdo y bien trabajado en sus fantásticos andares. No necesita otra cosa que la plancha y la sal esta presa de paleta. La ensalada ya la hice el otro día, es para no perder demasiado tiempo. La lechuga cortada no demasiado fina, rodajas de naranja ya pelada, aceite, vinagre y sal. Se acabó. El yogur y a la cama, que hay que descansar, porque mañana habrá que madrugar, que decía la familia Telerín. Jo.

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