lunes, 16 de marzo de 2009

90 días de penitencia (42)

Desayuno:
· Té solamente
Me levanto tarde y realmente no tengo ganas de comer, así que té solo. Ya veremos más adelante.

Almuerzo:
· Tres cervezas
· Tortilla de patatas
· Arroz con marisco
· Tres tintos
· Hojaldres con yema

Estoy invitado a comer en casa de mi novia, y uno que es educado, no sigue el plan. Antes cervecita en la plaza de El Rompido. Y luego el menú que precede este comentario. Hoy, no cocino. Ni sigo la dieta, como ayer. Qué desastre.

Merienda:
· Nada
Me levanto a eso de las seis y media de la siesta, así que nada.

Cena:
· Ensalada del arrepentío
· Lengua mechada
· Agua
· Peras y kiwis
Vuelvo a repetir ensalada y nada más, a la vin, von, van. Aclaro, muchos escribirían esto con be, de burro, pero es un grito de ánimo muy antiguo que se inició en el campo del Alavés, en Mendizorroza: “Alavés, alavá, / a la vin, von, van, / Alavés, Alavés, / y nadie más, / a la vin, von, van”. Creo que es más correcto con uve, la verdad.
Los niños están comiendo lengua mechada que sobró del otro día. No me puedo resistir. La pruebo y luego otra vez más. Dos filetitos, que tampoco es mucho y apenas mojadas en la salsa.
Como prueba de mi arrepentimiento, ahí va la receta, que es la mar de fácil: Se cuece la lengua, después de limpiarla bajo el chorro del agua fría, con un par de hojitas de laurel. Unos veinte minutos en la olla a presión. Se reserva el agua donde ha cocido la lengua y ésta se deja enfriar para quitarle la piel que la recubre, una especie de capa coriácea más basta que un serón de esparto. Mientras se enfría, se mezclan dos dientes de ajo o tres muy bien picaditos, con unas lonchas de jamón que cortaremos en tiras más o menos finas. A esto se le añade pimienta negra, un poquito de perejil, sal, un huevo crudo y un poco de pan rallado. Se mezcla todo bien y se mecha la lengua, introduciendo un cuchillo o mejor una aguja de mechar desde la base hasta casi la punta. Se vuelve a poner la lengua en el agua de su cocción, añadiendo además de las dos hojas de laurel que ya tenía, un poco de sal, pimienta en grano, una ralladura de nuez moscada, una ramita de apio, medio puerro, una patata mediana pelada y troceada, una zanahoria grande también pelada y troceada, así como medio pimiento verde de los de freír. Se vuelve a poner al fuego y cuando la válvula empiece a silbar se espera algo así como media hora. Se retira del fuego, se quita la válvula etc, etc, y se saca la lengua. A todo lo demás se le mete la minipimer y se vuelve a calentar, introduciendo de nuevo la lengua, la de ternera, no la nuestra, en la olla. Ya destapada, se pone a fuego fuerte para que reduzca la salsa. Se sirve caliente o fría, pero con la salsa siempre caliente. Al personal le podemos poner patatas fritas, pero nosotros nos contendremos y la comeremos sola o con una ensaladita al lado, que es lo que hice anoche.

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