viernes, 6 de marzo de 2009

90 días de penitencia (32)

Desayuno:
· Café cortao
· Tostada de pan integral con tomate y jamón
Vuelvo a los desayunos del principio. El nopán lo usaré en las comidas o en las cenas más bien.
Después del desayuno, el pesaje. 99 kilos. No está mal pero podía estar mejor. En el primer mes he perdido siete kilos. Ahora me resta perder cuatro kilos y medio en estos segundos treinta días que hoy inicio, y otros tantos en los siguientes treinta, con lo cual habré alcanzado el objetivo. Pero no hay que descuidarse, pues al principio de una dieta es más fácil perder kilos. El final es lo que cuenta.

Almuerzo:
· Endivias con anchoa y una aceituna negra
· Besugo al horno
· Dos vasos de vino blanco del Condado
· Pan integral, un trozo.
· Sopa de chocolate blanco con fresas

Esta ensalada es más para lucirse que para nutrirse. He puesto unas hojitas de brotes tiernos en el centro del plato, y sobre ellas unas hojas de endibia enhiestas. Entre ellas y los brotes tiernos del centro, una cebolleta pequeña a la que le practico unos cortes para que quede más espectacular, de modo que sobresalga por encima de las hojas de endibia. A los pies del monumento, nueces y tomatitos sherry cortados en gajos. Casi nada. Ahora tomo una anchoa y abrazo con ella una aceituna negra, una perla del Guadalquivir. Este es el tema central y toca las hojas de endibia como queriéndose subir por ellas. Sólo falta una vinagreta con mostaza y miel, más un poco de perifollo para adornar a un ladito.
Hoy, besugo de la pinta. El pescadero me lo ha limpiado y a vosotros que os haga lo mismo. En la bolsa donde estuvieron las tripas, sal y pimienta, más medio limón. En la fuente de horno, patatas de esas pequeñitas cortadas a la mitad y por supuesto peladas, más zanahoria, también pelada y cortada en bastoncitos no demasiado finos. Algo de cebolla cortada en gajos y encima el pescado, salado por ambos lados. Un buen chorrón de aceite, que caiga del lomo hacia el fondo de la fuente, donde están las verduras. A media cocción, regar el pescado con el zumo del medio limón que nos sobró. El tiempo, el horno y el tamaño del horno lo dirá, pero la temperatura deberá estar a 190º y se saca en cuanto el pescado avise, quiere decirse cuando se ve que la carne está hecha en su interior, en la parte pegada a la espina, en ese instante se saca para que no se seque lo más mínimo. Al servir regar con un hilo de aceite.
El chocolate blanco, que no es chocolate ni es ná, basta con ponerlo en un cazo con un poquito de agua y al poco está derretido y hecho una crema. Pues bien, si le ponéis un poquito más de agua, tenéis eso que ahora llaman sopa. En otro cazo ponemos azúcar y unas gotas de agua y la ponemos al fuego, cuando el azúcar empieza a derretirse, se apaga el fuego y se echan unos fresones enteros, dando unas vueltas para que se impregnen bien del azúcar. Se espera a que se enfríen y se sirven sobre el chocolate blanco que está hecho sopa.

Merienda:

· Té verde con hierbabuena
Té, ordenador (que por fin funciona internet) y música: Break on through, de los Doors: “You know the day destroys the night / Night divides the day / tried to run / tried to hide. / Break on through to the other side… “

Cena:
· Guisantes con jamón
· Un tinto (o dos si se tercia)
· Nopán
· Yogur desnatado con sabor a…. chantatachán… ciruelas

Picar un cuarto de cebolla, dos dientes de ajo, medio pimiento verde y una zanahoria mediana. Con todo esto hacemos un refrito y en cuanto vemos que la cebolla empieza a ponerse transparente, se añaden los guisantes, sal, pimienta y se les dan unas vueltas, añadiendo a continuación viino blanco y agua hasta cubrirlos. Se dejan cocer y cuando empiezan a arrugarse, y por lo tanto a decir que ya están listos, se les añade jamón cortado finito y en tiras.

2 comentarios:

Juan Duque Oliva dijo...

¿Se va notando o no?

Bernardo Romero dijo...

Ya te digo. Supongo que te acordarás del lifting o como se llame eso que le hicieron al muñeco de la cruz del campo cuando lo de la expo, que el hombre perdió de un día para otro lo menos cincuenta kilos, pues eso más o menos me está pasando. De momento, la estupenda barriga de Homo tabernario, ha desaparecido y tengo ahora otra más recatada, por llamarla de alguna manera. De momento me veo la punta de los pies y supongo que con el tiempo pueda avistar otras cosas. En fin, que siete kilos son pocos, pero como comprobarás tampoco se puede decir que me esté privando de demasiados placeres. Y además está el día libre. Un abrazo.