martes, 10 de febrero de 2009

90 días de penitencia (8)

Desayuno:
· Té con hierbabuena
· Dos pastitas


Hoy, la merienda en el desayuno. Hay que ir variando para continuar sin peligros por los caminos de las pocas calorías y la casi ausencia de grasas. Las pastas, además, integrales.

Almuerzo:
· Entrecot de ternera
· ½ vasito de vino tinto de crianza
· Pan integral en tostadas o biscotes
· Manzana


A los niños les he hecho una salsa de quesos para la carne, pero la mía va aparte. Ya me estoy integrando en esto de ser un excluido social. Con la parrilla al fuego y bien caliente, pongo mi entrecot con su poquito de sal por encima. Como está muy caliente la parrilla, la carne enseguida cierra sus poros y el interior se queda jugosito. Le pongo por encima un poco de pimienta y romero, dejándola que se haga un poco más por el lado en el que está puesta. Le doy la vuelta cuando estimo oportuno y le vuelvo a poner un poco de sal, pero ya está, con la pimienta y el romero que dejaron su aroma en el otro lado, y que ahora están debajo de la carne, como es natural, largando fiesta, pues tengo bastante. Y en efecto, la carne sale a las mil maravillas, bien doradita y aún sangrante por su interior, tal como a mí me gusta.
Al lado del entrecot, que es plato único, he puesto un poco de col rallada, con otro poquito de ralladura de zanahoria, pero más que nada para adornar. He añadido unas pasas y unos piñones, poquitos en todo caso, y he aliñado la ensalada de col con limón, aceite, sal y pimienta.

Merienda:
· Otro té, pero esta vez sólo
Me abstendré de tomar pastas o tostadas. Con la infusión, tengo bastante para echar el rato y partir la tarde.

Cena:
· Habichuelillas verdes con tomate
· ½ vasito de vino tinto.
· Pan integral.
· Yogur natural 0% materia grasa


Refrío un cuarto de cebolla con un diente de ajo y medio pimiento verde, pero en muy poco aceite. Cuando la cebolla está pochada, añado las habichuelillas verdes (judías verdes) y les doy unas vueltecitas. (Mirad, judías hay de muchos tipos: las hay rubias, morenas, más guapas, más feas… Pues con las judías verdes pasa igual, hay algunas que son más duras, y esas las tendréis que cocer un poco antes, y hay otras como las que compré esta mañana, que se pueden comer incluso sin cocinar, de los tiernecitas que están. Son esas a las que sólo hay que quitarles las puntas, redonditas y jugosas. Pues según las que tengáis hacéis una cosa u otra). Pongo sal, pimienta y también un poco de orégano. Añado tomate triturado y dejo que se haga a fuego medio con la olla o el cacharro que vosotros utilicéis a medio tapar, más que nada para que no salpique el tomate al freír y te ponga la cocina perdida. Cuando están hechas las habichuelillas verdes y el tomate, les pico un poco de perejil por encima, lo cual se puede hacer incluso en el propio plato.
Ya está, por hoy está bien que todavía me queda algo del arrepentimiento del otro día. Y además al mediodía me hinqué un entrecot que no se lo salta un galgo. Así que por hoy, ya está más que bueno. Entre mis descubrimientos de este mundo nuevo de las dietas, está el de los yogures con 0% de materia grasa. Que digo yo, que si no tienen materia grasa alguna, como están tan espesitos y apetecibles. Anda que no les tienen que meter fuchinas ni nada. Si es lo que yo digo, no hay nada más insano que una comida sana. Pero en fin, yo no me quejo, que la cosa va bien.

3 comentarios:

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Ojú Bernardo, hijo mio de miarma.
La que tienes que está pasando, yo na más que hago sufrir contigo aunque parezca que no lo llevas mal.
Y yo queriendo ponerme a plan.
Ánimo amigo, un abrazo

Bernardo Romero dijo...

Pa qué teviacontá. Esta mañana he tenido que cambiar de acera para no pasar por el escaparate de la carnicería de Juan, con sus chacinas y sus embutidos, con sus quesos rotundos de la Mancha, con sus piernas de cordero, con su bandeja de morros de cerdo, con otra de revoltillos, hasta con sus cochinillos allí colgaditos diciéndome aquí estoy yo y ahí estás tú, joiotonto... En fin, tronco, que el sábado o el domingo, según planes, libro, así que ya veremos cómo me paso el día libre que me ha dado la médica. Sin pasarme, claro está. Un abrazo.

Juan Duque Oliva dijo...

Pero vamos una dieta como esta con tu buen hacer tiene que ser un auténtico lujo.

Yo llevo ya cuarenta de penitencia, catorce kilos perdidos y anoche me comí hasta unas croquetas recomendadas por Zapa en el ¿Ovidio? Bueno algo así se llama.