martes, 24 de febrero de 2009

90 días de penitencia (22)

Desayuno:
· café cortado (leche semidesnatada)
· Tostada de pan integral con aceite

Esto del pan integral que venden ya tostado es genial para las dietas. Yo, poco a poco, lo estoy usando cada vez de manera más habitual. Verán, el paquete, que trae como treinta o cuarenta tostadas de estas, tiene unas 300 calorías, quiere decir esto que cada tostada tiene 10 calorías, lo cual es más o menos lo que gastamos en calorías masticando las tostadas. Es decir, que tienen cero calorías, je, je, je. Son las cuentas de la vieja, pero es para que tengan una idea de lo que supone el aporte calórico de estas tostadas de pan integral. Es más, si te metes dos tostadas al mismo tiempo en la boca y las masticas, lo que te terminas tragando es del tamaño de medio guisante como mucho, quiero decir que debe ser todo agujeritos, porque pesan menos que una pluma. En fin, buenísimas para las dietas.

Almuerzo:
· Tortilla japonesa
· Langostinos con salsa de yogur
· ½ vaso de vino tinto. Crianza
· Pan integral tostado.
· Crema de vainilla

Hoy el verde irá acompañando al plato principal, los langostinos, mientras que para empezar batiremos tres huevos y le añadiremos una cucharadita de azúcar, un chorreón de leche y una cucharadita pequeña de harina de maíz, de maicena por ejemplo. Con todo esto bien batido y bien ligado, haremos nuestra tortilla rellena de jamón york, así que preparamos unas tiritas finas de jamón york y las tenemos reservadas mientras calentamos una sartén apenas engrasado su fondo con aceite o mantequilla. Cuando está caliente la sartén, echamos un tercio del batido de huevos con el resto de ingredientes. Esperamos a que cuaje, como si estuviéramos haciendo crepes, y le echamos unas tiritas de jamón york. A continuación la envolvemos sobre sí misma y la dejamos a un lado de la sartén. Al otro lado echamos otro tercio del batido de huevos, y levantamos (Ah, se me olvidaba, yo la hago con palillos, me resulta más cómodo, pero la podéis hacer como os de la gana, evidentemente) la tortilla que ya tenemos envuelta para que el nuevo cuajado se meta por debajo. Esperamos a que espese esta nueva capa y volvemos a echar jamón de york y a liar otra vez la tortilla en la que ya teníamos hecha, que queda por lo tanto en el interior de la nueva. Y otra vez el mismo proceso, dejamos la tortilla a un lado de la sartén y echamos el resto del batido de huevos en el otro lado. Levantamos la tortilla para que se introduzca la mezcla el nuevo cuajado bajo ella y otra vez relleno de jamón york y a envolver. Y ahora el toque final, tomamos una esterilla de cañitas, de esas con las que hacemos los rollitos de sushi, y ponemos film transparente sobre ella. Allí depositamos la tortilla ya terminada y la envolvemos con cuidado y ejerciendo cierta presión para que la tortilla adopte una forma redondeada. Se termina de enrollar en la estera la tortilla y la atamos para que no pierda la forma. Se sirve con un poquito de arroz blanco (se enjuaga antes de hervirlo el arroz para quitarle el almidón y se le pone un poquito de sal) y cortada en ruedecitas la mar de lindas.
En un cuenco pongo ajetes troceados con una pizca de sal, aceite y zumo de limón. Voy pelando los langostinos y poniéndolos en el cuenco, que remuevo al final y tapo con film transparente. Las cabezas las pongo en una sartén con una lámina mínima de agua y las refrío durante un par de minutos. Las paso al colador chino y las estrujo, recogiendo el líquido que sueltan y mezclándolo con un yogur desnatado, sal y pimienta. Ya está. Los langostinos deberán macerar en los ajetes al menos media horita, después los paso por la plancha atravesándolos con un palillo y una hoja de hierbabuena. Se toman acompañados con la salsa de yogur que acabamos de preparar.
Hoy he hecho crema de vainilla para todo el mundo, así que yo me saltaré un poco la dieta para tomarme también mi tazón. Cogí una vaina de vainilla y la abrí a la mitad, para ponerla a cocer suavemente en medio litro de nata líquida. Mientras cocía (y vigilando que no rompa a hervir), batí cinco yemas de huevo con cuatro cucharadas soperas de azúcar y cucharada y media de harina de maíz, batiendo bien y añadiendo todo esto a la nata que está cociendo con la vainilla. Cuando espesa la mezcla, se apaga el fuego, se retira la vainilla (que se puede volver a utilizar) y se vierte en recipientes adecuados para raciones individuales, tazones de desayuno por ejemplo, dejando las cremas que se enfríen. Se puede poner azúcar por encima y tostarla con un hierro o con un soplete de esos que se han puesto de moda para hacer esto simplemente. Yo, la verdad, no lo tengo, así que me las arreglo de una manera mucho más chapucera, vamos calentando una vieja pala de pescado en el fuego del butano y arrimándola al azúcar. Tardo más, así que cualquier día me compro el cacharro ese moderno.

Merienda:
· Menta poleo y dos galletitas
Una menta poleo que me hago mientras le preparo el café a mi padre, que hoy el asistente libra. Le arrimo al viejo la caja galleta y le vuelvo a quitar un par de ellas. Pequeñitas eh, no me vayáis a decir luego que esto no es seguir la dieta.

Cena:
· Ensaladilla rusa
· ½ vaso de vino blanco joven.
· Tostadas de pan integral
· Dos peras


Ya tengo mahonesa lai o ligera en casa de forma habitual, y eso que sólo llevo veintidós días de dieta. De modo que me voy a marcar una ensaladilla rusa por el morro, pero una ensaladilla simple y baja en calorías. Vamos, digo yo. Cuezo dos patatas medianas, tres zanahorias y dos huevos al mismo tiempo. Cuando están listos, pelo y pico las patatas, las zanahorias y los huevos. A esta mezcla le añado cinco o seis pepinillos en vinagre y media remolacha (para que dé el color; si no, no es rusa, que viene de rose, de rojo. Lo de rusa es una confusión lingüística, es insalate rose, en italiano y ensalada roja, que debería ser, en español. Pero tanto en Italia como en España se quedó lo de rusa, que es más exótico y luego se extendió así por todo el mundo). A la mezcla obtenida, a la que también se le pueden añadir unas alcaparras, lechuga cortada en juliana si se va a consumir enseguida, y pimientos morrones, sobre todo para adornar, se le añade un poquito de vinagre y sal, más como es obvio, mahonesa de esta tipo ligera o lai, y ya está.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Cómo sea verdad, qué lo que se come se cria?
Los huevos de la tortilla, la crema de vainilla con huevos y la ensaladilla rusa con huevos duros, Cero que deberás pesar tus "windows"

Bernardo Romero dijo...

Pues es verdad. Pero la tortilla es compartida, quiero decir que tomé dos trocitos de ocho en que se divide, luego menos de un huevo. La crema de vainilla también dió para unas cuantas raciones y servidor se comió una solamente, y la ensaladilla es para diez o doce personas humanas, así que en realidad, no creo que pasara de dos huevos en total en todo el día. Pero es menester avisar y tener en cuenta que las raciones que cuento son para mí y para todo el personal que come en casa, que son como poco tres personas más, aunque generalmente comemos cuatro o cinco, así que habría que tener en cuenta eso y, la verdad, no lo he advertido aún. Por lo tanto, mi querido comunicante anónimo, te doy las gracias no sólo por estar ahí, sino por hacer esa acertada (y esencial)observación. En el prólogo del libro y a partir de ahora, lo avisaré a menudo. Gracias de nuevo y un abrazo.

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Ojú Bernardo, eso digo yo, ¡miarma!, que de huevos has comido hoy. Yo que tú hubiera aprovechado y me hubiese comido dos, de ellos, fritos con su cebollita también frita y un bollo de pan.
Pero te admiro por tu valentía, de ponerte a plan, que de ningún cobarde como yo se ha escrito nunca nada.
Ánimo amigo, un abrazo.

Bernardo Romero dijo...

Vaya, ya me diste en torbebe. Los huevos fritos con cebolla son mi debilidad. Así que nada, como esto es una dieta que trata solo de que pierda 6 kilos en tres meses y luego mantenerme así, alrededor de los 90, pues me puedo permitir ciertos lujos. Y uno de ellos va a ser dos huevos fritos con cebolla. Joder, sólo de pensarlo se me hace la boca agua. Esos caen, fijo. Un abrazo.

Bernardo Romero dijo...

Seis kilos, no, coño. Dieciséis y si pudieran ser diecisiete pues mejor, pero no creo que llegue a tanto. Otra cosa, Zap me envía un comentario, pero no tengo narices de que se muestre, así que le contesto que no se preocupe, que ya me hago cargo. Y otra cosa, en el otro blog, ya hago comentarios más breves, antes, cuando colgaba los artículos del periódico, eran demasiado largos y eso no es recomendable en un medio como este de Internet, donde prima la rotundidad y la rapidez. Esto de la edad no perdona y uno no sabe adecuarse a los nuevos tiempos, je, je, je... Un abrazo y recordad que el objetivo es bajar de 106 a 90 como mínimo. En ello estamos, si hay éxito habrá libro, si no, pues a lo mejor también, por qué no. Je, je, je,,, (comas suspensivas, que las inventó Rafael Delgado)