domingo, 22 de marzo de 2020

Gastromerón (5)

Los que tenemos un Mercadona en el barrio estamos jodidos. Las autoridades pasan olímpicamente de que la gente se mueva para arriba y para abajo a pesar del decreto del estado de alarma, y los víveres se acaban enseguida. Nos vemos obligados en consecuencia a ir a otros barrios para hacer la única compra semanal. Tenemos dos opciones, el Jamón del Huerto Paco o el Carrefour que está ya cerca de La Palmera. Nos arriesgamos por lo tanto a que nos pare la policía local y nos denuncie por ir a un supermercado más lejano teniendo cerca el Mercadona. Así están las cosas de surrealistas en esta Huelva con media población demenciada por el aislamiento y haciendo acopio de papel higiénico y otras vituallas. El caso es que se nos estaba acabando eso, el papel higiénico, y hemos tenido que ir al Carrefour a por él, porque la situación en el Mercadona de las Adoratrices es bastante patética. Es lugar desde luego para no ir. Allí solo compro cosas envasadas, porque el manoseo de frutas y verduras es bastante habitual entre la marginalidad que va a comprar a esta cadena de supermercados conocida por tener los precios más bajos. Según la OCU, te ahorras un euro en una compra de cien euros si lo haces en Mercadona en lugar de en El Jamón, por ejemplo, de ahí que las invasiones bárbaras se concentren en este espacio para acaparar lo más grande. De modo que las tres semanas que restan de aislamiento deberemos incumplir la norma y seguir jugándonosla en espacios más alejados de casa. Hoy os traigo una receta divertida para hacer unas patatas en el horno. Es una creación, cuentan, de un hotel sueco, pero que yo he adaptado, incluyendo hierbas más comunes a nuestra tierra y en lugar de mantequilla he utilizado un excelente aceite de oliva virgen extra.


Patatas Hasselback
ingredientes:
  • patatas
  • bacon
  • aceite
  • tomillo
  • orégano
  • romero
  • cayena
  • ajo
  • pimienta
  • sal
elaboración:
Lavamos bien las patatas, pues las vamos a hacer con su piel, y a continuación vamos a realizar unos cortes (como se ve en la imagen) cada tres o cuatro milímetros y paralelos, de modo que resulten en abanico. Realizar los cortes a las patatas es fácil. Nos ayudaremos de una brocheta para pinchitos, de esas de madera baratas, o de un par de palillos con los que os coméis el arroz tres delicias. Se hará un corte a la patata para que asiente bien y a ambos lados se colocan los palillos. Ya está, vamos realizando los cortes más o menos paralelos y no llegamos al final porque los palillos están haciendo de tope. Ahora cada cual le pondrá a las patatas lo que se le antoje, pero parece ser que en la receta original se colocaban en las rajas unas lonchas finas de bacon, y luego os voy a hacer una propuesta que se aleja del original porque no lleva mantequilla, pero claro, es que los suecos no sabían lo que es el aceite de oliva. De modo que nosotros vamos a meter en el vaso de la batidora un diente de ajo, tomillo, romero, orégano, una cayena o dos (a gusto de cada cual, como si le queréis poner veinte), pimienta, sal y aceite. Lo trituramos y lo echamos por encima de las patatas, pues al tener el corte abierto porque hemos metido un poco de bacon, pues entrará perfectamente y hará que las patatas al final se inunden de sabor. En fin, cada cual puede hacerlas como quiera, cambiando ingredientes. El miedo es lilbre. Recuerdo haberlas hecho con jamón del bueno y estaban también estupendas. Pues bien, las ponemos en un cacharro apto para horno, y con una temperatura moderada, 160ºC por ejemplo, las tenemos como tres cuartos de hora. En todo caso vamos viendo, pero la cosa es que se queden tiernas. Una vez en la mesa, las regamos con el aceite que habrá quedado en el fondo.

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