miércoles, 26 de marzo de 2008

Acompañamiento futboleros

Vino blanco del año, del Condado por supuesto. Si uno es mínimamente exigente, el mejor: Mioro Gran Selección, un vino elaborado con la uva autóctona, la zalema, con un 12% de moscatel de Alejandría. El resultado, un vino de coloristas aromas afrutados pero también con unos persistentes juegos florales en nariz. En la boca presenta un paso suave, glicérico, muy agradable y, sobre todo, como dice mi querido Antonio Zapata en la reseña que hace en la Actualidad de Andalucía, en su sección "A mesa y mantel", goloso y apetecible. Un blanco que se sale de la norma, de los conocidos sabores afrutados que dominan en el Condado, y adquiere ciertas complejidades. Y al lado de este magnífico blanco, no puede faltar en esta época del año, lo que estoy haciendo mientras espero que pongan el partido España - Italia en la 1, unas
Habas enzapatás.- Se buscará poleo fresco, que si no viven en Huelva, es complicado, pues deberán ir a la herboristería poco más o menos para conseguirla, o a lo mejor lo encuentra en el mercado de su localidad, quién sabe. Pues bien, si disponemos del poleo fresco, y además de otro manojito, algo menor de hierbabuena, ya podemos ponernos manos a la obra, que bien fácil que es. Se pondrá en el fondo de la olla el poleo fresco y la hierbabuena, echando a continuación los granos de un par de kilos de habas grandes, de las que están bien granadas, que también puede ser complicado encontrarlas si están fuera de Huelva, ya que se suelen vender solamente las pequeñas, las que se cocinan incluso con la piel, pero no, estas que se necesitan deben estar ya granadas y tener un grano importante. Ya sólo falta cubrir de agua y añadir sal, mucha sal, y cuando crea que ya ha puesto demasiada sal, pues entoces pone un poco más y ya está. Se dejan hervir hasta que la piel de las habas se arrugue, pero deben quedar enteras, pues se comen, frías o calientes, desprendiéndoles la piel y comiendo sólo lo de dentro. En Huelva, tanto en las tabernas como en cualquier lugar donde haya dos o tres viendo un partido de fútbol, son imprescindibles, todo un plato nacional que tiene correspondencia en un manuscrito encontrado en la Alpujarra y del que me dio noticia, precisamente, don Antonio Zapata. Es de un musulmán del siglo XI llamado Al Arbuli, y aconseja acompañar el cocimiento de las habas de poleo para evitar la pesadez en la digestión. Así que ya saben, habas enzapatás ligeritas y saludables, pero sobre todo deliciosas y entretenidas. Por último, un detalle, en algunos lugares de Francia acompañan a los pescados con unas habitas, pero pequeñas, cocinadas con un poco de menta fresca. Algo parecido, pero más fino que nuestras maravillosas habas enzapatás. Salud y que gane el mejor: España y el Recre, por supuesto.

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