miércoles, 19 de marzo de 2014

Sin gurumelos

Sin gurumelos también se puede vivir. Obviamente es más dura la vida, pero qué se le va a hacer, el tiempo no ha acompañado y los pocos que salen están a unos precios en proporción inversamente proporcional a su escasez, como nos decían en el colegio. En fin, vamos a desquitarnos de semejante pena:
Secreto ibérico en salsa de setas
-Es muy fácil, demasiado fácil y de un sabor prodigioso. Dos dientes de ajo, tres champiñones cultivados y un poco de perejil. Ea, ya está.
-Ya está, ¡cómo que ya está!
-Que sí hijo, que ya está.
-Po tú dirás...
-Po te digo. Cortas tres o cuatro trozos de secreto ibérico y lo pones en una cazuela con una lámina de aceite de oliva.
-¡Ea, ya está este con lo de la láminita de aceite de oliva!
-Po sí, una lámina, es que no hace falta más, no ves que el secreto tiene tela de grasa, cojones.
-Bueno, vale. Sigue, sigue, no pares...
-Venga, seguimos. El fuego al mínimo de todos los mínimos y verás como en diez minutos el secreto ha contribuido a que esa lámina mínima de aceite de oliva no sea ya tan mínima. Sacas los trozos de secreto y los dejas que se vayan enfriando porque luego los tendrás que trocear.
-Po no decías que los habías troceado ya.
-No, cojones, los había cortado en tres o cuatro trozos.
-Ah.
-Aaah, cóño(1), que no te enteras, joiotonto(2), tú echa cuenta y cállate. Bueno, sigo: En la inmensidad sápida de la grasa que queda en la cazuela, se echa todo lo anterior bien picadito y se sube el fuego. A continuación se echa un vasito de vino blanco del Condao (o tinto si sois de regiones más para septentrión, sal, pimienta y un poquito de tomillo, pero casi ná...
-Ahora el fuego se sube...
-Sí, cóño, se sube, y o te callas o no sigo.
-Vale, vale, tronco, que tampoco es para ponerse así.
-Es que se me va la olla y luego se me olvidan las cosas.
-Vale, quillo. Perdona.
-Cuando ves que las setas están tiernas...
-Los champiñones querrás decir.
-Sí, los champiñones. Es que los champiñones también son setas.
-Ya, pero dónde se pongan los gurumelos.
-¿Tú tienes treinta trompos para comprar gurumelos?
-No.
-Po entonces te callas de una puñetera vez que me viacagá en la leche que t'han dao.
-Ojú.
-Ni ojú ni ojá. Se trinca todo este refrito y se mete en la minipimer.
-¡Hala!, en la batidora...
-Po jí(3), en la batidora eléctrica marca Acme, ¿pasa algo?
-No, no pasa ná.
-Ea, pues lo que trituramos en la minipimer lo echamos de nuevo en la cazuela, añadimos la carne, ponemos más agua, hasta que cubra la carne ahora troceada, y a cocer hasta que reduzca la salsa.
-¿Ya está?
-Aaaro(4). Se sirve calentito y con un poco de puré de patata al laíto(5) o si se prefiere patatas fritas, pero con el puré está mucho mejor y además le puedes llamar como en el anuncio ese de la televisión: secreto de ibérico napado con salsa de setas y emulsión de tubérculos al aceite de oliva. Porque dicho sea de paso, yo al puré de patatas le pongo un poco de aceite de oliva, que cóño mantequilla ni mantequilla. La mantequilla para los europeos que no tienen olivos las pobres criaturitas, pero aquí, aceite de oliva. Con dos cojones.
-Tronco, ¿abro otra botella?
-No sé a qué estás esperando, miarma.


(1) El cóño exclamativo lleva tilde para diferenciarlo del otro coño, el aparato genital femenino (DBR)
(2) Dícese de quien es memo porque ha nacío así, medio tonto. En realidad debería nombrarse tontogénito, pero en estos sures se prefiere la forma joiotonto, es decir, que se concibió ya con sobradas probabilidades de salir con alguna deficiencia mental severa.
(3) Jí es sí, afirmación. Se pronuncia así cuando estás de coña o te estás riendo.
(4) Claro, pero en tono burlón.
(5) Ladito, diminutivo de lado.

2 comentarios:

Manolo franchute dijo...

Querido Bernardo:
Menos mal que la RAE ha puesto la tilde para que podamos aclararnos pues no es lo mismo decir "Ayer comí cóño" que "Ayer comí coño".
Quede claro que la culpable de que hablemos de estas cosas es la RAE y sus normas ortográficas. Besitos.

Bernardo Romero dijo...

Bueno, con una coma también se arregla el entuerto, pero la tilde es evidente que lo aclara todo mucho mejor.