Cuando no estás solo en la cocina, se nota. Al final, ya en la mesa, me lo dijo mi niño el grande: hemos tardao lo mismo que cuando se mete una pizza congelá en el horno. Esa es la clave. Veamos como hice este plato que dicho sea de paso estaba la mar de rico.
Sopa de almejas y longuerones.- Mientras uno ponía un cacharro al fuego, tapado y con una mijita de agua en el fondo, el otro iba cortando verduras: un trozo de pimiento rojo, otro de pimiento verde, un trozo de cebolla, un diente de ajo y un trozo de zanahoria. Se pusieron a pochar todas las verduras a fuego medio, vigilando mientras se abrían unas cuantas almejas y cuatro longuerones (o navajas) en la olla con la mijita de agua y tapada. Pochadas las verduras y mientras uno revisaba que no hubiera tierra en la mitad de las almejas y quitaba el animalito de la otra mitad de las almejas, así como desprendía los longuerones de su afilada y larga concha, el otro metía toda la verdura en la minipimer con medio vaso de vino blanco, el caldo colado de haber abierto almejas y longuerones, un poco de pimentón y una pizca de cayena molida. Todo bien triturado de nuevo al fuego junto a una cucharada sopera y media de tomate triturado, añadimos entonces la hoja de laurel y echamos los fideos, a los que se da unas vueltas para echar un vaso de agua caliente, las almejas abiertas con sus conchas y los cuerpecitos salerosos de las otras almejas y los longuerones, sal, pimienta y se acabó. Mientras da un hervor la sopa se pone la mesa. Pan, fruta, vino, media lechuga con vinagre y poca sal, y para qué más. Un primer plato consistente, calentito y rico de verdad en quince minutos. El que no come bien es porque no quiere o, lo peor de todo, porque no sabe.
2 comentarios:
Querido Bernardo:
El plato hondo con motivos alegóricos marinos en tonos azules son un complemento magistral a esta sopa tan marinera.
P.D.-¿Este comentario tan repipi será porque hemos visitado el museo?
Tengo que ir al Paco Moreno para embadurnarme de aceite refrito.
La sopa es marinera tela. Lo del museo, genial. Y ahora un chiste tronco: el tío que dice "me ha dao el médico dos meses de vida" y le dice el otro, "y tú qué le has dicho". -"Coño, que si me podía dar julio y agosto"
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