viernes, 4 de febrero de 2011

Bueno, bonito y barato

Pollitos en salsa con miel y naranjas.- Un par de pollitos de esos pequeñajos, una naranja, un vaso de caldo de pollo y poco más. Un plato de lujo para una comida íntima y frugal. Ensalada de tomates y mozarella con orégano y estos pollitos en clave jarambinga. De postre, fresas de Huelva. Sin nata, no hacía falta, eran espectaculares.
Los pollitos los pasé por una sartén de fondo grueso hasta dorarlos. En el aceite que quedó puse una cebolleta fresca picadita, espere a que estuviera transparente y le añadí jengibre seco rallado, más unas hebras de azafrán majadas (una cajita de esas de plástico transparente enterita, bueno, el plástico no) aprovechando que no es tan caro como lo pintan, sobre todo desde que se importa prácticamente todo el azafrán que se consume en España. Sería bastante raro que llegase a vuestras cazuelas algo del poco azafrán que se produce en España, sobre todo en La Mancha (el mejor del mundo) y que sólo es el 0'8% del total del azafrán que se consume en España. También le puse una rama de canela, un par de hojas de laurel (eran pequeñas), sal y pimienta. Di unas vueltas con el cucharón de madera y añadí un vaso grande de caldo de pollo (vale el del puchero, por ejemplo). Otra vez los pollitos a la cazuela (lo hago en tayine o tayín), un par de cucharadas de miel (o al gusto de cada cual, como es natural) y a cocer hasta que los pollitos estén hechos, lo cual no debe ser demasiado tiempo, como media hora o tres cuartos a lo sumo. A sacar de nuevo los pollitos (guardarlos al calor, en el horno moderado por ejemplo) y a cocer, a cocer hasta reducir la salsa. A media cocción le metí la minipimer porque aquí a la parienta no le gusta encontrarse con ningún trozo de verdura (cebolla) en la salsa. En fin. En este momento, ya casi reducida la salsa, le meto una naranja pelada y cortada en ruedas. Dejo que de un hervor más y se acabó.
Se presenta como se ve en la fotografía. El pollito napado con la salsa y con las ruedas de naranja a los lados. Se les pican unas almendritas tostadas por encima y ahí está el tío, más güeno que el pan. Chatachán.

3 comentarios:

X dijo...

Ay pirata, que te has dejao la miel.

Bernardo Romero dijo...

Anda coño, pues es verdad. Ahora mismito lo arreglo. Thanks scotipipen

Bernardo Romero dijo...

Ea, ya está. La miel se pone ya casi al final, por encima de los pollitos, se les da la vuelta y se echa más miel. Demasiada empalaga, y poca es como si no pusieras ná. Así que un par de cucharadas soperas para esta cantidad va que ni pintiparado. Un abrazo.
Post scriptum: Me largo a tu nave espacial, a ver cómo va la cosa por esos mundos de Dios, no, porque ya Hawkins ha dejado dicho que no es menester dios alguno para entender este lío. Además, si hubiese un dios protector no habría tanto cabrón suelto por el mundo. Otro abrazo