Salmorejo de remolacha.- Coged tres o cuatro remolachas de esas que venden ya cocidas y empaquetadas al vacío. Troceadlas algo y metedlas en el vaso de la turmix o de la batidora eléctrica que cada cual tenga en casa, y le añadís un diente de ajo pelao, un poco de migajón de pan mojao en agua, un chorreón de aceite más que generoso, su poquita de vinagre, sal y un punto de pimienta. Se bate todo hasta obtener una crema espesa y a partir de ahí, cada cual podrá añadir agua para darle la textura que prefiera. Ya eso es cosa de cada quisque, pero a mis mendas lerendas le gusta más bien espesito; vamos, como los salmorejos normales y corrientes. En la Fonda lo ponen con un brote de lechuga y unas lascas de parmesano, pero a mí me pareció mejor y así lo puse el otro día, con cebolleta fresca cortada fina y culantro (hojas verdes de cilantro) por encima. Tal como veis en el afotillo, que esta vez no ha salido mal del todo la jodida.
sábado, 26 de febrero de 2011
Salmorejos moernos
Salmorejo de remolacha.- Coged tres o cuatro remolachas de esas que venden ya cocidas y empaquetadas al vacío. Troceadlas algo y metedlas en el vaso de la turmix o de la batidora eléctrica que cada cual tenga en casa, y le añadís un diente de ajo pelao, un poco de migajón de pan mojao en agua, un chorreón de aceite más que generoso, su poquita de vinagre, sal y un punto de pimienta. Se bate todo hasta obtener una crema espesa y a partir de ahí, cada cual podrá añadir agua para darle la textura que prefiera. Ya eso es cosa de cada quisque, pero a mis mendas lerendas le gusta más bien espesito; vamos, como los salmorejos normales y corrientes. En la Fonda lo ponen con un brote de lechuga y unas lascas de parmesano, pero a mí me pareció mejor y así lo puse el otro día, con cebolleta fresca cortada fina y culantro (hojas verdes de cilantro) por encima. Tal como veis en el afotillo, que esta vez no ha salido mal del todo la jodida.
lunes, 21 de febrero de 2011
Gurumelos, comienzo de temporada
Potaje de vigilia con gurumelos.- Puesto bacalao (del barato que venden desmigado) en remojo, bien enjuagado previamente, se le cambia el agua a las seis horas y se añaden los garbanzos. Así hasta el día siguiente, doce horas después, en que procedemos a poner garbanzos y bacalao, con un par de hojas de laurel y una cabeza de ajos cortada a la mitad por el ecuador, no por el meridiano de Greenwich, se tendrán una media hora en la olla a presión.
En una sartén amplia se refríe cebolla, pimiento, medio tomate maduro, sin piel ni semillas, y cuando la cebolla empieza a ponerse transparente, se añaden cuatro o cinco hojas de acelgas (o espinacas, según lo que cada cual tenga en el huerto o en el frigorífico, cortadas finas y bien enjuagadas. Se dan vueltas hasta que las acelgas pierden su bonito color verderón y se espera entonces a que venga Pepe Martín con medio kilito de gurumelos (Amanita ponderosa). Se pelan bien y se cortan en láminas, procediendo a darles dos vueltas en la sartén con el resto del refrito. Se abre la olla, se añade el refrito y se deja cocer todo junto, con la olla destapada, hasta que los garbanzos estén en su punto. Se acabó.
sábado, 19 de febrero de 2011
Un descubrimiento
Es obvio que no voy a descubrirles nada nuevo a los onubenses si les cuento que Dioni (1) es una confitería que está en otra dimensión. Hay muchas y buenas confiterías en la provincia de Huelva, pero está aparece en un nivel de calidad y perfección, que sólo muy excepcionalmente se puede encontrar no ya aquí, sino en cualquier otro lugar.
Cuatro generaciones de pasteleros y el actual rector de esta cadena local de pastelerías, formado en Suiza, no sólo pastelero por tradición, sino por pasión, que es más importante aún si cabe. Tampoco haría falta contarles a ustedes que ha habido en Huelva nombres importantes en el sector (La Popular, Jorba, Ruíz, El Villar y otros muchos que en los últimos tiempos se han incorporado a nuestro más dulce paisaje), pero a pesar de que a alguna le hemos cantado (Qué viva el Litri, / La Popular, / los bollos de leche / y las ensaimás) y a otras las hayamos elevado a los altares o mitificado (la crema pastelera de Jorba), esta que hoy nos ocupa está, simplemente, en otra dimensión. Y no sólo de cremas pasteleras vive este obrador prodigioso, también de unos hojaldres inconmensurables o unos chocolates excelsos (belgas), gracias a lo cual en Dioni hacen unas palmeras de trufa que habrá que reconocer como puras obras de arte.
Un hojaldre etéreo, finísimo y de un crocante celestial, mojados en una trufa elaborada a partir de esos chocolates que todos buscan en el obrador de la calle Palacio, en el que abierto recientemente más por bajo, o en el que empezó a sorprendernos este enorme pastelero, en el de la Isla Chica.
Así que hoy, mientras preparo un potaje de garbanzos con bacalao (lo tengo a fuego lento, lentísimo desde las ocho y media de la mañana) del que ya les daré cuenta, quería advertirles de que cuando vayan a Dioni y vean palmeras expuestas en sus mostradores o estantes, pregunten si son las de trufa. En caso afirmativo, no lo duden, cómprenlas. Sí, ya sé que meterse en Dioni es marearse de tanta maravilla como hay por allí, pero háganme caso y compren unas palmeritas de trufa. Impresionantes. Os lo digo yo, que acabo de desayunarme la última que quedaba de media docena que compramos ayer. Impresionantes.
(1) Para quienes no son de Huelva, bastará decirles que cuando vean el monumento a Colón de la plaza de las Monjas, centro neurálgico de la ciudad, sigan la dirección que señala el almirante, tomen esa pequeña calle y la primera transversal cojen a la izquierda. A mano derecha después de andar sólo unos metros, se encontrarán una de las tres pastelerías Dioni de Huelva.
martes, 15 de febrero de 2011
Los brownies del americano
Brownies de chocolate.- Se toman cien gramos de azúcar normal y corriente y se baten con cuatro huevos hasta obtener una crema. A esta mezcla le añadimos cien gramos de harina y se vuelve a batir todo hasta obtener una crema homogénea. Por otro lado, o lao, se derriten en el microondas (con una mijita de agua, casi nada) cientoveinticinco (premio) gramos de chocolate fondant y se mezclan con otros cientoveinticinco (premio otra vez) gramos de mantequilla. Esta nueva mezcla se incorpora a la anterior y entonces se añade un puñao de nueces peladas, como diez o doce nueces más o menos, creo recordar que le puse yo. Ea, pues ya está. Al molde o moldes mejor dicho y al horno, a 190ºC hasta que veáis que están hechos los brownies con la historia de siempre, la aguja de hacer punto que se mete y si sale limpia tal y tal. Yo, simplemente, cuando huelen es que ya están hechos y a tomar por culo (perdón).
Salsa de chocolate.- Se derrite chocolate fondant con un poco de agua y cuando está derretío se le añade una cucharada de miel más azúcar a gusto de cada cual. Se incorpora todo meneando con las varillas y a fuego moderado. Se sirve caliente por encima o abajo del brownie, pero también se puede hacer antes y calentarla en el microondas a la hora de utilizarla.
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