domingo, 26 de julio de 2015

No apto para tiquismiquis

O gusta o no gusta. No hay medias tintas. La sangre, ya sea de pollo o más raramente de cerdo, es un plato tradicional y tabernario muy común en Sevilla y Huelva. Mientras en la capital hispalense suele presentarse encebollada, en la vieja Onuba Aestuaria se suele ofrecer, o se ofrecía más bien, en las tabernas con tomate. El guiso que aquí presento es realmente extraordinario, pero en fin, cada cual es cada cual.
Sangre con tomate.- Refreímos media cebolla, dos dientes de ajo, una zanahoria y un pimiento de los de freír. Cuando la cebolla esté simplemente transparente, se añade la sangre cortada en cubos de un bocado. Removemos y añadimos perejil, sal, pimienta y un pellizco de cominos molidos. Otras dos vueltas con el cucharón de maera, con cuidadito para no romper los trozos de carne, y tomate triturado que apenas cubra la sangre. Dejar hacer a fuego lento con la cacerola a medio tapar. Cuando la salsa de tomate esté ligada y con la textura apetecible por cada cual, se sirve con patatas fritas, que es lo más habitual o con lo que vuestra santa imaginación demande o le apetezca a vuestro corpore sano in mente sana. Condieu.

2 comentarios:

El Pincho Moruno dijo...

Aunque hoy día es mas raro, no hace mucho la sangre con tomate o encebolla eran parte fundamental de las letanías taperas que cantaban los camareros a pie de barra con su blanco mandil y tiza en la oreja para resolver complejas y largas ecuaciones contables. Junto a los riñones al Jerez, el menudillo de pollo, el hígado encebollao y el menudo de en frente al antiguo Matadero de Sevilla componían una siniestra lista de tapas perfecta para satisfacer a los sentidos y deleitar el alma de los parroquianos.
Abrazos maestro.-

Bernardo Romero dijo...

Ya te digo. Yo de vísceras, todas. No sólo porque son más ricas en un sentido estrictamente nutricional, que el mero músculo, sino porque también son más ricas de sabor, gozan de texturas diversas y son, en fin, manjares más delicados. Desde luego en los documentales que ponen a la hora de la siesta, el león lo primero que hace es tirarse a los menudillos. Luego el resto de la tropa ya se conforma con chupar huesos y mascar músculos, pero el león, lo que yo te diga, se va tirao a por los menudillos.