viernes, 6 de marzo de 2015

Para aquellos a quienes les gusten las vísceras

Hay quien las rechaza, pero también quienes las adoran, o adoramos, que servidor se incluye. Este plato tradicional, que lo vamos a hacer según receta antiquísima y con ayuda de una maja y un almirez, se puede hacer con el hígado, con los corazones, con el pulmón o bofe, o con lo que a cada cual le plazca. A mí, desde luego, me gustan todos, por ello voy a la plaza y pido asadura negra y asadura blanca, quiere decirse hígado y pulmón, pero ya les digo que cada cual que elija la que prefiera o las que más le gusten.
Adobao
Se ponen en la sartén con un poco de aceite tres o cuatro dientes de ajo partidos a la mitad y una rebanada de pan. Cuando el pan está frito por ambas caras, se pasa al mortero o almirez, a continuación el ajo antes de que se dore y para acompañar la molienda, sal que actúe de mordiente, unos granos de pimienta negra, un clavo de olor, unas ramitas de culantro o perejil y unos cominos, todo a gusto de cada cual. Bien, en la misma sartén se echa cebolla picadita y que se vaya sofriendo mientras hacemos el majado. Cuando la cebolla esté transparente se echan las asaduras troceadas y se dan dos vueltas y media, a continuación el majado bien majado, como tiene que ser. Se cubren las asaduras de vino blanco y se dejan a fuego medio hasta que las asaduras quedan en una salsa espesita. Ea, po ya está, yo me las acabo de comer estas que veis ahí arriba para cenar y estaban de bute, pero si os fijáis en lugar de asaduras de cordero, lo que he utilizado es hígado y corazones de pollo. Ah, ya lo avisé, cada cual con lo que quiera, pero lo cierto y verdad es que con el pulmón y el hígado del cordero es como están mejor.

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