viernes, 13 de marzo de 2015

Sabores atrevidos

El pollo es ideal para hacerle perrerías. Su escaso sabor, cuando son baratos como este que he utilizado hoy, no sólo permite, sino que incita a inventarse uno historias con las que conseguir un plato como este, que os puedo asegurar que es formidable.
Pollo en salsa de pasas, dátiles, miel y tomate
Primero troceamos el pollo y lo doramos en una lámina de aceite de oliva. Cuando presente un hermoso color, le añadimos caldo de carne (de pollo o del cocido, del que tengáis), sal, pimienta y canela en rama que partiremos con los dedos. Una vueltecita al pollo y añadimos tomate triturado, no demasiado, simplemente para que se quede una salsa que después ligaremos con otra, como veréis a continuación. Apartar los trozos de pollo en un lugar caliente (en el horno a sesenta grados por ejemplo) y la salsa que queda la dejamos que reduzca mientras hacemos otra salsa que paso a explicar.
En un cacharro aparte mezclamos miel y agua y la ponemos a hervir, le añadimos jengibre fresco rallado (si no tenéis fresco, pues seco, pero saldrá distinto) y cuando empiece a reducir le añadimos ciruelas pasas o uvas pasas y dátiles deshuesados. Se les da unas vueltas con la cuchara de madera y se le añade el jugo de la cocción del pollo que también teníamos reduciendo. Se le da un hervor a todo junto y enseguida estará terminada una salsa brillante, muy bonita de color y extraordinaria de sabor.
Se colocan los trozos de pollo en el plato y se le echa la salsa caliente por encima. En la foto que veis falta un último paso, le puse, ya en la mesa, un poco de ajonjolí o sésamo por encima y quedó tela de bonito.

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