miércoles, 14 de mayo de 2014

Tomate rosao

Si queréis hacer un salmorejo o un gazpacho espectacular, contad con este tipo de tomate propio de la Sierra de Huelva y de muchas zonas del Andévalo. El tomate rosao es una auténtica delicia, además de que cómo podréis apreciar en la imagen, tiene pocas cavidades para las semillas, luego más carne. Del sabor ya ni os cuento, de modo que os vais a la plaza y los buscáis porque en algunos puestos los tienen. Este que veis ahí arriba cayó en una ensalada normal y corriente para acompañar a unos pescaítos fritos, pero son ideales para lo que antes os decía, sobre todo si tenéis en cuenta que ni en el salmorejo ni en el gazpacho es menester utilizar pan (si tenéis que ir a segar de sol a sol, entonces sí), que a la gente normal le engorda, termina oxidando el conjunto y luego se repite. ¿Que el salmorejo no espesa? po ya está: utilizad tomates rosaos y ganaréis en sabor y en textura. Para el gazpacho, igual. De nada, a mandar.

2 comentarios:

El Pincho Moruno dijo...

.......Tiene luz propia, majestad benigna. Debemos por desgracia asesinarlo: se hunde el cuchillo en su pulpa viviente, es una roja víscera, un sol fresco.......

.......se casa alegremente con la clara cebolla y para celebrarlo se deja caer aceite, hijo esencial del olivo, sobre sus hemisferios entreabiertos, agrega la pimienta
su fragancia, la sal su magnetismo.......

.......sin hueso, sin coraza, sin escamas ni espinas, nos entrega
el regalo de su color fogoso y la totalidad de su frescura.***

***Partes de la "Oda al Tomate" de Pablo Neruda.

Un abrazo.


Bernardo Romero dijo...

Illoooooo, qué máquina eres. Un abrazo.