sábado, 10 de mayo de 2008

Mariano Peña, ensaladas y novedades

Qué bueno es Juan Labrador, que nos lleva de excursión. Eso le gritábamos enfervorizados y muertos de la risa cuando el popular ex director del Festival de Cine Inédito de Islantilla (q.e.p.d., el festival de cine, no el ex director, que sigue vivito y coleando) nos llevaba a Doñana, a Ríotinto, a la Sierra o a subir el Guadalquivir en un viejo trasbordador, con parada en Vilareal de Santo António para las mercadurías habituales, ya saben: toallas, vajillas, cuberterías y algún albornoz. Eran los tiempos de José Luís Ruíz en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva y Juanla se ocupaba allí, como todos, de los más variados menesteres, desde hacerse cargo de las secciones de cine infantil o juvenil hasta alcanzar la gratificante labor de relaciones públicas, que les puedo asegurar que es la mejor labor en un festival.
En Islantilla, Juan Labrador hizo un certamen a su medida, en el que conjugaba sabiamente un poco de cine y un mucho de fiesta y pasárselo bien, la única manera de conseguir que los actores, los productores o los realizadores se pasaran por la playa onubense y conseguir, en consecuencia y que es de lo que se trata, que el Festival y el nombre de Islantilla se pasearan por cadenas de televisión o por las páginas de las revistas y diarios especializados o generalistas. Ahora, Juan Labrador anda dedicado a la producción cinematográfica, y ha dejado por fin de echar de menos su festival islantillero.
El otro día estuvimos en su casa a la hora de comer. Por allí estaban unos pocos y aquí servidor se encajó con unos pocos más, y de una comida a la que íbamos a asistir pues tres o cuatro criaturas humanas, se pasó a una fiesta con quince o veinte comensales más o menos. Un disparate, pero Juan tiene recursos.
Recursos y un huerto. Con cebollas frescas, con un sembrado de habas, nísperos que ya empiezan a endulzar, naranjas todo el año porque tiene de varios tipos, entre ellos uno de naranjas de sangre y dos o tres de naranjas del país, de esas que tienen muchos huesos y un sabor a naranja, naranja, lejos de los gustos que hoy uniforman los productos hortofrutícolas, que confluyen, en el caso de la fruta, en lo dulce sin más. Pues bien, de este modo, con ese hermosísimo huerto asomado al río Tinto y en el que manan cuatro caños que llaman las Aguas de la Salud, siempre se puede improvisar. Juan Labrador enzapató habas, hizo un picadillo de culantro con tomates que su familia envasa allí en el huerto y en temporada, y se completó el festín con un atún que Jesús el marido de Elisa hizo como lo saben hacer en la Isla Cristina de la que son naturales y felices residentes; también con unas costillas que asamos en carbón de encina y con toda suerte de embutidos y quesos que el asaltado Juan sacó de una pequeña pero extraordinariamente surtida e inagotable despensa de su casa de labor. Ah, y las habas aliñás de la madre de Mariano Peña, el célebre Mauricio de la serie Aída, que también apareció por allí.
Resulta que de las diecinueve maneras de enzapatar las habas que tengo recogidas en la provincia de Huelva y que el otro día completaba con la inestimable ayuda del profesor don Carlos Gutiérrez Allende-Valledor, el Guti para los amigos, hay que añadir ahora esta vigésima manera de enzapatar habas que tienen en Manzanilla, la tierra del actor. Y así nos contó que su madre hace las
Habas enzapatás y aliñás.- Para empezar no utiliza poleo al cocer los granos granados de las habas, lo cual es una auténtica novedad, mucho más importante que aquella de que Carmen Machi no tendrá la presencia que en la actualidad tiene en su serie Aída, debido a que va a estar rodando con Almodóvar. Ella, la madre de Mariano, cuece las habas sólo con sal, pero no demasiada, y le pone hierbabuena y ajos tiernos. Luego las deja enfríar para aliñarlas con aceite, vinagre y sal, culminando la obra de arte con cebolleta fresca y perejil, todo muy picadito por encima. Ya lo ven, una manera curiosa de enzapatar habas y con un resultado, les puedo asegurar, que extraordinario.

publicado en El Mundo - Huelva Noticias, el 10 de mayo de 2008

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