viernes, 7 de agosto de 2015

Jibiones de anzuelo (calamares)

A cinco millas de la costa cantábrica, con sedal y un engaño que por aquí le llaman pez jibionera, se consiguen estos calamares de extraordinaria calidad. Si el pescador es un artista como mi tio sobrino primo el Valen, claro está.
En el mercado también se pueden conseguir, de modo que aquí lleváis una receta de jibiones o
Calamares en su tinta.- Un par de cebollas y un par de dientes de ajo o tres. La cebolla muy picadita y el ajo también. Se pochan a fuego lento, le añadimos un par de hojas de laurel y, mientras se pochan ajos y cebolla, vamos limpiando ocho o diez calamares de buen tamaño. La tinta (1) de todos ellos se va reservando en un pequeño bol y cuando la tengamos toda la rompemos y le añadimos agua caliente. La dejamos a un lado y continuamos, pues el guiso es bien fácil y ya casi está.
Limpios los calamares o jibiones y la cebolla bien pochadita, subimos el fuego, cortamos los calamares y los añadimos. Dos vueltas y sal, pimienta, pimentón y otras dos vueltas. Esperamos a que el guiso haga chup chup, pero en lugar de avecrem le ponemos tomate natural triturado y una cucharadita de azúcar. Anda que no. Ahora medio litro de vino tinto del bueno, agua hasta cubrir el guiso y a esperar que se quede en una salsita espesa y apetecible. Siempre a fuego medio, no tengáis prisa, cojones..
Disfrutamos con los olores que desprende el guiso, nos ponemos un vaso de vino (del que quedó en la botella) y damos gracias al cielo por lo guapos y tremendos que somos, por saber apreciar lo que es un calamar de primera división de los de tercera regional que, con todos los respetos, tienen las grandes superficies de traernos del Ïndico o de dónde coño los traigan, también por tener la suerte de haber nacido en un país tan maravilloso como este y, ya con las lágrimas en los ojos y a punto de entonar el Asturias patria querida, Paquito el chocolatero o el vino que tiene Asunción, nos terminamos la botella para poder ir abriendo otra.
Se sirven con arroz blanco que habremos puesto a hervir con sal y una hojita de laurel. Adornamos con una tira de pimiento del pico y un poquito de perejil recién cortado.

(1) La tinta del calamar no es como la del choco, de modo que toda, y aún así no conseguiremos el negro brillante que logramos con la de los chocos, sino otro color no menos hermoso, como el que se puede apreciar en la imagen superior.

2 comentarios:

El Pincho Moruno dijo...

Estoy leyendo la receta y se me esta haciendo la boca agua porque de esta guisa es como mas me gustan los cefalópodos en general, pero si son calamares pescados con anzuelo o potera tienen un sabor muy especial y es que ademas de no tener arena (no sufren arrastre), se pescan en época de apareamiento y/o desove por lo que su carne tiene una textura y un dulzor muy característico.
Si puedo ahora en septiembre como en años anteriores me doy un voltio por Cabo de Palos para pescar calamares con potera desde la mallorquina de mi cuñao y por "Tutatis" que algunos de ellos serán guisados de la forma y manera que has descrito.
Ya te contare.-

Bernardo Romero dijo...

En efecto, son distintos hasta en la textura, y con un sabor asombroso a mar. Aquí en el norte son muy apreciados y se venden por unidades. Hoy en el mercado de Laredo he visto unos pimientos, en apariencia normales, pero que también los vendían, en este caso, por docenas. Mañana los probaré. Ya te contaré y me contarás lo de los calamares del cabo de Palos.