miércoles, 6 de julio de 2011

Aprovechar los restos

Tenía un poco de crema pastelera que me sobró de un pastel, y también chocolate que hice para una cobertura y también me sobró. Estaban en el frigorífico ocupando sitio, así que me acordé de un postre absolutamente contundente, la zuppa inglese, la sopa inglesa de los italianos, que la llaman así por una manera que tienen los ingleses de aprovechar restos de tarta para hacer eso, un postre. Pues bien, me puse manos a la obra y con una lata de melocotones en almíbar que llevaba tiempo en la despensa, un tarro de mermelada de moras que hizo mi cuñada con moras que cogió del campo, y unas soletillas que me fui a la tienda a comprar, me marqué una maravillosa
Zuppa inglese.- Es fácil a más no poder. Si se tiene crema pastelera y un poco de chocolate de cobertura al que sólo es menester añadirle un poco de agua y volverlo a calentar para obtener una estupenda crema de chocolate, claro está.
Se tomarán las soletillas y se mojarán con algún licor, con el que tengan. Yo, con vino de licor de naranja (extraordinarios los del Condado de Huelva). En el fondo del tazón, o mejor un recipiente de cristal, para que se vean los colores del postre, que quedan muy resultones, se pondrán estos bizcochitos empapados en licor, pero no demasiado, que todavía tienen que aguantar lo suyo. Sobre ellos se pica medio melocotón en almíbar por postre, y encima, crema pastelera que apenas los cubra. Otra vez soletillas empapadas en licor, y encima mermelada de la que tengais por ahí: yo de mora, como queda dicho. Otra vez crema pastelera, otra vez soletillas y encima o por todo lo alto, como prefieran, la crema de chocolate. Al frigorífico para que esté fresquito a la hora del postre. Cuidadito con lo que se hace, que está muy buena, pero es contundente como ella sola. Como es natural, admite todo tipo de variaciones.
Post scriptum.- olvidé hacer la foto antes de y la hice después de.

3 comentarios:

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Perdona Bernardo, pero me apunto a la pata. Anda que la entradita tiene cojones, y yo sin almolzar todavía. He salido de Cádiz casi a las cuatro y, con la calor que hace, no he querido comer para meterme acto seguido en carretera.
Ya sabes: patita pa Rafalito y restitos pa Bernardito.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Maestro, visto el resultado de la zuppa, ¿los 90 días de penitencia se quedaron en el 2009?

Bernardo Romero dijo...

Jo. Empezaré por el final. Creo que no voy a tener más remedio que iniciar otros noventa días de penitencia, o lo que el cuerpo aguante, que no será tanto. Rafael, la pata es simple y andevaleña. Lo de la salsa ranchera salió muy bien, es un contraste excelente y resaltaba el sabor del cordero, además de convertir la pata de cordero de toda la vida en un plato la mar de divertido, lo cual no implica que haya que hacerla ahora siempre así, pero un día es un día. Lo de la zuppa, es una pasada. Ahora estoy en fase de arrepentimiento. Un abrazo a ambos dos.