lunes, 4 de julio de 2011

A vueltas con el culantro



Acabo de leer un comentario en un antiguo libro de cocina mejicano. Dice la autora que el cilantro, o culantro como alli también le llaman, es una hierba que llevaron los conquistadores a Méjico, donde se quedó, con ellos se supone, y es aún muy reverenciada. Continúa afirmando que en España es una hierba desconocida, o desaparecida, pero que en la actualidad se está recuperando su uso gracias a la alta restauración. Bueno, algo de razón puede que tenga.
Efectivamente el culantro es poco o nada utilizado en muchas regiones españolas, pero lo que es en Huelva, continúa siendo una auténtica estrella culinaria, por no hablar de lugares específicos en los que su uso definen una cocina tradicional sabrosa y muy personal, como es el caso del Andévalo, toda la Sierra de Huelva, el Alentejo o el Algarve, estas dos comarcas ya en tierras portuguesas. Como quiera que tenía una pata de cordero metida en el horno, se me ha ocurrido, al hilo de esta lectura, hacer una salsa típica mejicana, la ranchera, que lleva culantro y no se aleja mucho de algunas pipirranas o picadillos que por aquí se hacen, también, con culantro, en la seguridad de que, a los niños al menos, les va a encantar. Os paso las dos recetas, primero una y luego la otra.
Pata al horno andevaleña.- Fácil como ella sola. Se mete la pata, engrasada con aceite de oliva y con su sal y pimienta, en el horno a 190ºC. A la media hora, le damos la vuelta e introducimos en la misma bandeja tres o cuatro hojas de laurel, siete u ocho dientes de ajo partidos a la mitad, y un vaso de vino blanco con el que aprovecharemos para rociar la pata. Al horno otra vez, hasta que veamos que el hueso se separa bien de la carne, señal de que la pata ya estará hecha.
Salsa ranchera.- Media cebolla, dos tomates bien grandes y maduros, sin piel ni pepitas, cuatro pimientas de cayena, o cualquier tipo de guindilla pequeña, abiertas y sin semillas, unas ramas de culantro, orégano, sal, un chorreón de aceite de oliva y el zumo de medio limón. Todo a la picadora eléctrica hasta que se mezcle todo bien, pero sin triturar demasiado, que se note el tomate, la cebolla y toda esta maravillosa mezcla que hacen los mejicanos, donde se fueron muchos españoles que ahora, a nosotros, a aquellos cuyos ancestros se quedaron tan ricamente aquí y no se fueron a conquistar nada, nos llaman conquistadores ¡Tócate los huevos!

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