miércoles, 8 de diciembre de 2010

Retratos y vitamina C

La foto es muy mala, ya lo sé, pero es la mejor de las tres que hice, así que esto es lo que hay.
Ya hay naranjas y a muy buen precio. Son estupendas y nos ayudan a sobrellevar un resfriado con dignidad, así que nada, a comer o a beber naranjas.
Ayer compré unos cuantos kilos en el Mercadona. Con dos se saca un vaso, de los de agua, hasta arriba de zumo, por lo que me acordé del lomo a la naranja, entre otras cosas porque tenía un trozo de lomo en el frigorífico que pensaba hacer de otro modo, pero como estaba con la cosa de las naranjas, pues me hice esta receta que os paso por si os pudiera o pudiese apetecer.
Lomo de cerdo a la naranja.- Salpimenté el lomo por todos lados y lo puse en una cacerola con un poco de manteca de cerdo. Una vez dorado, lo saqué y en lo que quedó eché el blanco de un puerro y media cebolla, todo bien picado. Cuando la cebolla empezaba a ponerse transparente, le añadí un chorreón de vino blanco, seco, y a los dos minutos aparté la cacerola del fuego y le metí la minipimer. De nuevo al fuego la cacerola y ahora el zumo de un par de naranjas. Coloqué de nuevo el lomo en la cacerola y lo puse a fuego mínimo.
Un rato después, no sabría deciros cuanto porque se me atascó el usillo del patio con tanta hoja y tanta mierda como cae del techo con los pajaritos de los oeufs, y me tuve que descalzar y ponerme los pantalones en plan coquinero para sortir al patio y quitar el usillo. Con todo y con eso, el agua se metió en la cocina, pero no llegó el agua al río porque se procedió con cierta premura, pero tendré que cambiar la piletilla porque si no, cualquier día no estoy en casa y como se vuelva a atascar con las hojas y las porquerías, pues se inunda chez moi y entonces me puedo cagar en la excelsa memoria de don Mariano Medina y el barco K.
En fin, suivons. Creo que andaba con la cazuela a fuego mínimo y tapada, para que el lomo se haga a fuego lento y quede tiernecito. En fin, eso lo vais viendo y ya está. Saco el lomo y mientras lo corto subo el fuego de la cacerola para que reduzca la salsa, y también echo unos gajos de naranja pero con la cáscara y todo. Se sirve más o menos como está en la fotografía o como os dé la gana. Qué sí, qué sí, qué ya sé que la fotografía es una jartá de mala, pero nunca me gustó eso de la fotografía. De hecho, cuando era niño, huía de las fotografías, por eso tengo tan pocas fotografías. De grande, suelo hacer igual, y si no, os enseñaré cuando queráis el carné de identidad, que tiene una fotografía de hace un montón de años. La agente de policía que me estaba haciendo el carné, insistía en que la fotografía era muy antigua, pero yo que nada, que era de la semana pasada, que lo que ocurría era que venía del campo, sin arreglar y de estar toda la mañana vareando olivos y que por eso no me parecía mucho. Al final coló. Coló porque servidor es muy pesao, pero que si no, me tengo que hacer otra vez una fotografía en el fotomatón del Damas, como esa que me hice para la matrícula de primero de carrera. Qué tiempos. Estaba vivo el Generalísimo, pero de todos modos, qué tiempos. Desde luego, contra Franco se vivía mejor. O éramos más jóvenes. Que más bien va a ser eso.

3 comentarios:

X dijo...

Y al final diremos eso de "Franco, ¡divino tesoro!". Voy a intentar hacer esta receta con un cachillo de ternera que tengo por ahí.

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Pues la verdad es que vivir contra Franco tenía su puntito.
Ahora le dices gilipollas al que se te viene a la boca y no tienes que correr de la policia ni nada.
Como han cambiado los tiempos.
En fin, que la foto es mu mala pero la carne pinta bien, probaremos el sábado o el domingo.
Un abrazo y espero que el teatro te vaya bien.

Bernardo Romero dijo...

Jo, ya te digo. La carne desde luego salió estupenda. En fin, que estoy aquí y no estoy aquí sino que estoy allá, no más allá, sino allá más liao que la pata un romano. En fin troncos, me alegro veros de nuevo por aquí. Ya pasaré a veros. Un abrazo.