miércoles, 7 de enero de 2009

La cuesta de enero

Ya no hay cuesta que valga. Ahora es todo el camino de una planitud aburrida y desesperante. Todo el año igual, con sus meses triunfales o con sus meses en que el sueldo se te queda a medio mes, o a principios, que de todo hay en la viña del señor, sobre todo cuando el señor es funcionario y tiene un sueldo pongamos que de profesor de instituto. Bajo, pues.
En todo caso, las compañías aseguradoras, las compras a plazo y otras barbaridades del mundo animal, suelen concentrarse en diciembre y principios de enero, meses de compras impulsivas y obligadas por lo demás, luego es fácil colegir que la cuenta corriente se queda limpia como ella sola. Sin remedio. Pero al mal tiempo, buena cara: con pocos euros nos vamos a preparar hoy un pequeño lujo que le gusta a todo el mundo, a los niños y a los viejos, a los señores y a las señoras... tachán, tachán, con todos ustedes... un
Pastel de pescado y marisco.- Fácil como él solo. Tomamos un cuarto kilo de merluza congelada, que está pero que a muy buen precio, una vez descongelada, la ponemos en un cazo con no demasiada agua, prácticamente que la cubra, una hoja de laurel, un chorreón de vino blanco y sal. Mientras que se cuece la pescada, nos hacemos una salsita de tomate (los más vagos que pongan tomate frito de ese de bote, pero no es lo mismo) con media cebollita muy picada, un diente de ajo y medio pimiento, todo esto también muy picado. Cuando la cebolla está transparente, le añadimos tomate triturado, algo así como doscientos gramos, sal, pimienta, un poco de orégano y media cucharadita de azúcar. Refreimos bien todo esto y cuando el tomate espese, lo apartamos del fuego: ya tenemos la salsa de tomate. Reservar.
Esta salsa la mezclamos con el pescado, ya cocido y desmenuzado, limpio por supuesto de piel y espinas. Cogemos cuatro huevos y batimos sus cuatro claras a punto de nieve, y las cuatro yemas con el tenedor o con las varillas y lo añadimos todo a la mezcla anterior, así como cien gramos de nata líquida más o menos. Todo esto lo metemos en el vaso de la minipimer, batiendo se van batiendo, se van batiendo, se van batiendo. Se van batiendo, dos naves poderosas, se van batiendo, dos naves poderosas, se van batiendo. Se van batiendo, una va al abordaje, la otra va huyendo. Quién lo dijera, que dos naves tan poderosas, se destruyeran. Bueno, pues una vez batido todo, ya sólo falta el marisco, que podrán ser por ejemplo cien gramos de gambas blancas, de esas que venden muy baratitas para el arroz. Les quitamos piel y cabezas y ale, a mezclarlas bien con la mezcla anteriormente obtenida y al molde engrasado con mantequilla o aceite y con pan rallado adherido a las paredes engrasadas del molde. El horno lo pondremos a 200ºC e introducimos el molde. A los tres cuartos de hora más o menos, estaría bien introducir una aguja de hacer punto para ver cómo está la cosa. Si sale limpia después de pinchar el pastel, es que ya está listo, así que se apaga el horno, se saca el pastel y se deja enfríar.
Una vez enfriado el pastel, se mete un cuchillo de punta redonda entre las paredes del molde y el pastel, empujando un poco para que no sólo se pueda desprender el pastel en sus paredes laterales, sino lo que es más importante, el fondo, que se suele agarrar y después queda feo el pastel. Cuando vemos que el pastel está absolutamente desprendido del molde, lo volcamos en una bandeja, adornamos mahonesa muy clarita por encima, le ponemos lechuguita picada en juliana por los laterales y terminamos de adornar con unas tiritas mínimas de pimiento morrón en el centro y una aceituna negra o la punta de una ramita de perejil, o las dos cosas, pero que quede muy mono. Y ya está. Bueno, bonito y barato. Para enero y para cualquier mes, por supuesto.

3 comentarios:

Juan Duque Oliva dijo...

Eso está bien, los mariscos para la cuesta.

Que sigo con la dieta.

Bernardo Romero dijo...

Illo, que cien gramos de gambas arroceras no cuestan ni cincuenta céntimos.

El Pincho Moruno dijo...

Hola a tod@s.
Ya estoy por aqui de nuevo aunque con pocas ganas de escribir, posiblemente debido al empacho que llevo de fiestas pero ya mismo comenzaremos.
Saludos