jueves, 29 de enero de 2009

Del puchero al arroz con setas

Hace poco os comentaba qué hacer con el puchero, la de cosas que se puede hacer con este popular cocido blanco que en Huelva se denomina puchero a secas, diferenciándolo del cocido, que es aquél en el que intervienen morcilla, chorizo y verduras como la calabaza o las judías verdes. Pues bien, del puchero cuya receta encontrarás en este mismo blog (creo que lo tengo en otras recetas o algo así), saqué caldo y carne de gallina para hacer un arroz caldoso este mismo día que me ha salido estupendo. Es fácil y sólo es menester tener algunas setas, secas, en conserva, frescas o simplemente unos champiñones cultivados, el resultado es este
Arroz con setas y gallina.- En una poquito de aceite se refríen dos dientes de ajo bien picados y antes de que tomen color se añade media cebolla cortada en aros, una zanahoria picada en ruedecitas y medio pimiento verde o uno entero si es pequeño. Se dan un par de vueltas y se añaden tres o cuatro cucharadas soperas de tomate triturado o rallado. Mientras sofríe todo a fuego lento, ponemos unas setas secas en un poquito de caldo del puchero para que se rehidraten de forma tan suculenta. También cortamos en láminas no demasiado finas un par de champiñones o tres, o incluso cuatro, según dicten nuestras entendederas. Arrimamos las setas hidratadas con el caldo en que estuvieron en remojo y los champiñones cultivados al refrito y subimos el fuego un poco, pero no demasiado. Damos vueltas, añadimos sal, pimienta, azafrán o colorante alimentario, y un poco de perejil picado, así como carne de la gallina con la que hicimos el puchero troceada de forma grosera, es decir, insultándola mientras la desmenuzas, pero no demasiado, lo de desmenuzar digo, lo de insultar a gusto del consumidor, pero les fastidia especialmente que se les diga que son más putas que ellas mismas. Bueno, pues ya casi está. Añadimos un puñado de arroz por comensal y el mismo volumen de caldo del puchero más otro volumen igual de agua. Dejar a fuego medio hasta que el arroz esté en su punto, que no os puedo decir cuanto tiempo es por muchas razones:
a) según el tipo de arroz, que no es igual el bomba que esos de grano largo que dicen que no se pasan y son más insulsos que todas las cosas.
b) según el fuego medio de vuestra cocina como sea, que a lo mejor es más alto que el de la mía o más bajo, vaya usted a saber.
c) según el cacharro en el que esteis haciendo el arroz, sobre todo el fondo, el diámetro y la madre que lo parió.
y d) yo qué sé, yo lo único que sé es que los tiempos pueden darse aproximados, pero nunca exactos, así que lo que tenéis que hacer es ir viendo cómo va el arroz, comprobar que no se queda seco, en cuyo caso habría que añadir algo más de agua o de caldo, y sobre todo, ya que estamos, comprobar cómo está de sal, que a lo mejor está soso y entonces da igual que esté en su punto o que esté duro como un cuerno, porque si está soso a nadie le va a gustar. Un abrazo

2 comentarios:

Juan Duque Oliva dijo...

Vaya, vaya, vaya, sin quiniela ni nada, pero que se nos olvide degustando esta maravilla, que rico.

Bernardo Romero dijo...

Deja, deja, no me lo recuerdes, qué desastre, el mismo sábado ya la teníamos fatal, no hizo falta ni ver qué ocurría el domingo. Mi carrera teatral hundida sin remedio. Un abrazo.