jueves, 14 de febrero de 2008

Andalucía en América

El peso de la presencia andaluza en el continente americano, tuvo especial relevancia en los primeros siglos. Después la cosa va languideciendo, en franca correspondencia con el carácter andaluz, que ya lo dice hasta el himno que nos puso el notario: "andaluces, levantaos..." En fin, que hasta nosotros mismos somos conscientes de que tenemos que levantarnos y hacer algo algún día. Mientras tanto, con votar al nuevo señorito andaluz, a los de la subvención y el discurso facilón, pues ya está. Los números dicen que estamos maś a la cola que nunca, y que vamos a peor, pero estamos muy contentos con estos señoritos que suman al carácter agrio una insuficiencia académica bastante sorprendente en muchos casos, mientras que en los otros, la virgnidad laboral los puede definir y hacer entender lo que por este sur está ocurriendo.
Me piden que prepare algo para una excursión escolar, de alumnos y profesores, más padres de alumnos, a La Rábida con motivo del Día de Andalucía. Se trata de aprovechar la celebración para hacer algo útil de paso, explicando algunos detalles del Descubrimiento de América a los alumnos (y a los demás) sobre el lugar, pisando las losas del cenobio franciscano que fue laboratorio en el que se gestó la empresa de descubierta que acabó incorporando un continente a la Historia de Occidente. A las orillas del mismo río y en el mismo lugar de dónde partieran las naves descubridoras.
Después hay almuerzo de convivencia. Los niños por un lado con sus bocatas y sus latas de refrescos, y padres y profesores por otro, vigilando, claro está, pero algo separaditos y consumiendo el siguiente menú:
Ensalada del otro lado del mar en su tomatito colorao
Milhojas rellenos de pimientos del pico rellenos de carne salteada con chile y piñones
Tortillas lentas de la Inma con las patatas salvadoras del Nuevo Mundo
Arroz de bogavante cultivado en la mar océana
Iremos dando algunas de estas recetas, si os parece, pero no todas juntas. De momento, os daré noticia de la
Ensalada (mejicana) en su tomate.- Se tomarán tomates pequeños, pero no de esos sherry o cereza que son demasiado pequeñitos, sino pequeños, que se puedan comer en dos o tres bocados, pues son para comer en una salida campestre. Se limpian y se les corta la corona en la que está el cabo, para a continuación vaciarlos de pulpa, cortando ésta en trocitos del tamaño de un guisante. Se mezclan con aguacate igualmente cortado en cubitos muy pequeños, pimientos morrones también cortados pequeños y gambas o langostinos picados. Todo esto se aliña con limón, sal y un poco de salsa ketchup picante, o se le añade un poquito de tabasco. Se rellenan los tomates con esto y se pone culantro (cilantro, sus ramitas verdes) por encima, tapándolos, si se quiere con la coronoa que cortamos para vaciarlos.

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