jueves, 14 de agosto de 2014

Sargo, jargo o moxarra

El pescao, ya se sabe, en cada sitio le dan un nombre. El sargo de por aquí, es jargo y más abundante en Cantabria o en el País Vasco, donde le llaman moxarra. Vamos a hacer una receta fácil y resultona con los lomos de este estupendo pescado que muchos piensan es blanco pero es azul. El sargo, como en el chiste del reloj, se ve que tiene días. En fin, sea blanco o, como ahora, sea azul, ahí va este
Sargo al horno. Desescamamos, limpiamos y extraemos los lomos del sargo procurando que no quede ni una espina. Cortamos lonchas de calabacín apropiadas al tamaño de los lomos y colocamos estos sobre aquellas. Espolvoreamos de albahaca y alcaravea (o como usted lo vea, que se pueden cambiar las especias), un poco de sal y pimienta. Freímos unas patatas en cubos y mientras se fríen hacemos una salsa de tomate con su poquito de orégano y tal. Metemos en la salsa de tomate las patatas ya fritas y damos unas vueltas. Se le pone a los calabacines con el lomo de sargo por encima y al horno con el pescado hasta que esté hecho o a nuestro gusto, pero con el horno precalentado a 180 grados, con diez minutos está bien.

2 comentarios:

El Pincho Moruno dijo...

Hace años cuando era aficionado a la pesca, este tipo de peces era muy apreciado y aunque son de la misma especie, nosotros distinguíamos la mojarra del sargo. Las mojarras eran mas pequeñitas y las pescábamos desde el bote a "chambel" (tanza aparejada y liada en un corcho). Los sargos ya era otra cosa; eran buenas y codiciadas piezas cuando hacíamos pesca submarina. Después las mojarras fritas y si el sargo era de buen tamaño.....al horno.
Que pases un buen día amigo.-

Bernardo Romero dijo...

En efecto, son distintas. El sargo (diplodus sargo) es el jargo de los cántabros y la moxarra de los vascos. La mojarra nuestra (diplodus vulgaris) es muy parecida, pero es otro pescao. Cuando yo pescaba y nos poníamos en mitad del río, en el muelle o en cualquier otro sitio, y nos hartábamos de que las mojarras se comieran toda la carná, cambiábamos los anzuelos, los ponìamos más pequeños y nos vengábamos pescando mojarritas, que fritas son un auténtico placer.