lunes, 11 de agosto de 2014

Zapateira, buey de mar, masera...


Le llamemos como le llamemos, están estupendas rellenas, que ya os he pasado la receta alguna vez, pero ahora en ensalada vais a ver cómo está de buena. Sin preámbulos, que tengo prisa, ahí va una
Ensalada de buey de mar.- Nos tomamos la molestia de eocer el buey de mar (se sumerge en el agua fría y con sal, poniendo entonces el fuego a todo trapo, si lo echáis al agua cuando está hirviendo, se le sueltan las pinzas y las patas, provocando que el agua de la cocción penetre a sus anchas en el interior del buey de mar y no quede la carne tan firme). Una vez cocido nos tomamos la molestia de sacar toda la carne con paciencia y unas pinzas, más el saber dónde se hace el corte en cada una de las dos partes en que se divide su interior. Las patas y las pinzas se ponen alrededor del caparazón para adornar, en este caso las pinzas también han caido en el desmenuzamiento del buey, porque sólo tenía uno y somos seis a la mesa. Ea, pues ya está. Se pone un fondo de lechugas y sobre él el buey de mar desmenuzado, algunos encurtidos (pepinillos, cebollitas, zanahoria...) y aceitunas, más unas tiras de pimiento del piquillo o morrón, y maiz, todo por el colorido, que es lo que se busca. A la hora de aliñar hay dos opciones, con limón (creo que es la más razonable) o con vinagre de vino blanco. Sal, pimienta y el mejor aceite de oliva virgen extra que podáis encontrar. Ya está. Me largo, condieu.

3 comentarios:

El Pincho Moruno dijo...

Que te voy a contar que tu no sepas de estas delicias del mar y que me recuerdan mucho a una carne de cangrejo ruso en lata que de cuando en cuando traía mi padre allá por los 60 y que con un poco de mayonesa "Ybarra" era lo mas. La marca de las latas la tengo grabada en mi sesera y era "CHATKA".
Un abrazo.-

Bernardo Romero dijo...

Hombre, claro, yo no es que me acuerde, sino que sigue existiendo, lo que ocurre es que ahora tiene más competencia el cangrejo real ruso, cuya marca casi exclusiva es Chatka y que me imagino que viene de la península de Kanchatka, que es donde se pesca, por toda esa parte de Alaska y el estrecho de Béring. Desde luego está bueno, pero unas patas de cangrejo negro, de ahí de la parte de Mauritania para abajo, a mí que me dejen de tonterías, pero yo prefiero esas patas.
Los cangrejos reales rusos son enormes, como un centollo pero más grande y se saca la carne de las patas para esas conservas Chatka. Los cangrejos negros del cabo Bojador para abajo, también son enormes. Algunos amigos que estuvieron embarcaos para la parte de Angola (Dákar y todo eso) me lo han referido muchas veces, cuando se levantaban las redes y la cubierta se inundaba de esos enormes cangrejos con los que había que tener mucho cuidado porque pueden hacer pupa con las pinzas esas enormes como las que vemos en las marisquerías, pero delante de un cangrejo enorme que se te viene encima. Tiene que acojonar, fijo. Aunque tengo la cartilla de embarque nunca se me ocurrió ir demasiado lejos. Lo más al boquerón e ida y vuelta. Pero tengo cantidad de colegas que me han contado historias de por ahí abajo, desde el contrabando de armas por los ríos que desembocan en el golfo de Guinea, hasta las plácidas jornadas de pesca o el contrabando de lo que fuera. Ya todo prescrito, como podrás comprender porque hace ya muchos, muchos años. En La Vida Fácil, introduzco algo de ese tiempo, pues la acción de la novela transcurre a principios de los ochenta. Un abrazo.

El Pincho Moruno dijo...

Hoy no puedo porque es fiesta, pero mañana mismo me estoy agenciando unas latas de Chatka que el Corte Ingles hay fijo y a mediodía mismamente me estoy dando un homenaje a tu salud.-