sábado, 1 de diciembre de 2012

Esto es lo que hay

Cuando llega el frío a todo el mundo le apetece comer migas. Se hacen reuniones donde uno hace unas migas o se hacen en casa por petición popular. Ese ha sido mi caso, aunque tengo todavía pendientes unas migas que ha prometido hacer Juan María, que es del Cerro, luego lo de las migas lo lleva implícito en el deenei. Estas que veis aquí las he hecho yo, luego son de auténtico aficionado, pero os prometo que he hecho todo lo posible porque sean ligeritas y de fácil digestión.
A todo el mundo les gusta pero luego todo el mundo dice lo mismo.
- Ay, qué ricas... yo un poquito sólo... probarlas solamente. Es que me gustan tanto.
Coño, pues si te gustan cómete tres plataos y no me fastidies con que un poquito, un poquito nada más. Como la del chiste vamos, la puntita nada más... Toda entera y lo que venga detrás además: pimientos fritos, huevos fritos, sardinas enmbarricás... Estas llevan unos torreznos o panceta ahumada y hecha al mismo tiempo que todo lo demás. La elaboración de las migas es simple como ellas solas, como esa razón que llevó a nuestros antepasados a no tirar nada de pan, alimento fundamental en la dieta en el siglo XIX, que no hace falta ir más para atrás, o razón última de que triunfara la Revolución Francesa, por poner un ejemplo de hambruna generalizada que no se resolvió como dicen que dijo la María Antonieta, comiendo pan blanco o brioches, porque no había, no por otra cosa, porque así se habría resuelto el problema. No, todo se resolvió cortándole el gañote a la señorita esta tan fina que venía de la corte austriaca tan propia y tan rococó, y a su querido y todopoderoso marido don Luís, q.e.p.d. los dos. En todo caso, lo de la Revolución Francesa tuvo migas por mucho que los franchutes no conozcan esta manera tan fácil de aprovechar el pan duro o asentado, vamos, el pan de un día para otro. Ellos lo roen como pueden y ya está, pero nosotros aquí en el sur pobretón, para hacer buenas Migas cogemos un puñao de dientes de ajo, les damos un golpe con la hoja plana del cuchillo y ponemos en la perola aceite de oliva virgen extra y se le añaden unos trocitos de panceta o tocino de la papá, o panceta levemente ahumada si sois tan modernos como yo. El pan lo teníamos troceado y con su poca de sal más agua que lo humedezca bien. Cuando el aceite está caliente y antes de que los ajos se empiecen a dorar, se añade el pan y ale, a menear y a trocear, a menear y a trocear hasta que adquiera la consistencia deseada. Según lo vayáis viendo, le ponéis más aceite o un chorrito de agua si las migas lo piden. Ea, a disfrutar y a que todo el mundo se harte de migas. El o la que lo haya pedido, también, ese o esa sobre todo. Qué no se os escape vivo.

2 comentarios:

El Pincho Moruno dijo...

Justo ahora me voy al campo de un amigo y creo que ya estan en marcha unas migas asi que tomo nota de tu receta para aportar algo...si es que me dejan.
Son las 11,43 y donde estoy hacen 2ºC.
Un abrazo y buen Domingo.

El Pincho Moruno dijo...

Estimado Bernardo como de costumbre voy a desaparecer del mapa una temporada como explico en mi ultima entrada de mi Blog este año así que si puedo desde algún lugar y desde algún ciber-café, te daré noticias de como va todo.
Que todo vaya bien este y el próximo año que viene.
Un fortísimo abrazo amigo.