lunes, 26 de julio de 2010

Marear la perdiz


Desde luego, te pones a pensar y acabas alucinao. Tenía yo un trozo de bacalao que no sabía que hacer con él, así que digo, ya está, me lo hago con tomate, como un rocanrol que cantábamos de chavales y que nos lo inventamos mi primo el Picuo y yo: "Bacalao con tomate, / tomate con bacalao..." y así ad infinitum et ad nauseam, porque la letra empezaba y terminaba así. Pero nos lo pasábamos muy bien. El caso es que era sólo un trozo, así que sólo se podría sacar una ración, pero éramos dos, así que digo, pues nada, me hago unas albóndigas de bacalao y le pongo una salsita de tomate así muy especiadita y eso. Pues bien, al final, salió un bacalao con tomate tal cual aparece supra y según os relato a continuaçao. Pero desde luego, tanto darle vueltas al pescado, que lo hice redondo, para al final, nada, como si hubiera hecho un bacalao con tomate. Tanto pensar para nada. Al final le puse un poquito de pimienta de cayena, porque si no, lo que me sale es justamente eso, bacalao con tomate, tomate con bacalao, como la canción niño, hijo, como la canción.
Albóndigas de bacalao con salsa de tomate especiadita.- Se toma el bacalao y se desmenuza. En un bol se ponen dos rebanaditas de pan asentao - del día anterior o de antier - y se mojan con leche. Se echa el pescao desmenuzado por encima, perejil recién picado, sal, pimienta y un huevo crudo. Con las manos bien limpias y húmedas, se mezcla todo para a continuación hacer unas albóndigas no demasiado grandes de tamaño. Se pasan por harina y se fríen pero no demasiado.
Y ahora la salsita de tomate. Picamos una cebolla fresca de buen tamaño para freirla en aceite de oliva. Cuando empieza a ponerse transparente, le añadimos un pimiento morrón picado fino y dos dientes de ajo igualmente picados finos. Se deja sofreir todo junto un par de minutos o tres y se añade entonces tomate triturado, un poco de comino majado con sal, pimentón dulce, pimienta de cayena (para que tenga un poquito de picante, que siempre alegra el plato), sal, pimienta y perejil porque ahora no hay culantro fresco, que se espiga enseguida con el calor.
Se dan unas vueltas, se añade un poquito de azúcar para que no esté demasiado ácida la salsa, y se añade un poco de agua para subir el fuego y esperar a que reduzca un poco.
Ahora se calientan las albóndigas en la salsa, un minuto solo, porque en realidad no deberían estar demasiado frías si las acabamos de freir. Se sirven las albóndigas y la salsa por encima, al lado o como os dé la real gana. En fin, que están muy buenas. Condiós.

3 comentarios:

Su dijo...

Como me gusta verte en la cocina, leche!

X dijo...

Coño, Bernardo, pero con dos albóndigas percápita nos quedaremos con hambre, ¿no?

Bernardo Romero dijo...

Hola Su, hija mía, estoy escribiendo un montón ahora y no tengo tiempo para nada. Pero te puedo asegurar que las albóndigas (son una vieja receta andalusí algo tuneada) estaban buenísimas. X, ten en cuenta que con el pan y tal, me salieron cuatro para cada uno. En la foto, como está de perfil el montaje, parece que son dos, pero no, hay cuatro, je, je. Un abrazo