lunes, 15 de diciembre de 2008

LA INFAME TURBA, por Andrés Marín











Bernardo Romero. periodista y escritor


El eterno renacimiento

¿Se puede ser Leonardo a la manera de Bernardo Romero? Ahí está para demostrarlo esta mente inquieta que lo mismo arma una excelente y rigurosa crítica teatral que monta un suculento recetario y un banquete pantagruélico con la mayoría de los platos salidos de su portentosa imaginación. Dios y Alá nos libren de comparar, pero este periodista y escritor se acerca mucho a lo que puede entenderse por el término de renacentista. Quiere decirse que el hombre del Renacimiento no ha muerto, sino que ha evolucionado y ahí está Bernardo Romero (Huelva, 1956) para evidenciarlo muy a su manera y a su modo, que no es ni más ni menos que el que ha ido aprendiendo desde que de pequeño mamara en casa el vicio de la lectura y del cine, que significaron su puerta grande de entrada en el mundo de la cultura. El de los libros, porque la vivienda familiar donde sigue habitando con su entrañable padre siempre ha estado llena de ellos. Y el del cine, porque su progenitor, además de jefe de afiliación a la Seguridad Social, era contable del cine Oriente, lo que le permitió un acceso ilimitado en su infancia a todas las películas que se proyectaban en el viejo local enfrente de la "Sin Nombre". Como, una vez despertado, el vicio del celuloide no hay quien lo pare, el padre tuvo a sus 14 años que falsificarle la edad en un carnet para que el niño Bernardo pudiera entrar en el cineclub Huelva, que no fue ni más ni menos que el germen del Festival de Cine Iberoamericano, en el que luego estuvo trabajando en sus primeras quince primeras ediciones y alguna que otra ya más reciente.


Como hombre renacentista, podría afirmarse que Bernardo Romero va buscando constantemente una purificadora resurrección. Alguna ha tenido en su prolífica vida. La más importante le llegó a los 25, cuando confiesa que vio la luz, tras unos años en los que abandonó los estudios y se dedicó con fruición a "los rock'and'rolles, el cachondeo y el negocio de los bares de copas". Este periodo de aparente oscuridad no puede verse más que como luminoso. Es decir, Bernardo Romero no perdió aquellos años, sino que los ganó, porque hoy es lo que es quizás también por aquella época en que casi fundó el ocio juvenil de Punta Umbría, donde puso en marcha bares ya míticos como La Botavara o chiringuitos surrealistas como El Príncipe Lila o La Cuadra. "Tras muchos excesos, vi la luz y decidí hacer una carrera", explica. Y la hizo, Geografía e Historia, materias que hoy imparte con devoción en el Instituto de Gibraleón, donde sus alumnos le miran con una admiración rayana en la incredulidad. Antes incluso de ponerse a estudiar, conoció de cerca la militancia clandestina en el PSOE de mediados de los 70. Su feroz independencia le llevó a desvincularse del partido en el 78. "A los que seguimos siendo rojos, hoy el PSOE nos parece un disparate absoluto". Luego vino todo casi de corrido, como de sopetón. Entró en el todavía viejo Odiel para ya no abandonar nunca más su vinculación a los medios, en los que ha cultivado una prosa preciosista, con una voluntad de estilo literario que lo han convertido en uno de los más claros referentes de la prensa onubense. Las páginas de La Noticia, La Voz de Huelva, Huelva Información y ahora El Mundo - Huelva Noticias han acogido sus geniales reflexiones. Por el camino han quedado también dos libros de ficción y otros tantos recetarios, que no faltan en los fogones de la provincia. La cocina es también un arte que él cultiva desde que de pequeño viera a su madre hacer cocina de autor muy avant la lettre. Cocina, literatura de periódicos, crítica teatral, cinematográfica, taurina, obra de ficción... La mente de Bernardo Romero sigue fluyendo por la senda del Renacimiento, buscando y buscándose por los apasionantes caminos de la creación.



Se reproduce aquí un artículo sobre mi persona de Andrés Marín, compañero, y sin embargo amigo, de El Mundo - Huelva Noticias. Es buen escritor y muchas cosas más, como se puee desprender de esta inteligente canción que me ha regalado, una más del album que publicará con otras similares que llevan unos meses recorriendo el paisaje cultural de Huelva, el paisaje con su paisanaje, claro está. El libro tendrá igual titulo que la sección que aparece todos los domingos en la contraportada de la sección de Huelva del citado diario: La turba infame.


A los impagables artículos de opinión de Andrés Marín pueden acceder a través del enlace correspondiente que tienen ustedes en esta página (Amigos). BR.

1 comentario:

Zapateiro dijo...

Un placer acercarme más a tu persona de la mano de mi amigo Andrés.

Enhorabuena.