domingo, 31 de mayo de 2020

Meter los chocos en tomate

Se pueden hacer de mil maneras, pero esta que os traigo hoy está a m i entender trufada de modernidad y de atrevimiento. El resultado es espectacular, probad a hacerla y veréis qué resultado. 
Chocos con pimientos rojos
ingredientes:
  • choco
  • pimiento rojo
  • tomates maduros
  • cebolla
  • ajos
  • albahaca
  • laurel
  • pimentón
  • pimienta de cayena (si queremos un poco de alegría picante)
  • azúcar moreno
  • vino dulce
  • perejil
  • pimienta
  • sal
elaboración:
Es conveniente trocear el choco y darle una breve cocción antes de empezar a hacer el guiso, con un poco de sal y una hojita de laurel.
Ponemos en la cazuela y todo junto: una cebolla mediana troceada; un par de dientes de ajo, tres tomates maduros sin piel ni pepitas, también troceado; esperamos a que la cebolla empiece a pochar y añadimos el pimiento rojo cortado en tiras, el choco con una breve cocción previa, la albahaca, el pimentón, un poco de azúcar moreno, perejil, pimienta y sal. damos dos o tres vueltas, esperamos medio minuto y añadimos vino dulce y pimienta de cayena si queremos que resulte algo picante, sin pasarse, claro. Vamos viendo si necesita agua o con lo que suelta la verdura ya le vale. En caso de que necesite, pues nada, se le añade algo de agua. Esperar a que queden en una salsita espesa de tomate y a servir.

sábado, 30 de mayo de 2020

A duro el par (Angelito el del pescao)

Por la tarde llegaban los barcos y ya estaban en la lonja esperando los vendedores con sus carros. Compraban unas cuantas cajas y recorrían todos los barrios de Huelva. Se les oía de lejos: "Laaas caballaaaaa, Niñaa, laaaas caballaaaaa". Al atardecer, ya con la fresca, se compraban a duro el par. No por ser habitual, eran menos celebradas esas cenas. Las recuerdo con tomate y cebolla solamente, un poco de sal y aceite para hacerlas brillar a la escasa luz del farolillo del jardín. También a los gatos les brillaban los ojos en la oscuridad, medio escondidos por los arriates, esperando en vano una raspa o una cabeza. Lo ponían todo perdido y además, por la mañana venía Angelito el del pescao, con un carro cargao de merluzas, boquerones, acedías, dándole al pedal y seguido de una numerosa prole de mininos. De vez en cuando paraba, cogía unas pijotas o unas sardinas y se las lanzaba. Vendía e iba apuntando, de vez en cuando entraba en una casa a echar las cuentas(1) y los gatos se quedaban esperando alrededor del carro. Nunca, que yo recuerde, un gato osó subirse al carro y quitarle ni un boquerón. Se llevaban bien. 

Caballas
ingredientes:
  • caballas
  • aceite
  • sal
elaboración:
Poned carbón en la barbacoa y prendedlo. Cuando las brasas estén en su punto (2) le ponéis a las caballas un poco de sal y colocadlas en la parrilla, que si es de esas dobles, para dar la vuelta, pues mejor. Se hacen enseguida si el fuego está bien fuerte. Servir con ensalada y vino blanco. 
(1)  Cuando le parecía entraba en casa y mi madre lo sentaba en la cocina. Le ponía un vaso, de los de agua, de vino blanco y algo para picar. Angelito sacaba un lápiz brillante de escamas y de mugre, un trozo de papel de estraza y daba comienzo el ritual: "A ver, Carmen, ¿el lunes qué fue? Repasaban toda la semana y si mi madre le decía que este pescado o aquel otro no le había gustado, Angelito cortaba de forma radical, "bueno, eso no te lo cobro" y entonces mi madre replicaba, "Angelito, ¡cómo no me lo va a cobrar usted!, cuando se trabaja es para ganarse uno el pan". Concluido el desbarajuste de cuentas, Angelito, vestido de faena, con gorra de cuadros levemente ladeada, pero elegante y fino hasta en los andares, todo un señor, salía a la calle, retomaba la conducción del ciclocarro que dejaba invariablemente a la sombra de las acacias, y seguido de su corte felina, continuaba su periplo laboral, libre como el viento. Los domingos lo solía ver en el estadio, inconfundible, y por la tarde paseando por la calle Concepción. Trajeado con chaquetas imposibles, de cuadros coloreados de manera estridente y corbata floreada. Era un personaje, nunca le vi triste, siempre con la misma sonrisa. Angelito el del pescao.
(2) El otro día se me fue la olla con la conversación y con el vino, cuando me recordaron que había que poner las caballas en el fuego, ya estaban las brasas en las últimas, de modo que hice unas caballas la mar de modernas, a baja temperatura y desestructuradas porque se pegaron a las parrillas, como es natural. De todos modos nos las comimos, aunque los invitados creo que van a tardar mucho en volver.

domingo, 24 de mayo de 2020

cocina marinera

Pocos saben que siendo un chaval me saqué la cartilla de embarque con intención de trabajar en la mar. Visto y no visto. No se lo vayáis a decir a nadie, pero mi experiencia se limitó a un día que me fui a la caballa y me di cuenta de lo que es currar de verdad. Regresé con las manos hechas un cristo -los guantes a la media hora los tiré por coño- pero con la imagen de como el patrón se las apañó para hacer unos fideos con caballas absolutamente de impresión. El hecho de que yo formara parte de la tripulación fue una excusa para pasar un día distinto, como de fiesta. Se reían conmigo y eran conscientes de que yo iba a durar menos a bordo que un caramelo en la puerta un colegio, y así fue. Sigo haciendo los fideos, o el arroz, tal como lo vi hacer aquél día. Ahí va la manera de hacer unos fideos como es debido, siguiendo la sabiduría de quienes con lo que tienen a mano son capaces de hacer una obra de arte. Por cierto, la mejor definición de Arte que he leído y oído, en mi vida, es esta: hacer las cosas bien.
Fideos con almejas
ingredientes:
  • fideos (del 4, nada de esos para fideuás)
  • almejas (del tipo de las de Carril)
  • langostinos (de la Punta Umbría, que es lo mismo que decir de Sanlúcar)
  • cebolla
  • ajos
  • pimiento
  • tomate
  • laurel
  • vino blanco (pero del bueno de aquí del Condado)
  • pimentón
  • azafrán
  • tomillo
  • pimienta
  • sal
elaboración:
Pues nada, se hace un refrito con cebolla, ajos, una hoja de laurel y pimientos, y cuando la cebolla empieza a pocharse se añade un tomate bien maduro, sin piel ni pepitas y troceao. Tres meneos y echamos un vaso de vino blanco. Esperamos a que el vino blanco se vaya casi consumiendo del todo y aprovechamos ese instante para añadir azafrán majado con sal, un poquito de tomillo, pimienta y más sal porque la del majado no va a ser suficiente como es natural, y por fin el pimentón. Ea, dos meneos a todo y echamos los fideos, removiéndolos bien para que queden bien pringados y luego saltan como deben salir, bien sueltos y plenos de sabor. Agua que cubra bien porque el fideo embebe lo suyo (si no calculáis, pues en cualquier momento podéis echar más agua, luego no pasaros) A los cinco minutos echamos las almejas, damos un meneíto para que estén todas bien situadas en el perol o paella pequeña, o donde estéis haciendo los fideos, y se colocan artísticamente unos langostinos. Es cuestión de esperar ya los cinco minutos más o menos que quedan. A los langostinos les dais la vuelta porque veréis que se hacen por abajo y por la parte que queda arriba siguen sin hacerse, pues la vuelta y ya está. Ea, pasadlo bien.

Una ensalada en verso


Ensalada de pepino con aliño de cominos
En dos minutos, una ensalada fenomenal
ingredientes:
  • garbanzos 
  • pimiento
  • tomate
  • pepino
  • cebolla morada
  • hierbabuena
  • culantro
  • cominos
  • pimienta
  • vinagre
  • aceite
  • sal
elaboración:
Majamos cominos con un poco de sal y ya está, todo lo demás es de sentido común. Los garbanzos los podéis comprar de bote, aunque yo, la verdad, los he cocido en la olla exprés con una hoja de laural y un poco de sal. Luego, ya fríos y cocidos de manera que queden enteros, les he quitado la piel, que es más fácil de lo que parece, basta apretar un poco y sale el garbanzo por un lado y la piel por otro. Así es más digestivo el garbanzo, porque lo chungo es la piel. Y en fin, las verduras cortadas en cubitos, se echa la sal y el comino molido por encima, un poco de vinagre, aceite, hierbabuena y culantro picadito como es natural, y ya está.