domingo, 1 de abril de 2018

Parmigiana di melanzane

Recién salida del horno

Una de las mejores formas de viajar, al menos la más cómoda y barata, es hacerlo sin salir de casa. Te lees Il giornale di Calabria y te das cuenta de que ocurren allí las mismas cosas que aquí, o muy parecidas, sólo que las cuentan en italiano -os recomiendo que lo leáis en alto y con un fuerte acento del sur, para meternos en el papel de que estamos en la Reggio Calabria. Mientras, te puedes estar desayunando unos huevos revueltos con setas, pero en lugar de llamarles tentullos, pues les llamas fungui porcini y resuelto el tema. Como el diario calabrés decano de la prensa de toda la región, lo estás leyendo en Internet, pues no te va a ser complicado buscar en el youtube un video promocional de la costa, por ejemplo, uno que te sumerja hasta en el sabor y los aromas de Tropea, la perla del Tirreno, con sus casas colgadas a pico en la parte alta, donde se desarrolla la vida de la ciudad, o la hermosa marina, la parte baja, con su pequeño puerto y sus hermosas y recogidas calas. Y ya que estamos, nos vamos a marcar unas berenjenas con queso y salsa de tomate, o una parmigiana di melanzane, o como reza en los restaurantes italianos, melenzane alla parmigiana, que creo no es tan correcto, pues podría parecer que este plato nacional de Sicilia y la Reggio Calabria, no es de Parma, como esa denominación puede llevarnos a confundir. No, es plato del sur, y el nombre parece ser que viene de la palabra siciliana parmiciana, es decir persiana, por las capas del plato que se asemejan a los listones de una persiana. Pero en fin, ahí va esa
Parmigiana di melanzane
ingredientes:
  • un par de berenjenas
  • tomate triturado
  • cebolla
  • ajo
  • zanahoria
  • pimiento 
  • queso mozarella
  • queso rallado (tipo pecorino si puede ser)
  • huevo
  • albahaca
  • pimienta
  • sal
elaboración:
Cortamos las berenjenas a lo largo y con un grosor de medio centímetro más o menos, sin pelar, solo lavadas bajo el grifo. Al horno con ellas una vez espolvoreadas con un poco de sal. No es necesario quitar el amargor a las berenjenas que hoy encontramos en los mercados, ya no son como antes, de modo que directas al horno. Tengo que deciros que se suelen freír, pero entonces, con el aceite que chupan, resulta un plato indigesto. De modo que nada, al horno con ellas.
Mientras se medio hacen en el horno, nosotros aprovechamos para hacer una salsa de tomate. Media cebolla, un diente de ajo, media zanahoria y medio pimiento verde italiano (mira por donde). A pochar en una lámina de aceite de oliva, fuego medio bajo, y cuando veamos que la cebolla se pone transparente, pues añadimos tomate triturado, como seiscientos gramos más o menos. Meneamos y añadimos un poco de albahaca seca, pimienta, perejil recién cortado, sal y una cucharita mínima de azúcar, por lo de la acidez del tomate. Ea, a esperar a que la salsa espese, meneando de vez en cuando.
En una fuente de horno, con el fondo pringado con aceite, ponemos una tanda de berenjenas, sobre ella salsa de tomate y encima de la salsa de tomate queso mozarella cortado en rodajas. Queso rallado por encima y otra tanda de berenjenas, la segunda y última. Sobre estas berenjenas la salsa de tomate que queda y sobre ella unas hojas de albahaca recién cortadas y troceadas, más mozarella cortada en rodajas. Y ahora el detalle final, batimos un huevo, lo mezclamos con queso rallado y formamos la última capa, que quedará más crocante y atractiva que si ponemos queso solo. Ea, condieu.

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