Como os avanzaba hará cosa de un par de semanas, esta será la semana del aplanamiento y caída de las infecciones por coronavirus. Las demás curvas, cada una según dicta la lógica y el sentido común, les seguirán. De modo que hemos tenido suerte, sobre todo en Andalucía y más aún en Huelva, donde el porcentaje de infectados a día de hoy ronda el 0'04% del total de los 520.000 habitantes con que cuenta la provincia. Sigamos confiando en la ayuda de las condiciones meteorológicas, ya que el calor, la radiación solar y la humedad propias de estas latitudes escapan a las óptimas para el desarrollo del covid-19 según expertos de universidades e instituciones científicas que ya he citado en esta serie. En fin, que al margen del lío económico en el que nos van a meter estos bandas del gobierno, y que de no mediar la banca y la gran patronal (que a fin de cuentas son quienes deciden los resultados electorales a través de las cadenas televisión, que para eso son suyas) el disparate que pueden montar podemitas y sanchistas puede ser de aúpa. Habrá que confiar pues en la manipulación electoral, o como diría una persona políticamente correcta, en la creación de corrientes de opinión que lleven a uno de los dos puertos deseables, el uno que hagan entra en razón a Sánchez, no use el dinero como suelen hacer, empleándolo con fines electorales, venga limosna para acá y para allá, y se atreva a formar un gobierno de gran coalición, una mayoría absoluta que le permita poner a trabajar el dinero, las enormes sumas de dinero de las que va a disponer, y la otra opción sería la catástrofe económica y unas elecciones que darían el poder absoluto a una derecha demasiado radical, lo cual podría ser otro disparate. Recordad, por último y porque no quiero ser pesado, cómo los Estados Unidos salvaron la terrible crisis del 29, poniendo el dinero a currar. Largas filas de gente sin recursos, algunos con elegantes trajes y hasta con abrigos de visón que nadie les quería comprar, a las puertas de los comedores benéficos que las asolaciones religiosas, mientas que el dinero del estado se empleó en mejorar las infraestructuras: centrales eléctricas, puertos, autopistas o inversiones en fábricas de todo tipo que garantizaran dos cosas, que la producción no se paralizaría, y por otra parte que se crearan puestos de trabajo, que es la mejor solidaridad que se puede poner en práctica. El resultado es bien conocido. Los Estados Unidos llegaron a la II Guerra Mundial como gran potencia económica y salieron de ella como primera potencia sin discusión de ningún tipo. La URSS, como también es bien sabido, acabó siendo un fiasco que sólo pudo sobrevivir con un régimen de terror, hambre y miseria. En fin, suerte y a esperar que la pesadilla de la pandemia pasé lo más rápido posible (vacuna mediante) y que el caos económico nos coja vonfesaos, o lo que es lo mismo, con un mínimo de sentido común en quienes nos gobiernen.
Y vamos con lo nuestro, hoy una ensalada del mismo Méjico lindo y querido. Allí a las gambas les llaman camarón, como aquí se les denominaba hasta que llegó el italianismo pierna (gamba) por la forma que tienen, que si os fijáis, una gamba tiene forma de pierna. En fin, vamos con la receta.
Ensalada de camarón
ingredientes:
- aguacate
- lechuga
- tomate
- cebolla
- gambas (en su defecto surimi)
- jalapeños de lata (o de los que encontréis)
- culantro o perejil, cada cual lo que quiera
- ketchup
- tabasco
- salsa Perrins
- limón
- pimienta
- sal
elaboración:
Simple como un cubo. El sentido común os llevará a hacerla estupendamente. Primero los ingredientes en orden lógico: abajo lechuga picadita en juliana y encima tomate, gambas o lo que tengáis (yo, palitos de esos que llaman surimi, porque el pescadero del barrio dice que ahora no está entrando nada, a saber) jalapeños, aguacate y cebolla troceado todo, y los demás ingredientes mezclados en las proporciones que os apetezcan.
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