miércoles, 25 de noviembre de 2015

La naturaleza es sabia

Pero mucho más sabia que nosotros. Cuando llegan los fríos tenemos naranjas y rábanos, por ejemplo, para reforzarnos con la vitamina C que estos productos tienen a punta pala. Hoy os propongo una 
Ensalada de rábanos, con cebolla, zanahoria y lechuga. Se aliña con aceite, vinagre y sal, más un poco de sésamo que acompaña tela de bien esta ensalada deliciosa y crocante como ella sola. Probadla, veréis qué rica.

martes, 17 de noviembre de 2015

Ensalada con vitamina C

Continuamos con cosas sanas pa comer. Ahora una ensaladita mu buena pa este tiempo. Con las primeras naranjas del año, que ya están tela de buenas, me he hecho este mediodía esta
Ensalada de naranjas
Pelamos una naranja pero le dejamos la parte blanca que llaman albedo, creo recordar, y es donde más vitamina C hay. La cortamos en ruedas y las colocamos alrededor del plato, sobre ellas ruedas de queso de cabra de ese que viene en rulos, también cortado en ruedas. Ea, po ya está, lechuguita, cebolleta, zanahoria, pasas, piñones y lo que se os ocurra. Se aliña con vinagre, sal, pimienta y zumo de limón.Hay quien le pone a la ensalada de naranja un poco de azúcar, pero me imagino que es porque no tienen a su alcance las naranjas que nosotros tenemos, que ya en noviembre están tela de dulces. De modo que a disfrutar de una ensalada rica y vitaminada. Ea, a mandar.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Una preciosidad con verduras (again)

Este pastel de la Provenza es muy bonito y muy lindo, pero le comentaba yo a mis compañeros de mantel que no estaría mal meterle unos langostinos de trasmallo por entre medio de las verduras. Vamos, sin que se note. La próxima vez creo que los langostinos van a caer, pero vamos con este pastel que es la mar de fácil de elaborar. Rápido y muy mono además.
Tian provenzal .- Berenjenas (procurad que sean pequeñas), calabacín (procurad que sean de buen calibre), tomates (no demasiado grandes) y cebollas rojas de esas dulces o las que tengáis. Quesos para fundir, aceite, vino blanco, pimienta, albahaca y sal. Ya está. Viendo el pastel os podéis imaginar cómo se hace, por lo que no hace falta que os cuente que se cortan las verduras en ruedas y se van poniendo unas con otras formando un circulo alrededor del molde y otro en el centro, que se espolvorea con pimienta, albahaca y sal, que se le echa un poquito de vino y un hilo de aceite, cubriendo todo con queso para fundir. Al horno una hora a 170º. A mí me gusta que la verdura no quede muy hecha, pero en fin, eso cada cual que haga lo que le parezca. La hoja de albahaca en el centro es para decorar, y la próxima vez, le pongo langostinos. Ea, condieu.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Otra manera de hacer la pimentada

Si estás harto de hacer siempre la misma pimentada, aquí tienes una manera distinta, muy distinta, de presentarla y elaborarla. Por supuesto más compleja, crujiente y divertida.
Pimentada con anchoas y calabacín
En primer lugar preparamos la pimentada aliñando los pimientos asados y agregándole un picadillo de tomate, cebolla y pimiento verde, todo crudo, no asado.
En segundo lugar cortamos un calabacín en ruedas finas con ayuda de la mandolina o con el cuchillo pero habrá que tener tino en este caso. Se coloca en el plato solapando las ruedas unas con otras, se salpimentan, se alumbran con unas gotas de aceite y a montar el plato.
En tercer lugar colocamos la pimentada en el centro del plato, cubrimos con unas anchoas y por último nos lo trincamos tan ricamente.
Post scriptum: El contraste de texturas y sabores es extraordinario. Después de probar y disfrutar esta ensalada se me ha ocurrido que unas aceitunas negras y un poco de culantro (hojas de cilantro) no le vendría pero que nada mal. La próxima vez no le faltarán, seguro.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Una italiana sencilla para distraernos un poco.


Melanzane alla parmigiana
Obviamente son berenjenas a la parmesana, pero queda tela de chulo ponerlo en italiano. Es una receta sureña, como nosotros, pero en lugar de estos sures ibéricos, de los itálicos, que poco más o menos, son lo mismo.
En primer lugar vamos a ser una passata di pomodoro, que creo que se escribe así. Se trata de coger un bote de tomate triturado, echarlo tal cual en un cazo, añadir un poco de sal, azúcar y orégano. Se pone a fuego medio y en menos tiempo del que te imaginas el volumen del tomate se ha quedado como en un sesenta por ciento. Ese es el punto que a mi me gusta, pero vosotros a vuestro bolo. En todo caso es el tomate haciéndose a sí mismo, quiere decirse metatomate autoinmolado después de la muerte, digo yo. Vamos, que no le pongáis aceite. Solo el tomate en el cazo y lo que os he dicho, hacedme caso, porque si no lo hacéis así, estaréis haciendo una salsa de tomate, pero no esta pasada de tomate, que ya veréis que aromas pilla el triste tomate de lata.
Bueno, pues vamos a empezar lavando las berenjenas y cortándolas en ruedas ni muy finas ni muy gordas, normal. Las ponemos en la bandeja del horno, con un poquito de sal, orégano y un hilo de aceite por encima. Como veinte minutos a 180º, pero vosotros id mirando y ya está. Tienen que estar doraditas.
Y ahora lo más divertido, montar en una bandeja de horno (yo las he hecho individuales, con molde de aluminio, pero vosotros como os salga del alma) una capa de las berenjenas, otra de la passata di pomodoro y encima tomate maduro (o si tenéis tomate deshidratado como el que yo tengo, que me lo ha traído el Ale del mismísimo Nápoles, pues ya ni os cuento) y mozzarella de búfala (no de esa que venden parecía, sino de búfala de verdad), Ea, pues otra vez igual pero en otro orden, ahora la berenjena y encima la mozzarella y el tomate, por encima la passata y se cubre con queso rallado culminado con albahaca seca. Se acabó miarmas. Veinte minutos a 180º, como antes con las berenjenas. Y como antes, cuidado con que se quemen, que la historia es que tengan un bonito color en todo lo alto. Ea, ahora sí, condiós.

Los buenos propósitos


Una virguería de ensalada para todos los públicos, no sólo para los que nos portamos mal y luego nos vienen los arrepentimientos.
Ensalada de col sobre gazpachito suave de remolacha
Trocea un pimiento verde de los de freír, medio pimiento rojo de los de asar, tres tomates maduros y pelados, medio pepino, media cebolla y una remolacha de esas que venden ya cocidas y todo. Lo pones en una cazuela amplia, le pones un poquito de sal y pimienta y echas un chorrito mínimo de vinagre por encima. Déjalas así un cuarto de hora más o menos, para que suelten un agua que no vamos a utilizar.
Mientras pica muy fino un trozo de col, como en bastoncitos más o menos, y haz lo mismo con pepino y zanahoria, en menor cantidad, como es natural. Pon todo en una fuente amplia, añade comino recién molido por encima -sin pasarte-, un poco de sal, vinagre y aceite. Mezcla la ensalada y otra vez a las verduras anteriores, que las meteremos en el vaso de la batidora, le añadimos un chorreón generoso de aceite de oliva y la ponemos a toda pastilla hasta obtener un gazpacho de un bonito color rojo.
En plato hondo, como se ve en la imagen, se pone un fondo de gazpachito de remolacha y por encima la col con su compaña que se han aliñado antes. Se acabó.

Verduras con picardía



Una cremita de puerros pero con pimentitos del pico por encima
Crema de puerros con pimientos del piquillo
Mira, pela un par de ajos, los laminas y los pones en una sartén con una mijita de aceite a fuego medio, mientras va cogiendo calor la sartén con los ajos ya dentro, coges unos pimientos del piquillo y los cortas a tiras, los añades y les pones por encima un poco de sal. Los salteas unos minutos, bajando el fuego ahora un poco y procurando que no se quemen los ajos. Esto ya está, lo dejas a un lado y vayanos ahora con la crema de puerros.
Coge una fuente de horno y pon encima lo blanco de un puerro, cortado a la mitad, y un par de patatas peladas y troceadas. Echa por encima un par de dientes de ajo partidos a la mitad, sal, pimienta y aceite de oliva. Al horno media horita como a 200º. Cuando haya pasado este tiempo lo metes todo en una cazuela y lo cubres de agua, a hervir como un cuarto de hora, hasta que veas que las patatas están en su punto. Pues ya está, a triturar con la batidora eléctrica.
Servir la crema de puerro caliente en una taza de consomé y alegrarla por encima con los pimientos del piquillo que teníamos reservados. Una línea fina de miel sobre los pimientos y ya si le pones un poquito de perejil por encima, recién picado, pues estupendo, ahora bien, si tienes culantro (cilantro) fresco, ya ni te cuento. Abur.