sábado, 22 de mayo de 2021

Para el verano de los veganos

 

Ya hemos acudido en otras ocasiones a los sabores de la India, no a los olores, que cuentan quienes por allí van que son insoportables. Aquí servidor viaja exclusivamente por Internet, que para eso está. Vaya como ejemplo el de los museos. Mucho mejor acceder a ellos a través de sus páginas web que ir a ellos de forma presencial y meterte entre una turbamulta que camina deprisa por las salas, que se arrebuja entre luces resplandecientes de teléfonos móviles que inmortalizan el momento en la brevedad de una tarjeta de memoria, poca, y gritan, ríen, miran pero no ven absolutamente nada. Turismo cultural le llaman a este despropósito que nos viene impidiendo al menos desde hace tres décadas, acceder a pinacotecas y espacios que deberían ser templos y no ferias temáticas. Democratización de la cultura, leí en cierta ocasión que le llaman a este despropósito de convertir lo sublime en banal, lo hermoso en objeto de diversión. Al ocio y al entretenimiento le llaman cultura y hasta crean concejalías, consejerías y ministerios para subvencionar a amiguetes y lameculos. Imbéciles. Caiga sobre todos ellos mi saliva y solo el menor de mis desprecios. 

En fin, vamos a lo nuestro. Hoy os traigo unos garbanzos veganos que me han salido estupendos y espero que a vosotros también. No sé cómo llamarles, de modo que les llamaré garbanzos veganos y ya está.

Garbanzos veganos

ingredientes:

  • garbanzos
  • laurel
  • cominos
  • puerro
  • zanahoria
  • pimiento rojo de los de asar
  • ajo
  • jengibre seco rallado
  • mezcla de especias (garam masala o ras al hanut que es la de los pinchitos)
  • cayena molida
  • tomate triturado
  • sal
  • pimienta
  • cebolla fresca o morada
  • culantro

elaboración:

Por un lado tendremos los garbanzos en remojo al menos doce horas, y luego los cocemos con agua en la que pondremos una hoja de laurel y algo de sal. Ya está.

En un cacharro amplio, sartén o cazuela, freímos cominos y en cuanto empiecen a soltar su aroma añadimos lo blanco de un puerro cortado en rodajas no demasiado finas. A medio freír o pochar el puerro añadimos una zanahoria y medio pimiento rojo de los de asar, obviamente todo picado pero no demasiado, para que al final se vean. Mientras todo esto se va pochando añadimos cúrcuma, un diente de ajo aplastado con la pala del cuchillo, jengibre seco rallado y la mezcla de especias que tengáis más a mano, garam masala o ras al hanut, las dos van bien. Es el momento de decidir si le añadimos cayena molida o no, pero os recomiendo que sí, que siempre un poco de picante va bien. Esto a gusto de cada cual. Cuando veamos que está todo bien pochado, añadimos la mitad del contenido de una lata de tomate triturado. Sal, pimienta, y a esperar un poco a que el tomate empiece a tomar cuerpo con todo lo demás. 

Esperamos a que los garbanzos estén casi tiernos, les quitamos algo del agua en que se han cocido, pero dejando como un dedo de agua en la olla, le añadimos toda la mezcla anterior y terminamos de hacer el potaje. Apagamos el fuego y cortamos cebolla morada o fresca, picamos culantro y a la hora de servir se pondrán cebolla y culantro por encima. Se acabó.

lunes, 17 de mayo de 2021

Ensaladas para el verano

 

Es la segunda ocasión en que os recomiendo esta ensalada de agua, pero ahora con una novedad que me llega del recetario de Dolores la de la Plata(*), icónica vecina del barrio de Bellavista, el mismo en el que se crío Felipe González Márquez, uno de los políticos señeros de la reciente historia de España. El caso es que la sal que va para el aliño se maja antes con unas hojas de hierbabuena. Si antes estaba buena, ahora es absolutamente irresistible y nos viene de perlas para este calor impropio de las fechas que estamos viviendo (**). 

Ensalada de agua

ingredientes:

  • lechuga
  • pepino
  • cebolleta
  • agua
  • vinagre
  • aceite
  • hierbabuena
  • sal

elaboración:

Por un lado ponemos agua con hielo en un lebrillo o cacharro amplio, de barro a ser posible. 

Por otro cortamos finitas unas hojas de lechuga, lo blanco de una cebolleta fresca, también más bien finas las rodajas, y medio pepino en triangulitos breves. Se mezcla todo, se lava con agua, se escurre y se pasa a un bol donde lo aliñaremos con sal majada con unas hojas de hierbabuena, vinagre y aceite. Ea, pues se acabó. Echamos verduras con su aliño en el agua fría, casi helada, y a comer con cuchara por supuesto. Está permitido beberse el caldito que nos quede directamente del plato. A los que no conozcáis estas ensaladas, os va a sorprender. 

(*) A través de su hija Lola, paciente a la par que enérgica compañera de trabajo.

(**) Al margen que el verano se nos viene encima, hay una borrasca situada al oeste de Irlanda, que en su girar -contrario a las agujas del reloj- arrastró masas de aire cálido subtropical que son los que soplando del sur o sureste nos han regalado este verano adelantado que estamos viviendo esta semana. A partir del viernes no es que vayan a bajar demasiado las temperaturas, pero al menos van a descender algo.

sábado, 8 de mayo de 2021

Los trucos de la Lola

 


Ensaladilla de coliflor

Abnegada esposa, mártir y confesa, la Lola se las ve y se las desea para que su querido esposo coma verduras. El otro día tenía una coliflor y la negativa a comer semejante cosa por parte de su media costilla. Lejos de amilanarse tiró de estos internetes nuestros de cada día y encontró una ensaladilla de coliflor. Visto lo cual llenó una olla de agua, le echó su poca de sal y coció los cogollos de la coliflor pero no demasiado, dejándolos al dente. A continuación, le picó zanahoria, igualmente cocida pero no demasiado, le puso unas alcaparras, aceitunas, pepinillos en vinagre, huevo duro, atún de lata y cebolleta fresca bien picadita, como todo lo demás. Mahonesa, tiras de pimiento y aceitunas para adornar. Se acabó.

Al día siguiente en el colegio me lo estuvo contando. Me fui a la tienda de la María que está enfrente del instituto, compré una coliflor y una vez estuve de vuelta en el hogar dulce hogar seguí los pasos indicados por la Lola. Creo que pocas veces voy a volver hacer la ensaladilla con patatas. Está buenísima con la coliflor, como más ligera y delicada, más rica incluso. Sencillamente, una genialidad. Ah, y a los niños les encantó.