domingo, 3 de enero de 2021

Sin pepitas

 

Os lo voy a contar. Aunque sea de manera rápida, os lo voy a contar. Resulta que el día 30 me dispuse a realizar las últimas compras del año, algunos detalles que me restaban para la cena de nochevieja, entre ellos las uvas. Como quiera que voy a primera hora de manera profiláctica al Maradona, y con la lista en el móvil, pues realicé las compras de la manera últimamente habitual, en diez minutos como máximo. Había dos o tres tipos de uvas, no recuerdo bien, pero unas tenían anotado junto al precio el aviso de que eran uvas sin pepitas, de modo que ligué un envase y tan solo me preocupé de que hubiera doce por cinco al menos sesenta uvas en su interior. Un cálculo somero me hizo ver que efectivamente había más de sesenta uvas. Observé que el tamaño era de un calibre no demasiado aconsejable para tragarse doce en las campanadas, pero la verdad es que tampoco le di demasiada importancia. Luego, ya a la noche, cuando preparaba los cinco platitos tiene mi loba con las uvas, fui consciente de que el tamaño no era demasiado aconsejable. Pensé en demediarlas, pero no me pareció correcto ni acorde con la tradición presentar seis uvas cortadas por la mitad en lugar de las doce preceptivas, de modo que seguí adelante. El final ya os lo podréis imaginar. Tan sólo Pilar fue capaz de alcanzar la sexta uva, aunque eso sí, fuera de tiempo, pero mira, se zampó seis y fue campeona absoluta de la competición al son del reloj de la Puerta del Sol. El resto anduvo entre las dos y las tres, excepto yo, que con cara de circunstancias y haciendo oídos sordos del cachondeo que se traían los niños con las uvas, fui capaz de tragarme cuatro, a duras penas, pero cuatro. Hoy, ya más calmado, he recuperado el resto de uvas que permanecían en la nevera. Me disponía a tirarlas a la basura, pero por respeto al pueblo peruano, país de origen de estas fenomenales uvas sin pepitas, perro con una piel del demonio, las he cortado por la mitad, ahora sí, y me he marcado la ensalada que pueden ver en la imagen única y superior.

Ensalada de uvas

ingredientes:

  • uvas
  • tomates sherry
  • manzana
  • apio
  • lechuga
  • rúcula
  • nueces y creo que ya está
  • zumo de naranja
  • aceite
  • miel
  • mostaza
  • pimienta
  • sal

elaboración:

Pues nada, se ponen los ingredientes como a cada cual le de a entender y se aliñan con una vinagreta que haremos con zumo de naranja, sal, pimienta, aceite, un poco de miel y una pizca de mostaza, todo bien emulsionado con las varillas y se acabó. La verdad es que estaba buena.

sábado, 2 de enero de 2021

Cocina para arrepentidos

 

Después del hartazgo, del olvido de las legumbres y de una alimentación sana, regresamos con una para veganos.

Garbanzos con mango

ingredientes:

  • garbanzos
  • arroz basmati si pudiera ser
  • laurel
  • cominos
  • ajos
  • cebolleta fresca
  • cayenas o las guindillas que tengáis por ahí
  • puerro
  • apio
  • zanahoria
  • nabo
  • calabaza
  • judías verdes
  • mango
  • curry
  • limón
  • culantro o perejil
  • pimienta
  • sal

elaboración:

En primer lugar habrá que tener los garbanzos en remojo una noche entera y al día siguiente bastará con cocerlos en agua, sin sal ni nada, en la olla exprés como media hora.

En una sartén amplia ponemos una lámina de aceite y sobre ella una hoja de laurel, cominos en grano y un par de dientes de ajo espachurrados con la pala del cuchillo mismo. Una vuelta, esperamos que desprenda el comino su delicioso olor y añadimos cebolleta picada en aritos finos. Dos vueltas y dos cayenas  Esperamos a que la cebolla esté a medio hacer pero cuidando que el ajo no se queme, añadimos entonces las verduras que tengamos por ahí o las que más coraje nos den: puerro, apio, nabo, zanahoria, calabaza, judías verdes...Tres o cuatro vueltas y añadimos curry, cada cual el que más le guste. Otro meneo breve para añadir un mango que habremos pelado y troceado. El mango no debe estar muy maduro, sino más bien entero. Sal, pimienta y a huir.

Ea, pues ya está. Añadimos todo este lío a los garbanzos que estarán ya esperando en la olla exprés, damos un calentón, probamos de sal para añadir más si hiciera falta, el chorreón de un zumo de limón y a esperar que los garbanzos estén tiernos. Esto último se debería hacer con la olla destapada, añadiendo agua si hiciera falta y disfrutando del aroma. Se sirve caliente, como es natural, y con culantro picado por encima, pero esto ya solo para el que le guste, al que no pues un poco de perejil picado y ya está. Lo propio es poner arroz basmati en el centro de la mesa para que cada cual se sirva lo que quiera, pero también quedan muy monos los platos colocando en el centro un molde de arroz y alrededor el guisoteo de garbanzos con mango. En fin, eso ya vosotros veréis.