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sábado, 3 de abril de 2021

Postre de temporada

 

Un postre con fruta de temporada, fácil y rápido. Todavía quedan naranjas en los naranjos, y además con el dulzor propio de haber madurado en el árbol. De fresas para qué os voy a contar. Pues haremos un culis de naranja, le pondremos las fresas encima y adornaremos con unas confituras para que quede más mono.

Fresas y naranjas

ingredientes:

  • fresas
  • naranja
  • azúcar
  • nata montada
  • fideos de caramelo

elaboración:

Exprimimos un par de naranjas o tres, rallamos la piel de una de ellas, y todo a un cazo con azúcar. Calentamos hasta que el zumo espese un poco (al enfriar espesará más). Pues ya está. Vosotros mismos.

jueves, 16 de agosto de 2018

Un postrecito


Cierto es que nunca hago postres, suelo comer fruta y de vez en cuando algún capricho, pero este flan con fresas (o cerezas) y nata, les encanta a los niños. Os lo paso. Id preparando, sin necesidad de esterilizar porque son para consumo rápido, pero sí limpiar, cinco o seis botes de esos que se suelen guardar para lo que sea y que ahora nos van a servir. Si no tenéis botes podréis usar vasos y luego los tapáis con papel film, que es otra opción. Ya sabéis que en la cocina no hay reglas, sino sentido común y buenas prácticas.
Flan con fresas y nata
ingredientes:
(para el flan)
  • medio litro de leche
  • cuatro huevos
  • cien gramos de azúcar
  • vainilla
(para la confitura de fresas)
  • fresas
  • azúcar
  • agua
(para la nata)
  • nata para montar o nata montada directamente

elaboración:

Empezamos con el flan. Con media vainilla es suficiente. Abrimos a lo largo la mitad de la vaina y le quitamos las simientes. En un cazo ponemos la leche a calentar con la vaina y las simientes, todo para dentro. En cuantito veamos que empieza a hervir, retiramos el cacharro del fuego y lo dejamos templar.
Mientras se enfría un poco batimos el azúcar con los cuatro huevos, y cuando la mezcla sea homogenea añadimos la leche, pero colada claro, porque tiene la vaina y las simientes por ahí danzando todavía.
Y ahora viene el momento del microondas, que además de para calentar la leche, sirve para hacer flan. Llena los botes aproximadamente hasta un tercio de su profundidad. Los metes en el microondas unos cinco minutos a tres cuartos de la potencia máxima que tenga, no a tope. Los sacas y esperas un par de minutos. Los vuelves a meter en el microondas y a la misma potencia los dejas ya solo un par de minutos. Si no están cuajados puedes repetir la operación otra vez, pero dos minutos solo. Los sacas y esperas a hacer la confitura de fresas o de cerezas, de lo que quieras. Esto más que confitura deberíamos llamarlo sopeao, porque aunque es como si fuérais a hacer mermelada, se hace en menos tiempo. 



Mientras se enfrían y cogen cuerpo los flanes en sus respectivos botes, procedemos a poner en una sartén dos o tres cucharadas de agua y cuatro cucharadas soperas de azúcar, y como es natural unos trescientos gramos de fresas bien despachaos, lavadas y cortadas a la mitad (si son fresones de esos enormes, entonces en cuartos, pero ahora en verano la fresa que hay es de menor tamaño). Ponemos la sartén al fuego y le vamos dando vueltas para que no se peguen. En poco tiempo el líquido que van soltando las fresas, más el agua que pusimos aunque era poca, irán formando una sopa espesita de fresas. Pues bien, cuando vosotros decidáis como os va a gustar la cobertura del flan, las retiráis del fuego para dejarlas templar. Tened en cuenta que esta confitura de fresas tomarán más consistencia al enfríarse, porque obviamente van a ir perdiendo agua en forma de vapor, aunque no lo veais. Vale, pues ya está. Cuando el flan esté cuajado se le echa por encima un poco de la confitura de fresas, cerramos los botes, y al frigorífico con el invento.
A la hora de servir se abre y se echa la cantidad de nata montada que cada cual quiera. Ea, ya está.




domingo, 15 de marzo de 2015

Una cosa simplemente sabrosa

Si lo preferís con la hierbabuena picada, pues muy bien, si no ponéis en el fondo de un bol un par de hojas de hierbabuena, encima las fresas partidas a la mitad o en cuartos si son muy grandes. Se añade limón y azúcar. Ya está.
Fresas con menta y limón
Ya está os decía. En todo caso las meneáis un poco, pero con que reposen un poco antes de comerlas es suficiente. Ea, hasta luego.

domingo, 2 de marzo de 2014

Un postre sencillo y sorprendente

No entiendo como no os he puesto esta entrada todavía. Es la combinación perfecta. Cuando probéis este postre no lo vais a dejar de hacer. Eso fijo.
Fresas con mango.- Cortar láminas de mango y disponerla más o menos como en la imagen superior. Salpicar un poco de limón por encima, casi nada, y sobre el mango disponer un picadito de fresas, lo que viene a ser según los finos, un tartar de frutos rojos, que es picar las fresas y ponerles algo de azúcar, removerlas y dejarlas reposar un cuarto de hora. Ya está.Se adorna con una hoja de hierbabuena. A disfrutar. Ni os imagináis cómo está de bueno esto.

domingo, 24 de mayo de 2009

Haciendo el indio

Mi querida Lola me hace un encargo: tienes que hacer una tarta para esta tarde que es el cumpleaños de mi padre. Dicho, o mejor dicho, ordenado y hecho. Como el otro día me trajo una caja de fresas y ayer compré unas cerezas estupendas en la frutería de Juan, pues una tarta de fresas y cerezas. Cuando tengo la base en el horno, y estoy meneando la crema que va por encima, me llama por teléfono: que no tienes que hacer nada por que ya han comprado una tarta, así que te vienes y ya está. Pues muy bien, correcto, pero ya la tarta está practicamente terminada, queda terminar la crema, sacar la base del horno, desmoldarla y echarle la crema para luego colocar la fruta y un hilito de almíbar por encima para darle brillo y más dulzor aún. Así que nada, la terminaré.
Saco la base del horno, dejo la crema reposar y limpio la fruta, deshueso las cerezas y corto las fresas a la mitad. Pero como son ya las dos y media de la tarde, pues dejo la tarta y reciclo unos restos de ayer y de antes de ayer para almorzar. Calamares rellenos de huevas y gambas, por ejemplo, que a Manolete no le gustan, así que me invento un arroz indio (de la India), que se hace en un momento y a mí, que como hoy con la tarta siempre estoy haciendo el indio (del Atlético, los de las plumas), pues me sale estupendo. Os voy a regalar las dos, la tarta de cerezas y fresas, pero antes el dicho
Arroz indio.- Es preferible utilizar un arroz de esos largos tipo basmati, pero si no tenemos, pues no importa. El arroz se lavará bien, hasta que no suelte almidón, es decir, hasta que el agua se quede clarita. Entonces lo dejamos en remojo mientras preparamos un refrito con cebolla, ajo, pechuga de pollo troceada en dados, almendras crudas (como iba con prisas, las puse con piel y todo, no pasa nada), unos garbanzos de bote, de esos que vienen ya cocidos, más unas cuantas especias que si no recuerdo mal, fueron: un clavo y una cucharadita de cominos que los majé juntos y con sal en el mortero; un poco de jengibre seco y rallado, una punta del cuchillo de canela molida, pimienta molida, un poquito de cúrcuma y su poquito de sal. En una cazuela puse el arroz con el agua fría a cocer, poniéndole también un poco de azafrán y sal. Cuando el arroz estuvo listo, cocido pero entero, lo escurrí bien y lo dejé tapado mientras ponía la mesa.
Me quedó todo la mar de mono, el mantelito, las servilletas a juego, los cubiertos, la vajilla de los domingos... Sólo me quedaba que Manolete dejara el ordenador y que el Negro se despertara, así que procedí a terminar el arroz volviendo a poner al fuego el refrito y añadiendo el arroz, espolvoreando todo con perejil recién picado. Una delicia. Pero los niños no terminaban de bajar a comer. Dos gritos y nada, así que me puse a comer solo y entonces bajaron: "ojú, viejo, no esperas a nadie". Tócate las narices. Ya os digo, haciendo el indio soy el rey, que digo el rey, el puto amo. Bueno, vamos con la siguiente, con la
Tarta de fresas y cerezas.- Primero hacemos la base mezclando tres cucharadas de azúcar glass y dos tacitas de harina con cien gramos de mantequilla y dos yemas de huevo, más un poco de vainilla en polvo, de esa que venden en botecitos como los de especias. Se amasa bien y se deja reposar tapada con un paño, al menos media hora. Mientras podemos ir haciendo la crema, para que cuando salga del horno la base, que la pondremos después de la media hora, esté ya fría y haya cogido cuerpo como para ponerle encima las frutas. Pues bien, la crema la hacemos poniendo en el fuego un cazo con medio litro de leche y otro poquito de vainilla en polvo, tres cucharadas soperas de azúcar y como una nuez de mantequilla. Esto es menester hacerlo a fuego lento, sin dejar de menear con las varillas de metal y procurando que no hierva. Paciencia, ya lo sé, hay que tener paciencia, pero es que no queda otra. Bueno, hacer trampas y subir un poco el fuego para que espese antes, pero ya os digo, eso es trampa. A los cinco minutos de estar removiendo, añadimos dos yemas de huevo y dos cucharadas de harina de maíz que disolvemos previamente en un poco de leche fría. Se incorpora de nuevo y ahora sí que no se debería subir el fuego, removiendo sin parar hasta que espese. Cuando haya espesado, se retira del fuego y ya fuera espesará más, lo suficiente.
Pero bueno, dejamos la masa de la base reposando y ya ha pasó la media hora preceptiva, así que la estiramos sobre el mármol con el rodillo y forramos con esta masa un molde de esos redondos con la base desmoldable, pero mojando el aro y la parte plana del fondo con aceite y añadiendo pan rallado para que después salga perfectamente la base que estamos preparando. Bién, al horno, precalentado a 190º, como un cuarto de hora. Cuando esté, desmoldamos y rellenamos con la crema que teníamos reservada, colocando encima las fresas y las cerezas que ya teníamos preparadas. Cuando todo está se añade un poco de almíbar, que haremos con azúcar y agua en un cacito al fuego, y que también esperaremos que esté frío para echar por encima de la fruta un hilito de almíbar. Se acabó. Es fácil, aunque como me enrollo como una persiana, pues a lo mejor parece que es más complicado, pero si sois capaces de extraer de toda esta perorata la receta, veréis que es facilísima y riquísima.

sábado, 4 de abril de 2009

90 días de penitencia (61)

Desayuno
  • Café cortao
  • Tostada con aceite de oliva
Hoy tengo que ir al Instituto, a la entrega de notas. Me levanto y me largo después de una agüita refrescante en la ducha. Desayuno en lo de Alberto. Café y tostada de pan normal con aceite de Gibraleón, el de los premios.

Almuerzo
  • Queso manchego
  • Revuelto de gurumelos
  • Garbanzos con bacalao
  • Dos cervezas
  • Tres manzanillas
  • Un tinto
  • Fresas con leche
Esto se está pareciendo más a la dieta de un alcohólico que a la de un gordo que quiere bajar kilos. Todavía no me he pesado, por cierto. No me atrevo en realidad. Puede que hasta haya engordado. Ya veremos. En La Colmenilla, en Gibraleón, me tomo un poquito de queso manchego y un revuelto de gurumelos que comparto con Pepe Martín, que me regala además exquisita conversación, cervezas y manzanilla de Sanlúcar. No es que sea camarero, sino que me invita. Es colega en el Instituto, de matemáticas él, y además concejal socialista en el ayuntamiento de su pueblo, que es Gibraleón. Un tipo extraordinario.
Después me largo a Huelva y termino de comer con mi niño el grande y mi padre. Garbanzos con bacalao que hice el otro día y que quedaba un resto. Creo que ya os di la receta, si no, pues otro día os la doy. Unas fresas batidas con leche y azúcar sirven para completar el menú del día.

Merienda
  • Té con José Luís
Es el médico de mi padre, ha venido a ver cómo sigue. Nos tomamos un té y charlamos de lo divino y lo humano. Se va y vuelvo al ordenador.

Cena
  • Ensalada de tomate y queso fresco
  • Brochetas de pollo, tomatitos y cebolla
  • Fresas solas
Una película de Fritz Lang y tomates troceados, queso fresco igualmente partido en porciones similares a las del tomate. Y por encima sal, orégano y aceite de oliva virgen extra.
El final de la película adobado con unas brochetitas de pollo intercalado con tomate y cebolla. El pollo previamente aliñado a mi manera, que es algo así entre lo jarambingo y lo tradicional andaluz. Cebolla rallada, ajo, perejil, culantro, jengibre seco y rallado, orégano, pimienta de cayena molida, sal y pimienta, que yo recuerde, claro. Casi todas estas especias están en las relaciones que se conservan de comidas y banquetes en la Andalucía bajomedieval y altomoderna. Este era el país de las especias, la tradición árabe quedó tras la marcha de generaciones de musulmanes que no se quisieron convertir al cristianismo. No tantos como pudiera parecer en principio. Las especias que no se cultivaban en Andalucía, se traían por las rutas del Mediterráneo. Luego ya vendrían de América.
De postre fresas solas, simplemente lavadas y ya está. Son de esas camarosa de las que ya os he hablado en otra ocasión. Buenísimas.

jueves, 12 de marzo de 2009

90 días de penitencia (38)

Desayuno:
· Café cortao
· Nopán con jamón de verdad

Como anoche no me quedé jartito, pues esta mañana más. Ahora, eso sí, con nopán.

Almuerzo:
· Ensalada de apio y pimientos
· Jamón
· Chocos con habas
· Un par de tintos
· Fresas con vinagre

Sí, ya sé que es la ensalada que hice el domingo y que ayer me comí lo que quedaba, pero es que ha venido a comer mi cuñá y le encanta el apio, así que otra vez.
El jamón, una vez abierto, habrá que gastarlo. Vamos, digo yo.
Un refrito con casi media cebolla, medio pimiento verde que sea más bien pequeño, dos dientes de ajo, un par de hojas de laurel y en cuanto la cebolla empieza a clarear, se añade un choco bien limpio de piel y vísceras, cortado en tiras. Se deja cocinar unos minutos, hasta que suelta algo de agua, que se evaporará como es natural, y cambia de color. Entonces es el momento de echar las habas (o babys de esas que venden congeladas, o de las que ya están en el mercado, que es tiempo ahora, pequeñas y tiernas, a las que se le cortan las puntas y se trocean a gusto del consumidor. Se dan unas vueltas y se añade sal, pimienta, azafrán y un poco de cominos, pero poco, majado con una pizca de sal. Se mueve, se cubre de agua y a esperar pacientemente a que se reduzca todo el líquido y las habas con choco queden en una salsita mínima. Es conveniente no tener prisas y dejar que se haga a fuego medio.
Las fresas, partidas a la mitad, con su cabito y todo, con un poquito de vinagre por encima, que les quita la acidez y potencia su dulzor. Ya está.

Merienda:
· Té solo
Sigo erre que erre, con el té solo al lado del ordenador por las tardes. Es lo que hay.

Cena:
· Tomates rajaos con sal
· Revuelto de gurumelos
· Tinto
· Pan integral

Tengo controlao a uno que vende gurumelos con una furgoneta. Lo llamas y te trae a domicilio la cantidad que quieras. Una pasada.
Las recetas son bien simples y además el revuelto dije el otro día como lo hacía. Así que hasta mañana.

viernes, 6 de marzo de 2009

90 días de penitencia (32)

Desayuno:
· Café cortao
· Tostada de pan integral con tomate y jamón
Vuelvo a los desayunos del principio. El nopán lo usaré en las comidas o en las cenas más bien.
Después del desayuno, el pesaje. 99 kilos. No está mal pero podía estar mejor. En el primer mes he perdido siete kilos. Ahora me resta perder cuatro kilos y medio en estos segundos treinta días que hoy inicio, y otros tantos en los siguientes treinta, con lo cual habré alcanzado el objetivo. Pero no hay que descuidarse, pues al principio de una dieta es más fácil perder kilos. El final es lo que cuenta.

Almuerzo:
· Endivias con anchoa y una aceituna negra
· Besugo al horno
· Dos vasos de vino blanco del Condado
· Pan integral, un trozo.
· Sopa de chocolate blanco con fresas

Esta ensalada es más para lucirse que para nutrirse. He puesto unas hojitas de brotes tiernos en el centro del plato, y sobre ellas unas hojas de endibia enhiestas. Entre ellas y los brotes tiernos del centro, una cebolleta pequeña a la que le practico unos cortes para que quede más espectacular, de modo que sobresalga por encima de las hojas de endibia. A los pies del monumento, nueces y tomatitos sherry cortados en gajos. Casi nada. Ahora tomo una anchoa y abrazo con ella una aceituna negra, una perla del Guadalquivir. Este es el tema central y toca las hojas de endibia como queriéndose subir por ellas. Sólo falta una vinagreta con mostaza y miel, más un poco de perifollo para adornar a un ladito.
Hoy, besugo de la pinta. El pescadero me lo ha limpiado y a vosotros que os haga lo mismo. En la bolsa donde estuvieron las tripas, sal y pimienta, más medio limón. En la fuente de horno, patatas de esas pequeñitas cortadas a la mitad y por supuesto peladas, más zanahoria, también pelada y cortada en bastoncitos no demasiado finos. Algo de cebolla cortada en gajos y encima el pescado, salado por ambos lados. Un buen chorrón de aceite, que caiga del lomo hacia el fondo de la fuente, donde están las verduras. A media cocción, regar el pescado con el zumo del medio limón que nos sobró. El tiempo, el horno y el tamaño del horno lo dirá, pero la temperatura deberá estar a 190º y se saca en cuanto el pescado avise, quiere decirse cuando se ve que la carne está hecha en su interior, en la parte pegada a la espina, en ese instante se saca para que no se seque lo más mínimo. Al servir regar con un hilo de aceite.
El chocolate blanco, que no es chocolate ni es ná, basta con ponerlo en un cazo con un poquito de agua y al poco está derretido y hecho una crema. Pues bien, si le ponéis un poquito más de agua, tenéis eso que ahora llaman sopa. En otro cazo ponemos azúcar y unas gotas de agua y la ponemos al fuego, cuando el azúcar empieza a derretirse, se apaga el fuego y se echan unos fresones enteros, dando unas vueltas para que se impregnen bien del azúcar. Se espera a que se enfríen y se sirven sobre el chocolate blanco que está hecho sopa.

Merienda:

· Té verde con hierbabuena
Té, ordenador (que por fin funciona internet) y música: Break on through, de los Doors: “You know the day destroys the night / Night divides the day / tried to run / tried to hide. / Break on through to the other side… “

Cena:
· Guisantes con jamón
· Un tinto (o dos si se tercia)
· Nopán
· Yogur desnatado con sabor a…. chantatachán… ciruelas

Picar un cuarto de cebolla, dos dientes de ajo, medio pimiento verde y una zanahoria mediana. Con todo esto hacemos un refrito y en cuanto vemos que la cebolla empieza a ponerse transparente, se añaden los guisantes, sal, pimienta y se les dan unas vueltas, añadiendo a continuación viino blanco y agua hasta cubrirlos. Se dejan cocer y cuando empiezan a arrugarse, y por lo tanto a decir que ya están listos, se les añade jamón cortado finito y en tiras.

sábado, 28 de febrero de 2009

90 días de penitencia (26)

Desayuno:
· café cortado (leche semidesnatada)
· Nopán con pavo

Ya está cerca el fin de mes, y por lo tanto el jamón. Además creo que estoy adelgazando más de lo previsto. El jueves tengo consulta con la médico y ya veremos cómo va la cosa. En cuanto al pavo, es uno que venden aromatizado con finas hierbas, aunque le sale eneldo por los cuatro costados, aunque teniendo en cuenta las calorías del jodido pavo, en lugar de cuatro costados, debe tener, como mucho, uno.

Almuerzo:
· Ensalada de berros
· Calabacines rellenos de pisto
· 1 vaso de vino tinto. Crianza
· Nopán
· Fresas con zumo de naranja

Me ha hecho la ensalada mi niño el grande. No me digan que no es conmovedor. Ha puesto un montón de berros en una fuente honda y encima le ha picado lo que le ha parecido. El aliño, el normal, aceite, vinagre y sal. Pero las proporciones fantásticas. Es un crack. Cuando quiere, claro está.
Fui a la tienda de Juan y le dije que me diera tres o cuatro calabacines, amén de otras delicias bérzicas que tiene el jaraqueño en su frutería que es la del barrio. Me dio dos normalitos y uno extremadamente largo que fue el cachondeo del respetable que esperaba turno en el dicho colmao. Uno le sigue la corriente y las señoras se divierten de lo lindo con las cosas de Juan y con el calabacín, enhiesto pero con esa curvatura fálica tan característica. En cuantito llegué a casa lo troceé en porciones de unos cinco centímetros, los ahuequé y los puse a cocer en agua caliente unos minutos, hasta que estuvieron blandos. Mientras piqué moderadamente groseras una cebolla y dos trozos de pimiento de los de asar, uno rojo y otro verde, además de un tomate maduro y grandote, sin piel ni pepitas. Hice un pisto añadiendo algo de sal, pimienta y un poquito de azúcar por lo de la acidez del tomate, pero poca en todo caso. Con el pisto rellené los calabacines ya cocidos y tiernos pero firmes. Con el resto del pisto que me sobró decoré el plato. Estupendos.
Le estoy cogiendo afición a las fresas. Partidas a la mitad y de esas candongas de las que ya os he hablado, les exprimí el zumo de una naranja y las dejé reposar media horita en la nevera. Ya está.

Merienda:
· Café con Moi
En el blog tenéis la conexión con su página web. Es un fotógrafo excepcional. Me trae un catálogo que ha hecho en forma de libro de su última exposición “Retratos de primera mano”, y un ejemplar de “Huelva en su salsa. 1000 recetas de cocina” que compró doña Bella, su madre y que tiene muy buena pinta, quiero decir que es un libro de los que no están en un estante, sino en la cocina, a pie de obra. Se lo firmo y nos vamos a tomar un café a un bar del barrio. Con la charla de Moi no es necesario tomar nada más que un café calentito. Momentos agradables que tiene la vida.

Cena:
· Lomo con verduras.
· Nopán
· Vino tinto
· Yogur desnatado con sabor a… chantatachán, Melocotón, creo

De pronto he caído en la cuenta que como menos carne que un jilguero. Así que hoy para cenar, he pillado dos lomitos (aunque no coma carne, la compro para los demás, que a dieta sólo estoy yo) y los he pasado por la plancha. A su vera he puesto unas verduras a la plancha, sin sal ni nada, pero con un hilo de salsa de soja, que no sé por qué me gusta un montón.

martes, 17 de febrero de 2009

90 días de penitencia (15)

Desayuno:
· Café cortao
. Tostada con aceite

Desayuno en el Instituto. Es lo que hay, nada de integral, pero bueno, un día es un día.

Almuerzo:
· Tomates con queso fresco
· Pollo al ajillo
· 1 vaso de vino tinto
· Un trozo de pan integral.
· Fresas al cava


Corto en rodajas un tomate y los alterno con ruedas de queso fresco. En el centro una aceituna negra y por encima aceite, sal y orégano. Así de simple y de rico.
Tomo una pechuga de pollo y la troceo en cuatro o cinco partes. En una sartén caliente, pongo una lámina de aceite de oliva y refrío el pollo en ella. Bajo el fuego, añado tres dientes de ajo cortados en tres o cuatro pedacitos cada uno y tapo la sartén. Poco a poco, si tenemos el fuego al mínimo, se irá haciendo una salsita y el pollo se terminará de hacer. No hace mucho tiempo, con veinte minutos es suficiente, pero cuidad de que no se pegue el pollo y si hiciera falta, añadid algo de agua o de zumo de limón, a gusto de cada cual. Se sirve el pollo en el centro del plato y se añade la salsa por encima, terminándose de decorar con perejil muy picadito por todo el plato.
Tomamos buenos fresones de Huelva, les quitamos los pedúnculos y los partimos a lo largo y a la mitad. Se dejan en un recipiente, rociados con algo de vinagre, no demasiado, se mezclan bien y se cierra con papel transparente el recipiente, dejándolo en la nevera al menos una hora antes de servirlos, regados con cava de Almendralejo, de Utiel - Requena o catalán, previamente enfriado. El resto del cava se sirve al resto de los invitados. Nosotros, con prudencia.

Merienda:
Nada. Hoy se me ha ido el santo al cielo y cuando me he querido dar cuenta eran las ocho de la tarde, así que ya espero a la cena. Bebo agua, que también es muy bueno para la dieta.

Cena:
· Crema de verduras
· ½ vaso de vino tinto
· Un trozo pequeño de pan integral.
· Dos peras de agua


Corté en pedacitos algunas verduras: nabo, calabaza, zanahoria, calabacín, apio, acelgas… las que tenía en casa. Las puse en la olla con media pastilla de caldo concentrado y lo puse todo a hervir cubriéndolo suficientemente con agua. Cuando estuvieron bien cocidas, sólo tuve que quitar las ramas de apio, el tallo lo dejé, y lo pasé todo por la minimpimer añadiendo un chorreón de aceite de oliva y sal. Tengo para esta noche y para dos o tres días más. Pero los niños darán cuenta de esta cremita porque está la mar de buena.