jueves, 18 de junio de 2015

Los garbanzos no son para el verano, ¿o sí?


A veces tienes que buscar la manera de continuar consumiendo legumbres por mucha calor que haga. Ya han subido las temperaturas y podemos encontrar fórmulas tradicionales para ingerir los magníficos garbanzos blancos andaluces, como los del Campo de Tejada en Escacena. ·Vamos con un guiso que salva el problema de los sudores que conllevan los potajes, una comida caliente de toda la vida, y totalmente compatible con el calor del verano:
Espinacas con garbanzos.- Se pondrán en remojo los garbanzos desde la noche anterior. Se ponen en una cazuela bien cubiertos de agua, con una hoja de laurel y una pizca de sal. A hervir hasta que casi estén tiernos. En este momento se añaden las espinacas, bien lavadas y cortadas, se van dando vueltas pacientemente pues las hojas de espinacas enseguida se van reduciendo y ya casi tenemos las espinacas con garbanzos terminadas.
Mientras se hacen, freímos un par de rebanadas de pan y cuatro dientes de ajo. Una vez frito se majan con sal, pimienta, pimentón dulce y picante, más la cantidad de cominos que a cada cual le apetezca. Se incorpora el majado a los garbanzos que se están terminando de hacer junto a las espinacas, y se dan vueltas con el cucharón de madera hasta integrar todo. Ea, a disfrutar.

jueves, 4 de junio de 2015

El untuoso rape


Aprovechar la untuosidad del rape para hacer un guiso tradicional con nuevas maneras. Veamos cómo podemos hacer un
Rape con papas: Troceamos la cola de un rape de buen tamaño. Los huesos los ponemos en una olla con una hoja de laurel, un vaso de vino blanco y tres de agua. Dejamos cocer a fuego medio. Mientras, troceamos dos o tres patatas y las reservamos. En una sartén freímos dos rebanadas de pan, un trozo del hígado del rape y dos dientes de ajo laminados, majamos todo una vez fritos pan, ajos e hígado, con un poco de sal, unas hebras de azafrán y unos granos de pimienta. Rallamos media cebolla y la echamos en una cazuela con una lámina de aceite puesta a calentar, sobre la cebolla añadimos las patatas y el majado. Damos dos o tres vueltas y añadimos el caldo de haber cocido las espinas del rape.
Ya está casi listo el guiso porque el rape tiene, como todos los pescados, poca cocción. Se prueba de sal cuando las patatas estén ya tiernas y se rectifica. Se añade el rape troceado, dos meneos a la olla y a servir cubierto con perejil recién picado.