Desayuno:
. Café con Juan Villa y con tostada
Vengo del médico y me encuentro con Juan Villa. No he desayunado, así que al Agmanir a por un café y una tostada con aceite de oliva, de pan normal y corriente, como debería ser.
Almuerzo:
· Ensalada de habichuelillas verdes
· Aguja palá (pez espada)
· Un solo vaso de vino tinto
· Nopán
· Naranjas
Estoy estupendamente. Sin nada de fiebre y con apetito, pero la dieta continúa. Es más, deberá mejorar pues últimamente no es demasiado rigurosa. Así que con las habichuelillas verdes que me sobraron de las que cocí ayer, hago una ensalada. Les pongo sal, vinagre y un hilo de aceite de oliva de Trigueros, fantástico. Por encima cebolleta picada en juliana y perejil para terminar de adornar.
Un filetito de aguja palá, que es como por aquí se le llama al pez espada, aunque al ser Huelva ciudad de aluvión, pues ya es normal encontrar en las pizarras de los bares y en las cartas de los restaurantes pez espada en lugar de aguja palá. Habrá que ir acostumbrándose a vivir en una ciudad en la que ser de ella es estar en minoría. Cosas de la vida y del mundo animal.
Vuelvo al nopán y reduzco notablemente la ingesta de vino. De postre, fruta.
Merienda:
· Té con música
No os lo vais a creer, pero en este momento están sonando los Iron Butterfly con su mayor éxito, In-a-gadda-da-vida. Al lado del teclado, un té solo.
Cena:
· Tomates con sal
· Jamón
· Peras y kiwis
Una cena frugal. Tomatitos rajaos con sal y un poquito de jamón, sin mucho tocino, eso sí. De postre, frutas. A ver si retomo el rigor de una dieta y me dejo de tonterías, que no bajo de los 98 y algunos gramos, es decir, que en los últimos quince días, apenas he bajado un kilo. Normal, con esta dieta, como para adelgazar.
4 comentarios:
Como dijo nuestro gran Juan Ramón "A la minoría siempre" o "A la inmensa minoría".
Viva la aguja palá
Ahí, ahí, aguja palá. Te voy a confesar una cosa, siempre me asalta la duda de la razón por la que el pescaero te corta los filetes de aguja tan delgaínos. Yo creo que debe ser por el precio, que así pesan menos y parece más barato el pescaíto, pero para hacerla a la plancha, si es aproximadamente el doble de grueso el filete de lo habitual, no sólo se hace mejor y no se reseca, sino que aluego endespués, la puedes trocear y disfrutarla en compañía, que tampoco es menester manducarse tres cuartos de kilo de aguja palá de una sentá, pero así hecha en la plancha (que esté bien caliente), en poco tiempo y con su hilito de aceite y una mijita de sal por encima (ajiperejil, no gracias)queda de auténtico lujo. En fin, una de las cosas que más me gustó de Roma fue la adoración que tienen por la aguja palá, pero no entiendo tampoco por qué extraña razón allí también le llama todo el mundo pez espada. No sé, no lo entiendo. Pues me gustó eso y una lubina que cada vez que me acuerdo de ella me voy al vueling punto com y me reservo un billete de ida y vuelta en el día. Menos mal que Lolita, que es más mesurada, está siempre al quite y cuando estoy metiendo los dígitos de la cuenta corriente y la pata al mismo tiempo, me arranca el cable del ordenador. En fin, tronco, que eso es lo que hay, Alzugaray. Qué Viva la aguja palá. Un abrazo.
Posdata: como mañana vaya tempranito a la plaza, antes de que los pescaeros la hayan fileteado entera, me compro dos filetes de dos centímetros y medio de tomo cada uno. Je, je... Y si luego después nos vemos en el bar de Miguel, tinvito a boquerones blancos de la costa y al régimen este que le den por culo. Otro abrazo y otra posdata: no veas la manzanilla que tiene Migué en el bar, translúcida.
Quiyo, Berni, pa mí que el In-A-Gadda-Da-Vida es de Iron Butterfly.
Estoy haciendo tu régimen y ya he puesto media arroba.
Un saludo.
H.
http://es.wikipedia.org/wiki/In-A-Gadda-Da-Vida
Vaya, en qué estaría yo pensando. Evidentemente, era de los Iron Butterfly y lo acabo de corregir, gracias tronco. En cuanto a lo de la arroba, también tienes razón, a mi me pasa lo mismo, por más que sigo este plan, más gordito y lustroso me estoy poniendo. Ahora, en serio. La cosa está en no comer pan y evitar en lo posible grasas y azúcares. La dieta es tranquilita y los menús son los que preparo no sólo para mí, sino para todo el personal que come en casa, que suele ser un número indeterminado y variable de personas humanas. Comer, se come, pero tampoco se trata de darse un atracón, como le pasó a un colega, que se puso a comer berza exclusivamente y era capaz de vendimiarse diez kilos de verdolaga de una sentá. En realidad ya llevo perdidos unos diez kilos y aunque ahora se trataría de mantenerme en este peso, unos noventa y cinco más o menos, si bajo en lo que me queda algunos más, pues mejor. Después intentaré simplemente no ser tan tragón y por supuesto continuar evitando el pan, las grasas, aunque entonces ya no tanto, y los azúcares. Un abrazo y gracias por las dos indicaciones. Esta última creo que es necesario que la introduzca en la página principal, como advertencia o norma general. Hasta pronto.
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