viernes, 10 de abril de 2009

90 días de penitencia (67)

Desayuno
  • Café cortao
  • Nopán con queso fresco y jamón york
  • Buenas intenciones
Es lo mejor en el menú de hoy. Las buenas intenciones. Tengo un compromiso a la hora del almuerzo, pero creo que debo ir enmendando esta historia y adecuarme a menús con menos alcohol. Sobre todo eso, menos vino.

Almuerzo
  • Cañaíllas
  • Calamares del campo
  • Tomates rajaos con sal
  • Frito variado
  • Sólo tres cervezas
  • Tarta de tres chocolates
Quedamos con la pandilla de Lola en el restaurante del Club Náutico del Río Piedras, en El Rompido. Como siempre magníficas cañaíllas para empezar. Después calamares del campo, que es como se le llama por aquí a una fritura de cebolla y pimiento, cortados convenientemente en anillas que parecen de calamar. Luego unos tomatitos que apenas pruebo y pescaíto frito. Frito variado, como el del Pincho Moruno que anda retirado por los parajes que recorriera para nosotros Virgilio.
Tarta de tres chocolates y empalmo con la merienda.

Merienda
  • Güisqui
Me encuentro a los postres con Jorge y Mari Carmen, viejos amigos. Me retraso en consecuencia y me tomo un par de güisquis, pequeñitos, con Jorge. Los buenos propósitos empiezan a ser ciertos. Aunque todavía, no mucho. Tampoco es cuestión de correr, que correr, como dijo un futbolista sabio del Betis, Rogelio, es de cobardes.

Cena
  • Habas enzapatás
  • Revuelto de gurumelos
  • Un sólo tinto
  • Yemas de Rufino
Habitas enzapatás, un revuelto de gurumelos con unos cuantos que me trajo ayer el Pasolini. Salteo unos dientes de ajo laminados y le echo encima los gurumelos troceados cuando está el ajo poniéndose blandito. A continuación le casco tres huevos y le doy unas cuantas vueltas, para sacarlo de inmediato del fuego y seguir dándole vueltas lejos del calor. Y luego, yemas de Rufino, que no debería de haber probado siquiera, pero es que son toda una tentación. Cayeron tres. Qué se le va a hacer.

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