domingo, 5 de abril de 2009

90 días de penitencia (62)

Desayuno
  • Café cortao
  • Pan integral tostado con jamón
Está mi niño el chico en casa. Nos hacemos un montadito de pan con jamón, él normal y yo integral. Para que vean ustedes que somos pudientes. El jamón parece que tiene función autoconsumo, se está quedando en las cliclas. Habrá que buscar un tipo de jamón interminable, que tenga la rosca sin fin. Mientras tanto, habrá que plantearse comprar otro, pero ahora no, que estamos en Cuaresma y don Carnal y la cuenta corriente han perdido la batalla de todas, todas.

Aperitivo
  • Dos cervezas
  • Tres manzanillas
  • Habas enzapatás
  • Boquerones y choquitos fritos
En la plaza de abastos, esas cuatro paredes tan cutres que albergan a verduleros, pescaderos, carniceros, etc, en tan pésimas condiciones, me encuentro con Felipe Marianas. Compro sardinas, caballas, almejas y gambas; y nos vamos al bar de Miguel. Voy con mi cuñao Luís, que paga las viandas y luego las cervecitas, menos las que paga Felipe. Total, que me voy de rositas. En el bar de Miguel, habas enzapatás, que las debe preparar como yo o muy parecidas, porque tienen el mismo aspecto y el mismo sabor. Después os explico como las hago yo, que es decir como las hacía mi madre. Luego de las habitas, más cerveza y boquerones fritos. Nos vamos al aparcamiento del nuevo mercado, que ya les vale a todos, Ayuntamiento incluído, cambiar de tercio e irse a un lugar más decente, joder. Entre el viejo mercado del Carmen y el parking del nuevo, está lo del Gallego, así que parada, manzanilla y choquitos fritos. Luego a casa, a preparar la comida.

Almuerzo
  • Picadillo
  • Habas enzapatás
  • Rape con guisantes
  • Caballas asadas
  • Vino tinto
  • Fresas
Ponemos la barbacoa y mientras el carbón alcanza la temperatura adecuada para asar caballas, hacemos un picadillo tradicional. Pimientos, cebolla, tomate, pepino y luego sal, vinagre y aceite de oliva. Ya está. Servirá sobre todo para acompañar al pescado.
El rape con guisantes ya lo tenía hecho. El otro día compré unos guisantes de esos palermos, espectaculares, en la frutería de Juan, el de la Huerta de Aljaraque y ayer por la noche hice el guiso. Se trata de hacer un refrito con cebolla, ajo, pimiento y zanahoria, se le pone una hoja de laurel, azafrán, sal y pimienta. Cuando la cebolla está pochada, se le añaden los guisantes, se dan unas vueltas y un chorreón generoso de vino generoso (oloroso del Condado le va de perlas). Ya sólo queda esperar un momento a que el vino se evapore, añadir agua que cubra los guisantes, más los huesos del rape, y cuando empiecen a arrugarse los guisantes, al cuarto de hora más o menos, se sacan los huesos y se añade el rape troceado. Esperar seis o siete minutos a fuego medio y se acabó.
Las habas enzapatás las hago muy simples. Se pone poleo y yerbabuena en el fondo, dos manojos, y sobre ellas dos kilos y medio de habas (grandes, de las que en otros lugares se utilizan para alimentar el ganado. Ellos que se lo pierden) que se habrán desgranado pacientemente. Ahora sólo queda cubrirlas suficientemente de agua y ponerle sal, bastante. Cuando pensemos que ya tienen suficiente sal, le añadimos otro puñadito más y entonces tienen su punto justo. Se retiran del fuego cuando las habas, como los guisantes, avisan. Quiero decir que se arrugan. Se toman frías o calientes, pero a medida que pasa el tiempo van tomando la sal y están peor.
De las caballas no os cuento nada, porque no las hice yo. Salieron demasiado asadas, por ser prudentes a la hora de criticar lo que hacen los demás. En realidad, no las hizo nadie, estábamos tan ricamente sentados comiendo y charlando, que se nos pasó, y cuando el niño fue a sacarlas, pues ya era demasiado tarde. En todo caso, yo me comí la mía.

Merienda
  • Nada
Estaba durmiendo la siesta y cuando desperté me fui a la pelota. El Recreativo perdió de penalty con el Sevilla y los muy mamones de los biribiris nos berrearon eso de ¡A segunda, a segunda! Aquí en Portugal somos más educados que esos habitantes de la capital de la vecina comunidad autónoma andaluza. Que les den por el culo.

Cena
  • Insalate di fruti di mare
  • Spaguetti alle vongole
  • Fragole
Mi novia quiere una cena italiana. Lo que tiene que hacer es llevarme a Nápoles, por ejemplo, pero como soy más bueno que el pan (integral), le hago una ensalada de frutos del mar. Brotes tiernos, tomatitos sherry, pepino, pepinillos, gambas cocidas y peladas, calamares cortados en aritos y cocidos con sal y laurel, más unas almejas abiertas que se ponen al final. Antes de las almejas se pone la sal, y luego de las almejas, zumo de limón y aceite de oliva del de Trigueros que es sensacional.
Los espaguetis con almejas están buenísimos, y los hago como en Nápoles, que ya les decía que es mejor que Lola me lleve a Nápoles y acabamos antes. En el agua de la cocción de los calamares primero, y las gambas después, cuezo los espaguetis. Mientras cuecen pongo en una perola grande aceite de oliva virgen extra, de ese de Trigueros que les mentaba supra, echo tres dientes de ajo laminados y espero a que se hagan un poco, pero antes de que se doren les pongo seis cucharadas soperas de tomate triturado. Espero a que el tomate esté empezando a freirse y le echo entonces las almejas y un poco de pimentón (al que le guste picante, pues pimentón picante). Tapo la perola y espero a que se abran las almejas. En ese mismo instante, echo los espaguetis, que ya estarán al dente, y un poco de sal y pimienta. Se sirve en la misma perola donde se han hecho espolvoreados con perejil picado por encima. Cada cual se sirve lo que quiera pero teniendo en cuenta que no son las únicas criaturas humanas que hay en el Universo.
De postre, otra vez, fresas. Pero como la comida es italiana, pues fragole.

No hay comentarios: